Filosofía en español 
Filosofía en español

“Una, grande y libre”

Batalla de Lepanto 7 octubre 1571
«La más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros» (Miguel de Cervantes, combatiente en la Batalla de Lepanto, 7 de octubre de 1571)

Hernando de Acuña, Al rey nuestro señor, Madrid 1591

Hernando de Acuña (1520-1580)
 
Al rey nuestro señor
soneto

Ya se acerca señor, o es ya llegada
La edad gloriosa, en que promete el cielo
Una grey, y un pastor, solo en el suelo,
Por suerte a vuestros tiempos reservada:

Ya tan alto principio en tal jornada
Os muestra el fin de vuestro santo celo,
Y anuncia al mundo para más consuelo
Un Monarca, un Imperio, y una Espada:

Ya el orbe de la tierra siente en parte,
Y espera en todo vuestra monarquía,
Conquistada por vos en justa guerra:

Que a quien ha dado Cristo su estandarte,
Dará el segundo más dichoso día
En que vencido el mar, venza la tierra.

 

El maestro Juan Latino («llegó a España desde la Etiopía como esclavo del duque de Sesa, nieto del Gran Capitán, en el primer tercio del siglo XVI, contando por entonces muy pocos años; no se comprende casi como pudo llegar aquel niño de raza negra y de condición esclava, a vestir la toga de catedrático, a emparentar por su casamiento con una familia ilustre y a ser la admiración de los escritores y sabios de Granada y aun de España entera» EUI 29:1022-1023) publicó en 1573, en Granada, Ad Catholicum pariter et invictissimum Philippum Dei gratia Hispaniarum Regem…, obra en la que aparece este escudo, conmemorativo de la batalla de Lepanto, con el lema:

Coelitus Unum Imperium,
Ensis Unus, Rex Unicus Orbis

Cristopher Maurer prueba («Un monarca, un imperio y una espada: Juan Latino y el soneto de Hernando de Acuña sobre Lepanto», Hispanic Review, Pennsylvania 1993, 61:1, 35-51) que el soneto famoso de Acuña (que su viuda publicó en 1591) es la versión en español de un poema en latín que el negro catedrático granadino dedicó a Felipe II y publicó en el folio 11v de su libro de 1573.

Juan Latino, Ad Catholicum pariter et invictissimum Philippum Dei gratia Hispaniarum Regem, Granada 1573

 

«The states of Europe lay happy under the shade of a great and free monarchy, which knew how to be great without endangering its own peace at home, or disturbing the internal or external peace of its neighbors.» (George Tomline, Memoirs of the life of the Right Honorable William Pitt, cap. XII: 1790, Londres 1821, vol. 2, pág. 302.)

«Les Etats de l'Europe restèrent heureux et tranquilles à l'ombre d'une grande et libre monarchie, qui savait le moyen d'être grande, sans exposer sa tranquillité intérieure et sans menacer la paix de ses voisins.» («Continuation des débats relatifs à l'augmentation de l'armée», 9 février 1790, Recueil de discours prononcés au Parlement d'Angleterre, par J.-C. Fox et W. Pitt, traduit de l'anglais…, tome 9, París 1819, pág. 102.)

«Was ich mir aus dem Werke mag herausgelesen, was ich in dasselbe mag hineinge lesen haben, davon wüßte ich keine Rechenschaft zu geben, genug ich fand hier eine Beruhigung meiner Leidenschaften, es schien sich mir eine große und freie Aussicht über die sinnliche und sittliche Welt aufzuthun.» («Vierzehntes Buch», Johann Wolfgang von Goethe, Goethe's Werke, Viena 1819, vol. 19, pág. 324.)

«Das Thema ist die Sünderliebe Jesu I.) eine große und freie Liebe II.) eine starke Liebe III.) eine eifrige Liebe IV.) eine treue Liebe.» (Friedrich Heinrich Christian Schwarz, Jahrbücher der Theologie und theologischer Nachrichten, II, julio 1827, pág. 598.)

«Da den Deutschen eine große und freie Tribüne fehlt, so sollte man erwarten, sie würden ihre ganze Kraft desto wirksamer in der Literatur geltend machen.» (Wolfgang Menzel, «Politische Wissenschaften», Die deutsche literatur, II, Stuttgart 1836, pág. 169)

Con bastantes antecedentes en latín, español, inglés, francés y alemán, donde la condición de unidad va implícita con la de grandeza y libertad (en contextos políticos –el Estado, el Imperio, la Monarquía, la Patria–, teológicos –el amor de Jesucristo–, &c.), encontramos en español el rótulo una, grande y libre, resaltado en cursiva y referido a la patria alemana, en la versión que el diario monárquico madrileño La Esperanza ofreció, el martes 18 de abril de 1848, de la proclama dirigida al pueblo alemán por la Comisión de los 50 (Der Fünfziger Ausschuß):

Una, grande y libre / 1848

1848 «Alemania. El Diario Alemán de Francfort contiene la siguiente proclama que la comisión de los 50 ha dirigido al pueblo alemán: “A vosotros todos los que habitais la Alemania y llevais en el pecho un corazón alemán, dirigimos el presente llamamiento; y a vosotros también, croatas, y vosotros los de Schleswig, de la Prusia oriental y occidental. Hasta ahora los artificios de la diplomacia os han tenido separados de nosotros; hoy por el contrario sois hermanos nuestros, nuestra patria alemana debe ser una, grande y libre. Todo el pueblo alemán lo quiere, y la voluntad de un pueblo es irresistible.”» (La Esperanza, periódico monárquico, Madrid, martes 18 de abril de 1848, pág. 1.)

