Filosofía en español 
Filosofía en español


[ Hesperiófilo · José Rossi Rubí ]

Prospecto del papel periódico intitulado Mercurio Peruano de Historia, Literatura, y Noticias públicas, que a nombre de una Sociedad de Amantes del País, y como uno de ellos promete dar a luz Don Jacinto Calero y Moreira.

Con superior permiso. En la Imprenta Real de los Niños Expósitos. Año de 1790

Prospecto del Mercurio Peruano, Lima 1790

Haec studia adolescentiam alunt, senectutem oblectant, secundas res ornant, adversis perfugium, ac solatium praebent, delectant domi, non impediunt foris, pernoctant nobiscum, peregrinantur, rusticantur. Cic. Pro Archia. Cap. 7.

En todas las naciones y edades, ha sido muy lento el progreso de las ciencias. Cuando los Templos de Egipto, y los Pórticos de Atenas eran los Archivos de la Historia y de la Filosofía, los conocimientos humanos quedaban en cierto modo estancados en el misterio de los Hieroglíficos, y en los preceptos verbales de los Maestros. Los Romanos sucesores de la ilustración de los Griegos, propagaron en todo el Orbe la finura de sus nociones, juntamente con la gloria de sus Armas triunfantes. Con la prosperidad del Imperio, incrementaban a un mismo tiempo la civilización, el estudio y la literatura. No tardó mucho en cambiarse todo ese risueño teatro. La bilocación del Trono en Oriente y Occidente: la sucesiva revolución de entrambos Dominios: las Guerras de los Bárbaros; la inundación de estos en casi toda la Europa, y otros acontecimientos análogos, hicieron desaparecer las ciencias y las bellas Artes, y en cierto aspecto embrutecieron la Sociedad entera. Entonces el Monje, retirado del Mundo, o voluntariamente obscurecido en el concepto de los hombres, fue el único depositario de estas mismas Artes y Ciencias, especialmente de las abstractas. En los Claustros se educaba el Juez pacífico, el Guerrero, y el Monarca: de allí procedía la corta luz, que progresivamente se difundía entre los demás hombres. Todavía nos hallaríamos dependientes de la instrucción cenobítica, si el prodigioso y utilísimo invento de la Prensa no hubiese generalizado las ideas de Literatura, facilitando al mismo tiempo su estudio y su adquisición. La Prensa asoció los Ingenios de todo el Orbe; y por medio de ella se transmitieron las meditaciones del adusto Hyponense hasta los últimos Britanos.

Entre los diversos objetos que ocuparon las Prensas, ninguno fue más útil, que el de los Papeles Periódicos. Desde la adopción de ellos se puede casi fijar la época de la ilustración de las Naciones. Londres sola sostiene un sin fin de folios volantes, que salen todos los días a publicar ya las noticias civiles y nacionales, ya las externas, ya los resultados Físicos y Morales, deducidos por aquellos Sabios que examinan al Hombre en toda la extensión de sus complicadas relaciones. Nuestra Corte ha llegado a entretener diez Papeles Periódicos, ya Diarios, ya Semanales, y ya Mensuales{1}: Cádiz, de entre las ruinas de su Pensadora, ha sacado también los suyos{2}: La Francia, la Alemania, la Italia, &c. van casi a porfía en la publicación de semejantes obras. [4] México ha tenido su tiempo bastante feliz, para mantener una Gazeta, un Diario civil, y otro de Historia natural. Lima ha empezado ya a entrar en este predicamento. Tiene un Diario Económico, que siguiendo la prudente dirección que se le está dando, extiende el Plan de los asuntos interesantes a la vida sociable. Un Papel de Historia, Literatura, y Noticias públicas puede contribuir a amplificar este proyecto, y a perfeccionarlo. Esta es la obra, a la que se disponen unos hombres estudiosos, y verdaderos amantes de la Patria: en su nombre, y en el mío la anuncio a este respetable Público; y desde luego procedo a explicar los objetos que abraza, y los trámites de su publicación.

