Filosofía en español 
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Punto tercero · De la hiperdulía y dulía

P. ¿Qué es hiperdulía? R. Que es: Virtus, qua damus B. Virgini Mariae proprium cultum ipsius. El motivo de ella es aquella plenitud de gracia y virtud en que la Madre de Dios se aventaja a todos los Ángeles y Santos. Sus principales actos son [278] el Ave María: la Salve Regina, y la Letanía Lauretana. Otras señales comunes de adoración pueden por la intención del que las practica ordenarse a este mismo culto, tan debido a la gran Reina, no sólo por su altísima dignidad de Madre de Dios, sino su plenitud de gracia y de toda Santidad. Por esto con justísima causa condenó el Papa Alejandro VIII la siguiente proposición, que es la 26. Laus quae defertur Mariae, ut Mariae,vana est.

P. ¿Qué es dulía? R. Que es: Virtus, qua Angelis et Sanctis tribuimus proprium cultum ipsorum. Su motivo es la excelencia de gracia y gloria, que gozan los Ángeles y Santos, en que nos son superiores. Sus actos principales son sus peculiares oraciones o colectas, las Letanías de los Santos en las cuales los adoramos, algunos en particular y a todos en común. Que sea lícito adorar a los Ángeles y Santos es dogma de fe. S. Tom. 2. 2. q. 103. a. 5. Dejamos de satisfacer a los argumentos fútiles de los herejes, por no ser propio de nuestro asunto.

P. ¿La dulía con que adoramos a los Santos es virtud distinta de la Religión? R. Que sí; porque la razón formal de una y otra es distinta; pues a Dios adoramos por su excelencia increada, y a los Santos por la suya creada y participada.

Arg. contra esto: La caridad con que amamos a Dios y al prójimo es la misma; luego también lo será la virtud con que veneramos a Dios y a sus Santos. R. Negando la consecuencia: porque el motivo de amar al prójimo, o la razón formal intrínseca, es la bondad divina increada, y así con una misma caridad amamos a Dios y al prójimo; mas la razón formal intrínseca de reverenciar a los Santos es su propia excelencia creada que se halla en ellos, y así es distinta formaliter de la increada, por razón de la cual veneramos a Dios, y por consiguiente habrá diversas virtudes para venerar a Dios y a sus Santos. [279]

[ Compendio moral salmaticense · Pamplona 1805, tomo 1, páginas 277-278 ]