Pocos años después, el 27 de septiembre de 1854, el diario La Época de Madrid descubre otro manifiesto que la derecha primaria carlista preparaba a favor del Conde de Montemolín (Carlos Luis de Borbón, pretendiente al trono de España como Carlos VI, hijo del también frustrado pretendiente Carlos María Isidro), augurando que, aunque el carlismo renaciera potente del seno de la anarquía, «morirá ante el espectáculo de una grande, libre y conservadora monarquía constitucional». La exclusiva de La Época fue reproducida inmediatamente por numerosos periódicos españoles (al día siguiente por los de Madrid: La Iberia, diario liberal de la mañana, La Esperanza, periódico monárquico, La España, &c.; días después por los de provincias, El Balear, El Genio de la Libertad, &c.):

1854 «Pero no nos hagamos, por Dios, ilusiones: la anarquía, el ciego exclusivismo, los delirios demagógicos, los excesos brutales de la fuerza, la inseguridad de las propiedades, los desórdenes de las ciudades, pueden traernos esa restauración para los unos, esa reacción ciega para nosotros. El carlismo renacerá potente del seno de la anarquía: morirá ante el espectáculo de una grande, libre y conservadora monarquía constitucional.» (Manifiesto carlista de Montemolín, La Época, Madrid, miércoles 27 de septiembre de 1854.)

1859 «Si fue un inicio atentado el congreso de Verona, que produjo la intervención extranjera en España, sería insigne locura pensar que la Grecia, la Bélgica, o una grande y libre Italia, pudieran constituirse sin el concurso de la Europa y sin tener en cuenta las necesidades del equilibrio europeo.» (La Época, Madrid, miércoles 27 de septiembre de 1854, pág. 2.)

1870 «Los Estados-Unidos son el único país que nos debe servir de modelo, porque es el que más se asimila a nosotros en su punto de partida y su misión de porvenir. Un puñado de hombres lanzado en medio de las soledades del nuevo mundo, llegando a ser una grande, libre y poderosa nación.» (Emilio de Alvear, «Reforma económica», La Revista de Buenos Aires, Buenos Aires, febrero de 1870, año VIII, nº 82, pág. 253.)

1886 «Después el Sr. Castelar se declara en quiebra […] “…permitidme que crea que he sufrido un sueño de doce años, y que ahora me encuentro entre los míos, con los míos, en el seno de una grande, y libre y definitiva democracia.”» (El Siglo Futuro, diario católico, Madrid, sábado 3 de julio de 1886, pág. 2.)

1917 «M. Jonnart ha publicado la siguiente proclama dirigida al pueblo heleno: “Francia, Gran Bretaña y Rusia quisieron la independencia, la grandeza y la prosperidad de Grecia y entienden defender al noble país librándole de los esfuerzos reunidos de los turcos, alemanes y búlgaros. […] Sabed que respetuosas ante la soberanía nacional, las potencias protectoras no tienen intención de imponer al pueblo griego una movilización general; sino que desean viva unido, grande y libre”. Havas.» (La Vanguardia, Barcelona, 17 de junio de 1917, pág. 13.)

1929 «…una grande, libre y generosa nación, han de contribuir a crear un estado de prosperidad, dentro del cual pueden realizarse, con obras vivas, los anhelos de mejoramiento de su población, haciendo del indígena analfabeto, descalzo, sin abrigo ni esperanza, sin producción y sin consumo, un ciudadano apto y activo que se nivele económica y culturalmente con el habitante de las naciones adelantadas; elevando al nativo para que pueda satisfactoriamente proclamar su origen, y pueda fundadamente pensar en nuevas etapas de mayor holganza material y empuje del espíritu, en todas las variadísimas y admirables direcciones de la acividad creadora.» (Humberto Tejera, Cultores y forjadores de México, Talleres Gráficos de la Nación, México 1929, pág. 148.)

Juan Aparicio acuña la consigna «España, una, grande y libre»

En 1931, recién proclamada en España la República, en el entorno del grupo de La Conquista del Estado, que en el otoño de ese mismo año se transformó en las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista), y principalmente frente al avance del secesionismo en Cataluña, comienza a gestarse la aplicación a España –o su reinvención ex novo– del rótulo centenario una, grande y libre. El 13 de junio de 1931 publica Ramiro Ledesma Ramos su artículo «España, una e indivisible» (donde quedó establecido como grito: «¡Viva la España, una e indivisible!»). Pero aunque es frecuente que historiadores más o menos perezosos atribuyan a Ramiro Ledesma la consigna «España, una, grande y libre», más bien parece que de hecho fue acuñada por su colaborador Juan Aparició López, el mismo que propuso también como emblema de las JONS el yugo y las flechas, y como su bandera la roja y negra. El propio Juan Aparicio siempre se reconoció autor de tal fórmula.