La escasez de noticias, que tenemos del País mismo que habitamos, y del interno; y los ningunos vehículos, que se proporcionan para hacer cundir en el Orbe Literario nuestras nociones, son las causas de donde nace, que un Reino como el Peruano, tan favorecido de la naturaleza en la benignidad del Clima, y en la opulencia del Suelo, apenas ocupe un lugar muy reducido en el cuadro del Universo, que nos trazan los Historiadores. El reparo de esta falta es el objeto primitivo del Mercurio, a cuya publicación me dispongo. La Historia, no tomada por principios generales, o por relaciones desnudas de unos hechos tal vez alterados, sino contraída a la dilucidación, y conocimiento práctico de nuestros principales establecimientos: la Historia, digo, en estos términos, será la primera, que suministre materiales a mi Papel Periódico. Tenemos un sin fin de obras públicas y pías, de fundaciones de Lugares, y aun de Ciudades, cuyo verdadero principio o se ignora, o se conoce bajo un punto de vista errado. ¿No será, pues, provechoso y agradable, el conocer física y cronológicamente aquellos asuntos de que estamos rodeados, y que por decirlo así, tocamos continuamente con mano incierta, y a obscuras de toda noticia positiva? Los datos de nuestro Comercio en la parte activa y pasiva: El conocimiento de nuestra Minería: El estado de nuestras Artes, Agricultura, Pesca, y Fábricas, sea de la Península Matriz, sea de este Reino: Los trámites de nuestra Navegación costanera: La alternativa de nuestras felicidades, de nuestras mismas diversiones y debilidades: estos son unos objetos que aunque no forman una historia aparte, suministran ideas históricas, y merecen la atención de todo buen ciudadano. Unas pequeñas disertaciones sobre estas materias y otras semejantes, ocuparán la primera parte del Mercurio, y serán mas o menos difusas en razón de la capacidad particular del asunto, y del lugar que respectivamente le permitan ocupar las demás noticias, que se les subsigan.

La Literatura, que entrará llenando la segunda parte de mi Obra, no es aquella que hoy día priva entre algunos eruditos, la cual o se hace ininteligible por demasiado profunda, o se vuelve fútil y vacía a fuerza de querer ser agradable. La Moral Pública, y la Educación son unos campos inmensos, en los que mas a menudo se entretendrán mis [5] meditaciones, y las de mis Co-Autores. El examen analítico de nuestras modales, de nuestros estudios, de nuestros recreos &c. suministrarán bastante variedad a los rasgos literarios del Mercurio, para que no solo sea útil su lectura, sino al mismo tiempo amena y grata. Se hablará del Público en la parte de sus perfecciones y en la de sus defectos; mas siempre se hará con aquellas frases respetuosas y estilo consecuente, que enseñan unánimes la ciencia de la Oratoria, y la del Gran-Mundo.

También ocuparán el Plan Literario del Mercurio las Bellas-Artes de Pintura, Escultura, y Arquitectura; la Botánica, la Mecánica, la Policía Urbana, la Astronomía, y otras ciencias análogas, tratándolas siempre en la parte que conduce a nuestra utilidad, y al mas fácil conocimiento de sus teorías, y no en la que solo se dirige a hacer alarde de una Literatura tal vez impertinente.

La dulce Poesía, la Crítica juiciosa, las Fantasías jocosas, los Apólogos alegres, las Historietas alegóricas, y todo lo que la honestidad, la Religión y el decoro público, pueden permitir a la viveza y al chiste, entrarán también en el conjunto de esta parte de Literatura. No me expondré al fastidio de los Lectores con prodigar semejantes rasgos: los distribuiré con aquella prudente medida, que mas oportuna se muestre en vista del gusto del País, del mérito intrínseco de las obras de esta especie, y de la fortuna que corra el mismo Mercurio.

