Filosofía en español 
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Punto segundo · De la discordia, contienda, y cisma

De la pereza, y envidia tratamos ya hablando de los vicios Capitales, y así pasamos a hacerlo de los demás vicios opuestos a la caridad.

P. ¿Qué es discordia? R. Que es: Cordis divisioi, et dissentio voluntarium a bono divino, et proximi, in quo debent consentire. Es de su naturaleza culpa grave, por oponerse a la mutua caridad y concordia, que es unión de los corazones de los hombres entre sí. Puede ser venial, o por parvidad de materia, o por falta de perfecta deliberación.

P. ¿Qué es contienda? R. Que es: Concertatio verborum inordinata ad impugnandam veritatem; o es: Impugnatio veritatis cum confidentia clamoris. Es de su género culpa mortal; como si uno impugna la verdad conocida contra la justicia, o la sana doctrina. El que impugna el error, o propugna la verdad con la conveniente acrimonia, obra laudablemente, o pecará, a lo sumo, venialmente si se excediese algo en el modo, no haciéndolo con contumelias, ni causando grave rubor al prójimo.

P. ¿Qué es cisma? R. Que es: Ab unitate Ecclesiae voluntaria separatio. Es pecado mortal gravísimo; pues rasga la unidad de la Iglesia, que forma la caridad. No admite parvidad de materia. Todo hereje es cismático; porque por la herejía se separa de la unidad de la Iglesia. El cismático puede, metafísicamente hablando, no ser hereje, como si no tuviese error alguno pertinaz contra la fe; pero si se habla moralmente los cismáticos siempre juntan con el cisma alguna herejía, que les sirva de pretexto para separarse de la unidad de la Iglesia. Así S. Tom. 2. 2. q. 39. art. 1. ad. 3.

P. ¿Qué penas ha impuesto la Iglesia contra los cismáticos? [245] R. Que las siete siguientes, que son: Excomunión mayor lata: privación del ejercicio de orden y jurisdicción: inhabilidad para obtener en adelante beneficios eclesiásticos: suspensión del orden recibido del cismático: irritación de los beneficios colados por ellos: sospecha vehemente de herejía; y quedar sujetos al Juez eclesiástico para el castigo condigno.

P. ¿Cuando en la Iglesia se levantan muchos Sumos Pontífices, son todos cismáticos? R. Que lo serán, si se levantan contra el que ciertamente consta ser Sumo Pontífice, como también lo serán sus secuaces. Mas si no constase ciertamente de la elección de ninguno, de manera que de todos se dude igualmente sobre su legitimidad, todos deben ceder su derecho, y conspirar a la elección verdadera de uno sólo; lo que si repugnaren ejecutar, serán todos real y verdaderamente cismáticos, y deberán dar cuenta a Dios muy estrecha de su pertinacia, y de los daños que por ella se sigan a la Iglesia.

P. ¿Y qué deberán hacer los fieles en el caso dicho? R. Que no pueden, ni deben obedecer a alguno de los contendientes, por no exponerse a peligro de errar, sino que creyendo que son miembros de la Iglesia, cuya principal Cabeza es Cristo, se portarán como cuando por muerte del Papa legítima, está vacante la Silla de San Pedro.

[ Compendio moral salmaticense · Pamplona 1805, tomo 1, páginas 244-245 ]