Filosofía en español 
Filosofía en español


El traductor de esta fábula de Florián se la dedica a su amigo el poeta don R. Campoamor, después de leído el folletín de la ESPAÑA del 20 de noviembre, y a don E. Castelar antes de leer lo que contra la filosofía de Campoamor piensa escribir.
 

El gato y el espejo
 

Filósofos audaces,
que pasáis vuestra vida
en querer explicarnos
lo que jamás se explica,
oíd, que yo os lo ruego,
siquiera sea con risa
del más sesudo gato
la gran filosofía.

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Sobre la mesa
de un tocador
su espejo el gato
sesudo vio:
salta, se mira
en ilusión
su propia imagen
gato creyó:
ve que le atisba,
busca su unión;
toca en la luna;
no penetró.

En tal sorpresa
su reflexión
que trasparente
fuese juzgó;
y al otro lado
luego pasó.

No topa nada,
y en rededor
gira y de nuevo
se apareció.

Párase, piensa,
y en el temor
que otra vez huya,
ved qué ideó.

Sobre lo alto
del tocador
como a caballo
se colocó.

Aquí dos patas,
allá otras dos,
seguro, dijo,
le tengo yo.

Hacia el espejo
con precaución
su adusta frente
luego inclinó.

Ya ve una oreja
otra ve en pos,
y a un lado y otro,
raudo, veloz,
las prevenidas
zarpas echó.

De su equilibrio
la posición
súbito pierde,
cae ¡oh dolor!
cae, pero nada,
nada topó.

El gato entonces
sin dilación,
ni andar a caza
de lo que dio
por resultado
su coscorrón,
a sus ratones
cuerdo volvió.

¿Qué importa, dijo,
burro sea yo,
ese misterio
penetrar? ¡Oh!

Si tras de mucha
pena y labor
que el hombre en una
cosa empleó,
solo confunde
nuestra razón.

¿Es necesaria
tal cosa…? No.