“Caras y Caretas” en Europa
Películas del natural
Visitamos el Instituto Iberoamericano de Berlín.
Larga entrevista con su eminente director, el ex ministro Boelitz
(De nuestro enviado especial Eduardo Carrasquilla Mallarino)
Sello especial de la biblioteca Ernesto Quesada
Berlín aspira, con abundantes e incontradecibles razones, a ser una capital mundial, un centro a donde converjan los valores internacionales del progreso y de la cultura. Pero no se limita al deseo romántico, con ser país donde nació el romanticismo… Suscita los hechos que son los verdaderos confirmadores de las grandes ideas. Es así como las realizaciones son casi siempre especialidades alemanas.
No es sorprendente, por eso, ver que se hace acción la idea lanzada hace algunos años, de substantivar la amistad adjetiva con los países iberoamericanos mediante la apertura y la organización de una entidad cultural.
La idea pasó a la acción, y, dentro de breve plazo, se elevará a realidad feliz.
Ello es una constancia que puede enorgullecer legítimamente a los hombres que, tanto en Alemania como en las naciones americoibéricas, comprendieron que el camino del mutuo conocimiento fue siempre el de la amistad, y éste el de la paz sincera.
De tal suerte, comentar que el próximo pasado 12 de Octubre, Día de la Raza, fue inaugurado aquí en Berlín, en uno de los más bellos palacios de la antigua magnificencia imperial, el Instituto Iberoamericano, es registrar un hecho de la mayor significación y de la más grata trascendencia.
¿Hemos de decir que la República Argentina será una de las naciones más ampliamente representadas en el espléndido instituto?
Con sólo saber, o recordar, que la base sobre la cual tomó cuerpo la idea fue la donación que de su valiosa biblioteca hiciera el ilustre argentino, profesor Ernesto Quesada, queda confirmada la importante, la especialísima presencia argentina.
En consecuencia, hemos creído singularmente agradable para Caras y Caretas, cuya representación ostentamos, acercarnos al Instituto en estos días de su inauguración, visitando a su director –que es una de las figuras más prestigiosas e interesantes de la densa y culta República alemana.
El ex ministro de Instrucción Pública de Prusia, doctor Boelitz, amigo de todo lo argentino y que ha visitado ya la gran República Sudamericana, nos recibe sin ninguna demora, sin antesalas, sin fórmula que no responda a una amistad intelectual de buena ley.
El director del Instituto Iberoamericano es en estos momentos, como se comprende, uno de los hombres más ocupados de Berlín. El palacio que el gobierno de la poderosa República amiga ha entregado al Instituto, está en plena obra iniciadora, decorativa, de instalación, y el doctor Boelitz gusta en dirigir cada uno de los infinitos detalles que harán de las antiguas caballerizas imperiales uno de los organismos de mayor esperanza y de más intensa vitalidad de este pueblo ilustremente democratizado.
Así, de las viejas caballerizas saldrá Pegaso invicto con todos los atributos brillantes de su emblema.
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Pero oigamos al estadista convertido en director de tan oportuna y acertada institución.
–Ya sabe usted, nos dice, cuál es la base principal que nos ha servido: La biblioteca del sabio argentino doctor Quesada. Contamos también con la “Biblioteca Mejicana”, donación del gobierno de aquella nación. Además, recientemente el gobierno peruano ha decidido que todos los elementos que contenía su pabellón de la Exposición de Sevilla pasen al Instituto Iberoamericano de Berlín. En total, ya tenemos, sobre los ochenta mil volúmenes de la biblioteca del profesor Quesada, no menos de ciento veinte mil volúmenes, que, como usted ve, son ya una realidad brillante y preciosa, un verdadero tesoro para el Instituto.
“Naturalmente, prosigue, tras una pausa, el director: la biblioteca aumentará considerablemente con las secciones de otras naciones amigas, que serán integradas por compra o donación, pues queremos reunir un copioso material bibliográfico de la América Latina, tratando de ponerlo y de sostenerlo al día y que comprenda todo lo publicado en dicho continente y todo lo que sobre él se haya impreso o se imprima en otras partes del mundo.
“Los trabajos clasificados están ya en manos de hombres de ciencia, especializados en las diferentes secciones. También es ya un hecho la fusión del Instituto Iberoamericano de Investigación en Bonn con el que piensa erigirse en Berlín como instituto central. La revista científica publicada hasta ahora en Bonn: Iberoamerikanisches Archiv, se seguirá publicando en Berlín bajo la dirección del profesor doctor Quelle.
“Merecen especial atención los otros centros consagrados al fomento de las relaciones germano-latinoamericanas. El Instituto Iberoamericano de Berlín y los otros institutos iberoamericanos en Hamburgo y en Wuerzburgo, han formado una asociación de colaboraciones en sus estudios y trabajos, bajo el título de: “Die Vereinigten Ibero amerikanischen Institute Deutschlands”.
“El Instituto en Berlín tratará, por tanto, de ser un centro de investigación consagrado a una seria labor científica. Acercar las culturas alemana y latinoamericana mediante un intenso intercambio espiritual es su mejor propósito.
“Como casa de trabajo, central, accesible a todos los hombres de ciencia, el Instituto, si ha de hacer fructíferos los grandes tesoros espirituales acumulados en su biblioteca, si ha de cumplir su misión investigadora, ha de atender ante todo a los intereses de las naciones latino-americanas. De allí la necesidad de resolver todas las cuestiones de acuerdo con las peculiaridades latinoamericanas.
“El conocimiento de aquéllas y la rectificación de no pocas falsas ideas e inútiles perjuicios que aun corren con relación a esos pueblos amigos, contribuirá al acercamiento efectivo entre la América Latina y el espíritu alemán, “pues se trata de países dignos de nuestra consideración y de nuestra amistad”, acentúa el ilustre hombre público.
Palacio del Instituto Iberoamericano.
Luego agrega: “La actualidad mira más a las conexiones culturales que acercan a los pueblos que a las barreras que los separan. Hay que servir al progreso pacífico y a las relaciones amistosas de los hombres de todos los países.
“El Instituto Iberoamericano será un puente espiritual tendido entre la América Latina y Alemania.
“Otra finalidad práctica del Instituto es la de facilitar a todo latinoamericano las relaciones con Alemania. El latinoamericano debe saber, desde ahora, que este Instituto de Berlín es el centro alemán siempre dispuesto, con gusto, a aconsejar en las cuestiones culturales, a darle informes sobre los estudios en Alemania, a orientarlo en las cuestiones científicas que le interesen, a indicarle institutos, centros y hombres de ciencia, poniendo a su disposición libros y demás elementos por el simple y desinteresado deseo de facilitarle la comunicación inteligente con Alemania.”
Todo ello lo hemos hablado visitando el palacio, visita que cerramos con broche cordial volviendo a pasar por la Sección Argentina, cuya directora es una abogada, graduada en Buenos Aires: la señorita Simons, que con gran entusiasmo y capacidad pone su calor y su inteligencia en este hogar que dignamente ofrece la Nueva Alemania a sus amigos de América libre y Latina.