Filosofía en español 
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Carlos Fourier  1772-1837

Carlos Fourier

«Carlos Fourier. Fundador de la escuela de economistas reformadores, llamada Societaria o Falansteriana, nació en Besanzon el 7 de abril de 1772, murió en París en 1837: era hijo de un comerciante de paños, y estuvo empleado en varias casas de comercio hasta la edad de 60 años. Se entregó muy joven a la vida solitaria y a investigaciones especulativas sobre la organización de la sociedad, Publicó sus ideas por primera vez en 1808 bajo el título de Teoría de los cuatro movimientos. Se proponía en ella fundar un orden social en que todas las pasiones humanas, buenas o malas, encontrasen un lugar legítimo y una satisfacción que redundase en provecho general, en que todas las capacidades fuesen aplicadas y donde fuese un derecho y un atractivo para todos, y no una obligación penosa acudir al bienestar universal; y para este fin, quería asociar a los hombres en capital, trabajo y talento por grupos, series, después falanges, por medio de la “atracción apasionada”, que, según él, es la ley de la humanidad. A pesar del poco éxito que tuvieron sus teorías, continuó desarrollándolas en el Tratado de la asociación doméstica agrícola (1822), en el Nuevo Mundo industrial (1829), y en La falsa industria (1835); creó en 1832, ayudado por algunos discípulos, el diario el Falansterio que vio la luz dos años seguidos, y que después de esta interrupción volvió a publicarse en 1836, bajo el título de la Falange o diario de la ciencia social, cuya publicación no ha cesado después. Su doctrina poco fácil de comprender en sus obras, ha sido resumida y aclarada por M. V. Considerant, uno de sus discípulos, en un libro intitulado Destino Social. Madama Gatti de Gamond publicó en 1838 Fourier y su sistema; pero esta obra no ofrece, según los falansterianos, sino una exposición defectuosa.» (Diccionario Universal de Historia y Geografía, Establecimiento tipográfico de D. Francisco de Paula Mellado, Madrid 1847, tomo tercero, pág. 232.)

«Los primeros difusores de las doctrinas de Fourier fueron Joaquín Abreu, Sixto Cámara y Fernando Garrido, el cual, en 1846, fundó en Madrid una revista, La Atracción, primera publicación socialista de España. Entre los adeptos más destacados de las doctrinas de Cabet, figuraron Abdón Terradas y Monturiol, quienes en 1847 editaron en Barcelona el semanario socialista La Fraternidad, en cuyas páginas se publicó la conocida obra de Cabet Viaje a Icaria.» (Historia del Partido Comunista de España, París 1960, páginas 11-12.)

Modelo de falansterio proyectado por Carlos Fourier

Es curioso advertir como el interés por los delirios utópicos de Fourier han venido arreciando históricamente en momentos precisos de inestabilidad política. Por ejemplo, en la España del tardofranquismo, la moda furierista es indisociable de la Guerra Fría y de la propaganda anticomunista y antisoviética, inducida tanto por la derecha socialista como por el socialfascismo, para incrementar la estupidez y la confusión (interés incentivado generosamente en el que algunos neoapóstoles furieristas fueron mercenarios ideológicos conscientes y otros meros apologistas tontos o ingenuos arrastrados por la propaganda).

1902 «De gran interés y oportunidad indiscutible resulta este último libro publicado por la acreditada casa editorial del Sr. Rodríguez Serra. Hoy que en todas las naciones del mundo preocupa tanto el problema socialista, es de gran interés para amigos y adversarios conocer la Doctrina social de Fourier, el apóstol de las doctrinas socialistas. El Falansterio de Fourier, con la Doctrina social íntegra del mismo, forma el volumen XI de la “Biblioteca de Filosofía y Sociología”.» (Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, Madrid, 10 de febrero de 1902, pág. 71.)

«Doctrina social: El Falansterio. De gran interés y oportunidad indiscutible resulta este último libro, publicado por la acreditada casa editorial del Sr. Rodríguez Serra. Hoy que en todas las naciones del mundo preocupa tanto el problema socialista, es de gran interés para amigos y adversarios conocer la Doctrina social de Fourier, el apóstol de las doctrinas socialistas. El Falansterio de Fourier, con la Doctrina social íntegra del mismo, forma el volumen XI de la “Biblioteca de Filosofía y Sociología”.» (Nuestro Tiempo, Madrid, marzo 1902, año II, nº 15, pág. 514-515.)

