Filosofía en español 
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Punto primero · De la naturaleza, y división de la Fe

P. ¿Qué es fe? R. Que en común es: Credere quod non videmus ob testimonium dicentis. Si el que lo dice es hombre, será fe humana; si es Dios, será fe divina, y ésta es de la que al presente tratamos. Esta fe divina se define diciendo que es: Virtus supernaturalis, qua credimus veritates a Deo revelatas, et ab Ecclesia propositas. Dícese virtus supernaturalis, por ser infundida por Dios, sin que nosotros podamos adquirirla con nuestros actos: Qua credimus veritates a Deo revelatas, porque lo que creemos mediante esta fe excede toda nuestra capacidad. Se añade: et ab Ecclesia propositas; por ser la Iglesia la Maestra de la verdad, y por quien quiso Dios se nos propusiese todo lo que debíamos creer; y en este sentido dijo S. Agustín libr. Contra Epist. Fundam. Cap. 5. Ego Evangelio non crederem, nisi me Ecclesiae commoveret autoritas. La dicha definición coincide con la descripción que hace S. Pablo de la fe ad Hebr. cap. 11, cuando dice: Est autem fides sperandarum substantia rerum, argumentum non [169] apparentium.

P. ¿De cuántas maneras es la fe? R.Que se divide en actual, y habitual. La actual es el acto, y la habitual es el hábito con que creemos las verdades reveladas. La actual se divide en explícita e implícita; aquélla se da cuando creemos algún misterio en particular, como el de la Santísima Trinidad; y ésta cuando se cree uno en otro, como cuando creemos todo lo que cree nuestra Madre Santa la Iglesia, cuyo acto se extiende a todas las verdades reveladas.

También se divide la fe en formada, e informe. La primera es la que está junta con la gracia y caridad, como se halla en los justos. La segunda es la que está junta con la gracia y caridad, como se halla en los justos. La segunda es la que está sin gracia ni caridad, como lo está en los pecadores. Una y otra es un hábito mismo, y sólo se distinguen accidentaliter, y penes perfectum, et imperfectum. Puede últimamente dividirse la fe en pública, y privada. La pública es la que propone toda la Iglesia, y la privada es la revelación que Dios hace a una persona particular.

[ Compendio moral salmaticense · Pamplona 1805, tomo 1, páginas 168-169 ]