φñZeferino GonzálezHistoria de la Filosofía (1886)

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§ 34. Roscelin

Las crónicas y algunos manuscritos anónimos del siglo XI parecen indicar que el primer representante sistemático de la escuela nominalista fue un tal Juan (probablemente Juan el Sordo), maestro y precursor de Roscelin y de otros nominalistas famosos de aquellos [139] tiempos. En armonía con estas indicaciones históricas, Caramuel decía que Roscelin no fue el autor o fundador del nominalismo, sino más bien el que aumentó (nominalium sectae non autor, sed auctor) o consolidó este sistema.

Sea de esto lo que quiera, es lo cierto que este famoso nominalista, que había nacido en la Bretaña francesa hacia mediados del siglo XI, hizo sus estudios en las escuelas de Soissons y de Reims. Hecho canónigo de Compiègne, y más tarde de Besançon, mereció que sus contemporáneos le apellidaran novi Lycei conditor, a causa de sus grandes conocimientos y del notable desarrollo que comunicó a la Filosofía aristotélica, y también del gran número de discípulos que acudieron a su escuela, contándose entre ellos el famoso Abelardo.

Partidario, y en cierto modo fundador y representante primero del nominalismo rígido, Roscelin enseñaba, según San Anselmo, su contemporáneo, no solamente que las substancias o esencias universales son meras voces (nonnisi flatum vocis putant esse universales substantias), o poseen universalidad puramente nominal, sino que no existe distinción alguna entre los accidentes y la substancia singular que les sirve de sujeto: Colorem nihil aliud queunt intelligere quam corpus, nec sapientiam hominis aliud quam animam.

Pero el canónigo de Compiègne no se contentó con profesar el nominalismo rígido en el terreno filosófico, sino que, transportándolo al dogma y aplicándolo al misterio de la Trinidad, negó la unidad de esencia y substancia en las tres personas divinas, incurriendo, por [140] consiguiente, en el triteismo formal, y no admitiendo más que la unidad de voluntad y de poder en las tres personas divinas.

Así se desprende de las palabras y testimonio del ya citado San Anselmo, el cual escribe: Roscelinus clericus dicit, in Deo tres personas esse tres res ab invicem separatas, sicut sunt tres angeli, ita tamen ut una sit voluntas et potestas. Y en otro lugar añade, refiriéndose al mismo Roscelin: Quia videt unum hominem plures personas esse non posse, negat hoc ipsum de Deo.

En este terreno, lo mismo que en la teoría nominalista, Roscelin fue combatido, no solamente por el autor del Monologium, sino por Guillermo de Champeaux y algunos otros. A consecuencia de estos ataques vigorosos y continuados, el nominalismo rígido y el prestigio de su fundador decayeron rápidamente, aunque sin desaparecer por completo; de manera que, según el testimonio autorizado de Salisbury, la concepción nominalista había perdido mucho terreno, casi se había desvanecido, al faltar su autor,{1} y arrastraba una existencia vergonzante y precaria en la segunda mitad del siglo XII. El mismo Abelardo, que había sido discípulo de Roscelin, apellidaba a su antiguo maestro pseudo-philosophus et pseudo-crhistianus.

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{1} «Fueruntque et qui voces ipsas genera dicerent esse et species; sed eorum jam explosa sententia est, et facile cum auctore suo evanuit. Sunt tamen adhuc qui deprehenduntur in vestigiis eorum, licet erubescant, auctorem vel sententiain profiteri, solis nominibus inhaerentes: quod rebus et intellectibus subtrahunt, sermonibus ascribunt.» Policraticus, lib. VII, cap. XII.