Nuestra Bandera
La revista Nuestra Bandera aparece en Valencia, en 1937, en plena guerra civil española, como Órgano teórico del Comité Central del Partido Comunista de España (Sección Española de la Internacional Comunista). El primer número lleva fecha de 15 de julio de 1937, ocupa 56 páginas, señala 75 céntimos como precio, se presenta como «Revista quincenal» y ofrece al final una: «Explicación. Dificultades técnicas, de momento insuperables, nos obligan a publicar este número, cuya aparición no podía demorarse más, con un aspecto tipográfico que no responde, en manera alguna, a nuestros deseos. Se lo advertimos a nuestros lectores, asegurándoles al propio tiempo que, a partir del próximo número, las deficiencias del de hoy habrán sido enmendadas.» La mayor parte de los artículos se corresponden con documentos discutidos durante el Pleno del Comité Central del PCE que se había celebrado en Valencia el mes anterior, los días 18 a 21 de junio de 1937 (Dolores Ibarruri: «El Partido único del proletariado»; Manuel Delicado, «La guerra y los problemas de la producción»; J.A. Uribes, «Nuestro ejército»; Luis C. Giorla, «Por una buena política de cuadros»). Se encargaba de su edición la Comisión Nacional de Agit-Prop de las Ediciones del Partido Comunista de España. El segundo número se realiza también en Valencia en el verano de 1937, ofrece 64 páginas al mismo precio de 75 céntimos, pero se ha eliminado el compromiso de aparición quincenal, y ni siquiera lleva fecha de publicación.
Durante 1938 Nuestra Bandera se sigue publicando, con periodicidad irregular, en Barcelona. Terminada la guerra de España se publica en Méjico, entre 1940 y 1945, con ritmo mensual, pero sin hacer referencia expresa en su cabecera a su condición de órgano teórico del PCE (aunque de hecho, por sus contenidos, ejerciera de órgano del partido), y reanudando su numeración. En el interior de España no existió prácticamente difusión de los ejemplares publicados en Méjico, que sí circulaban entre los núcleos de exiliados ligados al Partido Comunista en países americanos.
A partir de 1945, finalizada la segunda guerra mundial, pudo Nuestra Bandera realizarse y editarse con relativo sosiego en Francia (aunque el 7 de septiembre de 1950 el Ministro del Interior del gabinete socialista francés, Jules Moch, decreta la ilegalización del PCE y la detención de sus cuadros dirigentes). Se reinicia por tercera vez su numeración, y se va publicando de forma continuada pero irregular en Toulouse.
Mediados los años cincuenta los números de Nuestra Bandera impresos en Francia no sólo son introducidos clandestinamente en España, sino que incluso son reproducidos «en el interior», con una calidad y legibilidad que no podía compararse con la de las «lujosas» ediciones impresas «en el exterior» (como puede comprenderse el formato y el papel de estas reediciones clandestinas variaba bastante), pero con el valor añadido del olor a la tinta de la multicopista y la necesidad, a veces, de tener que hacer un esfuerzo por adivinar las doctrinas superiores escondidas tras un texto empastado o emborronado, cuya difusión estaba costando años de carcel a docenas de camaradas. En los años sesenta la presencia de Nuestra Bandera en España es considerable, y progresivamente son cada vez más los artículos escritos desde el interior (que era necesario hacer llegar de forma discreta a Francia o Bélgica, para que volvieran a cruzar los Pirineos, una vez impresos, para ser reproducidos y difundidos clandestinamente en España).
El número 30 (Madrid, abril 1961) de Nuestra Bandera, revista teórica y política del partido comunista de españa [así, todo en minúsculas] tiene, en su edición impresa [en Francia], un formato 130×210 mm, 126 páginas, figura en contracubierta «Precio: 15 pesetas», el texto a una columna y una sola ilustración, un dibujo de Picasso inspirado en el vuelo de Gagarin, que lleva por título «El rostro del comunismo».
Con el número 40 (Madrid, enero 1965) se inicia una nueva etapa: se aumenta el formato [de la edición original impresa en el exterior] a 180×240 mm, tiene 125 páginas, señala como «Precio: 25 pesetas» y ofrece en la portada un grabado de Ibarrola (que ilustra el número con otros tres grabados, realizados en el Penal de Burgos en 1964). Este número inaugural de la nueva etapa se dedica íntegramente a discutir el «Documento plataforma fraccional de Fernando Claudín».
El número 53 (Madrid, primer trimestre 1967) mantiene el formato 180×240 mm, pero ofrece un nuevo diseño de portada, a dos colores [en los ejemplares impresos en Bélgica] y con el sumario compuesto a gran tamaño decorando la portada. Ese número tiene 148 páginas y «Precio: 35 pesetas».
El número 84 de Nuestra Bandera (Madrid, marzo-abril 1976) fue el último impreso en el exterior. El número 85 no apareció hasta principios de 1977, poco antes de la legalización del Partido Comunista de España (el 9 de abril de 1977), pero ya escrito e impreso de nuevo en España, cuarenta años después del aquel primer número publicado en Valencia.
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