En lo perteneciente a Noticias Públicas, tendré siempre presente, que mas nos interesa el saber lo que pasa en nuestra Nación, que lo que ocupa al Canadense, al Lapón, o al Musulmano. Las Gacetas de nuestra Corte, las Papeletas públicas y los Boletines privados de la misma, serán los materiales, de donde se extractarán los pasajes y casos, que mas puedan interesar nuestra curiosidad, y nuestras mismas ocupaciones. Sobre todo merecerán un lugar de predilección las noticias de este Reino. Muchos Ministros, Intendentes, Subdelegados, sudan a veces en plantificar y perfeccionar una Obra Pública, una Escuela, un Puente, un Camino, sin que ni nosotros lleguemos a saberlo, ni ellos reciban siquiera en nuestro conocimiento, parte alguna de la gratitud común, a que se hacen acreedores. Los descubrimientos de una Mina, de un Cascarillal, de un Monte útil &c. serán noticias que emplearemos en esta parte, con un gusto igual al que conceptuamos en un Público como este tan amante de su Patria, y tan deseoso de ilustrarla.

No parezca demasiado complicado el objeto del Mercurio. Las materias que abraza, no cargan solo sobre mi débil talento. La Sociedad que yo represento, es numerosa, y cada Individuo de ella tiene que tratar únicamente aquellos puntos, que son de su resorte y de su facultad privativa. Pero de cualquier modo suplico no se adelante el juicio ni en favor, ni en contra de mi Obra. Ella saldrá a luz; [6] se verá si el total de su fábrica corresponde al Prospecto; se examinará, y entonces se podrá decidir sobre seguro. ¿Seré yo tan infeliz, que no merezca a la curiosidad pública esta suspensión interina?

Lo que desde luego se criticará a la Idea del Mercurio, me parece será el que en su conjunto no comprehende aquellas pequeñas atenciones, que interesan con particularidad a las Señoras Mujeres: Pero yo respondo: ¿quien es el que puede hacerme una objeción de esta naturaleza, sin vulnerar el buen gusto, y el talento delicado de las Madamas Peruanas? Yo he creído siempre, que esta preciosa mitad de nuestra especie, bien puede ser que a veces se divierta con frivolidades y bagatelas; pero no son estas las delicias de su corazón. Todo lo que interesa el Bien Público y la ilustración común, ha merecido siempre a las Limeñas una adhesión constante. Plegue a mi fortuna y a la de mi Patria, que mis amables Conciudadanas se valgan de la ocasión del Mercurio, para abonar la verdad de mis expresiones, y hagan ver, que no hay materia por elevada que sea, que no entre en el sistema de sus meditaciones, y aun en el de su acrisolado Criterio.

Combinados de este modo los principios elementales del Mercurio, empezará este a publicarse desde el día 2 de Enero próximo: saldrá periódicamente los Jueves, y Domingos de cada semana: constará de un Pliego entero como la Gazeta de Madrid. Su Subscripción, se fija a 14. reales mensales: Quien no subscriba, pagará 2 reales cada Pliego, lo que vendrá a salirle a dos pesos al mes. El Despacho será en la calle de Bodegones, en la Tienda de Don Lino Cabrera. A las 8 de la mañana en los días señalados se llevará a casa de los Señores Subscriptores el Mercurio; y si adjunto tuviese algún suplemento supererogatorio, no se cobrará nada más que el único importe de la Subscripción.

Esta se empieza desde el día de la Publicación del presente Prospecto. En todo el primer mes de Enero, no se admite Subscriptor para un año. No quiero vincular a nadie, a que si el Mercurio le disgustare, tenga luego que leerlo por fuerza. Cuando ya se haya formalizado el concepto del mérito o demérito de la Obra, entonces se admitirá la Subscripción extensiva al tiempo y plazos que mas acomoden a cada uno.