«La redacción de La conquista del Estado, estaba formada por jóvenes españoles de varias procedencias: Ramiro Ledesma Ramos, como director, que había de ocupar un importante papel en nuestro movimiento; Ernesto Giménez Caballero, que desde 1929, venía desarrollando una certera labor político-literaria de revalorización española; Juan Aparicio magnífico poeta que nos legó el lema genuino «España Una, Grande y Libre»; Manuel Souto Vilas catedrático gallego; Emiliano Aguado, valioso periodista; Antonio Bermúdez Cañete, que luego entregó su vida como diputado de la C.E.D.A.; Ricardo de Jaspe, diplomático, expulsado por el gobierno anarco-marxista a los pocos días de iniciarse el movimiento; y otros colaboradores que se desplazaron a diferentes campos políticos.» (Tasvanalta, «Los tiempos iniciales. La Conquista del Estado», La Voz de Galicia, viernes 7 de enero de 1938, pág. 3.)

«—¿Saluda a todos los Procuradores, don Juan?
—A todos. Y al grito, a mi grito, de «España, una, grande y libre»…
¿Volvería hoy, don Juan, a acuñar lo de «Una, Grande y Libre»?
—Siempre. Está en las monedas, en los sellos, en todas partes. Y conste que no he cobrado derechos de autor.» (Aparicio entrevistado por Pedro Rodríguez en Arriba, 1967; tomado de Tomás Borrás, Ramiro Ledesma Ramos, Editora Nacional, Madrid 1971, pág. 306).

España «una, grande y libre» durante la República

1932 «A las balas del poder tiránico sabremos oponer, en unos casos, nuestra astucia; en otros, nuestro coraje, y siempre nuestra firmeza y nuestro tesón ideal. Hasta desalojar a los opresores, hasta alcanzar para España un régimen digno, tan grande como los alientos de vuestros pechos. ¡Viva España Única! ¡Viva España Grande! ¡Viva España Libre! ¡¡Abajo el marxismo!!» («La España que hace política», Libertad, nº 49, 16 de mayo de 1932. En Obras completas de Onésimo Redondo, Madrid 1955, tomo II, págs. 135-136.)

«Porque nosotros, los hombres que hemos traído la República, y que hemos contribuido aunque sea de una manera insuficiente, a traer la República, necesitamos la patria republicana para nosotros, porque nosotros queremos una patria grande y libre. Por mi parte yo no necesito otra.» («El Jefe del Gobierno en Santander. Importante discurso del señor Azaña», La Vanguardia, Barcelona, 1 de octubre de 1932, pág. 21.)

1933 «El cumpleaños de Hitler. (Exclusivo de La Vanguardia.) Berlín, 20 (por T.S.H.). Con motivo de cumplir 44 años el canciller Hitler, ha recibido telegramas de felicitación del presidente Hindenburg, de los ministros y de numerosos cuerpos constituidos de Alemania. […] El ministro Hugenberg, dice: “En nombre del partido nacional alemán hago votos para que nuestros esfuerzos, bajo la dirección de Hitler, hagan de Alemania una nación grande y libre”. Wolff.» (La Vanguardia, Barcelona, viernes 21 de abril de 1933, pág. 26.)

En el número 1 de JONS, Revista teórica mensual de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (mayo de 1933), en su página 48 y última, aparece el rótulo «España una, grande, libre». Se repite en el número 2 (junio de 1933), pág. 54, número en el que se explica el significado del yugo y las flechas. En el número 3 anuncia JONS que el yugo y las flechas será su emblema:

JONS numero 3, agosto de 1933JONS numero 9, Madrid, abril de 1934
A la izquierda, contraportada del número 3 de JONS (Madrid, agosto de 1933). A la derecha, contracubierta del número 9 de JONS (Madrid, abril de 1934), en el que se da noticia de la fusión entre Falange Española y las JONS: el lema se mantiene y es heredado por FE de las JONS.

1934 «El señor Trabal, con voz fuerte, le contesta: Soy diputado de España y estoy aquí con todo derecho. Después añade que es inútil tomar determinaciones contra las aspiraciones de los pueblos. Podréis dar al árbol de la autonomía los hachazos que queráis. El señor Pérez Madrigal: Companys se lo cargó; por lo tanto, exigirle responsabilidades a él. (Escándalo.) El señor Trabal termina diciendo que él no tiene ninguna duda de que el pueblo catalán luchará por la España grande y libre.» («Jornadas Parlamentarias. El problema de Cataluña», La Vanguardia, Barcelona, sábado 15 de diciembre de 1934, pág. 26.)

1935 «Homenaje a los mártires de la independencia. Ayer se celebró la conmemoración de la jornada del 3 de junio de 1809, y el homenaje a los que en aquella fecha y posteriormente fueron ejecutados en la Ciudadela por defender la causa de la libertad nacional. […] A media mañana la capilla había quedado cubierta materialmente de flores, habiendo depositado en ella coronas la Generalidad de Cataluña, Ayuntamiento de Barcelona, Ayuntamiento de Novelda (Alicante), de donde era natural el subteniente Navarro; Círculo Cultural del Ejército y Armada, España Club, Centro Aragonés de Barcelona, Confederación Nacional de Sindicatos Libres, Casa de los Castellanos, Derecha de Cataluña, Partido Nacionalista Español, Peña Blanca, Juventud de Derecha de Cataluña, un grupo de nacionalistas españoles, Derecha de Cataluña del distrito octavo, un patriota anónimo, Peña España: una, grande y libre, y otras varias de particulares.» (La Vanguardia, Barcelona, martes 4 de junio de 1935, pág. 21.)

