Filosofía en español 
Filosofía en español

cubierta

 
Traduccion de las
 
Lamentaciones de Jeremías,
 
tomada del original hebreo por
 
Don Antonio María García Blanco
 
Pro. Doctor en Filosofía y Teología, Magistral de la Santa y Real Capilla de San Fernando de Sevilla y Catedrático de la Universidad de Madrid.
 
 

 
Con las licencias necesarias.
 
MADRID:
Imprenta de la viuda de D. J. Vázquez Martínez e hijos,
Ancha de S. Bernardo, n.º 17.
 
1851

 
 
Esta obrita es propiedad del traductor, que perseguirá ante la ley a quien la reimprimiere sin su consentimiento; para lo cual lleva cada ejemplar cierta contraseña.




Prólogo

Muévenos a publicar esta traducción de las Lamentaciones de Jeremías, el haber oído por la 51.ª vez, la que tomada de la Vulgata latina usa la Iglesia nuestra Madre, y se canta con todo el aparato de costumbre en nuestros templos los miércoles, jueves y viernes santos; pues da pena de que una endecha, tan notable por su natural contexto, por su tono sentimental y sus misterios, quede sin entenderse por alguno, cuando en el texto original hebreo es admirable y sumamente asequible lo uno y lo otro. Emprendímosla, pues, con la ayuda de Dios, en honra y gloria suya, y por el descanso eterno de nuestros Padres el viernes santo 2 de Abril de 1847.

Cada verso de los cuatro primeros capítulos de este Libro, da principio en el original hebreo con una de las letras de su alefato o alfabeto, cuyo orden acróstico se conserva en otras traducciones, poniendo a la cabeza de cada uno el nombre hebreo de la letra con que empieza, v. gr. alefh, beth, guimel. Nosotros hemos dejado la misma letra hebrea, comenzando el verso con la correspondiente castellana, siempre que ha podido ser, para que los amantes de la lengua tengan ocasión de confrontar el contenido del versículo con la ideología simbolizada en la letra hebrea que lo empieza, y puedan convencerse de que el origen del acróstico acaso fue simbolizar en la primera letra de la sentencia, o mediante ella, todo el pensamiento que la misma encierra; de donde con el tiempo vendría el gusto de aquellas composiciones griegas, latinas y castellanas, cuyas primeras letras de cada verso leídas juntas, daban uno o más nombres muy respetables o una sentencia particular. Siguiendo así este mismo gusto, hemos reducido nosotros al acróstico alfabético castellano las iniciales del capítulo 5.º que no guardan dicho orden en el original; para que resulte de todo el libro una composición homogénea en cuanto a la forma, ya que tan uniforme y divina es su materia en sus pensamientos, sentimientos y afectos sobrehumanos. Cuánta dificultad nos haya ofrecido uno y otro empeño, pueden calcularlo los inteligentes, tentando a completar los pocos versos que dejamos fuera de juego o sin su correspondencia y reflexionando que era menester no solo buscar la palabra que empezara con la letra conveniente, sino conservar la propiedad de la equivalente hebraica y aun, cuando ha podido ser, guardar el mismo hipérbaton o disposición de la frase.

El motivo con que escribió el Profeta esta lindísima y patética composición, las alusiones que se hacen en ella, las bellezas literarias, morales, y aun políticas que contiene, y que se nos alcancen, las consignaremos algún día en notas, que acaso puedan ser de gran utilidad para los Teólogos y escriturarios, y excitar la curiosidad de los literatos y de todo el cristiano a leer unos versos, que parece se hicieron para deplorar a un mismo tiempo la triste condición del linaje humano después del pecado de Adam, la desolación de la ciudad de Jerusalem después de haber dado la muerte al Redentor, la depravación de la Sociedad y de todo hombre, cuando llega a tocar el colmo de la opulencia y del poder, y el deplorable estado social de inmoralidad, miseria y próxima ruina en que se halla España, después de tantos días de gloria y prosperidad, cuyos vestigios aun pisamos en esta infeliz y desventurada nación.

