φñZeferino GonzálezHistoria de la Filosofía (1886)

tomo tercero:7071727374757677787980Imprima esta página

§ 75. Contemporáneos de Locke en Inglaterra

Mientras que Locke publicaba su Ensayo sobre el entendimiento humano, o poco después, florecían en la Gran Bretaña algunos escritores, que siguieron direcciones diferentes y cultivaron algunas partes de la Filosofía, o, por lo menos, algunas ramas del saber relacionadas con aquella.

a) Newton y Clarke son acaso los más notables entre los contemporáneos de Locke. El primero, que nació en Cambridge en 1642 y murió en 1727, hizo grandes descubrimientos en las ciencias físicas y matemáticas, a las cuales dio extraordinario impulso. Sus Principia mathematica Philosophiae naturalis, marcan una de las épocas y uno de los progresos más trascendentales en la historia de la ciencia. El análisis que hizo de la luz y de los colores, sus observaciones y descubrimientos sobre la reflexión, la refracción y demás fenómenos de la luz, como también su teoría de la gravitación universal, expresión y simplificación a la vez de las leyes cosmológicas, al mismo tiempo que le [361] dieron fama inmortal en la historia de las ciencias físicas y exactas, contribuyeron indirectamente al progreso de las ciencias filosóficas.

Por lo demás, sus opiniones o teorías en materias propiamente filosóficas son tan escasas en número como destituidas de solidez, bastando recordar que, según Newton, el mundo necesita ser restaurado y como recompuesto por Dios de cuando en cuando, a guisa de máquina que se descompone y exige reparaciones. Su opinión acerca del espacio, al cual consideraba como el sensorio de Dios, no es menos extraña e infundada. Al contrario de muchos naturalistas de nuestros días, Newton fue profundamente teísta y cristiano en sus ideas y sentimientos. En sus Principia mathematica, y también en su í“ptica, encuéntranse pasajes en que se afirman y ensalzan la existencia de Dios, sus atributos, su providencia y su finalidad con respecto a la virtud cristiana y al hombre.

b) Así como Newton fue más bien un físico que un filósofo, así su discípulo Clarke (Samuel, 1675-1729), tuvo más de teólogo que de filósofo. Sin embargo, en sus discursos, en sermones y en tratados especiales, combatió las doctrinas y tendencias irreligiosas, materialistas y deístas de Hobbes y Locke, y con especialidad afirmó y demostró la existencia de Dios con argumentación vigorosa, y alguna vez original, y la espiritualidad e inmortalidad del alma humana contra Dodwel, que pretendía que nuestra alma es mortal de su naturaleza, y que sólo en el Bautismo o por razón del Bautismo recibe la inmortalidad.

En armonía con la opinión de su maestro, Clarke enseñaba que el espacio y el tiempo son atributos de [362] Dios, o, al menos, que éste es el sujeto o substratum del espacio y de) tiempo, y consiguientemente que éstos son infinitos.

c) Woolston o Wollaston (Thomás), que nació en 1669 y murió en 1731, hizo profesión explícita de naturalismo deísta. Casi todas sus obras, entre las cuales las hay teológicas, exegéticas y filosóficas, tienen por objeto combatir y rechazar la divinidad de Jesucristo, la existencia de los milagros, la inspiración de los Evangelios, las profecías, cayendo en un deísmo muy próximo al ateísmo.

d) Shaftesbury (Antonio Ashley Cooper, 1671-1713), conde de este título y amigo de Locke, escribió varias obras, en las cuales se descubren tendencias naturalistas y deístas, tendencias que resaltan principalmente en su teoría ética. Según ésta, la bondad moral consiste en la relación o armonía de las inclinaciones sociales e individuales; la virtud y la benevolencia filantrópica constituyen el bien y la felicidad del hombre, y éste, al obrar el bien, debe prescindir de la idea de penas y recompensas (Kant).

No es este el único punto de semejanza entre Shaftesbury y Kant. Como el filósofo de Königsberg, el filósofo inglés separa la moral de la religión, considerando a la primera como independiente de la segunda, y hasta como independiente de la idea de Dios, pues afirma que «el ateísmo, considerado en sí mismo, no puede engendrar nunca sentimientos falsos acerca de lo justo e injusto en el orden moral». Shaftesbury niega también la eternidad de las penas y recompensas en la vida futura.

e) Collier (Arturo, 1680-1732) comenzó a [363] transformar en idealismo el criticismo de Locke, afirmando que la materia existe en nuestro espíritu o con dependencia del mismo (toute la matière qui existe, existe dans l'esprit, ou dependamment de l'esprit); pero se esforzó al propio tiempo en defender la verdad teológica contra los ataques del deísmo y del materialismo.

Todos estos filósofos, junto con algunos otros sus contemporáneos, pueden dividirse en dos clases: unos, que representan la dirección cristiana y espiritualista, como Newton y Clarke, y otros, que se hallan más o menos influidos por el deísmo naturalista, como Wollaston y Shaftesbury. A esta última clase pertenecen Collins, amigo de Locke y propagandista fogoso de la incredulidad; Mateo Tyndal, partidario acérrimo del deísmo naturalista; Coward, incrédulo con ribetes de materialista; Gordon y otros varios partidarios y fautores del movimiento deísta, y más o menos materialista, que tuvo lugar en la Gran Bretaña en los últimos años del siglo xvii y en los primeros del siguiente.