Teodoro Láscaris-Comneno Micolaw 1921-2006
Filósofo nacido en España, el 27 de octubre de 1921, radicado desde 1958 en Hispanoamérica, primero como profesor de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Tunja, en Colombia, después como catedrático de la Universidad de Carabobo en Valencia de Venezuela. Continuando una tradición familiar se consideraba Emperador de Constantinopla bajo la denominación Teodoro IX Láscaris Comneno, y por tanto Gran Maestre de la Soberana e Imperial Orden de Constantino el Grande. Impulsor del sitio de lengua inglesa new-byzantium.org (registrado en Florida el 3 de julio de 1997), con auspicios de la Orden de Constantino el Grande, la Orden de Santa Helena y la Orden de San Eugenio de Trebisonda, mártir, en el centenario de su nacimiento se lee ahí: «THEODORE IX (October 27, 1921 - September 20, 2006) erudite visionary propagator of Byzantium in The Americas or New Byzantium.»
Nieto de Manuel Lascorz Serveto (1849-1906): “Ha fallecido en Zaragoza el noble español D. Manuel Lascaris, descendiente y heredero de la antigua familia imperial griega de dicho apellido. Era hombre inteligentísimo y de vasta ilustración. Descanse en paz.” (La Correspondencia de España, Madrid, 20 septiembre 1906, página 3)
Hijo del abogado Eugenio Láscaris-Comneno, nacido en Zaragoza en 1886 y bautizado como Eugenio Lascorz Labastida en la basílica del Pilar, pero que recuperó legalmente los apellidos de sus antepasados (al ser reconocido como Eugenio II, príncipe real de Grecia y Chipre, príncipe imperial de Constantinopla, príncipe de Tracia, Nicea, Macedonia y Trebisonda…, por un sector de quienes pretendían restaurar en Grecia a esos supuestos descendientes del emperador Constantino el Grande) y de Nicasia Justa Micoláu Traver (turolense de Valjunquera, quien al casarse el 17 de enero de 1920 ya había trocado su primer apellido por Micolaw, para mejor ambientar las aspiraciones familiares, por lo que sus seis hijos ya nacieron Láscaris Micolaw: Teodoro, Constantino, Juan Arcadio, Alejandro…).
Teodoro Eugenio Manuel Láscaris Micolaw –primogénito de Eugenio II, por lo que cuando heredase el imperio habría de ser Teodoro IX– nace en la calle Alfonso I, 39, tercero izquierda, de Zaragoza, el día 27 de octubre de 1921, ciudad en la que también vino al mundo el segundogénito, Constantino Juan Alejo Láscaris Micolaw (también filósofo radicado en Hispanoamérica, desde 1956 en Costa Rica, donde murió prematuramente en julio de 1979).
«La Corona de Grecia. Varios diputados griegos han expresado el propósito de ofrecer la Corona de su país al Príncipe Eugenio Lascaris, descendiente de los antiguos soberanos helenos. El Príncipe Lascaris disfruta de muchas simpatías en la nación.» (Diario de Córdoba, 28 de diciembre de 1923 [día de los Santos Inocentes], pág. 2.)
«La actual situación de Grecia. Resuelta la crisis en Grecia con la formación del Gobierno presidido por Tsaldaris, quien representa la aspiración monárquica del país, puede darse por segura una restauración que traiga consigo la vuelta al esplendoroso pasado del pueblo helénico. La Prensa se ocupa insistentemente de este problema, ya que una gran mayoría monárquica es partidaria de la restauración a favor de la antigua familia imperial bizantina de los Láscaris, representada por su último descendiente el príncipe Eugenio, verdadero ídolo de los patriotas griegos. Ya en 1924 la candidatura del príncipe Eugenio fue acogida excelentemente, aunque el plebiscito forzado que dio entonces la victoria a la República hizo imposible el triunfo de aquel ideal.» (El Día, Alicante, 31 marzo 1933, pág. 4.)
