Filosofía en español 
Filosofía en español

Universidad Pontificia de Salamanca

José Ibáñez Martín, doctor honoris causa

29 de abril de 1966


El día 29 de abril de 1966 la Universidad Pontificia de Salamanca, que cumplía sus primeros veinticinco años de existencia, agradeció a José Ibáñez Martín su decisiva intervención, como Ministro de Educación Nacional, en la creación –restauración– de esa institución, acordada por el general Francisco Franco y el papa Pío XII en septiembre de 1940, en plena postguerra de la Cruzada hispana de Liberación, nombrándole Doctor Honoris Causa por la Facultad de Filosofía.

José Ibáñez Martín
De izquierda a derecha: Mauro Rubio Repullés (Obispo de Salamanca y Gran Canciller de la Universidad), Tomás G. Barberena (Rector de la Universidad Pontificia), Angel Herrera Oria (Cardenal de la Iglesia de Roma) y José Ibañez Martín, neodoctor.


Acto conmemorativo

«El día 29 de abril de 1966 se celebró: en el Aula Magna de la Universidad el solemne Acto Conmemorativo del 25 aniversario de su restauración. Fue presidido por el Emmo. Cardenal D. Angel Herrera, que tenía a su derecha al Excmo. D. Gabriel M. Garrone, Proprefecto de la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades de Estudios, y al Excmo. Sr. Nuncio de la S. S. en España, D. Antonio Riberi; y a su izquierda al Excmo. D. Mauro Rubio Repullés, Obispo de Salamanca y Gran Canciller de la Universidad, y al Dr. D. Tomás G. Barberena, Rector Magnífico de la misma.

Como asistentes de honor se contaban el Excmo. D. José García Goldáraz, Arzobispo de Valladolid, Presidente: de la Comisión Episcopal pro Universidad, los Excmos. D. Luis Almarcha, Obispo de León, D. Eduardo Martínez, Obispo de Zamora, D. Maximino Romero de Lema, Obispo Titular de Morta, Auxiliar de Madrid-Alcalá, miembros de la citada Comisión, D. Jacinto Argaya, Obispo de Mondoñedo, D. Vicente Puchol, Obispo de Santander, antiguo alumno de la Universidad; el Embajador de Portugal en España, D. Luis da Camara Pinés Coelho, Gobernadores civil, D. Enrique Otero Aenlle y militar, General D. José Souto Montenegro, Presidente de la Diputación, D. Antonio Estella; el Delegado del P. General de la Compañía de Jesús, P. Angel Tejerina, S. I., los Rectores Magníficos de las Universidades de la Iglesia de Comillas y Deusto, PP. Apolinar Morán, S. I., y Jesús M. Díaz de Acebedo, S. I., y el Rector de la Universidad Civil de Salamanca, D. Alfonso Balcells, con los catedráticos de la misma, D. Esteban Madruga y D. Manuel Serrano; el Delegado provincial de Sindicatos, D. Carlos Castillo Peña y el Secretario de la Delegación provincial de Información y Turismo, D. Ricardo Martínez Iglesias, el cuerpo de los profesores universitarios en pleno con sus Decanos al frente, revestidos con el traje académico y un ingente número de alumnos, que llenaron de juvenil optimismo los ámbitos del Aula.

Abierto el Acto, el Sr. Presidente concedió la palabra al Doctor D. Lamberto de Echeverría, antiguo alumno y actual Profesor de la Universidad.

Seguidamente se celebró la ceremonia de la Investidura de los Doctores Honoris Causa por la Universidad Pontificia a los Doctores Friedich Stegmüller, en la Facultad de Teología, Panayos Panayiotakos, en la de Derecho Canónico, y José Ibáñez Martín, en la de Filosofía y Letras. (...)

3. La investidura del Doctorado Honoris Causa por la Facultad de Filosofía y Letras al Dr. D. José Ibáñez Martín sigue el mismo venerable ceremonial.

El Dr. D. José Ibañez Martín nació el 18 de diciembre de 1897. Terminada la Cruzada hispana de Liberación fue nombrado Ministro de Educación Nacional el 9 de agosto de 1939, cargo que desempeñó hasta el 19 de julio de 1951, fecha en que fue elevado a la Presidencia del Consejo de Estado, que ostentó hasta 1958, en que le fue confiada la embajada de España en Lisboa, que todavía regenta.

Durante el período de su paso por el Ministerio de Educación Nacional creó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, cuya Presidencia conserva todavía y promulgó la Ley sobre la ordenación de las Universidades. Desde su alto puesto trabajó ejemplarmente por la restauración de los estudios eclesiásticos en Salamanca. A su entusiasmo y eficaz gestión es debida, en gran parte, la restauración de la Universidad Pontificia. La Universidad juzga solventar una deuda de gratitud al investir con el Doctorado Honoris Causa al Dr. D. José Ibáñez Martín, a quien considera como a uno de los más decididos factores de su restauración y actual pujanza.

El texto del Título, que de manos del Gran Canciller recibe el Dr. Ibáñez Martín, es éste:

pontificia vniversitas salmanticensis
eivs diligentia operaqve attente perpensis
ad ecclesiae catholicae ivra fovenda atove firmanda
variis in mvneribvs
hvic pontificiae vniversitati instavrandae
argvmentosvm adivtorem et favtorem efficacissimvm
consilii svperioris scientiis pervestigandis
fvndatorem ac praesidem
nationalis edvcationis olim ministrvm insignem
nobis magno cancellario cvm rectore atove magistris
eivsdem pont. vniversitatis salmanticensis
avctoritate pavli vi svmm. pont. feliciter regnantis
ad gvbernivm lvsitanvm pro patria legatvm
excmvm. dominvm iosephvm ibañez martin
doctorem in facvltate philosophica honoris cavsa
declarare ac renvntiare placvit
salmanticae iii kal. maias a. d. mdcccclxvi
magnvs cancellarivs
Mavrus, Ep. Salmantinus
rector magnificvs
Thomas G. Barberena

Una vez en la cátedra, a la que fue conducido por el Vicerrector de la Universidad, Dr. D. Lorenzo Turrado y el Vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras, Dr. P. Pelayo de Zamayón, O. F. M. C., el Dr. Ibáñez Martín inaugura su docencia en la Universidad Pontificia, dando lectura al siguiente fragmento del Decreto del Concilio Vaticano II sobre la Formación sacerdotal, que marca las directrices que han de guiar la renovación de los estudios filosóficos:

«Explíquense las disciplinas filosóficas de forma que los alumnos lleguen, por encima de todo, a un conocimiento sólido y coherente del hombre, del mundo y de Dios, apoyados en el patrimonio filosófico de perenne validez, teniendo también en cuenta las investigaciones filosóficas de la edad moderna, particularmente aquellas que ejercen mayor influjo en la propia nación, y los últimos progresos de la ciencia. De esta manera, con el recto conocimiento de la mentalidad de la época actual, los alumnos estarán preparados para entablar el adecuado diálogo con los hombres de su tiempo».

Seguidamente lee su lección sobre el gramático español Elio Antonio de Nebrija. (...)»

(Universidad Pontificia de Salamanca, Memoria curso académico 1965-66, Salamanca 1966, págs. 184-189.)