«Carlos Fourier. Doctrina social. El Falansterio. Casa editorial del Sr. Rodríguez Serra. (Flor Baja, 9, Madrid). Precedida de un prólogo del Sr. Novella acaba de aparecer en castellano la traducción de dos famosas obras del original escritor francés C. Fourier. Nada hemos de añadir a lo mucho que se ha escrito sobre éstas. Su autor, utopista desequihbrado para unos, o sobrenatural vidente para otros, pero siempre pensador original lleno de chispazos de indiscutible genialidad, es harto popular para que intentemos verter acerca de él nuevas ideas. En las obras que de él publica el Sr. Serra encuéntranse expuestas sus teorías filosóficas y sociales y todo su complicado sistema falanstérico, y no hay para qué decir que muchas de estas teorías, en lo que tienen de razonable y elevado –prescindiendo de su exposición extravagante–, son de interés marcadísimo para todo amante de la humanidad, y de interés, por tanto, para todo lector teosofista.» (ΣOΦÍA, Revista Teosófica, Madrid, mayo 1902, nº 5, pág. 199.)

«Como la actualidad del problema obrero es permanente, siempre ofrecen algún interés los libros que tratan de las llamadas cuestiones sociales. De varios de los publicados últimamente voy a dar sucinta noticia. Citaré el primero el extracto de Fourier publicado en la Biblioteca de Filosofía y Sociología, que edita Rodríguez Serra, con el título: Doctrina Social. El Falansterio. Esta traducción-resumen está hecha discretamente por D. José Menéndez Novella. No es la primera vez que se publica un extracto de la doctrina de Fourier en castellano. Entre mis recuerdos bibliográficos aparece cierto volumen consagrado también a dar idea de la utopia falansteriana, que se publicó por la época de la revolución de Setiembre y que alguna vez aparece todavía por los puestos de libros de las ferias. Pero esta edición con el tiempo se ha hecho rara y no hará seguramente competencia a la de Rodríguez Serra. Por lo mismo que es un olvidado, Fourier es ahora una novedad. Casi se le puede considerar como un ánima del otro mundo, que vuelve a visitar a los mortales. Entre él y las modernas concepciones sociales hay inmensa distancia. Aunque publicó sus obras en el siglo XIX, era en realidad, como dice Courcelle Seneuil, un hombre del siglo XVIII, imbuido del pseudo clasicismo especial de la época en lo social y en lo político. Su falansterio tiene cierto parentesco con los planes de organización de los filósofos y los legisladores antiguos, para los cuales la obra de reforma social era mucho más fácil que pueda perlo para un pensador moderno, entre otras razones, porque se aplicaba a Estados muy reducidos. El Estado antiguo era una ciudad con dependencias. La primitiva república romana tenía según Ferrero, una población libre de 150.000 almas. Depende hoy más gente de D. Alberto Aguilera que la que dependía de los primeros cónsules y de los antiguos reyes. Aplicado a un territorio exiguo, a una población muy corta, el problema se simplificaba mucho; pero el Estado moderno, con sus grandes territorios y sus masas crecientes de población, tiene una dinámica mucho más complicada, aun sin hablar de otras causas. La concepción de Fourier pertenece a la utopía, aunque no falten en ella adivinaciones filosóficas y observaciones sociales de valor. Desde el punto de vista estético, tiene el atractivo de todos los sistemas completos que forman un conjunto simétrico. Su falansterio es una construcción de majestuosa apariencia, pero inhabitable. Fourier era un convencido: se ve en sus polémicas con Saint Simón y Owen, en el tono de sus obras, a las que esto da la fuerza sugestiva y contagiosa de la fe. Por eso fundó escuela. Era de los sociólogos que ven ante todo en la organización social un problema del conocimiento; creía que la humanidad había vivido en el error, y que una vez que el falansterio se diera a conocer por sus resultados, se propagaría fácilmente por el mundo. Tiene su puesto en la historia de la filosofía social y política, y el libro publicado por el Sr. Rodríguez Serra es curioso y merece leerse. Para unos será una novedad, para otros un recuerdo de cosas conocidas, pero poco frecuentadas.» (Eduardo Gómez de Baquero, «Por el mundo obrero…», El Imparcial, Madrid, sábado 31 de mayo de 1902, pág. 5.)

