La phi simboliza la filosofía de tradición helénica, la ñ la lengua española Proyecto Filosofía en español
Antonio de Guevara 1480-1545

Reloj de Príncipes / Libro II

Capítulo IX
Que las mugeres preñadas, en especial las princesas y grandes señoras, deven andar muy guardadas por el peligro de las criaturas; y de muy desastrados casos que acontescieron a las mugeres preñadas de los antiguos por dexarles cumplir sus apetitos.


Una de las cosas más necessarias en el que ha de peregrinar por largas y montuosas tierras es que al principio del camino se informe muy bien del camino; porque es cosa no menos enojosa que peligrosa, que al tiempo de tomar reposo se comience de nuevo andar el camino. No me podrá ninguno negar que toda la vida humana no es sino una jornada prolixa, la qual comiença desde que nascemos y se acaba quando morimos; porque al fin al fin tener larga la vida o tener corta la vida no es sino llegar tarde o temprano a la sepultura. A mi parecer, entre todas las locuras ésta es la más suprema locura: quando a uno a su parecer le sobra consejo para otros y al parecer de todos le falta consejo para sí; porque justamente le pueden llamar loco al que llama a todos locos y tiene a sí solo por sabio. De buena razón en este caso cada uno devría estar quedo y dexar vivir en paz a su vezino; y, si tiene a sí por sabio, que no tenga a su amigo por loco, pues no ay ninguno tan prudente que no aya menester toda su prudencia, ni ay ninguno tan sabio que no aya menester toda su sabiduría; porque jamás vimos a ninguno tan viejo ni tan experimentado, a quien hiziesse mal provecho un sano y maduro consejo. E si esta necessidad ay en los viejos muy viejos, mayor la avrá en los moços muy moços, los quales tienen las carnes no secas sino verdes; la sangre no fría, sino caliente; [392] el calor no muerto, sino bivo; los bestiales movimientos no amortiguados, sino encarniçados; y de aquí viene que los moços son amadores del parecer suyo proprio y menospreciadores del parescer ageno.

A los árboles desde que son tiernos los atan para que salgan bien derechos; a los cavallos desde que son potros los enfrenan para que salgan bien enfrenados; a las aves desde el nido las toman para que sean domésticas; a los animales desde pequeños los doman para que tomen bien el andar. Quiero dezir que a los moços desde niños los han de doctrinar para que sepan después bien vivir. Aviso a los padres que tienen hijos, y amonesto a las madres que tienen hijas, que no ay remedio que remedie en nuestros hijos la inclinación mala si no es enseñándolos desde niños a tener criança buena; porque mucho peligro tiene el herido si no le toman la sangre con tiempo. Viniendo, pues, al propósito, a causa que en todas las cosas aya orden y concierto, diremos agora cómo el moço ha de ser criado; y, primero que todo, trataremos cómo se ha de poner muy gran recaudo después que el niño es engendrado y bulle en el vientre de su madre como vivo; porque las princesas y grandes señoras siempre han de vivir muy recatadas después que en las entrañas sienten las criaturas.

Escusado me sería hablar en este caso, pues soy religioso y no he sido casado, mas (por lo que he leýdo lo uno, y por lo que he oýdo lo otro) osaré tomar licencia de dezir una palabra; porque muchas vezes da mejor cuenta un sabio de una cosa que ha leýdo que no la da un simple aunque la haya experimentado. Parece esto ser verdad entre los médicos y los enfermos, do el paciente padece y sufre el mal, y pregunta al médico qué es su mal, y cómo se llama su mal, y qué remedio tiene su mal, de manera que sabe más el médico por la sciencia que no el enfermo por la experiencia. No es de negar que las princesas y grandes señoras sepan por experiencia el dessabrimiento que trae consigo el preñado, el peligro grande que ay en el parto; pero no sabrán de dó procede este daño y en qué consiste el remedio; porque muchos ay que se quexan de los hurtos y no saben quáles son los ladrones. [393]

