φñZeferino GonzálezHistoria de la Filosofía (1886)

tomo segundo:8081828384858687888990Imprima esta página

§ 89. Direcciones y sectas principales de la Filosofía entre los árabes

Durante los siglos XII y XIII, cuando la Filosofía entre los mahometanos había llegado, por decirlo así, a su apogeo, y poseían éstos ya noticias más extensas –siquiera inexactas y adulteradas con fabulosas tradiciones– de la historia de la Filosofía, solían dividir ésta en dos grandes partes o épocas. Colocaban en la primera a los filósofos antiguos, es decir, a los filósofos griegos, reservando la segunda para los modernos, o sea para los filósofos musulmanes. Cada una de estas dos épocas se divide en dos períodos, cuyos [430] puntos de intersección se hallan representados por Aristóteles y Avicena. De suerte que, según los musulmanes, la historia de la Filosofía abraza cuatro períodos: a) desde Tales, o, mejor, desde el origen de la Filosofía hasta Aristóteles; b) desde éste{1} hasta Mahoma y los primeros filósofos musulmanes; c) desde Mahoma hasta Avicena, y d) desde Avicena en adelante.

Ya queda indicado que las noticias de los musulmanes acerca de los antiguos filósofos y sus sistemas, eran bastante incompletas, inexactas y desfiguradas por leyendas fantásticas y anacrónicas. Pero, a pesar de esto, no faltaron entre los árabes, según la observación fundada de Schmälders, filósofos que renovaron y discutieron los principales sistemas de la Filosofía griega, con especialidad en su segundo período, o sea a contar desde Aristóteles. Los representantes del neoplatonismo de Alejandría, y principalmente Plotino, a quien solían apellidar el Platón egipcio, fueron objeto de empeñadas discusiones y estuvieron muy en boga entre los filósofos musulmanes. Así es que vemos aparecer o reaparecer entre estos, hasta los sistemas más radicales y avanzados de la Filosofía griega, como son el escepticismo y el materialismo.

Consta, en efecto, por el testimonio de los mismos escritores musulmanes, que no faltaban entre ellos escépticos o sofistas, según los apellidaban generalmente, [431] que afirmaban que todo nuestro saber se reduce a meras conjeturas e hipótesis, porque las cosas, o carecen de toda realidad, o, al menos, si la tienen, es inaccesible a la razón humana. Ni son éstas afirmaciones aisladas, pues en la historia de la Filosofía arábigo-musulmana se hace mención de ciertos partidarios de la doctrina escéptica, denominados somanitas, los cuales erigían en sistema dicha teoría, aduciendo en su favor y ampliando casi todos los argumentos alegados en otro tiempo por los discípulos de Pirrón y por Sexto Empírico.

Tampoco faltaron representantes del materialismo en todas sus fases y gradaciones. Al lado de los cifatitas, que, sin negar explícitamente la espiritualidad de la substancia divina, caían en el antropomorfismo, atribuyendo a Dios potencias, sentidos y actos propios del hombre, estaban los kharamitas, que exageraron y desenvolvieron el antropomorfismo de aquéllos, hasta convertir a Dios en un ser material sujeto a las condiciones generales de los cuerpos. El último grado del materialismo estaba representado por una secta más bien religiosa que filosófica, que negaba la misión divina de Mahoma, la existencia o realidad de Dios y la resurrección de los cuerpos.

Excusado parece añadir que la Filosofía del Islam tuvo también sus panteístas, sus fatalistas, sus naturalistas o físicos, que menospreciaban la metafísica y rechazaban generalmente la inmortalidad del alma, y hasta sus matemáticos, que sólo admitían la verdad y la certeza para la aritmética y la geometría. Empero todas estas sectas y otras muchas que pulularon entre los literatos musulmanes, pueden reducirse a cuatro [432] clases, que resumen y representan las cuatro direcciones fundamentales, las tendencias o escuelas más importantes de la Filosofía entre los árabes, a saber:

a) Escuela que pudiera llamarse ecléctico-filosófica, porque en ella se hacía profesión de filosofar sin tener para nada en cuenta la religión, aunque sin oponerse a ella ni combatir directamente sus doctrinas.

b) Escuela que pudiera llamarse racionalista, en la cual se hacía profesión de atenerse exclusivamente al dictamen de la razón, no solamente en las cosas científicas, sino en todas absolutamente, sin excluir las pertenecientes a la religión o a la fe, cuyas enseñanzas deben someterse a la razón humana, a la cual pertenece juzgar de su verdad, con exclusión de todo otro criterio y principio.

c) Escuela filosófico-teológica o religiosa, que, no solamente subordinaba la razón y la especulación científica a los dogmas religiosos, o sea a la enseñanza del Corán, sino que pretendía que este código debía servir de punto de partida y de base para todo conocimiento.

d) Escuela que pudiera llamarse mística, o, mejor, místico-escéptica, toda vez que sus partidarios no admitían más criterio ni principio de verdad que la fe ciega en la enseñanza del Corán, pretendían que la razón por sus solas fuerzas es impotente para conocer la verdad en ninguna materia, y que sus raciocinios sólo conducen al error.

Los partidarios de esta última escuela eran conocidos generalmente con el nombre de Coí»fis, especie de místicos que se dividían en ramas diferentes. Dábase el nombre de Motakhalims a los que seguían la tercera escuela, y el de Mí´tazelitas a los representantes de la [433] segunda dirección o escuela, cuya tesis principal –además del principio racionalista– era la afirmación de la libertad de las acciones humanas, con mérito y responsabilidad de las mismas, enfrente del fatalismo coránico. La denominación de filósofos se reservaba generalmente para los partidarios o representantes de la primera escuela, los cuales marchaban en pos de Aristóteles y de sus comentadores, sin perjuicio de apropiarse las ideas de otros autores y sistemas antiguos. A esta última escuela pertenecen, en su mayor parte, los que representan el movimiento filosófico en el seno del Islamismo.

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{1} Aunque el nombre del Estagirita es el que generalmente sirve a los autores musulmanes para fijar la división de los dos periodos de la Filosofía antigua, hubo algunos que tomaron por término y punto de separación, ora el nombre de Sócrates, ora la escuela de Alejandría, ora el nombre de Alejandro Magno, a quien los sectarios de Mahoma solían considerar, no como mero conquistador, sino como un rey filósofo o sabio por el estilo de Salomón.