«Primera comunión de dos príncipes griegos. El día de la Ascensión, hicieron su primera comunión, en la iglesia del colegio del Sagrado Corazón de Jesús, de Zaragoza, los dos hermanos Alejandro y Juan Arcadio Lascaris Micolaw, principes de origen griego, pero nacidos en Zaragoza.» (La Vanguardia, Barcelona, 19 mayo 1934, pág. 18.)
«El 26 de marzo de 1936 Eugenio cumplió medio siglo de vida. Decano del Colegio de Procuradores de Zaragoza desde comienzos del año 1933, hombre respetado en su ciudad y, sin duda, conocido fuera de ella, consorte en un queremos suponer feliz matrimonio y padre de seis hijos de entre tres (Sofía) y catorce años de edad (Teodoro), la coronación en noviembre de 1935 de Jorge II como rey de los griegos supuso un profundo contratiempo a sus pretensiones imperiales. Sin embargo y pese a los desaires con los que la fortuna lo había despachado, Eugenio mantuvo en alto su proyecto vital, su Gran Causa en pos de la restauración de la Casa de Láscaris en el trono de Grecia. Un anhelo que si no veía cumplido en su persona, confiaba que lo fuese en la de sus descendientes.» (Carlos Sancho Domingo, Eugenio Láscaris-Comneno (1886-1962): un procurador zaragozano pretendiente al trono de Grecia, Universidad de Zaragoza, 2015, pág. 85.)
«Un príncipe griego en las filas del requeté. Zaragoza. Desde los primeros días figura alistado en los Requetés de esta provincia el príncipe Eugenio de Láscaris, pretendiente al trono de Grecia.» (El Diario Palentino, 12 agosto 1936, pág. 4.)
«El príncipe Eugenio y el Generalísimo. El príncipe Eugenio de Grecia, tan identificado con nuestro glorioso Movimiento nacional desde el mismo día en que se inició y profundo admirador de nuestra querida España por la que siente sus mayores fervores, ha dirigido al Generalísimo el siguiente telegrama: “Excelencia Generalísimo don Francisco Franco. Salamanca. Al comenzar segundo año Era Triunfal gloriosa Reconquista Española, felicito a Vuecencia efusivamente en nombre verdadero Pueblo Heleno que me honro en representar, reiterándole adhesión personal inquebrantable. ¡Arriba España! El Príncipe Eugenio Láscaris-Comneno, Duque de Atenas y de Lepanto.”
A este telegrama el Generalísimo ha contestado con el siguiente: “Salamanca. A Su Alteza Imperial y Real el Príncipe Eugenio Láscaris-Comneno, Duque de Atenas y de Lepanto. Zaragoza. Teniente Coronel Ayudante del Generalísimo. Su Excelencia el Generalísimo agradece su telegrama adhesión con motivo aniversario glorioso Movimiento Nacional y le envía su saludo.”
En idéntico sentido de cariñoso agradecimiento ha contestado nuestro insigne Caudillo a otros dos telegramas enviados también por la augusta esposa del príncipe Eugenio y por su hijo primogénito el príncipe Teodoro, Diádoco de Grecia, que dicen así:
“Excelentísimo señor don Francisco Franco, Generalísimo de los Ejércitos españoles. Salamanca. Ruégole acepte sincera felicitación entrada segundo año Era Triunfal de esta epopéyica lucha española, digno parangón guerra Independencia Helénica contra bárbara tiranía turca. ¡Arriba España! La Princesa Nicasia de Láscaris-Comneno, Duquesa de Atenas y de Lepanto.”
“A Su Excelencia el Generalísimo Franco. Salamanca. Grecia admira a su hermana España en estos momentos históricos transcendentales para su vida y por mi conducto la juventud helénica saluda a vuecencia y a la juventud española tan noble y tan heroica, y les felicita comienzo segundo año Era Triunfal que Dios quiera sea de victoria ya definitiva. ¡Arriba España! El Príncipe Teodoro Láscaris-Comneno Príncipe de Tracia y de Nicea. Duque de Esparta.” (El Día de Palencia, 2 agosto 1937, pág. 2.)
