Filosofía en español 
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Polémica

Rafael Pla López

La civilización en la encrucijada

Apelo, al enviar esta carta, al espíritu de diálogo que profesa la revista TRIUNFO, espíritu que la coloca, en el momento presente, en lo que podríamos denominar “la orilla del progreso”. Me ha movido a escribir la crítica publicada en el número 497 al libro La civilización en la encrucijada, del equipo multidisciplinario de investigación sobre los aspectos sociales y humanos de la revolución científico-técnica del Instituto de Filosofía de la Academia Checoslovaca de Ciencias (formado por economistas, historiadores, físicos, psicólogos, arquitectos, médicos, etcétera, y dirigido por Radovan Richta), crítica firmada por un tal Manuel Pizán.

Pizán dice de dicho libro que es “rico, complejo, incisivo y, por supuesto, polémico”. Pero olvida que hay dos tipos de polémica: la científica y la ideológica. Los autores checos se mueven en el primer terreno; Pizán, en el segundo.

Los autores checos parten de un estudio de una serie de datos, estadísticas, etcétera, de diversa procedencia (el libro tiene un anexo con cincuenta páginas de tablas), que interpretan armados de una serie de instrumentos conceptuales, unos procedentes de Marx o otros posteriores. La única polémica científicamente válida consistiría en discutir la fiabilidad de los datos, la coherencia de las hipótesis o la interpretación dada, elaborando otra interpretación que explique mejor los datos aportados.

¿Hace algo de esto Pizán? En absoluto. Lo primero que se puede exigir a un científico, y más todavía a un revolucionario, es honestidad; pues bien, la crítica de Pizán brilla por su notable falta de honestidad: omite por completo la argumentación de los autores checos, sin molestarse por refutarles, y se limita a exponer deformadas algunas de sus conclusiones.

El argumento central esgrimido por los autores checos podría sintetizarse así: el desarrollo de la automoción lleva a la realización automática de las tareas de tipo mecánico, con lo que el trabajo humano se desplaza hacia actividades preparatorias de la producción, de investigación, programación y planificación de la misma, actividades que exigen una mayor creatividad, así como una mayor preparación científica y técnica; de aquí el aumento de la importancia relativa de la educación y de la investigación científica, que pasan a convertirse en el principal factor de la producción y de su desarrollo, al tiempo que se ligan mucho más estrechamente a ésta.

Pizán, siguiendo a Senent Josa, acusa a Richta de una especie de utopismo cientificista, alineándole con pensadores de tiempos pasados. Pero la tesis de los autores checos es precisamente que el papel de la ciencia en la producción cambia al introducirse la automoción; Pizán no se molesta en examinar esta tesis, apoyada en datos empíricos. (“Allí donde la ciencia se convierte en el factor fundamental del desarrollo, la curva de aumento de la renta se separa de la del aumento del trabajo invertido”. “Progreso técnico y democracia”, de R. Richta, página 25.)

Pizán acusa a Richta de “humanismo vulgar”, es decir, abstrayéndole de la clase social. Pero, ¿cuál es dicho humanismo? Los autores checos hablan de una mayor creatividad en el trabajo, de una necesidad ineludible de una educación elevada y crítica para los trabajadores. Es decir, cuando los autores checos hablan de “hombre” (y, ciertamente, lo hacen muy a menudo), se refieren al hombre en cuanto trabajador; y no es extraño, puesto que hablan desde un país socialista; Pizán no comprende esto en absoluto.

Acusa a los autores checos de fatalismo economista, de escamoteo del problema político... ¿No será que el autor de la crítica, pese a su fraseología, rechaza el materialismo histórico, rechaza el método utilizado por Marx de buscar la base objetiva, económica, de los procesos en curso? Los autores checos encuentran en los cambios que han tenido lugar en las fuerzas productivas la clave para explicar determinados fenómenos actuales; pero no caen en ningún fatalismo: “El resultado de esta dialéctica del hombre y de su realización no está predeterminado... la alternativa planteada por el próximo futuro: la detención o la continuación del desarrollo del hombre”. (“Progreso técnico y democracia”, página 61.) Este es precisamente el significado del título del libro: la civilización se encuentra en una encrucijada, y la actuación (política) de los hombres determinará el camino que siga. Ciertamente, los autores checos no aclaran la estrategia política a seguir en cada país (¿y no será ésta,. señor Pizán, tarea a resolver en cada país?): únicamente dan unas indicaciones para Checoslovaquia, como acabar con la burocracia para permitir el desarrollo de la revolución científico-técnica (¡esta es la tarea de “la organización de vanguardia obrera” en Checoslovaquia..., no en Francia o Vietnam!).

¿Abstracción de las diferencias entre países capitalistas y socialistas? Los autores checos explican con claridad (ver, por ejemplo, la pág. 66) que el socialismo es necesario para el desarrollo de la revolución científico-técnica. No se trata, pues, de la colaboración entre clases explotadas y explotadoras, sino de la eliminación de éstas. Se trata de la eliminación de toda diferencia de clase, posibilitada por la eliminación de los trabajos manuales o mecánicos y la proletarización del trabajo intelectual. No, no es ningún despiste científico “atribuir a la civilización industrial en general algunos de los peores males del capitalismo y del centralismo burocrático”: la separación entre trabajo manual e intelectual, forzada por el maquinismo industrial, engendra, por un lado, un trabajo mecánico, embrutecedor en sí, y por otro lado, aun bajo el socialismo, capas de “trabajadores privilegiados”, caldo de cultivo del burocratismo, que (¿se extraña, señor Pizán?) también tiene raíces objetivas.

El tercer mundo, ¿en una posición ambigua? En la página 82 y siguientes se explica con claridad que y “el retraso catastrófico de una parte de los hombres pone en peligro la existencia de todos” (página 83). ¿Reprochará el señor Pizán a los checos que busquen el desarrollo económico de su propio país?

La civilización en la encrucijada no es un libro escrito por cuatro ideólogos especulativos. Es el resultado de un proceso de investigación marxista, serio y científico, íntimamente ligado al proceso de renovación del socialismo que tenía lugar en 1968 en Checoslovaquia. Su carácter revolucionario, inseparable de su carácter científico, lo revela su conexión con la práctica política concreta, más allá de todos los parloteos de Manuel Pizán.

Rafael Pla (Meliana, Valencia).

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1972.0408 La civilización, en la encrucijada, de Radovan Richta · Manuel Pizán
1972.0429 La civilización en la encrucijada [respuesta a Manuel Pizán] · Rafael Pla
1972.0506 La Revolución científico-técnica, Richta y Pla · Manuel Pizán