«Doctrina social. El Falansterio, por Carlos Fourier. Traducción de José Menéndez Novella. Madrid, B. Rodríguez Serra, editor. Con esle título se acaban de publicar en la Biblioteca de filosofía y sociología (tomo 11), unos extractos del Tratado de la Asociación doméstico-agrícola o teoría de la unidad universal, del famoso socialista francés. Yo, que en asuntos sociales soy individualista convencido, pero a la vez admirador de los ideales socialistas y muy respetuoso con ellos, creo que la publicación de que se trata es una delicada equivocación del traductor y de la casa editorial. Revelaría lo contrario a mis convicciones si negase la necesidad en que estamos de contrarrestar el individualismo rutinario y culpable de nuestros mediocres políticos con la divulgación de obras hechas con criterio socializador y humanitario. Pero esto se consigue mejor ateniéndose a trabajos y autores recientes que, ni niegan los postulados individualistas, ni se apartan en sus conclusiones de la experiencia histórica o actual. Y endilgar a un público práctico y positivista en asuntos de esta naturaleza una serie de fantasías místicas y descabelladas, en las que, si a veces chispea un gran talento, no se descubre nunca un sincero espíritu de investigación, es acarrear a la buena causa más perjuicios que ventajas, acabando de aumentar la confusión, que nos hace no entendernos casi nunca en materias sociales.
Juzgue quien de esto esté convencido si la popularización del libro de Fourier lleva razonable fin. La primera parte es un conjunto de delirios, fundados en una teodicea como jamás hombre alguno discreto ha concebido. En su specimen de la “evolución social”, Fourier sostiene, entre otras cosas, la intolerancia religiosa, la reglamentación absoluta de la vida civil y la necesidad de destruir la civilización, es decir, el progreso, para consolidar el orden en la sociedad. Al estudiar el “papel de las pasiones” viene a parar a un optimismo monstruoso, que las sociedades más degradadas rechazarían como una abominación. Y en lo que toca a la “educación” y a la “condición de las mujeres”, nos quedamos sin saber si el autor es feminista o antifeminista, ni cuáles son sus opiniones pedagógicas.
La segunda parte no es tan irracional, y con todo, mueven a risa los despropósitos de Fourier, empeñado en llegar a la “policía y unión del género humano” por la industria, que ha sido justamente el elemento provocador de su división y de su autonomía. Todo se le vuelven a Fourier vicios y errores. La libre concurrencia parécele causa del feudalismo mercantil; la producción agrícola fuente de pobreza general; la labor manufacturera nido de monopolios y concentraciones económicas en las grandes ciudades. Decidme por gracia si con tales prejuicios y con semejantes teorías podrá nunca simpatizar el verdadero socialismo, el socialismo moderno, que se funda precisamente, como ha declarado Unamuno, en esos supuestos “vicios” de que es responsable la evolución social.
En la tercera parte, que se ocupa del Falansterio propiamente dicho, produce indignación la frescura con que asevera y dogmatiza Fourier en problemas donde, aun después de los progesos de la ciencia, ni los más autorizados y competentes sociólogos se atreven a fallar y apenas hablar. Su teoría de la asociación es de lo más absurdo que he leído en mi vida. Para no citar más que un ejemplo, basta fijarse en el modo cómo concibe y explica el “equilibrio de la población”. Según él, “el hombre se rebaja al nivel de los insectos cuando crea esos hormigueros de niños, que se verán reducidos a devorarse mutuamente por exceso de número”. En tal sentido, aconseja que se desee tener un número pequeño de hijos. Llega a pedir que se limite dicho número en proporción con los medios de subsistencia.
Como desde Fourier acá los franceses han llevado a cabo esta tarea demasiado concienzudamente, y los resultados nos los está demostrando la estadística con la triste elocuencia de los hechos, no hay para qué recocer la berza cien y mil veces. El libro de Fourier es una obra mala, inspirada en una concepción bestial del hombre y de su vida e indigna de haber sido vertida en nuestro idioma por un escritor tan escogido y pulcro como el Sr. Menéndez Novella, y publicada por un editor tan “intelectual” y tan modernista como el señor Rodríguez Serra.» (Edmundo González-Blanco, Nuestro Tiempo, Madrid, agosto 1902, año II, nº 20, pág. 180-281.)

1968 «Las esperanzas en la transformación socialista de la sociedad por métodos suasorios solían cifrarse en uno o en varios personajes influyentes. En este sentido, sobresalió por su infatigable entusiasmo Fourier, quien procuró dar amplios vuelos a la propaganda socialista y al reclutamiento de partidarios. Como predicador del socialismo, Fourier se valió decididamente de todos los medios para ganarse el apoyo de individuos que poseyeran capital o tuvieran poder e influencia. Puede afirmarse que no reparaba en medios. A las personas de dinero las envolvía diciéndoles que bajo el socialismo obtendría el capital los más altos beneficios. Esperaba contar, incluso, con las princesas de la casa real, a las que procuraba convencer de que, bajo el socialismo, tendrían tantos novios como quisiesen. Está comprobado, hasta cierto punto, que Fourier, a una hora señalada, permanecía invariablemente en su casa esperando a quien fuera a visitarle después de sus tentadores llamamientos en solicitud de ayuda para realizar el socialismo. Mas, como es obvio, de poco podían servir las prédicas de Fourier para llevar el socialismo a la práctica.» (Pedro Fedoséiev, “La filosofía y los fundamentos del comunismo científico”, en Dialéctica de la época contemporánea, Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1968.)

Bibliografía de Carlos Fourier en español

1841 Fourier, o sea Explanación del sistema Societario, Barcelona 1841 (Imprenta y litografía de J. Roger), XII+410 págs.