1936 «La suscripción nacional para los obreros libres. […] Un guardia civil, admirador de Falange, 0,50; Un fascista de la plaza de toros, 0,25; ¡Arriba España!, 0,25; España una, grande, libre, 0,25.» (ABC, Madrid, miércoles 25 de marzo de 1936, pág. 31.)

España «una, grande, libre» durante la Guerra Civil

1936 «Lo que escribía Primo de Rivera desde la cárcel. en un registro reciente ha caído en manos de militantes de la C.N.T. una carta de Primo de Rivera. Por ella se ve que, con todo y estar preso –en Alicante– el jefe fascista, lograba comunicarse sin dificultad con sus partidarios y alentarlos para la rebelión que ahora se está aplastando. He aquí la carta, demasiado expresiva de por sí para que necesite comentarios: “Prisión provincial de Alicante. 29 de junio de 1936. Camaradas de la 1ª Línea de Madrid: […] en el instante decisivo, y con la ayuda de Dios os hará entrar en la tierra prometida de nuestra España, Una, Grande, Libre. ¡Arriba España! Jefe Nacional-Jefe de Primera línea, José Antonio Primo de Rivera”.» (ABC, Madrid, viernes 31 de julio de 1936, pág. 23.)

«El discurso radiado anoche por el conde de Rodezno. […] ¿Dónde están los que creyeron que impunemente podían someter España al imperio de poderes extraños e inconfesables? Lejos seguramente de esos voluntarios que están afirmando invenciblemente que de aquí en adelante no habrá en España más imperio que el español, el de los españoles que repudian lo exótico –el marxismo, la masonería, el sovietismo antisocial y antihumano– y que sienten profundamente lo propio, lo nuestro, lo nacional, la España imperial, una, grande, libre e inmortal en el cumplimiento de sus destinos históricos.» (ABC, Sevilla, viernes 9 de octubre de 1936, pág. 6.)

1937 «Y España será una, grande, libre, tradicional, católica y monárquica. Y por ser así será totalitaria en el amor a todos sus hijos; con un amor sin preferencias injustas; por encima de la lucha de clases.» (Francisco Bonmati de Codecido, «La España que nace», ABC, Sevilla, 25 de marzo de 1937, pág. 4.)

«Después del decreto de unificación. […] Un telegrama de la disuelta Acción Popular, de Burgos. Burgos 22. El disuelto partido de Acción Popular de esta capital ha dirigido al Generalísimo el siguiente telegrama: “En nombre disuelta Acción Popular de Burgos y todas sus organizaciones, reiteramos, una vez más, adhesión inquebrantable al Generalísimo, caudillo nueva España, una, grande, libre y tradicional. Firmado, ex presidente, Gonzalo Soto”.» (ABC, Sevilla, viernes 23 de abril de 1937, pág. 11.)

«Pedro Sáinz Rodríguez, catedrático in partibus –por su cátedra oficial no hay recuerdo, en memoris de estudiante, de que apareciese nunca; los frecuentadores de los cabarets madrileños le conocían de sobra, en cambio–, correveidile áulico en tiempos de Alfonso XIII, […] «Muchos –dice una información de Salamanca– esperaban […] no hay lugar para que se produzca hendidura alguna en el bloque macizo de la España una, grande y libre…» No hay lugar… Pero es por la misma razón que hace decir a nuestro pueblo […]. El incidente entre Queipo y Falange no ha sido sino un paso más en el desmoronamiento.» («Un episodio más del desmoronamiento faccioso», Boletín Decenal. Estado Mayor Central del Ministerio de Defensa Nacional, nº 9, 31 de agosto de 1937, págs. 9-11.)

«El flamante Primer Consejo Nacional de F. E. T. y de las J. O. N. S. dictó una de sus disposiciones: “En adelante, durante las manifestaciones, sólo podrá gritarse: Arriba España; Viva España; Franco, Franco, Franco y Viva España, una grande y libre.» En cuanto a los vivas o mueras fuera de programas, tales como: ¡Franco, sí, caciques, no!, vivas o mueras a tal o cual rey, habrá que andarse con cuidado. En tal tarea hubo de ocuparse el primer organismo político de la España rebelde.» («Un mes de política facciosa. Franco, la boina roja y la camisa azul», Boletín Decenal. Estado Mayor Central del Ministerio de Defensa Nacional, nº 15, 20 de noviembre de 1937, págs. 9-11.)

