Roger Murray
Militarismo en África
Pensamiento Crítico, La Habana, junio de 1967, número 5, páginas 175-207.
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Durante los últimos tres años, la acción iniciada o proseguida por los militares ha determinado el derrocamiento de, nada menos que, once jefes de estado africanos y ha puesto en grave peligro a otros cuatro regímenes. Ocho de los regímenes sucesores están encabezados por militares. En los últimos seis meses los golpes se han sucedido a un ritmo acelerado.
Estas intervenciones son espectaculares, pero no deben ser contempladas sin tener en cuenta la acción de otros procesos más amplios. En casi todas partes de África, las fuerzas armadas están siendo llamadas a asumir funciones cada vez más activas e importantes, mientras las contradicciones externas siguen sin resolverse y las internas se agudizan. Los choques fronterizos, las prolongadas guerras civiles, los asaltos por sorpresa a palacios presidenciales y residencias reales, son simplemente los aspectos más dramáticos de esta situación. La violencia organizada, concentrada y desenfrenada es una determinante de la vida política.
Por el año 1960 habría parecido aventurado predecir la prominencia contemporánea de los militares como factor político en África, especialmente a cualquier que estuviera familiarizado con los antecedentes generales y la formación histórica de las fuerzas armadas africanas. Con excepción del caso de Sudán que podría haber sido desechado ya que podía clasificarse más bien entre los sistemas del Medio Oriente que entre los propiamente africanos.