Las varias alegorías, alusiones, comparaciones y sentidos de toda esta endecha de Jeremías son muy fáciles de alcanzar por cualquiera que medite atentamente sus palabras: en ellas está bien retratada la ciudad de Jerusalem, destruida por su ingratitud y por sus vicios, después de haber llegado al más alto grado de prosperidad; y bajo tal enigma parece quiso el Profeta consignar la suerte del pueblo hebreo y la de toda nación, reino, pueblo o persona que al tocar a su apogeo, se olvida de su origen, de las virtudes que lo elevaron, de la gratitud que debe a Dios y a sus favorecedores, y se entrega a la ociosidad, molicie y vicios más deprimentes y punibles. Con las Lamentaciones de Jeremías en la mano pudiérase ir parodiando la historia y suerte de los caldeos, asirios o babilonios, de los griegos, romanos y demás pueblos de la antigüedad, cuya grandeza se conserva solamente en la historia: con las descripciones del Santo Profeta es fácil descifrar la decadencia a que hemos venido los españoles después de tantas glorias, conquistas y famosas empresas pasadas: y un llanto saludable como el de Jeremías puede ser el resultado de todo ello y de la contemplación del hombre que reflexione sobre la excelencia de su cuerpo y de su espíritu sobre todo cuanto existe. Su ingratitud hacia el Dios que le crió, hacia la sociedad en que vive, hacia sus semejantes que le acompañan y sirven y hacia sí mismo que nació para ser útil y feliz en medio de la naturaleza y en el universo a que pertenece hoy, puede subsanarse creyendo, esperando y amando otros goces y otros bienes más superiores y durables, y mereciéndolos o siendo acreedor a ellos por la práctica de las virtudes.




Traduccion de las Lamentaciones de Jeremías


Capítulo I.

א  ¡Ay! que yace solitaria la ciudad de tanto concurso! está como viuda!! tan grande entre las gentes! tan principal entre las provincias! sujeta a tributo!!!

ב  ¡Baladrado llanto llora por la noche ¡y su lágrima sobre su mejilla! no hay para ella consuelo de ninguno de sus amantes!! todos sus compañeros embisten contra ella! sirviéndole de enemigos!!!

ג  ¡Gran emigración sufre Jhudáh por la miseria y por lo prolongado de la servidumbre! Ella reside entre las gentes! mas no encuentra descanso!! todos los que la persiguen le dan alcance entre las opresiones!!!

ד  ¡De Sion los caminos engramados! por no haber quien venga al templo! todas sus puertas destrozadas! sus sacerdotes suspirando!! sus doncellas tristes! y ella fastidiada de sí misma!!!

ה  ¡Están a la cabeza sus opresores! sus enemigos prosperan! que la llagó Dios por lo largo de sus prevaricaciones!! sus muchachos fueron cautivos delante del opresor!!!

ו  ¡Fuese pues de la hija de Sion toda su honra!! son sus príncipes como carneros, que no encuentran prado! y marchan sin fuerza delante del que los sigue!!!

ז  ¡Cielos! Jerusalem recuerda en los días de su tribulación y de sus rudas persecuciones todas sus preciosidades que fueron desde los días del principio!! cuando ha caído su gente en poder del opresor! y no hay quien la socorra! ahora que la miran sus enemigos, mofándose de sus sabatismos!!!

ח  ¡Gentil pecado pecó Jerusalem! por eso está de luto!! todos los que la honraban la envilecen, cuando ven su desnudez! ¡también ella quejándose y volviendo el envés!!!

ט  Tal inmundicia en sus faldas no se le ve fin! y baja maravillosamente! no hay quien la compadezca!! mira, Señor, mi aflicción! que se engrandece el enemigo!!!

י  ¡Ya echó su mano el opresor! sobre todas sus preciosidades! cuando ella ve a las gentes allanando su santuario! que tú recomendaste tanto! no entrarán contigo en la iglesia!!!