España Una Grande LibreEspaña Una Grande Libre

Milicianos cubren provisionalmente una inscripción España Una Grande LibreMilicianos cubren provisionalmente una inscripción España Una Grande Libre

1938 «Gobierno de la Nación. Ministerio del Interior. Decreto. Exposición: El blasón de armas emblema del Estado Español ha venido reflejando en su composición las vicisitudes históricas del mismo Estado. […] Al instaurarse por la gloriosa revolución nacional de 1936 un nuevo Estado, radicalmente distinto en sus esencias de aquel al cual ha venido a sustituir, se hace preciso el que este cambio se refleje en los emblemas nacionales. […] En su virtud, a propuesta del Ministro del Interior, y previa deliberación del Gobierno, Dispongo: Artículo 1º. El Escudo de España se constituye con la heráldica de los Reyes Católicos, sustituyendo las armas de Sicilia por las del antiguo reino de Navarra, con lo cual se integran los blasones de las agrupaciones de estados medievales que constituyen la España actual. Artículo 2º. […] En la divisa las palabras “Una”, “Grande”, “Libre”. […] Dado en Burgos, a dos de febrero de mil novecientos treinta y ocho. Segundo Año Triunfal. Francisco Franco. El Ministro del Interior, R. Serrano Suñer.» (Boletín Oficial del Estado, 3 de febrero de 1938, nº 470, págs. 5578-5579.)

Escudo de España 1938Escudo de España 1938

«En el café Candelas, el centro nocturno de diversión en Burgos, una atmósfera densa, maloliente, envolvía los gritos e imprecaciones, los donaires y desplantes de aquel público abigarrado. […] En las paredes del local una litografía basta y ramplona destacaba sobre una llamativa banderola la inscripción sacrílega: “España una, grande y libre.”» (Ruiz Vilaplana, «Estampas de la zona invadida. Esas pobres mujeres», Mi Revista, Barcelona, 1 de abril de 1938, nº 38, pág. 11.)

«La nueva moneda de niquel. El ministerio de Hacienda ha acordado la acuñación de una moneda de 25 céntimos de peseta con aleación de cobre y níquel hasta un importe total de cinco millones de pesetas. La aleación de esta moneda será de 750 milésimas de cobre y 250 de níquel con tolerancias máximas de 10 por 1.000, y su peso será de siete gramos, con permiso de 15 por 1.000 en más o en menos. Será redonda, torculada y con canto liso. Tendrá un diámetro de 25 milímetros y llevará agujero central con diámetro de 3,5 milímetros. La inscripción será; “España, una, grande, libre, 1937. II Año Triunfal”, en el anverso, y en el reverso un escudo de España, una rama de laurel y la inscripción “25 céntimos”. Esta moneda se admitirá en los establecimientos sin limitación alguna y entre los particulares hasta la cantidad de cinco pesetas cualquiera que sea la importancia del pago.» (ABC, Sevilla, domingo 17 de abril de 1938, pág. 11.)

España Una Grande Libre 1937 II Año triunfal 25 cts
Esta moneda de 25 céntimos, de cuproníquel, diseñada por el grabador José López Sánchez-Toda, fue acuñada en Austria en 1938, por Berndorfer Metallwrenfabrik A. G. y la Casa de la Moneda de Viena (se mantuvo en circulación hasta 1951, en que fue retirada pues era más valioso el níquel de cada pieza que su valor nominal). No lleva el nuevo escudo de febrero de 1938, sino el nacional de 1868 con la corona real.

Dudosa moneda España Una Grande Libre III Año triunfal 10 ctsFalsa moneda España Una Grande Libre I Año triunfal 10 cts

Dudan algunos numismáticos sobre si esta moneda de aleación ferrosa fue una simple prueba o ensayo no adoptado, o mera falsificación posterior destinada a satisfacer las ansias de ávidos coleccionistas crédulos. Al parecer no existen pruebas documentales que acrediten su acuñación y circulación oficial. Existen todavía falsificaciones más ramplonas, en las que se hace figurar la leyenda «I Año Triunfal» [1936-37] junto al escudo de 1938.

España «una, grande y libre» tras la Victoria de 1939

1939 «Mis yertas palabras preliminares contrastarán con la fiebre y la pasión creadora de las demás palabras de este libro, cuyas letras fueron escritas con sangre y fuego durante medio año de 1931. Bastó ese breve tiempo para alumbrar con augurios cumplidos, consignas impuestas y símbolos triunfadores que son la emblemática y la liturgia del Estado español: bastó sólo ese tiempo para anticiparnos minuciosamente la España una, grande y libre de Francisco Franco; la España actual, donde Franco es Caudillo y Generalísimo de todos los Ejércitos; es decir, de toda la juventud.» (Juan Aparicio, prólogo a La Conquista del Estado. Antología, Ediciones FE, Barcelona 1939, pág. VII.)

