Escándalo en las aulas

Un nuevo golpe para la C.I.A., cuyo radio de actividad parece extenderse a todas las manifestaciones de la vida americana. La revista Ramparts, que desde hace quince años lleva sacando a la luz pública diferentes escándalos, sin que nunca haya podido atacarse la seriedad de sus afirmaciones ni la seguridad de sus fuentes, acaba de revelar que, desde hace mucho tiempo, la C.I.A. subvenciona las actividades de la principal organización estudiantil de Estados Unidos, la “Asociación Nacional de Estudiantes”, principalmente en lo que se refiere a sus actividades en el extranjero. Parece ser que los dirigentes de esta Asociación, que cuenta nada menos que con millón y medio de afiliados, percibían importantes sumas, que se calculan en 180.000.000 de pesetas. Eugene Groves, presidente de la referida Asociación, ha reconocido los hechos, lo mismo que el portavoz del Departamento de Estado, si no en todos los detalles, si en lo esencial. Alegan que los fondos estaban destinados a permitir contrarrestar la acción de otras organizaciones estudiantiles de carácter marxista y que, por otra parte, no se llevaban a cabo presiones directas sobre los estudiantes, hasta el punto de que nunca éstos han tenido que abdicar de sus posiciones contrarias a la guerra del Vietnam y a la invasión de Santo Domingo. Sin embargo, el hecho es que parece seguro el que, a cambio de las sumas entregadas, se han pedido a sus destinatarios determinados servicios, y está confirmado que varios de los implicados han logrado liberarse del servicio militar, así como obtener importantes puestos en la diplomacia. El asunto ha provocado una gran conmoción, que ha aumentado al saberse que la inmisción de la C.I.A. no terminaba en la referida Asociación, sino que también se encuentran en casos similares otras análogas, como el Consejo de Jóvenes Americanos, la Asamblea Nacional de la Juventud, con sede en Bruselas, y la Conferencia Internacional de Estudiantes, con sede en Holanda. Por otra parte, se duda de que el presidente Johnson pueda dirigir las investigaciones de un modo directo, ya que se ha pedido que se cree una comisión especial del Senado para tomar cartas en el asunto. Al hacerse público el escándalo, Víctor Reuther, hermano del dirigente de la A.F.L.-C.I.O., central sindical americana, ha declarado que puede demostrar que también a escala se han ejercido fuertes presiones por la C.I.A., lo que, caso de ser cierto –y parece no haber duda sobre ello–, desencadenaría, evidentemente, una reacción en cadena de resultados imprevisibles.