Asiste en junio de 1946 como invitado, en calidad de doctor en Filosofía, al XIX Congreso Mundial de Pax Romana: «Teodoro Láscaris Comneno, Dr. en Filosofía. Relatores, 13.»
«De arte. La Exposición Gallart. A petición del público se aplaza hasta el día 7 de junio la clausura de la Exposición de figura y retratos que el ilustre pintor de Cámara de S. A. I. y R. el Príncipe don Eugenio Láscaris Comneno, duque de Atenas, presenta en Galerías de Arte de Artesanía Española, Avenida Generalísimo Franco, 419.» (La Vanguardia Española, Barcelona, 29 de mayo de 1948, pág. 7.)
«Dos Órdenes de Caballería tienen su sede en Madrid. Dos Órdenes de Caballería existen alctualmente en el mundo, cuyos Grandes Maestres tienen hoy su sede en Madrid: la de Constantino el Grande y de los Wendos y la de San Lázaro de Jerusalén. De la primera es Gran Maestre soberano don Eugenio Lascaris Comneno y de la segunda el Príncipe Gran Maestre don Francisco de Borbón y de la Torre, duque de Sevilla. Los dos han prestado sus servicios en el Ejército español, el primero como auditor del Cuerpo Jurídico y el segundo como teniente general. El primero es descendiente directo de la dinastía suavia Lascaris Comneno que reinó en el Imperio Romano de Bizancio y el segundo está a la cabeza de la rama segunda de la de Borbón. […] La Soberana Orden Imperial de Constantino el Grande y de la Corona de los Wendos, fue fundada como “milicia de los Caballeros Laureados Constantinianos y Heraclianos” en el año 312, por el emperador de los romanos Cayo Flavio Valerio Constantino, dicho el Grande, con ocasión de su señalada victoria sobre Majencio, usurpador de la dignidad imperial, en la que, según la tradición se le apareció una cruz en el cielo, oyendo al mismo tiempo las palabras ultraterrenas “en toyto nika” (“in hoc signo vinces”). […] Esta Orden tiene diversas lenguas que comprenden naciones en las que se habla un mismo idioma, a cuyo frente existe un Gran Maestre designado por el Gran Maestre Soberano. Los Caballeros profesos de la Orden se hallan sometidos a la ley monacal de San Basilio el Grande y militan bajo el amparo de San Jorge de Capadocia. Existe una Lengua luso-hispanoamericana. El fin principal es la defensa de la Santa Fe de Cristo y mantener la doctrina histórico-filosófica de la unidad de la cultura romano-bizantina. Acata la autoridad suprema de la Santa Sede, la insignia de la Orden es la Cruz Constantiniana purpúrea trifoliada, filateada de oro, cargada del anagrama de Cristo de oro.» (Imperio, Zamora, 8 de julio de 1950, pág. 3.)
Doctor en Derecho por la Universidad de Madrid, con la tesis Donoso Cortés ante el mundo eslavo (330 hojas, T1097), defendida en 1951.
