El primero que adquirió renombre de filósofo entre los árabes, o, mejor dicho, entre los secuaces de Mahoma, fue Al-kendi o Alchindi (Abu Joseph Alchindus), del cual escribe Casiri que fue ilustre por la variedad de sus conocimientos científicos y por su saber en la ciencia griega, pérsica e índica (omnigenae disciplinae graecae, persicae, indicae peritia inter Mahometanos claruit), distinguiéndose especialmente por sus conocimientos en medicina y filosofía.
Aunque se ignora el año preciso de su nacimiento, sábese que floreció en la primera mitad del siglo IX, y que descendía de la noble familia de Kenda. Estudió en las escuelas de Bassora y de Bagdad, y bajo el reinado de los califas Al-Mamoun y Al-Mo'acen publicó un número prodigioso de obras, en las que trata, [434] no solamente de Filosofía, sino también de medicina, astronomía, matemáticas, música, política y de casi todas las ciencias{1} conocidas y cultivadas por entonces.
De este gran número de escritos, que algunos hacen subir hasta doscientos, y cuyos títulos cita Casiri en su Bibliotheca arabico-hispana, se han conservado, o al menos sólo han llegado hasta nosotros, algunos tratados de astrología y medicina. Así es que su doctrina filosófica sólo nos es conocida por los extractos, citas y alusiones de algunos escritores árabes, de los cuales parece resultar:
a) Que Al-kendi siguió con escrupulosidad la doctrina de Aristóteles, y que escribió comentarios sobre la mayor parte de sus obras.
b) Que consideraba el estudio de las matemáticas como indispensable para la Filosofía.
c) Que en teología negaba, con los Motazales o disidentes, los atributos positivos en Dios, temeroso de perjudicar a la unidad absoluta de su esencia,{2} [435] unidad que constituye una de sus preocupaciones capitales en el orden científico.
Al-kendi, sin salir de la esfera fatalista de la teología mahometana, trató de explicar y conciliar la justicia de Dios en todas sus obras (quod omnia Dei opera sunt justa) con la existencia del mal, según se desprende del título de algunas de sus obras.
Con el número prodigioso de sus escritos, con la variedad de materias que en ellos trata, y con las condiciones especiales de propaganda que dio a algunos de sus libros, Al-kendi debió contribuir eficazmente a extender entre sus correligionarios la afición a los estudios científicos y filosóficos. Uno de sus libros, que debió ser una especie de resumen didáctico de Filosofía, parece escrito para uso y enseñanza de los califas y de sus ministros: Tabula philosophica ad Califarum et Visyrorum usum descripta.
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{1} He aquí los títulos de algunas de sus obras filosóficas: Cursus philosophicus. –Quod Philosophiae scientia sine matheseos studio comparari minime possit. –Adhortatio ad philosophiae studium. –De Aristotelis proposito in Praedicamentis. –Aristotelis librorum ordo. –Scientiarum humanarum divisio. –De essentia rei infinitae. –De mundi aeternitate. –De causa activa et passiva physica. –De universalibus intellectualibus quaestiones. –De intellectus essentia. –Tabula philosophica. Apud Casiri, Bibl. arabico-hispana, Cod. 912.
{2} En un escrito anónimo del siglo XIII, citado por Haureau, su autor dice de Al-kendi: «Ulterius erravit circa divina attributa... nolens Deum incognitum dici Creatorem, et principium primum, et Dominum deorum; voluit enim quod perfectiones de Deo dictae, nihil dicunt positive de Deo.» De la Philos. scolast., t. I, pág. 364.