Filosofía en español 
Filosofía en español


José Téllez Moreno

Diálogo sevillano


–¡Buenos días jardinerita!…

–¡No sea usté guasón!

–Lo que meno é pensao ha sio ofenderla, dulce gitana… ¿Recibió usté la cartita de Refrigencio la Muela?

–Qué gracia… sí, sí, señó.

–Lo selebro. Se habrá enterao de su contenío, ¿eh?… ¿Qué le párese la letra?

–La letra parese propiamente que la ha echo la mano de un alhondiguero antiguo; ahora… lo que quié desí, me agradó en el primer momento, pero en el segundo…

–¡Morenilla salá!… No se detenga usté que pone mi alma debajo de la ruea de una máquina de espanchurrar.

–¿Pero esa jindama vié de lo que ha dicho serviora? Si ya no recuerdo… ¡já… já…! ¿Quié haser e favó de leerme la cartita y la oiré una ve más.

–No necesito originá. Ahora mismito se la va a leer mi corasón mejor toavía que mirando el papelillo. ¡Atiende lucerillo!… Ende el preciso momento que la ví y la contemplé, mis ojitos la siguieron hasta que perdí su silueta seductora. ¡Ende entonse la camelo! Esto es tó. La camelo por su cara gitana, por obedeser a mi corason y porque es usté la única andalusa que se merese mi querer. ¿Lo ha oío, flor sonrosá?…

–Con que le dise su corazón que me camele, ¿eh?… Vamo a otra cosa, que ahí no está tó. Soy caprichosa pa elejir novio. ¿Qué profesión ejerse usté?

–Toito los días hago un par de zapatos y… despacho alguna que otra composturilla…

–¡Jesú! sapatero y… ¡remendón! No lo pueo remediá. Los sastres y los sapateros me aterran.

¡Malhaya sea la hora en que fundaron al primé sastre. Y al primé sapatero! Miste:

Una ve fui con mi pare a comprar unos sapatos, y al sentarme en una banqueta, que en la sapatería había, me clavé en… –¡Jesú que horror!– una puíta que paresía un chinche remachucao, ¡Hay!…

–Sin tener novio que es lo más grasioso– me hizo verle en las astas de un Miura. ¡Jesú que petenera me bailé! Y si son los sastres, no digo na… Hase años mi pare fue a casa de uno y, al sentarse, le paresióle verse emprensao. ¡Así es, que toitos me son antipáticos!

–¡Me descuartisa el corazón y me achicharra el alma oírla hablar desa manera! Si la ofende mi presensia y sí de vera me maldise, reprenda usté a sus ojitos, que me han sedusio. ¡La amo, la camelo y la adoro, tanto como a mi mare!

–¡Jesú que momentáneo es usté y que pavo más sonrojao tié!… Miste, va oír de mis labios lo que no pueo callar. Cuando se asercó a mi verita, resibí una alegría tan inmensa, que no pude meno de hablar en broma, pero me sentí conmovió con tanta fló.

–Si usté me camela, yo… la adoro. Eso del sapatero y del sastre ha sío una broma con la cual é glorificao el juramento de nuestro amore.

–¡Na má!

–¡Na má!

–¡Bendita sea tanta hierba buena como la mare de usté echó a este mundo en su cuerpesillo!

¡Viva Andalucía,… linda jitana!…

José Téllez Moreno.

Almería 5 3 09.