1842 Escuela Societaria. Bases de la política positiva. Manifiesto de la Escuela Societaria fundada por Fourier, Sevilla 1842 (Imprenta de Alvarez y Compañía), 165 págs.

Teoría societaria de Carlos Fourier o Arte de establecer en todo país asociaciones doméstico-agrícolas de cuatrocientas a quinientas familias, exposición sucinta por Abel Transon..., traducida por P. L. Huarte, Madrid 1842 (Imprenta Calle de Bordadores), 87 págs.

1902 Doctrina social: el falansterio, traducción del francés por José Menéndez Novella, Biblioteca de Filosofía y Sociología, 11. Madrid [sin fecha, pero 1902] (B. Rodríguez Serra), 248 págs. (Reedición en Biblioteca histórica del socialismo, 9; Júcar, Madrid 1980, 125 págs.)

1972 El nuevo mundo amoroso (manuscrito inédito, texto íntegro, traducción de Martí Soler y Aurelio Garzón del Camino), Siglo XXI de España, Madrid 1972, 466 págs.

1973 La armonía pasional del nuevo mundo, Prólogo de Eduardo Subirats y Menene Gras, Taurus (Ensayistas 97), Madrid 1973, 293 págs.

1974 El extravío de la razón, demostrado por las ridiculeces de las ciencias inciertas. Traducción de Angeles Martínez. Grijalbo (Colección Hipótesis, 10), Barcelona 1974, 148 págs.

Teoría de los cuatro movimientos y de los destinos generales, Traducción y prólogo de Francisco Monge, Barral (Biblioteca de Rescate, 2), Barcelona 1974, 370 págs.

1975 El nuevo mundo amoroso. Traducción de Daniel de la Iglesia. Fundamentos (Colección Espiral, ensayo, 10), Madrid 1975, 600 págs.

1989 El nuevo mundo industrial y societario, Fondo de Cultura Económica, México 1989, 512 págs.

Sobre Carlos Fourier en español

1854 Hipólito Regnaud, Mancomunidad: vista sintética sobre la doctrina de Carlos Fourier, Traducción de Israim, Revista Médica, Cádiz 1854, 212 págs.

1940 F. Armand & R. Maublanc, Fourier, Fondo de Cultura Económica, México 1940, 460 págs.

1970 Mirella Larizza, Presupuestos del anarquismo de Charles Fourier, Zero (Colección Lee y Discute, serie V, 17), Algorta (Vizcaya) 1970, 49 págs.

1973 Carlos Sánchez-Casas, Fourier, ¿socialista utópico?, Zero (Promoción del Pueblo, serie P, 60), Bilbao 1973, 112 págs.

1973 Emile Lehouck, Fourier o la armonía y el caos, traducción de María Teresa López Pardinas, Labor (Maldoror 18), Barcelona 1973, 269 págs.

1975 El fourierismo en España, Selección de textos y estudio preliminar de Antonio Elorza, Ediciones de la Revista de Trabajo (Clásicos 9), Madrid 1975, 362 págs.

1980 Actualidad de Fourier, Coloquio bajo la dirección de H. Lefebvre, Monte Avila, Caracas 1980, 253 págs.

1986 Diego Sevilla Merino, Utopía y educación en Charles Fourier, Promolibro, Valencia 1986, 223 págs. (otra edición en microfilm: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Málaga 1988, Tesis doctoral en 7 microfichas, 611 fotogramas).

1990 Antonio Cabral Chamorro, Socialismo utópico y revolución burguesa: el fourierismo gaditano, 1834-1848, Diputación de Cádiz, Cádiz 1990, 194 págs.

1995 Arantza Campos Rubio, Charles Fourier: pasión y utopía, de la atracción pasional a la política sexual, Universidad del País Vasco (Serie tesis doctorales), Lejona (Vizcaya) 1995, 289 págs.

1997 Roland Barthes, Sade, Fourier, Loyola, Traducción de Alicia Martorell, Cátedra, Madrid 1997, 211 págs.

Sobre Carlos Fourier, furierismo y falansterianos en Filosofía en español

1855 “Socialismo” en la Enciclopedia Moderna

1886 “Carlos María Fourier” en el Diccionario de ciencias eclesiásticas

Falansterianos, Falansterio” en el Diccionario de ciencias eclesiásticas

1891 “Francisco María Carlos Fourier” en el Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano

Fourierismo” en el Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano

1924 “Francisco María Carlos Fourier” en la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana

1946 “Carlos Fourier” en el Diccionario filosófico marxista de Rosental & Iudin

1959 “Charles Fourier” en el Diccionario filosófico abreviado de Rosental & Iudin

1965 “François Charles Fourier” en el Diccionario filosófico de Rosental & Iudin

1984 “François Marie Charles Fourier” en el Diccionario de filosofía de Iván T. Frolov

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