El 23 de abril de 1953 el diario ABC de Madrid afirmaba en un editorial (“Falsas órdenes de caballería y falsos títulos nobiliarios”) que «son tambien citadas como falsas […] la 'Orden de la Corona de Espinas', de la que es gran maestre un tal Walker, que se intitula 'Príncipe abad de San Luis', la 'del Temple', la 'Constantiniana Lascaris', la de 'San Juan de Acre', la del 'León de la Cruz Negra'…». Haciendo uso del derecho de rectificación, aparecieron en el ABC del primero de mayo dos cartas de aclaración y rectificación, una de ellas firmada por Eugenio Láscaris Comneno, encabezada en inglés: “Sovereign and Imperial Order of Constantine the Great. Madrid, 24 de abril de 1953…”, que decía:
«La Orden de Constantino el Grande, siguiendo su secular denominación, se califica de Soberana e Imperial. Imperial, pues su arraigo lo tuvo en el otro tiempo glorioso Imperio de Constantinopla, y Soberana por su extensión universal, no ser nacional, y por la calidad titular de sus grandes maestres. […] Tal palabra de Soberana para la Orden de Constantino el Grande es puramente simbólica, ideal o espiritual, sin que tenga materialidad. Como, por ejemplo, a algunas ciudades se las califica de “inmortales” y sabido por todos es que ninguna lo puede ser, y no por ello se atenta contra ninguna ley divina.»
Pero, a principios de 1954, Hidalguía, la revista de genealogía, nobleza y armas, publicaba en su nº 4 (enero-marzo) un largo y demoledor artículo de José María de Palacio y de Palacio (médico, nacido en 1915, Caballero de la Orden de Malta, III marqués de Villarreal de Álava, casado en 1945 con María Sacramento de Oriol y Urquijo): “Las falsas Órdenes de Caballería. Reflexiones en torno de un Porfyrogénito y Emperador de Byzancio de… vía estrecha, Gran Maestre de la ‘Soberana Orden Imperial de Constantino el Grande y de la Corona Real Eslava de los Wendos’ (El curioso caso del doctor Lascorz)” (págs. 73-97); y como la revista «se ha creído en el deber, antes de publicarlo, de celebrar una entrevista con la familia Láscaris, y efectuada aquélla con D. Teodoro, D. Constantino y D. Juan, y de acuerdo con los mismos, se inserta, como criterio y razonamiento personal de dichos señores ante aquella genealogía, la tradición familiar sobre la existencia física de un Alexios Manouil Láscaris, venido de Grecia, hijo de Andrónikos, y de otro coetáneo suyo, Manuel Lascorz y Serveto, hijo de Victorián y nacido en Plan (Huesca)», añadió de seguido otro artículo firmado “Por el Príncipe Teodoro Láscaris Comneno”: “La familia imperial Láscaris desde el siglo XVIII hasta principios del XX” (págs. 97-101).
Los Láscaris trasladaron la discusión a la prensa diaria y, en el diario Informaciones de Madrid del 13 de marzo de 1954, apareció una entrevista de Josefina Carabias con Teodoro: “Una discusión bizantina: el príncipe Eugenio de Láscaris, pretendiente legítimo al trono de Grecia. Su hijo, el príncipe Teodoro, responde a la Revista Hidalguía, que acusa a su padre de falsario”. Informaciones publicó el 3 de abril una larga carta al director del marqués de Villarreal, respondida por otra carta firmada por “El príncipe Teodoro Láscaris, Doctor en Derecho”, que apareció en el Informaciones de primero de mayo: “el marqués de Villarreal de Álava es nuestro enconado perseguidor. Ya es antigua, de varios años, su campaña.” El 15 de mayo el diario Informaciones anunciaba que daba por terminada esa polémica publicando unas “Aclaraciones del marqués de Villarreal de Álava a don Teodoro Láscaris”.
Como era de esperar el nº 5 de Hidalguía (abril-junio 1954) recopiló esa “Polémica sobre las falsas Órdenes. La crisis de una familia imperial” (págs. 261-276), ofreciendo los textos completos de las cartas del marqués respecto de las versiones publicadas en Informaciones y con una nota de la dirección de la revista, en la que toma partido contra “la fantasía cancilleresca y emotiva del último documento aportado por los Sres. Láscaris”, dando también por “finalizado en este número de Hidalguía el asunto de los ‘Láscaris’ españoles”.