Después de colocados a la cabeza de los Subscriptores nuestro Excelentísimo Señor Virrey, el Señor Regente, el Ilustre Cuerpo que tan dignamente preside, y el Ilustrísimo Señor Arzobispo, los demás se asentarán con respecto al tiempo en que se subscriban. La rigorosa etiqueta, que en otras ocasiones es justa para la correspondiente distinción de clases, y cumplimientos de preeminencias, en la presente sería en cierto modo ofensiva al carácter despreocupado de toda la Nobleza, y Estado Civil que componen esta Capital. No dudo, que agradará este temperamento, como que conozco el espíritu filosófico de mis Conciudadanos. [7]

Los sujetos de las Provincias internas y distantes que quieran subscribirse, pagarán los mismos 14. reales, que se señalan a los de la Ciudad. El Pliego se les remitirá en los términos y plazos, que se me ordenen; y el Subscriptor pagará su porte, dirigiéndose por el correo. Como la mayor parte de los caballeros empleados, o domiciliados fuera de Lima, tienen aquí sus Apoderados, les es más fácil el conseguir el Mercurio por este medio, y por el mismo hacer sufragar su importe.

Cada mes se publicará la lista de los Señores Subscriptores bajo los supuestos indicados: Solo se previene, que se expresaran en el Asiento los títulos o empleos, de que respectivamente se halla condecorado cada uno.

En el insinuado despacho del Mercurio, se recibirán a Pliego cerrado las Noticias Históricas, Literarias, o Generales, que los Eruditos Compatriotas se dignen comunicarme. Se publicaran con el nombre verdadero de los Autores, con alguno anagramático, o derivado del Griego (siendo honesta su etimología y sentido) según se me prevenga en los respetivos papeles. En lo demás entregaré a las llamas, y sepultaré en el mas profundo olvido todo lo que no merezca el público conocimiento.

Esta es en globo la idea del Mercurio Peruano, y de los materiales que deben constituirlo. Quiero lisonjearme, que los Amantes de la felicidad, y de la ilustración pública aceptarán con agrado los esfuerzos de mi empresa, y procurarán fomentarla con su adhesión. De este modo puede al mismo tiempo prosperar el Diario Curioso, que publica con el mejor acierto Don Jaime Bausate y Mesa. Aquel Papel y este se dan la mano, y mutuamente se auxilian: El uno con la publicación diaria de las noticias del momento, y acaecimientos del País hará apreciables las ideas generales y literarias de mi Proyecto; y este contribuirá al mas copioso despacho de aquellas nociones, que inmediatamente interesan al Público. Sin que seamos recíprocamente Plagiarios ni Antagonistas, puede cada uno esforzarse por su parte en merecer la aprobación de quien se digne leernos. Nuestras Obras hubieran pasado en otros tiempos, como unos frutos de la ociosidad, o de la codicia; pero en la Era presente, está el Teatro mas a favor nuestro. La sabiduría e ilustración de nuestro actual felicísimo Gobierno es transcendental a todo el Público; y este hará siempre justicia a la utilidad de nuestras tareas, y propenderá gustoso a su fomento.

No es importante saber con anticipación el nombre, y circunstancias de los que conmigo piensan en trabajar el Mercurio. Por sus Obras se caracterizan los hombres, y estos son siempre apreciables, cuando aquellas no son delincuentes. Solo en el caso hipotético de que el Publico pudiese decir con razón que yo le he engañado con mis promesas, y que a estas no correspondiesen los efectos sucesivos; [8] entonces cesarán de ocultarse mis consocios. Están prontos a dividir conmigo aquella justa censura que se merezcan; pero mientras las cosas sigan el curso metódico que corresponde a su combinación, permítaseme el que yo solo sea conocido con preferencia.

Espero, que nunca llegará este caso funesto; y así repito mis súplicas al Público, y con mas vivo empeño a las Madamas, honor de mi Patria, y del Reino, implorando su benéfico patrocinio, y protestándoles, que el amor Nacional, la pureza, la fidelidad, y la constancia, serán siempre las guías de mis pasos, y características del Mercurio Peruano.

Jacinto Calero y Moreira.

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{1} Gazeta, Mercurio Político, Diario, Semanario-Erudito, Censor, Corresponsal del Censor, Apologista Universal, Espíritu de los mejores Diarios de Europa, Memorial Literario.

{2} El Hebdomadario, las Papeletas Diarias de la Bahía, &c.