Filosofía en español 
Filosofía en español

“Pensadores materialistas”

1868 «Influida a la vez por las escuelas socinianas, que desde un principio habían llevado la reforma a su última consecuencia, el racionalismo, eliminando de la Biblia todo elemento sobrenatural; por las atrevidas teorías de Spinosa, derivadas de Maymónides, y que tendían a producir el mismo resultado, sometiendo los dogmas religiosos al juicio de la razón puramente filosófica; y por los pensadores materialistas e incrédulos de Inglaterra y Francia, para quienes los libros santos no eran más que un tejido de absurdos e imposturas,– Alemania emprendió a mediados del siglo XVIII el movimiento demoledor anti-cristiano en que aún la vemos empeñada, y que de ella ha trascendido o va trascendiendo con gran aparato científico a las demás naciones de Europa.» (Gumersindo Laverde, «De los estudios bíblicos en España», Revista de España, primer año, tomo V, Madrid 1868, pág. 16.)

1880 «Nunca se les ocurre a nuestros novelistas neos, que sin perdón así se llaman, representar el libre examen en hombres que crean en Dios, y en la otra vida, y en fin, que tengan su alma en su almario, como se dice: siempre son estos libre-pensadores materialistas de brocha gorda, cuando no perdidos sin conciencia, pero de todas maneras gente que se ahoga en poca agua, y en cuanto truena se acuerdan de Santa Bárbara.» (Leopoldo Alas, «Una novela. De tal palo tal astilla, por D. José M. de Pereda», El Imparcial. Diario liberal, Madrid, lunes 19 de abril de 1880, pág. 4.)

«En su libro Natura naturans se han inspirado los grandes pensadores materialistas, desde Spinoza a Buchner, el autor de Fuerza y materia. En su comedia El Candelero hay una definición de las cosas naturales, que Darwin habría firmado.» («Giordano Bruno», Revista del Progreso, 1880, vol. 3, pág. 354.)

1882 «La generalidad de los pensadores materialistas o positivistas optan o prefieren, con mas o menos exclusivismo, el método objetivo. Braussais, Comte y Maudsley se distinguen bajo este punto de vista.» (Prudencio Vázquez Vega, “Filosofía. Dominios de la sicología y de la moral”, Anales del Ateneo del Uruguay, Montevideo, 5 mayo 1882, año I, t. II, nº 1, pág. 188.)

1889 «Dos años después de haber bajado a la tumba Augusto Comte, publicó el célebre Carlos Darwin el libro que preparó el terreno al Monismo, si ya no lo había hecho Lamark a principios de este siglo con su Filosofía zoológica. Sin embargo, tengo para mí que el Monismo representa una reacción producida entre los pensadores materialistas por las negaciones de la filosofía positiva, pues, en hecho de verdad, nada científico se descubre en esas teorías desoladoras, que pretenden explicar aquello que el hombre tiene de más caro, aquello a que el hombre, llámese materialista o espiritualista, jamás podrá renunciar completamente, declarándolo inexplicable e incognoscible.» (Joaquín Gou Solá, «El positivismo y el monismo, en sus relaciones con el progreso científico, la dignidad humana y la verdad católica», Revista de Gerona, agosto 1889, año XIV, nº 8, pág. 29.)

1893 «Pocas, muy pocas cuestiones han tenido en los quince días últimos una tan grande importancia como la cuestión religiosa, relegada por los superficiales pensadores materialistas de hogaño al número de los ensueños hipnóticos, y que, sin embargo de tal menospreciativo anatema, surge a cada minuto con fuerza renaciente y se impone a cada hombre con imperio verdadero, mostrando cómo su dominación perdurará mientras perduren aquí abajo los misterios de la muerte y los deseos y esperanzas de la inmortalidad.» (Emilio Castelar, «Crónica internacional. Grandeza moral de las ceremonias últimamente celebradas en el Vaticano», La España Moderna, Madrid, marzo 1893, año V, tomo LI, pág. 197.)

«En la Crónica internacional que para deleite de los lectores de la interesante revista La España Moderna escribe el ilustre tribuno D. Emilio Castelar, encontramos los notables párrafos, que copiamos a continuación. Trata en ellos de la grandeza moral de las ceremonias últimamente verificadas en el Vaticano, y dice: “Pocas, muy pocas cuestiones han tenido en los quince días últimos una tan grande importancia como la cuestión religiosa, relegada por los superficiales pensadores materialistas de hogaño al número de los ensueños hipnóticos…”» (El Día, «Las ceremonias del Vaticano», Madrid, jueves 9 marzo 1893, pág. 4.)