Pero en su nº 6 (julio-septiembre 1954), además de ofrecer Hidalguía los resultados de una encuesta entre sus lectores (“La campaña contra las Ordenes no reconocidas por el Vaticano la aprueban 561, la consideran muy dura 14 y la tienen por desacertada 7”), insertó “como final de la polémica entre nuestro colaborador señor Marqués de Villarreal y los señores Láscaris” un “Informe del Instituto Internacional de Genealogía y Heráldica sobre la polémica en relación a los señores Láscaris” (págs. 441-448). En efecto, el 18 de junio de 1954 seis de los siete miembros (no firmó el documento, pero públicamente se expresó también contra los Láscaris su antiguo amigo, José María Lacarra Miguel, decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza y correspondiente de la Historia en Zaragoza) de la comisión nombrada al efecto por el Instituto Internacional de Genealogía y Heráldica (presidida por Miguel Gómez del Campillo, académico de la Historia, e integrada, además de Lacarra, por los genealogistas Manrique Mariscal de Gante, magistrado del Tribunal Supremo; Florentino Zamora Lucas, archivero; Félix Val Latierro, archivero y perito calígrafo; Miguel de Codes, arquitecto; y Faustino Menéndez Pidal, ingeniero de caminos), resolvieron “que el verdadero apellido de los antepasados de don Eugenio Láscaris es el aragonés Lascorz”. Esta resolución fue aireada por los responsables de Hidalguía, que incluso lograron que fuera reproducida por la brasileña Revista Genealógica Latina (1956, vol. 8, págs. 273-279). Estos varapalos a las pretensiones familiares de los Láscaris-Comneno facilitó, en buena medida, que los desairados príncipes filósofos, hijos del pretendiente Eugenio II, se acabaran radicando fuera de España.
«Exposición del libro brasileño. Esta tarde fue inaugurada en la Biblioteca Nacional la exposición del libro de autores brasileños, organizada por doña Carmen Dolores Barbosa, y que comprende más de tres mil volúmenes. Al acto de inauguración asistieron el ministro de Educación Nacional, señor Ruiz Giménez; el director de Archivos y Bibliotecas, señor Sintes Obrador; el director del Instituto de Cultura Hispánica, señor Sánchez Bella; el encargado de Negocios del Brasil, don Paulo Pinto da Silva; el ministro de aquel país, don Licurgo Costa; el novelista brasileño don Mario Bonato y el príncipe don Teodoro Lascaris Conmeno.» (La Vanguardia Española, Barcelona, 29 de mayo de 1955, pág. 7.)
El primero de junio de 1962 se muere Eugenio II, heredando Teodoro Láscaris-Comneno el imperio bizantino como Teodoro IX.
«En cualquier caso y atendiendo a un criterio meramente cronológico, tras la muerte de Eugenio la primera obra que trató su figura fue un Estudio histórico jurídico de las Órdenes Caballerescas Independientes, redactado hacia 1970 por su hijo Teodoro desde el otro lado del Atlántico. Es éste un trabajo nacido del interés del autor por las órdenes militares y religiosas que no era sino continuación del que por esas había mantenido su padre. En verdad, Teodoro, además de dedicarse a una carrera docente e investigadora en el campo de la filosofía, la educación, el derecho y la historia, sólo de manera tangencial publicó sobre el legitimismo familiar en su vertiente más política, esto es, en tanto que reclamación de derechos hereditarios al trono de Grecia, prefiriendo dedicar su tiempo a cuestiones más vinculadas con el mantenimiento y defensa de las ordenes de Constantino el Grande y la de Santa Helena.» (Carlos Sancho Domingo, Eugenio Láscaris-Comneno (1886-1962): un procurador zaragozano pretendiente al trono de Grecia, Universidad de Zaragoza, 2015, pág. 18.)
En 1975 nace el primogénito de Teodoro Láscaris, Eugenio Láscaris-Comneno Torres, futuro Eugenio III.
En 1979 participa Teodoro Láscaris en el 16 Congreso de Filósofos Jóvenes (Imagen, símbolo, realidad), celebrado en Sevilla. España.