כ  ¡Congojosa toda su población, buscando pan, dan sus alhajas por comida para recobrar espíritu!! mira, Señor, y repara! que está abatida!!!

ל  ¡Laméntase ¡ay! con vosotros, todos los que pasáis por el camino! reparad y ved! si hay dolor como el dolor mío! con que me holló! con que me llagó Dios! en el día de la exaltación de su ira!!!

מ  ¡Mandó desde lo alto fuego por mis huesos! y se cebó en ellos!! tendió red para mis pies haciéndome volver atrás! púsome desolada! todo el día desfallecida!!!

ן  ¡No se durmió el yugo de mis perversidades en su mano! se complicaron unas con otras, subieron sobre mi cuello, faltome la fuerza!! entregome mi Dueño! en manos de que no podré safarme!!!

ס  ¡Selló todos mis héroes ¡ay! mi Dueño dentro de mí! invocó contra mí la congregación, para quebrantar a mis escogidos!! mi Dueño dirigió el tórculo! para la virgen hija de Judáh!!!

פ  ¡Ha! por eso lloro yo! mi ojo, sí! mi ojo derrama lágrimas! porque se retiró de mí quien me había de consolar, quien había de refrigerar mi alma!! mis hijos desolados! que prevaleció el enemigo!!!

ע  ¡Pide Sion con sus manos extendidas! no hay quien se compadezca de ella! mandó Dios contra Jacob en derredor suyo a sus opresores!! Jerusalem está de fuga entre ellos!!!

צ  ¡Santo Él, Yhowáh cuya boca amargué!! oíd pues pueblos todos! y ved mi dolor! mis doncellas y mis escogidos jóvenes han ido al cautiverio!!!

ק  Quise llamar a los que me amaban, que ellos me levantarían! mas mis sacerdotes y mis ancianos espiraron en la ciudad!! cuando buscaban comida para ellos! para refocilar sus almas!!!

ר  ¡Repara, Señor, qué opresión es la mía! mis entrañas se sobreirritan! derrámase mi corazón dentro de mí! ¡Cuánto me amarga su amargura!! exteriormente la espada deja huérfanos, como en casa la muerte!!!

ש  ¡Saben que estoy yo afligida, no hay quien se compadezca de mí! todos mis enemigos oyen mi malestar! alégranse chochos, porque tú lo hiciste!! hicieras venir el día en que llamarás, y serían como yo!!!

ת  ¡Toda su maldad llegará a tu presencia y los hollarás! según que me hollaste a mí por todas mis perversidades!! qué largos son mis deliquios! y de mi corazón mis suspiros!!!
 

Capítulo II.

א  ¡Ay! que obscurecida tiene con su enojo mi Dueño a la hija de Sion! trastornó desde los cielos la tierra, gloria de Israhel!! y no recuerda el almohadón de sus pies en el día de su ira!!!

ב  ¡Bala de hambre mi Dueño! no perdona ni a los hermosísimos prados de Jacob! destruyó en su indignación las fortificaciones de la ciudad de Jhudáh, castigó a la tierra!! holló el reino y sus príncipes!!!

ג  ¡Gravó en el furor de su ira a todo fuerte de Israhel! hizo retroceder su diestra delante del enemigo!! y ardió por Jacob como fuego de llama, que devora en derredor!!!

ד  ¡Dirige su arco como enemigo! afirma su diestra como adversario! y destruye todo lo más precioso a la vista!! en la tienda de la hija de Sion! derrama como fuego su ardor!!!

ה  ¡Está mi Dueño ¡ay! como enemigo que devora a Israhel! que devora todas sus almenas! que destruye sus fortalezas!! y aumenta en la ciudad de Jhudáh! el luto y llanto!!!

ו  ¡Violentó como del huerto su vallado! destruyó su iglesia!! abolió Dios ¡ay! en Sion la iglesia y el sábado! y despreció en la efusión de su ira a Rey y Sacerdote!!!

