Filosofía en español 
Filosofía en español

“Filosofía espontánea”

1842 «Erratas. Algunas de consideración se deslizaron en nuestro Salón de ayer; entre ellas una de las más notables, fue llamar López al redactor de la nueva Revista nacional, siendo así que su verdadero apellido es Lozeu. También al final de la lindísima balada La dicha es la muerte, se omitió poner la firma; mas ¿quién al leer esa dulce poesía, esa filosofía espontánea y encantadora, esas brillantes dotes de imaginación no conocerá desde luego la pluma del joven Campoamor? De él es en efecto la balada que ayer publicábamos como muestra de la colección que escribe para ser puesta en música.» (El Corresponsal, Madrid, 19 diciembre 1842, pág. 3.)

1843 «Hecha la debida justicia a la filosofía del porvenir, réstame el nutantem pondere mundum, quiero decir, la gravísima complicacion de los problemas que pesan sobre la sociedad, y ver hasta qué punto tienen fundamento los filósofos para hablarnos de las trascendentales mudanzas que las futuras generaciones están destinadas a presenciar. Por de contado, muchos de estos dan por supuesto que no se verificarán estos cambios bajo la influencia de la religion; que al contrario esta va perdiendo terreno, y que una de las principales condiciones de la renovacion del mundo, ha de ser el sustituir a ella la filosofía. Ya se ve, como en sentir de ciertos hombres las religiones, y particularmente el cristianismo, no son otra cosa que “una produccion espontánea de las ideas de las masas, abriéndose paso y encarnándose cuando son maduras, en una imaginacion exaltada, a menudo alucinada por la revelacion que ella anuncia;” (1. Jouffroy, Lección sobre el destino humano, recogida en sus primeras Misceláneas.) se dará un paso agigantado en la carrera de la perfección social, cuando las masas sean bastante ilustradas, para contemplar la verdad en toda su pureza, cara a cara, sin necesidad de los símbolos y envolturas que solo convienen a la flaqueza de inteligencias limitadas. Inútil es decir que no convengo yo con M. Jouffroy, en tan peregrina definición, y que por consiguiente tampoco puedo admitir las deducciones a que ella se brinda. No creo pues que jamás puedan dirigirse bien las masas (y en esta palabra masas, comprendo la sociedad entera), sin la influencia de la religión; y que tan absurdo me parece el que la filosofía llegue nunca a llenar el vacío ocupando su puesto, como el que la religión sea una producción espontánea de las ideas de las masas.» «Podremos pues afirmar sin riesgo de equivocarnos, que la filosofía de Sócrates, de Platón, de Aristóteles, de Bacon, de Descartes, de Malebranche, de Leibnitz, no era otra cosa que una produccion espontánea de las masas; y ¡cosa rara! tambien habrá de caber la misma suerte a la tan ponderada de Kant, Hegel, Cousin, y del mismo Jouffroy.» (Jaime Balmes, “Carta cuarta a un escéptico en materias de religión. Filosofía del porvenir”, La Sociedad. Revista religiosa, filosófica, política y literaria, Imprenta de A. Brusi, Barcelona 1843, tomo I, págs. 325 y 327.)

1846 «Capítulo XVII. Aclaraciones sobre la espontaneidad. Se consignan varios hechos sobre las condiciones del desarrollo de nuestro espíritu. Necesidad de una enseñanza primitiva. Lenguaje. Imposibilidad de que sea invencion humana. No hay ninguna civilizacion espontánea. Escaso número de ideas a que van a parar las demás. Deduccion en favor de una inteligencia, causa y maestra de las otras, 330.» (Jaime Balmes, Filosofía fundamental, tomo IV, Barcelona 1846, índice del libro décimo: Necesidad y causalidad, cap. XVII.)

«4.° Todo lo que es infinito no existe, pues, si no por el desarrollo de lo idéntico absoluto: ¿cómo se hace este desarrollo? Schelling no lo dice claramente, y parece no saberlo, habla de la división de lo absoluto, de revelacion espontánea, de lo absoluto, de ideas caídas de Dios.» (Bouvier, Historia elemental de la Filosofía, revisada y anotada en la versión castellana por don Antolín Monescillo, Ignacio Boix, Madrid 1846, tomo segundo, pág. 277.)