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2015 «Teodoro estudio Derecho en la Universidad de Madrid, en cuya Facultad de Derecho ejerció como ayudante de clases prácticas entre los años 1946 y 1951 y en la que en 1952 obtuvo su doctorado. Como en el caso de su hermano Constantino, la inestable situación laboral y el cada vez más enrarecido ambiente que a partir de 1953 rodeaba a la familia, hicieron que Teodoro aceptase la oferta del embajador de Colombia en España para marchar como profesor a la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, con sede en Tunja. Una salida sobre la que Teodoro diría muchos años más tarde: “Al utilizar la valija diplomática, no me pudieron impedir la salida. Era necesaria en esa época a los españoles una Visa especial de Salida de la Dirección General de Seguridad. Pronto enviaron de embajador de España en Bogotá a un antiguo amigo, Alfredo Sánchez Bella, que luego fue ministro. Me dijo que prohibía la Orden de mi padre en Colombia, pues esa era la disposición de su gobierno. A lo que le repliqué: ‘Alfredo, Colombia no es la España totalitaria, en la que nadie tiene derecho alguno, es una República democrática, en la que se respetan los derechos de expresión, de opinión y de asociación’” (LÁSCARIS-COMNENO, 2014: 19). A su estadía en Colombia le seguiría un largo periplo por Estados Unidos (profesor visitante en la University of Notre Dame durante el curso académico 1963-1964), Puerto Rico (profesor visitante en la Universidad de Puerto Rico en el curso 1964-1965) y, finalmente, Venezuela, a cuya Universidad de Carabobo, Valencia, llegaría en agosto de 1965 y en la que alcanzaría amplio reconocimiento profesional. Tras nacionalizarse venezolano, en 2002 recuperó la nacionalidad española (según nota marginal de su inscripción de nacimiento). Falleció en la Valencia venezolana en el año 2006. Para su etapa como ayudante de prácticas en la Central de Madrid, AUCM, P-565,39. Para el resto (ABRIL, 2014: 10-11).» (Carlos Sancho Domingo, Eugenio Láscaris-Comneno (1886-1962): un procurador zaragozano pretendiente al trono de Grecia, Universidad de Zaragoza, 2015, pág. 95.)
2020 «Teodoro Láscaris. Teodoro Láscaris Comneno (Zaragoza, España, 1921-Valencia la de Venezuela, 2006) fue uno de nuestros ciudadanos universales más simpáticos. Doctor en Derecho, filósofo, ensayista y docente universitario, Láscaris impartió verdadera cátedra amable de Filosofía en nuestra Universidad de Carabobo [de donde se jubiló]. Antes había ejercido la docencia en universidades españolas, norteamericanas y colombianas. En nuestro país publicó, entre otros títulos de ensayo, Introducción al filosofar y filosofía griega (Universidad de Carabobo, 1975), Filosofía de la educación venezolana (Universidad de Carabobo, 1989) y Caracterología y política en Baltasar Gracián (Centro de Estudios Literarios “Manuel Jesús Meléndez”, Carora, 2007). Para nuestro profesor, “La Filosofía es EL CONOCIMIENTO QUE LA RAZÓN HUMANA RECLAMA DE MODO INMEDIATO Y NATURAL”, lo cual desdice la arrogancia academicista y la sumisión a un discurso acomodaticio a las modas intelectuales y los poderes fácticos del momento. El conocimiento es vivencia trascendental y transparente del SER en el DECIR y el SABER.