ז  ¡Censuró mi Dueño su sacrificio, despreció su santuario! entregó en poder del enemigo los muros de sus fortalezas!! su voz dan en la casa de Dios, como en día de reunión!!!

ח  ¡Gestionó Dios ¡ay! para destruir la muralla de la ciudad de Sion! tiró la cuerda! no retira su mano de la devastación!! y hace desmoronar a muro y antemural, que juntamente se malearon!!!

ט  ¡Tragáronse por la tierra sus puertas! desencajó y quebrantó sus cerrojos!! su rey y sus príncipes entre gentes sin ley! ni aún sus profetas encuentran revelación de parte de Dios!!!

י  ¡Yacen en tierra callados los ancianos de la ciudad de Sion! echaron polvo sobre sus cabezas! ciñéronse sacos!! humillaron sus cabezas hasta la tierra! las doncellas de Jerusalem!!!

כ  ¡Consúmense con el llanto mis ojos, enciéndense mis entrañas, derrámase hasta la tierra mi hiel! por el quebranto de la hija de mi pueblo!! al desfallecer el joven y el infante en las plazas de la ciudad!!!

ל  ¡Les dirán a sus madres: ¿dónde está el pan y el vino? al desfallecerse ellos como el herido en las plazas de la ciudad! al derramarse sus almas! en el regazo de sus madres!!!

מ  ¡Mas ¿qué te contestaré, o qué te callaré a tí, oh ciudad de Jerusalem? ¿cómo te aliviaré o te consolaré, virgen hija de Sion?? cuando es más grande que el mar tu quebranto, quién te mitigará???

ן  ¡Nada, o falso preveen los profetas para tí! ni revelan nada sobre tu calamidad, para rescatarte de tu cautiverio!! ni sueñan siquiera de tí! pesadillas vanas y seductoras!!!

ס  ¡Sacuden sobre tí sus manos todos los que pasan el camino! silvan y menean sus cabezas a la ciudad de Jerusalem!! ay! ¿es ésta la ciudad, que habían de decir colmo de hermosura? alegría de toda la tierra???

פ  ¡Pusieron sobre tí su boca todos tus enemigos! silvan y rechinan el diente! diciendo nos la tragamos!! ah! que este es el día que esperábamos con tanta ansia! lo encontramos, lo vimos!!!

ע  ¡Hizo Dios lo que había pensado! cumplió su palabra! lo que había mandado desde los días del principio y no faltó!! y dejó que se alegrara sobre tí el enemigo! ensalzando el poder de tus opresores!!!

צ  ¡Suplica de corazón a mi Dueño!! muralla de la ciudad de Sion, haz bajar como un torrente el llanto día y noche! no te tomes descanso! no se enjugue la niña de tu ojo!!!

ק  ¡Qué! levántate! clama por la noche! al principio de las vigilias! derrama como agua tu corazón! ante la presencia de mi Dueño!! levanta tus manos a él! por el alma de tus párvulos! que desfallecen por el hambre en lo raso de las plazas!!!

ר  Repara, Señor, y mira! a quien hollaste así!! ¿sí comerán las mujeres su fruto, los hijos de las entrañas? ¿Si se degollará en el santuario de mi Dueño al sacerdote y al profeta???

ש  ¡Se acuestan en el suelo de las plazas muchacho y anciano! mis doncellas y mis escogidos jóvenes cayeron bajo la espada!! los degollaste en el día de tu ira! los sacrificaste, no perdonaste!!!

ת  ¡Tú llamarás como en día de fiesta a mis moradores de alrededor! y no habrá en el día de la ira de Dios quien se escape ni_sobreviva!! al que yo fomenté en mis entrañas, y crié después, mi enemigo concluyolos!!!
 

Capítulo III.

א  ¡Ay de mi! el que ve la aflicción en el azote de su ira!

א  ¡A mí me trae y hace andar obscuridad y no luz!

א  ¡Ah! por mí vuelve y revuelve su mano todo el día!