1847 «La razón no es únicamente espontánea, instintiva, poética; la razon no se manifiesta solamente por la religion. Tiene el poder de reflexionar sobre sí misma, de analizar sus impresiones, sus percepciones, sus creaciones, y de darse cuenta de sí misma y de todas las cosas. Esta nueva facultad de la reflexión, este nuevo poder de la razon produce la filosofía. La filosofía es la conciencia humana estudiandose a sí misma, conducida por su propia reflexión: el contenido de la reflexión es exactamente el mismo que el de la espontaneidad; la esencia de la filosofía es enteramente idéntica a la de la religion; solo la forma es distinta. Y como la inteligencia es superior al instinto, la reflexion a la irreflexion, la forma filosófica de la verdad, la filosofía, es muy superior a la forma religiosa, a la religion.» (J. T. [Correspondant.], “La Religión y la Filosofía. Teoría ecléctica”, Revista de España, de Indias y del Extranjero, tomo décimo, Madrid 1847, pág. 361.)

1853 «¿Cuál será, pues, la regla que nos guíe en la elección de medios a propósito para satisfacer el objeto de la vida humana, antes que la luz de la razón haya iluminado completamente nuestro entendimiento? Llámase este guía sentido común, especie de filosofía espontánea, desconocida de sí misma, niña y torpe todavía e incapaz de dirigirse, si no hubiera una Providencia que la llevara con andadores.» (Nieto [Matías Nieto Serrano, 1813-1902], “Patología general. Del empirismo y del racionalismo en medicina”, Gaceta Médica. Periódico de Medicina, Cirugía, Farmacia y Ciencias auxiliares, Madrid, 30 enero 1853, año IX, número 3, pág. 18.)

1884 «Una ocurrencia feliz de Juan Bautista Vico (3. De la metafísica poética. Edición de sus obras, tomo 5.°, pág. 189. Milán, 1876) pudo haber fijado la interpretación mítica separándola de los sistemas rutinarios. Vio él en el instinto d’animazione, como le llama, el instinto que personifica los fenómenos o movimientos de la naturaleza, suponiendo por todas partes como causa determinante una acción casi humana. El hombre tiene una especie de filosofía espontánea que le lleva a ver en sí mismo la regla del universo. Así, la mitología es para Vico una creación de la sabiduría poética que tuvo principio, no en una metafísica razonada y abstracta, sino sentida e imaginada.» (Estanislao Sánchez Calvo, Los nombres de los dioses, Imprenta de Enrique de la Riva, Madrid 1884, pág. 182.)

1892 «Gnómica (Filosofía): Fil. Es la forma antigua de la Filosofía entre los griegos. Representa por lo común la generalización de las observaciones usuales de la vida, procurando señalar reglas o norma de conducta. Especie de Filosofía espontánea, hija de las percepciones directas, que sugiere el espectáculo del mundo, ofrece siempre el interés (no sólo de curiosidad) de mostrar un primer intento de sistematización del saber. Aforismos, proverbios nutridos de un recto y sano sentido, consejos y preceptos para guiar la conducta son el contenido propio de la Filosofia gnómica como expresión elemental y primitiva del sentido moral o sabiduría práctica.» (Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano, Montaner y Simón, Barcelona 1892, tomo noveno, pág. 519.)

1902 «Tal es el riesgo que corren cuantos se meten a construir, con mayor o menor fortuna, vocablos vascongados expresivos de ideas de que el pueblo que habla vascuence como lengua única o casi única, carece. En la composición y derivación de un vocablo va implícita una comprensión dada de la idea que él expresa, va implícita una cierta filosofía; y esa filosofía reflexiva y conciente, ¿es acaso la filosofía espontánea e inconciente que pondría en juego el pueblo mismo para crearse sus vocablos? Porque no todos los pueblos llegan a una misma idea por el mismo camino. Y así ocurre que no pocos de los terminachos que siguen inventando algunos de mis paisanos están forjados latina o escolásticamente, aunque con raíces y sufijos vascos.» (Miguel de Unamuno, “La cuestión del vascuence”, La Lectura, revista de ciencias y de artes, Madrid, septiembre 1902, año II, número 21, pág. 158.)