Lo primero que a mi parecer deven las preñadas de hazer es que anden passo y con reposo, y huyan de yr ni venir corriendo; porque si tiene en poco la salud de su persona, ha de tener en mucho la vida de su criatura. Quanto el liquor es más precioso y el vaso en que está más delicado, tanto se deve más temer el peligro. Quiero dezir que la complesión de las preñadas es muy delicada y el ánima de la criatura es muy preciosa, y por esso se deve guardar con estremada guarda; porque el tesoro de todas las Indias no es igual al que la preñada trae en sus entrañas. Quando uno planta una viña, luego haze un valladar para cercarla, a fin que los animales no la pazcan estando en cierna, ni los caminantes la vendimien estando madura. Y si esto haze un labrador por coger un poco de vino, el qual al ánima y al cuerpo no todas vezes es provechoso, quánto mayor diligencia deve poner la muger preñada, la qual ha de dar cuenta al Criador de su criatura, a la Iglesia de su christiano y a su marido del fijo. A mi parecer, do la cuenta ha de ser tan estrecha en la muerte, necessario es se ponga mucha guarda en la vida; porque sabe Dios por tan menudo las cosas de nuestra vida que no avrá en aquel día quien le engañe en la cuenta. No ay paciencia que lo sufra, ni coraçón que lo dissimule, verse un hombre con lo que más desseava, que era tener a su muger preñada, y después por un pequeño antojo (el qual yva muy poco en cumplirlo) fue forçado la triste madre morir, y el innocente hijo no pudo nascer.

Quando una muger es sana y en el preñado no tiene çoçobra, digna es de mucha culpa quando por correr, o baylar, o saltar le sucede alguna desdicha, y tiene mucha razón el marido de sentir y llorar este caso; porque mucho enojo tiene el hortolano quando el árbol carga de flores en la primavera y después no lleva fruta por ocasión de una pequeña elada. No sólo es malo que las mugeres corran y salten quando están preñadas, pero es cosa ésta muy desonesta en las grandes señoras; porque a las mugeres saltadoras siempre las tienen por livianas. Deven las mugeres en general, y las princesas y grandes señoras en particular, andar assossegadas y estar muy quietas; porque el cuerpo assossegado arguye tener la persona buen seso. Naturalmente todas las mugeres dessean ser [394] honradas y auctorizadas, y en este caso hágoles saber que no ay cosa que a la muger dé mayor honra en la república que ser cauta en el hablar y ser reposada en el andar; porque impossible es la muger que tiene el andar de liviana y la lengua de maliciosa que no sea desacatada y aborrecida.

En el año ab urbe condita de quatrocientos y sesenta y seys los romanos embiaron a Curio Dentato para que hiziesse guerra al rey Pirro, el qual tenía la ciudad de Taranto y desde allí hazía mucho daño al pueblo romano; porque los romanos tenían ánimo para conquistar las tierras estrañas y no tenían paciencia si los estrangeros entravan en las suyas proprias. Este Curio Dentato fue el que al fin venció al rey Pirro, y éste fue el primero que traxo a Roma elefantes en su triumpho, y la ferocidad de aquellas bestias puso gran espanto en el pueblo romano; porque ver a los reyes cargados de hierros teníanlo en poco y ver a los elefantes atados teníanlo en mucho. Tenía este Curio Dentato una hermana sola, la qual él únicamente amava, que, como fuessen siete hermanos, los dos avían muerto en la guerra y los otros tres en una pestilencia, de manera que no le avía quedado sino la hermana sola, y a esta causa de todo su coraçón la amava; porque la muerte de los hijos regalados no es sino un despertador para los hijos desfavorecidos. Estava esta hermana de Curio Dentato casada con un cónsul romano, y estava preñada de siete meses; el día que le dieron al hermano el triumpho y acaso bayló, y dançó, y saltó tanto aquella noche del triumpho por amor del hermano, que allí luego movió un hijo. Y fue el caso tan desastrado, que la madre murió, el hijo no vivió, la fiesta del triumpho cessó y el padre del muchacho de pura tristeza súbitamente se le quitó la habla; porque el coraçón que de súbito es lastimado, de súbito pierde el sentido. Cuenta muy por extenso esta historia Tibulo, el griego, libro iii De casibus triumphi.