ב  ¡Bandea mi carne y mi piel! quebrantado ha mis huesos!

ב  ¡Bate sobre mí y taladra mi cabeza! ¡qué fatiga!

ב  ¡Bóvedas me destina! como a muertos de mucho tiempo!

ג  ¡Cercóme y no saldré! hizo pesadísima mi cadena!

ג  ¡Cuando clamare y aunque dé voces, obstruye mi súplica!

ג  ¡Cerró mis caminos con ripio! torció mis senderos!

ד  ¡De mis caminos refractario, dejóme desolado!

ד  ¡Dirigió su arco, e hízome estar como el blanco de la saeta!

ד  ¡De mí es el oso que acecha! león en escondites!

ה  ¡Estampó en mis entrañas las flechas de su aljaba!

ה  ¡Era irrisión de todo mi pueblo! su cantar de todo el día!

ה  ¡Él me hartó de amarguras! me regó de aflicción!

ו  ¡Violentó con piedra mis dientes! encapachóme en la ceniza!

ו  ¡Fue separándose de la paz mi alma! olvidé la felicidad!

ו  ¡Faltó, dije, mi confianza! y mi expectación de Dios!

ז  ¡Cé! recuerda mi aflicción, y mi sedición de fatiga y veneno!

ז  ¡Ciertamente la recordarás! y deprimirás mi alma sobre mí!

ז  ¡Cejaré así hacia dentro! con tal motivo confiare!

ח  ¡Gracias a Dios! que no perecimos! que no se cerraron sus entrañas!

ח  ¡Grandes nuevas larga por las mañanas tu crédito!

ח  ¡Gloria mía es Dios, dice mi alma! por eso confío en él!

ט  ¡Tan bueno es Dios para el que le espera, como para el alma que le busca!

ט  ¡Tan bueno el esperar, como el callar a la salvación de Dios!

ט  ¡Tan bueno para el hombre, que le alivia el yugo en sus mocedades!

י  ¡Yace solitario y se calla, cuando lo impone sobre él!

י  ¡Yendo por el polvo su boca, acaso haya esperanza!

י  ¡Incline al que le maltrate su mejilla! se alimentará con el oprobrio!

כ  ¡Que no es de los que se retiran para siempre mi Dueño!

כ  ¡Que, aunque aflige, se enternece según lo largo de sus piedades!

כ  ¡Que no aflige de corazón, ni llaga a los hijos del hombre!

ל  ¡Lastimando bajo sus pies a todos los cautivos de la tierra!

ל  ¡Ladeando el juicio del hombre delante del altísimo!

ל  ¡Llevando al humano por su rivalidad, mi Dueño no se deleita!

מ  Mas ¿quién es el que habla y se hace, mi Dueño nada mandando?

מ  ¡Mientras que de boca del Altísimo no salga el mal o el bien!

מ  ¡Mal se envanece hombre vivo, valiente por sus pecados!

ן  ¡Nosotros investigamos y buscaremos caminos, mas tenemos que volvernos a Dios!

ן  ¡Nosotros levantaremos nuestro corazón al par de nuestras manos al Dios de los cielos!

ן  ¡Nosotros prevaricamos y nos revelamos! tú no perdonaste!

ס  ¡Solapado con la ira siguesnos! degollaste, no mitigaste!

ס  ¡Solapado en tu nube hasta que pasó la oración!

ס  ¡Salvado y desecho nos hiciste en medio de los pueblos!

פ  ¡Ponen sobre nosotros su boca todos nuestros enemigos!

פ  ¡Pavor y miedo fue para nosotros el olvidar y quebrantar!

פ  ¡Piélagos de aguas derramará mi ojo! por el quebranto de la hija de mi pueblo!

ע  ¡Harto se aniquila mi ojo, y no descansa por no haber intermisiones!

ע  ¡Hasta que dirija la vista y mire Dios desde los cielos!

ע  ¡Huella mi ojo a mi alma más que todas las hijas de mi ciudad!

