Zeferino González (1831-1894) |
Historia de la Filosofía Tercer periodo de la filosofía griega |
Es el gnosticismo uno de los hechos histórico-doctrinales cuya crítica es más difícil, no ya solamente porque se trata de un hecho que se presenta en la escena sin antecedentes apreciables a primera vista, sino también por lo complejo de sus manifestaciones, no menos que por la multiplicidad y variedad de sus representantes. De aquí la diversidad de sistemas y métodos adoptados por los críticos e historiadores para clasificar y exponer las fases del gnosticismo. Siguen unos el orden cronológico; atiénense otros al orden lógico; hay quien clasifica y expone el gnosticismo bajo un punto de vista geográfico, dividiéndole en gnosticismo asiático, egipcio, sirio, &c., al paso que otros subordinan esta clasificación al predominio relativo de los elementos (elemento judaico, cristiano, pagano o politeísta) religiosos que entran en él, no faltando tampoco autores que someten la clasificación sistemática del gnosticismo al predominio de ésta o aquella idea filosófica.
Como quiera que no se trata aquí del gnosticismo desde un punto de vista dogmático-religioso, ni bajo el punto de vista de su significación en la historia eclesiástica, sino bao un punto de vista filosófico, parécenos oportuno y razonable tomar como base para el estudio, clasificación y exposición del gnosticismo, la idea que sirve de punto de partida general de todos estos sistemas, y que contribuye o representa el centro de [456] gravitación de todas las teorías gnósticas. En nuestro sentir, la idea-madre de los sistemas gnósticos; el problema fundamental que se propone resolver el gnosticismo, es el relativo al origen del mal, con el cual se halla íntimamente ligado el problema que se refiere al origen del mundo, o sea al tránsito de los infinito a lo finito. La solución de este doble problema constituye el fondo y el contenido real y casi exclusivo de todas las teorías gnósticas; es el objeto constante y preferente de sus especulaciones, y, consiguientemente, la distinción y variedad de sus escuelas se halla en relación con la naturaleza de la solución dada a este doble problema. Esta solución, una vez rechazada la solución cristiana, basada sobre la creación ex nihilo, o es la solución panteísta, o es la solución dualista. Una y otra se encuentran en el gnosticismo heterodoxo, en el cual, por lo mismo, distinguiremos dos ramas o dos escuelas fundamentales, que son la panteísta y la dualista. Esta última puede subdividirse en otras dos, en que predominan las tendencias prácticas y morales, prevaleciendo en una de ellas el sentido antijudaico o el exclusivismo cristiano, y en la otra el sentido pagano o materialista.
En resumen: el movimiento gnóstico heterodoxo, en nuestro sentir, se halla representado y condensado
a) En la escuela panteísta.
b) En la escuela dualista.
c) En la escuela antijudaica.
d) En la escuela semipagana o materialista.
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Historia de la Filosofía (2ª ed.) 1886, tomo 1, páginas 455-456 |