Revista Cubana de Filosofía
La Habana, enero-junio de 1952
Vol. II, número 10
páginas 1-4

Revista Cubana de Filosofía

Publicación trimestral
Director: Rafael García Bárcena
Consejo de Redacción:
Máximo Castro Turbiano
Mercedes García Tudurí
Humberto Piñera Llera
Pedro V. Aja

Editado por la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación
La Habana, Cuba
Talleres Tipográficos de «Editorial Lex» Amargura 259-261. La Habana.


· Editorial · [Humberto Piñera Llera] · 3-4
· De la esencia de la verdad · Martín Heidegger · 5-22
· Montoro en la tradición filosófica cubana · Pedro V. Aja · 23-26
· La filosofía de don Rafael Montoro · Humberto Piñera Llera · 27-37
· Leopoldo von Ranke · Gastón Anido · 38-42
· La realidad de Hispanoamérica · Luis Aguilar León · 43-47
· Sobre la Sociedad Cubana de Filosofía · Luis A. Baralt · 48-50
· Obituario. John Dewey, 1859-1952 · Máximo Castro · 51-52
· Francisco Romero y las culturas de Oriente y Occidente · Hugo Rodríguez · 53-63
· Recuento de actividades filosóficas · 64-71

 
Editorial

Con el presente número y el año actual de 1952 la Revista Cubana de Filosofía alcanza su décima aparición y el sexto año de su inicio. Fue en el año de 1946 cuando el profesor Rafael García Bárcena concibió la idea de publicar regularmente una revista capaz de dar expresión a las inquietudes filosóficas nacionales, que ya por aquel entonces comenzaban a manifestarse. El que esto escribe recordará siempre con grata emoción el momento en que el profesor García Bárcena le anunció su decidido propósito de iniciar, casi de inmediato, las tareas preparatorias de lo que sería el primer número. Y con no menor emoción recuerda cómo correspondió a la noble y patriótica iniciativa del fundador de la revista con una modesta colaboración. De aquel grupo de los comienzos son también Máximo Castro, Boris Goldenberg, Gustavo Torroella y Justo Nicola. Casi inmediatamente se incorporarían Mercedes y Rosaura García Tudurí, Inés Segura Bustamante y otros. Consecutivamente han ido prestando su concurso Dionisio de Lara, Pedro V. Aja, José Sobrino, etc. Y de modo señalado los colaboradores de fuera –José Ferrater Mora, Francisco Romero, Risieri Frondizi, Ramón Xirau, Víctor Frankl, Angélica Mendoza, Luis Recaséns-Siches, José A. Franquiz. Tampoco ha faltado la traducción de obras de calidad como las que corresponden a pensadores de la talla de Bréhier y Heidegger.

En seis años de existencia provechosa la Revista Cubana de Filosofía ha rendido homenaje de reconocimiento a filósofos como Varona, Descartes y Romero, con lo cual ha cumplido un deber insoslayable en publicaciones de esta índole, pues no puede caber duda acerca de la necesidad de significar, cuando sea llegada la ocasión, la figura y la obra de un pensador filosófico de indiscutible calidad. Así es que la revista, en la oportunidad del centenario de Enrique José Varona y el tricentenario de la muerte de Descartes, cumplió su inexcusable parte; en tanto que ha dedicado su penúltimo número a quien deben tanto y de tan excelsa calidad el pensamiento y la inspiración filosóficos de Hispanoamérica. [4]

Nuestra empresa ha logrado cuajar pese a las casi insuperables dificultades de sus comienzos, sobre todo lo que tiene que ver con lo económico. Fueron aquellos años difíciles, durante los cuales sólo el decidido empeño de quienes habían puesto en la empresa la más inquebrantable de las resoluciones, pudo convertir en estable desenvolvimiento el sueño inicial abrumado por desalentadores presagios. Pero, como ha sucedido igualmente con la Sociedad Cubana de Filosofía, la parte más difícil ya ha sido vencida, y si el crédito que merecidamente disfruta nuestra revista no se le retira, ella continuará siendo la muestra efectiva de que el pensamiento filosófico, entre nosotros, ha readquirido el vigor necesario para merecer el esfuerzo de consagrarlo en letras de molde y someterlo a la consideración de los colegas de otros lugares del mundo. Al cabo de su primer sexenio la Revista Cubana de Filosofía hace un alto en su labor para contemplar, satisfecha, el trecho vencido con paso cada vez más sereno y seguro.

Séanos permitido, con ocasión de este recuento, hacer partícipes de nuestro regocijo a todos los que, en Cuba y fuera de ella, como colaboradores o lectores, nos han apoyado espiritualmente con sus testimonios de amistad y exhortación. Y quede también estampada aquí nuestra perenne gratitud a la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, que desde hace cuatro años y a través de los diferentes funcionarios que la han regido, ha sido para la Revista Cubana de Filosofía un firme sostén económico y moral.

H. P. Ll.

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