1903 «Vimos, que mejor que un caso judicial, es el último una disertación dialogada de Filosofía espontánea.» (Tomás Carreras Artau, La filosofía del derecho en el Quijote (ensayos de psicología colectiva), Gerona 1903, pág. 406.)

1912 «Juan Bautista Vico, con su profunda penetración estética en el alma de la antigüedad, vió que la filosofía espontánea del hombre era hacerse regla del universo guiado por istinto d'animazione.» (Miguel de Unamuno, “Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos”, La España Moderna (junio), en La Lectura, mayo 1912, número 137, págs. 193-194; en Del sentimiento trágico de la vida, Renacimiento, Madrid 1912, págs. 142-143.)

1913 «Ameghino, como Lamark, Lyell y Darwin, fue un naturalista filósofo; no de esa filosofía escolar, didáctica, preceptiva, que entiende hacer “filósofos” a fuerza de reglas, sino de esa filosofía espontánea, natural, fruto de una mentalidad privilegiada, que desconociendo tal vez la dialéctica, muchas veces juego capcioso de palabras; se basa se basa en una lógica sincera, libre de prejuicios, conquistando para el mundo las grandes verdades que perduran a pesar de los embates de una fraseología sofística, insubstancial.» (“Ameghino, homenaje público en el 2° aniversario de su fallecimiento” [Teatro Colón, Buenos Aires, 20 octubre 1913], Fragmento del discurso del ingeniero Santiago E. Barabino, presidente de la Sociedad Científica Argentina, Anales de la Sociedad Científica Argentina, Buenos Aires, octubre 1913, tomo 76, entrega V, pág. 356.)

1914 «La lengua popular, la lengua tal como hablábase, no se había utilizado más que en versos de gesta y en la epopeya cómica del Arcipreste de Hita. Era necesario, pues, transfundir esta sangre fresca y juvenil en las venas de la prosa, para que ésta adquiriese, definitivamente, carácter nacional y reflejase el tumulto de la vida. Los escritores posteriores al [Arcipreste] de Talavera, de esta manera lo entendieron. Y los años todos de su existir estuvieron atentos a hacer libros casi paremiológicos, pues los dotaban no sólo de un continente llano y vulgar, sino también de un contenido que tuviera muchas raíces imantadas con las raíces del pueblo, con la manera de pensar del pueblo; en fin, con esa filosofía espontánea y honda a la vez que va formando poco a poco el contexto íntimo del pueblo…» (Luciano de Taxonera [1890-1967], “Una nueva modalidad literaria”, La España Moderna, Madrid, 1 marzo 1914, año 26, tomo 303, págs. 38-39.)

1918 «Las clases populares mantienen viva y fecunda en nuestros días esa potencia de mentalidad. De esa esencia participa algo lo que llamamos la opinión pública en las ciudadanías modernas. Ajenas al intelectualismo abstracto, que sustituye con los meros conceptos de la dialéctica ideológica lo más positivo de las realidades de la vida, tienen una filosofía espontánea no menos transcendente en su manera de considerar la vida y las cosas, como una concepción armónica de los dos mundos que se compenetran en las percepciones de la conciencia humana.» (Joaquín Sánchez de Toca [1852-1942], “Qué piensa nuestro pueblo sobre la reforma de la Constitución”, El Financiero, Madrid, 22 febrero 1918, pág. 122.)

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1999 Diccionario filosófico: “Filosofía espontánea de los científicos”.

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2023 «El fundamentalismo científico es un ingrediente ideológico frecuente en la filosofía espontánea de los científicos de nuestro tiempo y se caracteriza por un marcado monismo gnoseológico y ontológico.» (Carlos Madrid Casado, “Fundamentalismo científico”, Piezas, 2 enero 2023.)

Carlos Madrid Casado, Filosofía espontánea de los científicos (1h 17m)

Filosofía… ¿Qué filosofía?, 27 Encuentros de Filosofía, Salamanca, 16 de abril de 2023

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