«Onésimo Redondo, José María Areilza y Javier María de Bedoya enviaron sus artículos desde Lisboa, Bilbao y Valladolid, respectivamente. Así como después, Francisco Bravo, de Salamanca; Montero Díaz, de Galicia; Félix García Blázquez, de Palencia; Nemesio García Pérez, de Valderas; Ildefonso Cebriano, de Barcelona, y José María Fontana, desde Reus. Eran nuestros corresponsales y animadores de los grupos jonsistas de cada localidad. Porque el jonsismo se había diseminado a través de la Península, concentrando su virulencia y su fe en la mayoría de las Universidades. Todavía me refieren emocionados los antiguos estudiantes de aquella época el fervor numinoso con que esperaban el paquete de Revistas con tantas palabras maravillosas y con un acento tan patético y embriagador. Entre sus páginas aparecía la mano palmada, la espada justiciera, el yugo de Fernando, las flechas de Isabel, el águila bicéfala y la cruz antañona de San Andrés o de Borgoña. Esta emblemática decorativa alternaba con las consignas fundamentales repetidas en cada número, tales: «Por la Patria, el Pan y la Justicia», «España Una, Grande y Libre», «Ningún español sin pan», «Odia al enemigo de tu Patria», «Nuestro Nacionalismo es revolucionario; nuestro Sindicalismo es nacional», «Lo nacional –la Patria. Lo sindicalista –el Pan. Lo nacionalsindicalista –la Justicia», orquestando una armonía violentísima que había de enardecer a los ánimos juveniles.» (Juan Aparicio, prólogo a JONS, Órgano teórico de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista. Antología, Ediciones FE, Año de la Victoria, Barcelona 1939, págs. XII-XIII.)

La institucionalización escénica de la «España una, grande y libre» triunfadora se produjo, bajo la dirección de Felipe Lluch Garín (1906-1941), el domingo 7 de abril de 1940, con la función de gala que, para cerrar las conmemoraciones del primer aniversario de la Victoria, se celebró en el Teatro Español de Madrid, organizada por la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, con asistencia del Gobierno y jerarquías nacionales del Movimiento. Coros y orquesta interpretaron «viejas melodías de Alfonso el Sabio, Juan de la Encina, Carlos Verardi y José Peiró, y canciones populares y toques militares de los siglos XVI y XVII», según bocetos y figurines del Departamento de Plástica de la Dirección General de Propaganda, bajo el título «Loa famosa de la unidad de España», «Comedia heroica de la libertad de España» y «Fiesta alegórica de la grandeza de España».

«El espectáculo consistió en una fiesta teatral al modo áureo, con una loa de la Unidad, una comedia de la Libertad y farsa final de la Grandeza. La loa, dedicada al tema de la unidad de la patria, estaba basada en las loas de los autos calderonianos. Las distintas regiones de España van compareciendo cada una con un endecasílabo ininteligible. Castilla asume el mando y muestra a las demás un misterioso anagrama: NI GUARDAR EL BIEN. Se entrega una letra a cada región según sus características morales y, ordenadas de nuevo, se resuelve el jeroglífico con la consigna falangista: UNA, GRANDE, LIBRE. En ese mismo orden, los endecasílabos forman el soneto imperial de Hernando de Acuña a Carlos V: un monarca, un Imperio, una espada. […] Se representó en Sevilla (6/5/40) y de nuevo en Madrid en dos fechas falangistas: 18 de julio de 1941, como homenaje a Felipe Lluch, recién fallecido, y el 12/10/41, fiesta de la Hispanidad.» (Víctor García Ruiz & Gregorio Torres Nebrera, Historia y antología del teatro español de posguerra, Fundamentos, Madrid 2003, págs. 35-36.)

1940 «La Delegación Nacional de Prensa y Propaganda de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. exalta la Unidad, Libertad y Grandeza de España en un magnífico espectáculo de arte.» No caeremos en culpa de hipérbole si afirmamos que de todos cuantos actos de carácter público y civil se han celebrado en Madrid para festejar el aniversario del final de la guerra, ninguno ha alcanzado más alta dignidad que éste que organizó la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda del Partido, en función de gala y en el teatro Español. Difícilmente se podrá encontrar programa más acertado y adecuado para las circunstancias actuales, en que de una u otra forma todos los buenos españoles sienten complacencia honda al expresar su regocijo por el bien de la Paz, y al propio tiempo su firme voluntad de cumplir la sagrada consigna de velar los bienes de ella a la luz del más fulgurante entusiasmo y la más centelleante fe en los destinos de la Patria. Lección de arte, lección de historia y lección de básico y fundamental patriotismo fue la de anoche en el Español. En limpio romance clásico, en sonoros endecasílabos se habló de nuestro ayer, se cantaron trovas a la grandeza, a la unidad y a la libertad de España. Momentos hubo en que el énfasis obligado de las estrofas, que decían impecable y entonadamente las improvisadas, pero excelentísimas actrices y actores, resonaban en el corazón del cautivado auditorio como leyendas rezadas por nuestros antepasados, al amor de la lumbre del santo hogar nacional. Momentos hubo en que el clamor de las clarines a punto estaba de poner en pie al auditorio, que se sentía actor también en aquella admirable evocación del recio pasado racial. Digno de la Falange, este grandioso espectáculo, como ningún otro, porque a través de versos y ritmos, de plástica asombrosamente lograda, de atuendo perfectos de una disciplina escénica que nunca podría igualar compañía alguna de profesionales del teatro, iba el conjunto y la idea calando, calando en la mente y en la emoción del público hasta trocar lo que se anunciaba como simple función teatral en una verdadera lección de alto y sano patriotismo. El entusiasmo alcanzó tono apoteósico en el momento de escucharse el himno nacional, siendo cantado por el público, puesto en pie y brazo en alto, el himno de la Falange. El señor ministro de la Gobernación dio los gritos de rigor, que fueron contestados fervorosamente por todos los espectadores. No cabe personalizar los elogios: todos cuantos intervinieron en esta fiesta inolvidable rayaron sencillamente en la perfección, y sobre todos los ideadores del programa y los que conjuntaron tantas y tan nobles voluntades para que todo resultase vibrante y perfecto, entonado y pujante, lleno de brío y sentido. Tan digno de estos plácemes encendidos –ecos fieles de los sentidos por el público que tuvo la suerte de asistir a la función de gala– nos parece el programa por Falange ayer servido a Madrid, que nos atrevemos a pedir con ahínco que antes de desmontar el maravilloso artificio escénico, se den otra u otras representaciones dedicadas a las clases media y populares, y, sobre todo, a las Organizaciones Juveniles, que en espectáculos de tanta belleza y nobleza como este es donde pueden recibir sanas y provechosas lecciones de bien amar a España y mejor orientar el santo Servicio que a ella todos debemos.» («El acto final de las fiestas de aniversario. Gran función de gala en el Teatro Español», Hoja Oficial del Lunes, Madrid, 8 de abril de 1940, pág. 1.)