צ  ¡Sorprendiéronme como ave los que me aborrecen sin motivo!

צ  ¡Sepultaron a mi vida en la fosa! y pusieron losa sobre mí!

צ  ¡Subieron las aguas sobre mi cabeza, y dije: perdido soy!

ק  ¡Gritaré tu nombre, Yhowah! desde la fosa de los profundos!

ק  ¡Queja mía oíste!! no retires tu oído a mi relación, a mi clamor!

ק  ¡Qué cerca estuviste el día que te invoqué! dijiste: no temas!

ר  ¡Rivalizaste, Dueño mío, en las rivalidades de mi alma! redimiste mi vida!

ר  ¡Reparaste, oh Dios! mi opresión! juzga mi juicio!

ר  ¡Reparaste todas sus venganzas! todas sus maquinaciones contra mí!

ש  ¡Sentiste tu escarnio, oh Dios! todas sus maquinaciones contra mí!

ש  ¡Sus murmuraciones y las palabras de mis insurgentes contra mí todo el día!

ש  ¡Su sentarse y levantarse mira! yo irrisión de ellos!

ת  ¡Tú les pagarás el trabajo, ¡oh Yhowah! según la obra de sus manos!

ת  ¡Tú les darás dureza de corazón! tu execración sobre ellos!

ת  ¡Tú los perseguirás en tu ira! y los destruirás debajo de los cielos de Dios!
 

Capítulo IV.

א  ¡Ay! que se ha enmohecido el oro! mudó de sitio el tesoro mejor!! se desengarzaron las piedras del sagrado pectoral! en lo raso de las plazas!!!

ב  ¡Bien hermosos hijos de Sion! los que os equiparábais al oro purísimo!! ay! que habéis venido a ser reputados como tiestos de barro! obra de manos de alfarero!!!

ג  ¡Cuando hasta las fieras sacan la teta! dan de mamar a sus cachorros!! la hija de mi pueblo tan cruel como los avestruces en el desierto!!!

ד  ¡Del mamón la lengua se pega a su paladar por la sed!! los párvulos piden pan! no hay quien se lo parta!!!

ה  ¡Esos mismos que comían de manjares! están desolados en las plazas!! los que se recostaban sobre púrpura se acogen a los muladares!

ו  ¡Fue ciertamente más grande la maldad de la hija de mi pueblo! que el pecado de Sodoma!! se mudó como el tiempo! y no le tocaron manos!!!

ז  ¡Celaban la pureza sus nazareos como la nieve! blanqueaban más que la leche!! rojos de cuerpo más que los corales! zafiro su talle!!

ח  ¡Hosca más que la oscuridad misma su forma de ellos! no son conocidos en las plazas!! pegada su piel a los huesos! seca su persona como un palo!!!

ט  ¡Todavía son más dichosos los que mueren a cuchillo! que los que mueren de hambre!! que éstos se van traspillando! por las esterilidades del campo!!!

י  ¡Ya las tiernas manos de las mujeres! están cociendo a toda prisa a sus hijos!! van a comer de ellos! en la calamidad de la hija de mi pueblo!!

כ  ¡Calóse Yhowah Dios como celada su ira! derramó indignación su nariz!! y se encendió fuego en Sion! y devoraba sus cimientos!!!

ל  ¡Los reyes de la tierra no lo creían! ni ninguno de los habitantes del orbe! que había de entrar el opresor y enemigo! por las puertas de Jerusalem!!!

מ  ¡Merced a los graves pecados de los profetas, a las maldades de sus sacerdotes!! que derramaron en medio de ella sangre de justos!!!

ן  ¡Nefandos vagaban ciegos por las plazas! mancháronse con la sangre! sin que les fuera permitido! tocaron en sus mujeres!!!

ס  ¡Separad al inmundo, gritadle! separad, separad, no toquéis!! que huyen; que vagan!! dicen entre las gentes! no volverán a cohabitar!!!

