Filosofía en español 
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Homenaje de Oviedo a Feijoo en 1953

Oviedo Feijoo

La ciudad de Oviedo
desde donde
el Padre Feijoo
derramó por el ámbito de España
su inmortal 'Teatro Crítico'
y sus 'Cartas Eruditas'
dedica al gran polígrafo
este monumento
claro y perdurable
como su genio y como su gloria
MCMLIII

 

Oviedo Feijoo

Esta inscripción figura en la base de la estatua que se levanta en la Plaza de Feijoo de Oviedo, esculpida por Gerardo Zaragoza y descubierta el domingo 28 de marzo de 1954, dentro de los actos en homenaje al padre Feijoo. Era una estatua desde largo tiempo esperada (léase el artículo de Secundino Magdalena, «El Padre Feijoo, alma de Oviedo», publicado diez años antes). Mira hacia la celda del antiguo monasterio benedictino, hoy Museo Arqueológico, en la que escribiera el Teatro Crítico Universal. La prensa ofreció amplia información sobre aquellas celebraciones (ver, por ejemplo, La Nueva España del martes 30 de marzo de 1954).

Dos años antes, el catedrático de filosofía en la Universidad de Madrid, Santiago Montero Díaz, había pronunciado, en el Paraninfo de la Universidad de Oviedo, una conferencia sobre Asturias y el P. Feijoo. El 28 de marzo de 1954 quedó también inaugurada la Cátedra Feijoo, con una memorable conferencia de Gregorio Marañon Posadillo, Consideraciones sobre Feijoo, que la prensa del Movimiento publicó en diversas entregas esos días.

Al cumplirse los 50 años de la creación de la Cátedra Feijoo, fundada por el Ayuntamiento de Oviedo en la Universidad, el Instituto Feijoo –nacido en su seno en 1971 para desarrollar con mayor amplitud y proyección internacional los fines de dicha Cátedra– celebró la efeméride, el miércoles 15 de diciembre de 2004, mediante una ofrenda floral ante la estatua. Pronunció unas palabras Inmaculada Urzainqui, directora del Instituto Feijoo de Estudios del Siglo XVIII, así como representantes institucionales de la Universidad y del Ayuntamiento. Asistieron unas treinta personas, y el ramo de flores fue depositado después sobre la lápida de la tumba de Feijoo.

Se da la circunstancia de que ese día, en diciembre de 2004, a través de las ventanas de la celda de Feijoo, desde afuera, también se veía el cielo, pues el edificio del que fuera secular monasterio benedictino ha sido demolido ('vaciado' o 'desmontado' se dice con eufemismo), manteniendo sólo las fachadas, para reconstruir en su seno modernas instalaciones del Museo Arqueológico. Pero ya ni las paredes, ni las maderas del suelo, ni los centenarios cristales de las ventanas... serán lo mismo cuando, reconstruida la celda, vuelva a ser mostrada a los turistas como el lugar donde Feijoo inmortalizó con su obra a la ciudad de Oviedo.

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