«Para conmemorar el aniversario de la Victoria la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda de Falange Española Tradicionalista y de las J. O. N. S., ha organizado una fiesta de arte elevadísimo, que se celebró en el Español el domingo por la noche y que, presidida por el Gobierno y las autoridades y jerarquías del Movimiento, constituyó un espectáculo magno de españolismo, alta cultura y soberana belleza. Felipe Lluch Garín se ha acreditado, una vez más en esta ocasión, como literato de muy exquisita sensibilidad, erudición y buen talento admirables y como director y realizador escénico, que sabe unir el fervor patriótico a un conocimiento muy seguro de nuestro teatro clásico y de las tradiciones populares del Romancero seguidas por los autores de más significación y, en especial, por Lope de Vega. Ante un público ataviado como en las noches más solemnes del Real, el Español y la Princesa hace unos años, y presidida la asamblea por el ministro de la Gobernación, que al final de uno de los Himnos del Movimiento dio los tres gritos de «España, una, grande y libre», contestados con gran fervor patriótico por los concurrentes, se desarrolló un magno espectáculo en tres partes, respectivamente dedicadas a una loa, una comedia y una fiesta. La loa se refiere a la unión de todas las regiones españolas en la madre Patria, simbolizada en la vieja Castilla. Va compuesta con escenas y versos de Lope y fragmentos, temas y artificios dramáticos de los que acompañan a los autos sacramentales de Calderón, según el texto de Pando y Mier. La comedia de «La libertad de España» se refiere al ciclo de Bernardo del Carpio, con toda la leyenda de Roncesvalles sacada del Romancero, de la comedia famosa de «La libertad de España», de Juan de la Cueva y de las comedias de Lope, «Las mocedades de Bernardo» y «El casamiento de la muerte». La fiesta es un auto anónimo referente a las bodas de España con el Amor divino. Las ilustraciones musicales de la Orquesta Clásica de Madrid dirigida por José María Franco; las intervenciones de los coros de conciertos, bajo la disciplina de Pedro Urrestarazu, el decorado, en adecuación perfecta del asunto y del simbolismo que todo lo envuelve; los trajes, el movimiento de las figuras y el ritmo y armonía en la declamación que valora perfectamente todos los momentos y hace aparecer a cada uno de los interpretes como actor consumado, dieron a la realización de las escogidas joyas literarias calidad y vida de verdadero teatro y magno sentido de lo que ha de ser la tradición viviente. Eso es teatro, eso es arte, eso es incorporar la nueva España a su espíritu propio nacional manifestado en su fe, en su pensamiento, en su cultura y en el tesoro de su poesía.» (Luis Araujo Costa, «Función de gala en el Español», ABC, Madrid, martes 9 de abril de 1940, pág. 15.)

La democrática y coronada Constitución Española de 1978, Una Grande Libre
La democrática y coronada Constitución Española de 1978

España «una, grande, libre» tras la restauración borbónica de 1975

Moneda de 5 pesetas de 1957 con el escudo Una Grande LibreEl 23 de noviembre de 1979 los diputados del PSOE presentaron una proposición de ley sobre el Escudo de España, para despojarle de adherencias franquistas (asunto que, al parecer, se había preferido no tocar, tras la restauración borbónica, en el momento de elaborar la Constitución de 1978). El 27 de febrero de 1980, con la aceptación del Gobierno (presidido por Adolfo Suárez, de UCD), el pleno del Congreso de los Diputados de España acordó que se tramitase esa proposición de ley del PSOE, que fue defendida ante la cámara por el diputado socialdemócrata Luis Solana Madariaga (1935), y apoyada por el diputado centrista Joaquín Satrústegui Fernández (1909-1992). Don Juan Carlos I, Rey de España, sancionó y firmó en el Palacio de la Zarzuela, el cinco de octubre de mil novecientos ochenta y uno, la Ley 33/1981, de 5 de octubre, del Escudo de España (BOE, nº 250, de 19 de octubre de 1981).

