Che,
teórico de la revolución
Pensamiento Crítico, La Habana, octubre de 1967, número 9, páginas 3-61.
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Fue un ejército que nació con una doctrina un tanto vaga; era un ejército de liberación, martiano, integrado por hombres de las ciudades que tenían un concepto equivocado del campo. Encontramos un vigoroso respaldo de los campesinos y fuimos conociendo sus problemas y captamos el inquieto fermento para liberarse de las viejas trabas de la propiedad. Todo esto nos hizo cambiar y modeló nuestras concepciones sociales. Tanto los dirigentes como el pueblo se han mutuamente influenciado.
Notas para el estudio de la ideología de la Revolución Cubana
Esta es una revolución singular en la que, algunos han creído ver que no se ajusta a una de las premisas de lo más ortodoxo del movimiento revolucionario, expresada por Lenin así: «Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario». Convendría decir que la teoría revolucionaria, como expresión de una verdad social, está por encima de cualquier enunciado; es decir, que la revolución puede hacerse si se interpreta correctamente la realidad histórica y se utilizan correctamente las fuerzas que intervienen en ella, aun sin conocer la teoría. Es claro que el conocimiento adecuado de ésta simplifica la tarea e impide caer en peligrosos errores, siempre que esa teoría enunciada coresponda a la verdad. Además, hablando concretamente de esta revolución, debe recalcarse que sus actores principales no eran exactamente teóricos, pero tampoco ignorantes de los grandes fenómenos sociales y los enunciados de las leyes que lo rigen. Esto hizo que, sobre la base de algunos conocimientos teóricos y el profundo conocimiento de la realidad, se pudiera ir creando una teoría revolucionaria.