Heredero de la corona de Grecia. Heredero de la corona de Grecia por rama bizantina, el principado de Teodoro Láscaris en el destierro se caracterizó, paradójicamente, por una silenciosa pero maravillosa humildad. Vivió mucho tiempo en las Residencias Los Sauces, Avenida Bolívar Norte de Valencia, luego en otro edificio en la Urbanización Los Mangos, como cualquier parroquiano más. Más de una vez nos lo topábamos en el desaparecido Kiosco “Hawai”, donde diariamente adquiría decenas de diarios y revistas de aquí y de allá. Junto con Alexis Díaz lo visitamos una vez en su modesto y muy personal apartamento de Los Sauces, pletórico de libros e íconos bizantinos que nos guiñaban el ojo en inédita complicidad. Era un ameno conversador ajeno a poses nobiliarias y tecnocráticas. Para Láscaris Comneno, parafraseando por partida doble al poeta Antonio Machado, “el camino se hace al andar y el pensamiento cuanto más profundo se dice claro, escueto, sencillo, preciso, como estableció Descartes, y ya había demostrado el padre de la Filosofía el divino Sócrates”. Sin duda, tenemos un príncipe ciudadano y militante de una filosofía que empalma con una poderosa Poética del Decir. Nada qué ver con las osadías suicidas y tenebrosas de filósofos tiesos, deformadas luego por la máquina propagandista del Estado hipertrofiado y apuntalado por gestores políticos de mediopelo. Acostumbraba caminar en el Parque “Negra Hipólita”, ya jubilado de la UC, todas las tardes, pues andar en circuito formaba parte de su rehabilitación de una operación del corazón. Bajito en lo físico pero gigante en lo personal, lo escoltábamos como amigos para conversar y atar el cielo y la tierra sin resentimientos coyunturales ni pataletas históricas.
Un curioso aristócrata. Era un curioso aristócrata, pues se burlaba de los conservadores a los que etiquetaba con sumo tino de “conserva-duros” [peseteros], ello en un ejercicio más cercano a la comedia enternecida que a la sátira hiriente. Nos confesó con cierta inquietud que le había rechazado al Opus Dei el rectorado de una universidad española. Una de las razones por la cual reemprendió el exilio sin amargura alguna. Saboreamos aún una divertidísima anécdota suya que nos retrotrae a Mark Twain. Cierta vez le tocó dar una conferencia en una universidad muy relacionada con el Episcopado católico de Boston. Dadas estas coordenadas, el catedrático [y príncipe con don de gente] Láscaris disertó sobre la Historia y la Cultura de América Latina. Sólo que el apostólico auditorio no le aplaudió como lo estipula el protocolo, sino que al final le increpó con rabia el haber inventado un Todo llamado América Latina. El público católico norteamericano allí convocado no concebía civilización al Sur del río Grande sino la más disoluta barbarie. [“Pues sí señor”, muletilla filosofal de Don Teodoro Láscaris C.: Qué diría Thomas Merton, por amor de Dios]. Un abrazo solidario para la familia de este muy agradable caballero: su esposa Gabriela y sus hijos Berenice, Zoe y Eugenio, donde quiera que estén. José Carlos de Nóbrega / Ciudad VLC.» (“Biografías portátiles (39): Teodoro Láscaris”, ciudadvalencia.com.ve - 13 agosto 2020.)
2021 «Teodoro Láscaris-Comneno (27 October 1921 – 20 September 2006), or just Teodoro Láscaris, was a Spanish Professor of Philosophy and the eldest son of Eugenio Láscaris, a Spanish lawyer who forged connections to the medieval Laskaris family, which had ruled the Byzantine Empire in Nicaea from 1204 to 1261. After Eugenio's death in 1962, Teodoro continued his father's pretensions, claiming to be the titular Emperor of Constantinople as Theodore IX Lascaris Comnenus, as well as the Grand Master of the Constantinian Order of Saint George. Láscaris, and several of his siblings, left Spain after the death of their father due to the numerous controversies the family had become embroiled in. Accompanied by his brothers Eugenio and Constantino, Láscaris moved across the Atlantic and worked as a teacher in Latin America, teaching at universities in Costa Rica, Venezuela and Colombia. Though he maintained the legitimacy of his father's, and his own, claims, Teodoro was more interested in researching law, history and philosophy and maintaining the orders of Constantine the Great and Saint Helene (an invented order) than he was in pressing the invented claim to the throne of the Kingdom of Greece or Constantinople. After having taught in Colombia for several years, Láscaris moved to Venezuela, where he became a professor of philosophy at the University of Carabobo. Láscaris propagated the idea that the Americas represent “New Byzantium” and the “Fourth Rome”; where Christian faith, Western thought and Greek civilization will continue to survive. After Teodoro's death in 2006, his son Eugenio (born on 10 October 1975) took the regnal name Eugene III Theodore Emmanuel Lascaris Comnenus, maintaining his family's claims.» (en.wikipedia.org/wiki/Teodoro_Láscaris - 27 octubre 2021.)