1980 «Según esta descripción –que no es más que una propuesta–, desaparecerían del escudo actual el águila imperial, el yugo y las flechas, y la leyenda “Una, grande, libre”. También cambiaría la forma de la corona. […] Para responder a la proposición de ley socialista, el Gobierno delegó en el diputado don Joaquín Satrústegui, quien comenzó proclamando también su emoción ante un tema de tal trascendencia, “que da a esta sesión plenaria un carácter histórico”. “Vamos a votar –dijo en nombre del grupo centrista– a favor de la proposición socialista.” Recordó que el escudo “que hasta hace poco, era el escudo de España”, se creó por un decreto de 2 de febrero de 1938, pasada ya gran parte de la guerra. “Los que nos encontrábamos en el frente nacional estábamos ajenos a esas cuestiones”, dijo y añadió que fue un equipo de hombres, dirigido por Ramón Serrano Súñer, “gran amigo mío de siempre” –matizó–, y en el que se encontraba Dionisio Ridruejo, el que creó el escudo. Afirmó que si Dionisio Ridruejo viviera todavía y fuera diputado diría, en esta ocasión, palabras parecidas a las que él iba a decir. Y dijo: “¿Por qué es razonable que se estudie la vuelta al escudo que siempre existió?” Tras recordar que este escudo fue creado en 1868 y que sólo fue modificado en la Corona por la II República, agregó: “Es lógico que el escudo de España de siempre tenga la situación que corresponde a una Monarquía parlamentaria. Votada una Constitución democrática, no puede seguir existiendo, en torno al escudo de siempre, unos aditamentos, que corresponden a un Estado totalitario, donde imperaba la disciplina y que iba hacia el Imperio. Respeto les sentimientos de todos, pero estimo que es objetivo e inteligente aceptar una proposición de ley que estudia, con tranquilidad, cómo va a ser el escudo de España de ahora. No parece lógico que el escudo de España continúe siendo el que, en un momento emocional, decidieron unos cuantos hombres de un solo bando. Un símbolo así no puede ser representativo de una España, que está haciendo, y ha de seguir haciendo, enormes esfuerzos por superar el trauma de la guerra y para lograr vivir en paz, sin más derramamientos de sangre.” Tras estas palabras del señor Satrústegui se procedió a la votación de la proposición de ley del grupo socialista, que fue aceptada a trámite por 236 votos a favor, siete en contra, dos abstenciones y dos nulos.» («El Gobierno acepta un posible cambio en el Escudo de España» ABC, Madrid, jueves 28 de febrero de 1980, pág. 17.)

2010 «El PSOE acusa a Mariano Rajoy de “seguir gustándole la España una, grande y libre”. Madrid, agencias. El secretario de Relaciones Institucionales y Política Autonómica del PSOE, Gaspar Zarrías, arremetió ayer contra el líder del PP, Mariano Rajoy, al que acusó de “seguir gustándole” la España “una, grande y libre que tuvimos durante mucho tiempo”. El partido del Gobierno reaccionó así a las declaraciones en las que el jefe de la oposición defendió recortar el Estado de las Autonomías para evitar que se “solapen los ámbitos de decisión” entre las administraciones.» (La Nueva España, Oviedo, 28 de octubre de 2010.)

«Una, grande y libre. En septiembre de 1932 Manuel Azaña, jefe del Gobierno de España, en un discurso pronunciado en Santander, afirmaba que “nosotros, los hombres que hemos traído la República, necesitamos la patria republicana para nosotros, porque nosotros queremos una patria grande y libre”. En diciembre de 1934, en las Cortes, José Antonio Trabal, diputado de Esquerra, aseguró no tener ninguna duda “de que el pueblo catalán luchará por la España grande y libre”.
La socialdemocracia, tras años de reabrir heridas y sembrar maniqueísmos en nombre de una sectaria memoria histórica, en tenaz adoctrinamiento por aulas y televisores, ha logrado hoy que incluso los más jóvenes asocien la unidad y la grandeza de España al mal, a las tinieblas de un pretérito opresor y fascista. Pero no se olvide que buena parte de esos ideólogos resentidos que se identifican, más de setenta años después, con los perdedores de la Guerra Civil, son biográficamente hijos y nietos de reconocidos cuadros y dirigentes del franquismo. Enfermos mentales empeñados en corromper y destruir cuanto tenga que ver con España.
Mientras, la ultraderecha política española, representada por el PNV del Dios y Ley vieja de Sabino Arana, sucesor directo de aquella derecha primaria añorante del Antiguo Régimen, del Dios, Patria y Rey, avanza imparable en su proceso secesionista, con la ayuda eficaz de unos asesinos.
Creen algunos pánfilos que no es para tanto, que Europa permitirá superar en armonía conceptos discutidos y discutibles. ¿Pero acaso perdió su actualidad aquella proclama dirigida en 1848 al pueblo alemán? “A todos los que habitais la Alemania dirigimos el presente llamamiento, y a vosotros, croatas y de Prusia. Hasta ahora los artificios de la diplomacia os han tenido separados de nosotros; hoy por el contrario sois hermanos nuestros, nuestra patria alemana debe ser una, grande y libre. Todo el pueblo alemán lo quiere, y la voluntad de un pueblo es irresistible.”» (Gustavo Bueno Sánchez, “Una, grande y libre”, La Gaceta, Madrid 31 octubre 2010, pág. 3.)

gbs