Passados nueve años después que fueron alançados los reyes de Roma por la fuerça que hizo Tarquino a la casta Lucrecia, criaron los romanos una dignidad que llamavan dictatura, y el dictador que este oficio tenía era sobre todos señor y monarcha; porque vieron los romanos que no se podía governar la república sino por una sola cabeça. Y a causa que el dictador [395] tenía tanta autoridad el tiempo que le durava el oficio como agora tiene el emperador, porque no se les tornassen tyranos proveyeron que no durasse aquel oficio más de seys meses del año, los quales passados elegían a otro. De verdad ésta era una cosa harto buena, conviene a saber: que fuessen semestres; porque muchas vezes de pensar los príncipes que tienen la auctoridad perpetua se descuydan mucho de administrar la justicia. El primero dictador en Roma fue Largio Mamilo, el qual fue destinado contra los volscos, que a la sazón eran los mayores enemigos que tenían los romanos; porque en tal signo se fundó Roma que siempre fue amada de pocos y aborrecida de muchos. Según dize Tito Livio, este Largio Mamilo venció a los volscos y triumphó dellos, y al fin de la guerra les destruyó una ciudad potentíssima llamada Curiola, y assimismo destruyó otras muchas fuerças y lugares en aquella provincia; porque los coraçones crueles no sólo destruyen a las personas, mas aun toman vengança de las piedras. Fue grande el daño que Largio Mamilo hizo en tierra de los volscos, y fueron muchos los hombres que mató, y infinitos los tesoros que robó, y los captivos que metió en su triunfo. Y en especial truxo por cativa a una donzella generosa y fermosa, la qual tenía en su casa para passatiempo de su persona; porque los antiguos romanos davan al pueblo todos los thesoros para las guerras y ellos llevavan todas las cosas viciosas y regaladas para sus casas. Fue el caso que, estando esta donzella preñada, Largio Mamilo llevóla a holgar a una huerta que tenía fruta temprana; y la moça, con el antojo del preñado y con ser la fruta tan temprana, comió tanto della que movió allí luego una criatura, de manera que por una parte paría y por otra revessava. Aconteció esto en los huertos de Vulcano, dos días después que triunfó Largio Mamilo, (caso lastimoso de dezir) en que el hijo que nació, y a la madre que le parió, y al que le engendró aquel mismo día fueron enterrados en una sepultura, y esto no sin muchas lágrimas de toda Roma; porque si a poder de lágrimas se comprara la vida, ninguno de los tres quedara en la sepultura.

El primero hijo de Roma que tomó armas contra su madre Roma fue Tarquino el superbo; el segundo hijo de Roma el [396] qual bolvió contra ella desde Lucania fue Quinto Marcio; el tercero hijo de Roma que vino contra ella desde Campania fue el cruel de Sila. Fueron tantos y tan grandes los daños que hizieron estos tres hijos de Roma a su madre Roma, que se tuvieron en poco los daños de las tres guerras de África; porque los enemigos aun no pudieron ver los muros de Roma y sus hijos de Roma aýna no le dexaran piedra sobre piedra. Y no es de tener en nada las casas que estos tyranos assolaron, los edificios que derrocaron, los hombres que mataron, las mugeres que forçaron, los huérfanos que fizieron; pero es de tener en mucho los vicios y viciosos que a Roma truxeron; porque no se destruye la república a causa que le faltan ricos y generosos edificios, sino porque le sobran los viciosos y le faltan los virtuosos. Destos tres romanos, el que se llamava Quinto Marcio avía sido tres veces cónsul, y una vez ditador, y quatro vezes censor, y al fin al fin fue desterrado con gran ignominia de Roma, y él por vengar esta injuria vino con gran exército contra Roma; porque el coraçón lastimado y superbo jamás tiene quieta la vida hasta que de sus enemigos toma vengança. Estando, pues, ya casi a las puertas de Roma, fue muy rogado no quisiesse destruyr a su madre Roma, y no quiso condescender a ningún ruego fasta que salió su madre y una nieta que él mucho amava, a intercessión y lágrimas de las quales perdió la yra y alçó el cerco de Roma; porque muchos coraçones más se ablandan con lágrimas piadosas que no con importunidades y razones justas. Preciávanse mucho las damas romanas de tener los cabellos largos y roxos, y de traer alta y estrecha la cintura, y como la nieta de Quinto Marcio estuviesse preñada y el día que se hazían las pazes entre su abuelo y Roma ella se apretasse mucho la cintura por parecer hermosa, fue ocasión que malparió una criatura. Fue el caso tan triste y tan desdichado que, en naciendo la criatura muerta, luego la madre perdió la vida; y, en perdiendo la madre la vida, súbitamente se cayó muerta el abuela, a cuya ocasión todo el regozijo y plazer se tornó en tristeza; porque costumbre es ya muy antigua quando el mundo está en mayor regozijo, la fortuna venir con un sobresalto. Son auctores desto Tibulo y Porfirio, ambos auctores griegos. [397]


{Antonio de Guevara (1480-1545), Relox de Príncipes (1529). Versión de Emilio Blanco publicada por la Biblioteca Castro de la Fundación José Antonio de Castro: Obras Completas de Fray Antonio de Guevara, tomo II, páginas 1-943, Madrid 1994, ISBN 84-7506-415-9.}

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Antonio de Guevara
La versión del Libro áureo de Marco Aurelio, preparada por Emilio Blanco, ha sido publicada en papel en 1994 por la Biblioteca Castro, y se utiliza con autorización expresa de su editor y propietario, la Fundación José Antonio de Castro (Alcalá 109 / 28009 Madrid / Tel 914 310 043 / Fax 914 358 362).
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