פ  ¡Pronto los dispersó Dios de su presencia! no volverá a mirarlos!! las caras de los sacerdotes no disimulaban! los ancianos no eran agradables!!!

ע  ¡Juntamente con nosotros se consumen nuestros ojos! esperar nuestro socorro, necedad!! atalayando estamos desde nuestra atalaya! a gente que no nos salvará!!!

צ  ¡Siguen nuestros pasos! al marchar por nuestros caminos!! acércase nuestro término!!! se cumplieron nuestros días! que llega nuestro fin!!!

ק  ¡Qué ligeros son los que nos persiguen! más que las águilas de los cielos!! sobre los montes nos seguirán! en el desierto nos acecharán!!!

ר  ¡Repentinamente o a una inspiración de nuestra nariz el ungido de Dios! fue cogido en sus zanjas!! cuando decíamos: a su sombra viviremos entre gentes!!!

ש  ¡Sí! alégrate y regocíjate, hija de Edom! tú que habitas en tierra de Juts!! también sobre ti pasará la copa! beberás y te desnudarás!!

ת  ¡Tu maldad se consumó, hija de Sion! no volverá a sacarte a relucir!! está patente tu iniquidad, hija de Edom! se descorrió el velo sobre tus pecados!!!
 

Capítulo V.

Acuérdate, Señor, qué es de nosotros! repara y mira nuestra ignominia!!

Bella herencia la nuestra se ha vuelto de enemigos! nuestras casas son de extraños!!

Como huérfanos no tenemos padre! nuestras madres están viudas!!

Dinero nos cuesta el agua que bebemos! nuestros maderos entrarán en mercado!!

Encima de nuestras cervices se nos carga! nos fatigamos, no se nos da descanso!!

Fue menester echar mano a Egipto! y Asiria para saciarnos de pan!!

Gravemente pecaron nuestros padres y no existen! y nosotros pagamos sus iniquidades!!

Hánse Señoreado siervos sobre nosotros! sin haber quien nos libre de sus manos!!

Impetramos el pan en el desierto con toda nuestra alma! ante la desolación!!

Justamente nuestra piel se inflama como horno! ante las bocanadas del hambre!!

Las mujeres afligidas en Sion! las doncellas en las ciudades de Jhudáh!!

Llevados los príncipes con su poder al cadalso! las caras de los viejos no se respetan!!

Mancebos escogidos levantan la piedra de tahona! y muchachos se relajan con el leño!!

No habrá ancianos en las puertas! jóvenes faltarán de los saraos!!

Ñublose la alegría de nuestro corazón! convirtiose en luto nuestro júbilo!!

Oh! de nosotros que pecamos! cayó la corona de nuestra cabeza!!

Por eso está triste nuestro corazón! por estas cosas se arrasa nuestro ojo!!

Que sobre el gran monte Sion ya destruido! Raposas andan por él!!

Señor Yhowah, tú subsistirás eternamente! Tu solio para generación y generación!!

Ultimamente ¿para qué me has de olvidar? ¿Vas a abandonarnos por muchos días??

Xá! conviértenos a tí, Señor! Y nos convertiremos! renueva nuestros días como antes!!

Zaherístenos empero extremadamente! te indignaste contra nosotros hasta lo sumo!!

Al fin de este libro hay una nota masorética así יחקק con que se da a entender que este es uno de los libros en que se repite el penúltimo verso, para borrar la impresión desagradable que deja el último, mediante su triste sentencia. Los libros en que esto se verifica, son como indican aquellas letras, Isaías (י); los doce profetas menores (תְרֶי עַשַר); el Eclesiastés (קֹהֶלֶת); y el presente Trenos (איכה). Débese pues repetir el verso Xa! conviértenos a tí, ¡oh Señor! y nos convertiremos! renueva nuestros días como al principio!!

אםך


[ Edición íntegra del texto contenido en un opúsculo impreso sobre papel en Madrid 1851, de 30 páginas más cubiertas. ]