★ Bibliografía selecta de y sobre Teodoro Láscaris Comneno
1951 Donoso Cortés ante el mundo eslavo, Tesis doctoral inédita (signatura T1097) defendida en la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid en 1951, 330 páginas.
1953 Constantino y Teorodo Láscaris Comneno, “Baltasar Gracián”, Revista de Ideas Estéticas, Madrid, junio 1953, n° 42, págs. 183-202.
1954 “La familia imperial Láscaris desde el siglo XVIII hasta principios del XX”, Hidalguía, la revista de genealogía, nobleza y armas, enero-marzo 1954, n° 4, págs. 97-101.
Eduardo de Hinojosa. Político e historiador del derecho (1852-1919), Publicaciones Españolas (Temas Españoles 81), Madrid 1954 (segunda edición en 1959).
1959 “Caracteriología y política en Baltasar Gracian”, revista Cultura (Centro de Divulgación Pedagógica y Cultural de Boyaca, Colombia), Tunja 1959, 76 páginas (separata).
1963 “Los estudios sobre las fuentes e intituciones del derecho indiano”, revista Cultura, tercera época, n° 114-115 ( Tunja, enero 1963), págs. 301-325.
1970 Estudio histórico jurídico de las Órdenes Caballerescas Independientes [Universidad de Carabobo ≈ 1978 - reeditado por Berkana, Madrid 2000.]
1974 La problemática y la enseñanza de las Naciones Unidas y de la Unesco, Universidad de Carabobo (Dirección de Cultura), Valencia de Venezuela 1974, 220 páginas.
1975 Introducción al filosofar y filosofía griega, Universidad de Carabobo (Ediciones de la Dirección de Cultura), Valencia de Venezuela 1975, 158 páginas.
1977 “Identidad e inautenticidades del pensamiento filosófico latinoamericano”, trabajo presentado en el IX Congreso Interamericano de Filosofía (Caracas 20-24 junio 1977), publicado por la Sociedad Venezolana de Filosofía, La filosofía en América, Caracas 1979, tomo I.
“Análisis filosófico-histórico comparativo de las independencias culturales de Castilla, del Reino astur-leonés y de los Reinos españoles americanos de la Corona de España”, trabajo presentado en el IX Congreso Interamericano de Filosofía (Caracas 20-24 junio 1977), publicado por la Sociedad Venezolana de Filosofía, La filosofía en América, Caracas 1979, tomo I.
1978 Las filosofías de las culturas y las sociedades masivas, Universidad de Carabobo (Colección estudios de ciencias sociales), Valencia de Venezuela 1978, 110 páginas.
1998 Donoso Cortés ante el mundo eslavo, Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre (Colección 35 aniversario educación politécnica), Barquisimeto 1998, 231 páginas.
2010 Filosofía de la historia y teorías de las civilizaciones, Academia Boyacense de Historia, Tunja [Boyacá, Colombia] 2010, 210 págs.
2014 Eugenio Láscaris-Comneno Torres, El doctor Teodoro Láscaris-Comneno y su perenne legado. Homenaje a los ochos años de su fallecimiento, Salamandra, Tunja [Boyacá, Colombia] 2014, 114 páginas.