Filosofía en español 
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La cuestión del cinematógrafo y la de la moral de la calle

[ Fray Francisco de Barbéns O.M.Cap. ]

Contestación al cuestionario sobre la moral del Cinematógrafo

El cinematógrafo actual es inmoral, es antiestético, es degradante y es disolvente del verdadero espíritu social. Lo prueba el más sencillo análisis de las películas que se representan, salvo las puramente de información. Niños y jóvenes inocentes son los espectadores asiduos de las mayores malicias. El exceso de cinematógrafo atrofia la inteligencia, pervierte la voluntad, da la dirección de toda la vida psicológica a la imaginación y al sentimiento, extrema la intervención de la sensibilidad emotiva en la vida moral, y crea hábitos y costumbres contrarios absolutamente al espíritu cristiano. Temibles trastornos psico-físicos son las consecuencias nada satisfactorias que preparan para el porvenir de su persona o de su familia un gran número de los que frecuentan el cine inmoral.

El cinematógrafo debería ser una escuela de artes, ciencias y costumbres, tiene una misión importantísima en la sociedad contemporánea. Puede obrar grandes transformaciones sociales. Su misión pedagógica principal debe ser educar la imaginación dándole una orientación artística y práctica. Los objetos y las formas más convenientes del cinematógrafo deben ser todas las que mantengan alto el prestigio de la verdadera Estética, y lo noble, heroico y elevado de la vida humana. Hay que tener en cuenta especialmente la guerra poderosa del contagio, o sea de la influencia moral, de la sugestión de las ideas, la fuerza irresistible de la imitación, para que pueda ser aprovechada para el Bien.

P. Francisco de Barbens

Síntesis del artículo “Los problemas pedagógico y moral del cine”, publicado en la Revista de Estudios Franciscanos y que reproduciremos íntegramente en otra ocasión.