Filosofía en español 
Filosofía en español


Frigdiano Álvaro Durántez Prados

Angola y España, Iberoáfrica

«Angola representa al principal país de la iberofonía continental como mayor nación africana de lengua portuguesa (los otros países iberohablantes de África son Cabo Verde, Guinea-Bisáu, Guinea Ecuatorial, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe). Esta condición le aporta un elemento diferenciador en África que vincula a Angola a una treintena de países hispanohablantes y lusófonos de todos los continentes, cerca de 900 millones de personas en todo el mundo.»


El reciente 11 de noviembre se han cumplido cuarenta y ocho años de la independencia de Angola, el mayor país de lengua oficial ibérica –portuguesa– del continente africano. Es un aniversario significativo, tanto para el gran país africano como para sus relaciones con España, una de las primeras naciones del mundo en reconocer su independencia a partir de 1976. Desde aquel año, las relaciones hispano-angoleñas han evolucionado hasta alcanzar en el momento actual un desarrollo y un potencial que superan con mucho la dinámica del tradicional marco bilateral para proyectarse más allá en la posibilidad de impulsar juntos la articulación de un gran espacio multinacional de países de lenguas española y portuguesa de todos los continentes, lo que se viene denominando el «mundo de la Iberofonía».

Angola es un país central en África, y no sólo en un sentido geográfico. Su posición estratégica, su acción diplomática, su dimensión territorial, su creciente peso demográfico y económico, su singularidad cultural y, en definitiva, su importancia objetiva en el contexto continental es una realidad que no pasa desapercibida en los centros de estudios internacionales ni en los ministerios de los países con intereses en esa parte del planeta. Angola es una auténtica referencia en África subsahariana y en sus distintos foros de integración, cooperación y concertación, como la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) y la Comunidad Económica de los Estados de África Central (Ceeac), grupos de los que forma parte de manera simultánea constituyendo verdaderamente una suerte de punto de convergencia entre ambos, lo que equivale también a decir punto de convergencia de las dos terceras partes de África al sur del Sahara.

Es un país esencial de la Unión Africana, que ha distinguido al actual presidente angoleño, João Lourenço, con el título de ‘Campeón de la Paz’ por su labor en la Conferencia sobre la crisis de los Grandes Lagos. Angola albergó en diciembre de 2022 la décima cumbre de los países ACP –África, Caribe y Pacífico–, que reunió a setenta y nueve naciones del llamado ‘Sur Global’ que buscan afrontar sus desafíos en el mundo interdependiente de nuestros días.

En este contexto, Angola representa también un punto de equilibrio entre los dos gigantes africanos, la meridional República de África del Sur –tecnológicamente desarrollada, con modernas infraestructuras y fuertes lazos con varias potencias occidentales y mundiales– y la ecuatorial Nigeria, una potencia petrolífera superpoblada que sufre la fractura civilizacional entre el islam y el universo bantú. Angola, sin los rubros ni las características que definen a cada una de estas dos naciones, asume sin embargo una posición sólida y con liderazgo en todo el amplio espacio intermedio y en el golfo de Guinea como país que ha alcanzado la madurez superando las más duras pruebas después de cuarenta años de guerra –primero colonial, luego civil– y de veinte años de difícil reconstrucción.

Durante todo este tiempo Angola y España han edificado unas relaciones basadas en el respeto y en el interés mutuo, sin el menoscabo que a menudo provocan las herencias coloniales y con el aprovechamiento inteligente de la afinidad lingüística. No es de extrañar, por tanto, que los servicios exteriores de ambos países identificasen la oportunidad que de manera natural se les ofrecía para establecer un marco de cooperación bilateral en el que los dos Estados se definen recíprocamente como socios estratégicos y prioritarios respectivos en Europa y África. Y esto se traduce hoy en hechos y en proyectos. Hablamos de diversificación de la economía y mejora de infraestructuras en sectores clave para Angola como el transporte, la ingeniería, la energía, los recursos hídricos, la industrialización o la transformación digital.

Pero hablamos asimismo de lengua, cultura y educación. Y esto enlaza con la siguiente cuestión, porque Angola es también el principal punto de equilibrio entre la anglofonía y la francofonía en África (ésta en claro descrédito en ciertas zonas del continente), un equilibrio que lo es cultural y lingüístico, pero también geográfico, estratégico y económico. Efectivamente, Angola representa al principal país de la iberofonía continental como mayor nación africana de lengua portuguesa (los otros países iberohablantes de África son Cabo Verde, Guinea-Bisáu, Guinea Ecuatorial, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe). Esta condición le aporta un elemento diferenciador en África que vincula a Angola a una treintena de países hispanohablantes y lusófonos de todos los continentes, cerca de 900 millones de personas en todo el mundo, más de la décima parte de la población mundial y, grosso modo, la quinta parte de la superficie de la Tierra: la Iberofonía, la suma de la Comunidad Iberoamericana y la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa.

El 28 de septiembre de 2021, hace poco más de dos años, el presidente de la República de Angola visitó oficialmente el Reino de España y afirmó que nuestro país había sido considerado socio estratégico de Angola en Europa; por su parte, el Rey Felipe, anfitrión del mandatario africano, señalaba en su discurso en el Palacio Real que «España recibe siempre a los angoleños como parte del mundo de la Iberofonía a la que Angola pertenece y en la que nos insertamos todos los que hablamos español y portugués». Seis días después, el 5 de octubre, en la provincia angoleña de Bié, en el centro del país, se inauguraba una universidad española –la Universidad Internacional de Cuanza, UNIC, de la Red de la Fundación Universitaria Iberoamericana– con una clara filosofía centrada en la Iberofonía y en la que el idioma español ya tiene, junto al portugués oficial en ese Estado, una posición especialmente relevante. Dos días más tarde se celebró el Primer Encuentro de Ministros de Justicia de los Países de Habla Española y Portuguesa de todos los continentes, una jornada que posiblemente pasará a la posteridad como el primer acto oficial panibérico de la historia. Y en febrero de este mismo año ha tenido lugar la primera visita de Estado de los Reyes de España a un país subsahariano, precisamente a Angola, el mayor país de lo que podríamos denominar Iberoáfrica. No es casualidad.

Frigdiano Álvaro Durántez Prados es director de la Cátedra Funiber de Estudios Iberoamericanos y de la Iberofonía y profesor de la Univ. Europea del Atlántico.