Punto cuarto · A quiénes, y cuándo es lícito pelear
P. ¿Es lícito a los Clérigos y Religiosos pelear por sí mismos en guerra justa? R. Que están prohibidos de hacerlo por el derecho canónico los Clérigos ordenados in sacris, y todos los Religiosos aunque sean legos, por ser su vocación tan repugnante al ejercicio bélico, como advierte S. Tom. 2. 2. q. 40. art. 2. No obstante podrán, y aun deberán pelear, si urgiere la necesidad de defender a sí o a los suyos; o si amenazare conocido grave peligro al bien de la Religión, o de la Patria, si fuere necesaria su concurrencia; porque es más poderosa la ley natural, que la humana. Y aunque en este caso quitasen la vida a alguno, no incurrirían en irregularidad por la misma razón. Tampoco se prohibe a los dichos asistir en los ejércitos y campañas para ministrar los socorros espirituales a los soldados. Pueden también los Obispos, Clérigos y Religiosos presidir en los ejércitos católicos contra los Moros, herejes y otros enemigos del Cristianismo, como lo hicieron santa y laudablemente muchos Prelados eclesiásticos y Religiosos venerables.
P. ¿Los cautivos cristianos pueden pelear por los infieles contra otros cristianos, cuando de no hacerlo les amenazan con la muerte? R. Que no; pues siendo la guerra injusta, es intrínsecamente malo cooperar a ella. Véase Benedicto XIV de Synod. Lib. 13. cap. 20, n. 6. Podrán sí ejecutar, y por salvar la vida concurrir a otras acciones que no influyen tan directamente en el daño de los Cristianos, como lo advierte el citado Papa.
P. ¿Qué pecados suelen cometer en la guerra los Príncipes, Capitanes y soldados? R. Que pueden unos y otros pecar de muchas maneras, ya por lo que mira a declarar la guerra, ya por lo que toca a su ejecución y prosecución. Véase el Comp. Latino, donde se proponen los más obvios, pues la brevedad de esta Suma no permite tanta dilatación. [249]
P. ¿Es lícito en la guerra quitar la vida a los inocentes? R. Que el quitársela directe no lo es, por ser contra el derecho de gentes, que lo reputa por inhumanidad. Se entienden por inocentes los niños, decrépitos, las mujeres, los pasajeros, peregrinos, labradores, rústicos, mercaderes que no tengan domicilio, los Legados, y entre los cristianos los Monjes y Clérigos. A todos estos es ilícito quitar la vida, si no hubiesen tomado las armas para pelear. Con todo será lícito alguna vez quitar la vida indirecte a los inocentes; como si no se puede conseguir la victoria sin su muerte, sin intentar ésta de propósito, sino solamente aquélla.
[ Compendio moral salmaticense · Pamplona 1805, tomo 1, páginas 248-249 ]