1894 «Se ha constituido en París “La Unión Espiritualista” […] Creemos que con propósitos tan extravagantes, no prosperará esta asociación, que se presenta como libre pensadora espiritualista, en oposición a los libre pensadores materialistas, por que unos y otros demuestran que no se inspiran en la verdad y en el bien, que deben informar los pensamientos y las acciones humanas. Sin embargo, todo esto redunda en beneficio de la ciencia, armónica y sintética que proclama el espiritismo.» («Crónica», La Fraternidad Universal. Segunda época de 'El Criterio Espiritista', Madrid, agosto 1894, nº 8, pág. 127.)

1896 «¡Con cuánta justicia puede repetir nuestra Madre la Iglesia las palabras de su divino Fundador a la turba de enemigos que la desoyen y persiguen!: Quien es de Dios, escucha las palabras de Dios. Por eso vosotros no las escucháis, porque no sois de Dios. No son de Dios esa muchedumbre de falsos sabios, de escritores impíos, de pensadores materialistas, de hombres de todas trazas y condiciones, que, guiados por su orgullo y con la audacia de sus pasiones y su ignorancia, se niegan a escuchar las enseñanzas de la Iglesia y toman a burla y chacota cuanto de Dios y del alma se les dice.» («Consideración», La Lectura Dominical, Órgano del Apostolado de la Prensa, Madrid, domingo 4 de abril de 1897, nº 170, pág. 213.)

«Si la mente se alimenta exclusivamente de una estética materialista y sensual, el ateísmo se produce naturalmente. Esta consecuencia desarrollada en Francia tras de los escritos de Helvecio, padre intelectual del sistema de Bentham y demás pensadores materialistas del siglo XVIII, la analiza con mucha precisión Mr. Buckle, escritor nada sospechoso, y añade:» (Enrique Cortés Niño [Colombia 1838-1912], Escritos varios, Imprenta Sudamericana, París 1896, tomo II, pág. 230: «Sensualismo y liberalismo».)

1904 «La teoría del instintismo y el monismo materialista. La teoría del instintismo es dualista. No ha de oponérsele, como dije, el monismo materialista, hipótesis metafísica poco aceptable en nuestro tiempo. Al sostenerla, los pensadores materialistas demuestran sorprendente exclusivismo, unos por ignorancia, otros por pasión. Los primeros nos recuerdan al zorro de la fábula, que encontraba verdes las uvas que no estaban a su alcance. Los segundos, a niños mal educados que acaban de adquirir un juguete nuevo, del que no pueden desprenderse ni en la calle, ni en la mesa, ni en la cama, aunque sea altamente impropio para compartir el paseo, la comida y el sueño…» (Carlos Octavio Bunge [Buenos Aires 1875-1918], «Notas para una teoría del instintismo», en Revista de filosofía, cultura, ciencias, educación, 1915, vol. 2, parte 2, pág. 212. En Estudios filosóficos, Casa Vaccaro, Buenos Aires 1919, pág. 50.)

1935 «Ante sus masas aulladoras, ante sus oleadas de oro corruptor, ante su avalancha de pensadores materialistas, ante su pretendido internacionalismo, alcémonos en pie los patriotas católicos y en torno a nuestra Cruz busquemos la cabeza de la serpiente; desenmascaremos al eterno Judas de Iscarioth y lancemos nuestro grito de combate: ¡Atrás, Israel!» (René Llanas de Niubó, El Judaísmo, I. El espíritu judío, Biblioteca Las Sectas, Barcelona 1935, nº 14, pág. 14.)

1978 «Los pensadores materialistas rusos combatieron la ideología idealista y religiosa reaccionaria de las clases dominantes.» (Historia de la filosofía, Progreso, Moscú 1978, tomo 1: Historia de la filosofía premarxista, capítulo VII, pág. 309.)

1996 «El fermento desalienador ha sido mucho más eficaz en pensadores materialistas y ateos como Holbach, porque ha propiciado una mejor actitud de los hombres ante el temor ante la muerte o ante los dioses.» (Pablo Guadarrama González, «¿Para qué filosofar?», Anuario Hispano cubano de Filosofía, Santa Clara, 10 de enero de 1996.)

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