Filosofía en español 
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Pensamiento Crítico

 
Llamamiento de La Habana

Pensamiento Crítico, La Habana, enero de 1968, número 12, páginas 3-4.

En una época en que el número y el papel de los intelectuales en los procesos sociales son radicalmente diversos de lo que fueron hasta no hace mucho, y ello tanto en el plano de las ciencias y las técnicas, de la producción material y de la gestión, de la formación e información de los hombres, como en el de la creación cultural; en una época en que, objetivamente, se encuentran más y más en las posiciones de las clases trabajadoras y de los movimientos de liberación nacional, y adquieren mayor conciencia de este hecho; en un época en que el imperialismo norteamericano hace pesar sobre la vida misma de los pueblos y sobre el porvenir de la cultura el peso de una amenaza universal;

NOSOTROS

Intelectuales venidos de 70 países y reunidos en Congreso en La Habana, proclamamos nuestra activa solidaridad con todos los pueblos en lucha contra el imperialismo, y muy particularmente con el heroico pueblo de Viet Nam.

Convencidos de que dichos pueblos han de hacer frente a una empresa global dirigida por el imperialismo norteamericano, secundado éste de diversos modos por todos los demás, y que tiende a mantenerlos o a volver a hundirlos, en un estado de sujeción y subdesarrollo económico, social y cultural; convencidos asimismo de que el imperialismo, encabezado por los Estados Unidos, para desarrollar su dominación, extiende o refuerza la agresión militar, política, económica y cultural, particularmente en Corea, Laos y Camboya, en el Congo (K), en el mundo árabe, en las colonias portuguesas de África, en Venezuela, Bolivia y así como en otros países; convencidos por otra parte de que los trabajadores de los países capitalistas son objeto de una explotación sustentada en el mismo sistema económico; comprobamos que dicha empresa de dominación se despliega bajo todas las formas, de las más brutales a las más insidiosas, y que se sitúa a todos los niveles: político, militar, económico, racial, ideológico y cultural. Se apoya en medios financieros gigantescos y dispone de oficinas de propaganda enmascaradas como instituciones culturales.

El imperialismo intenta hacer prevalecer, mediante las técnicas más variadas de adoctrinamiento, el conformismo social y la pasividad política; al mismo tiempo, un esfuerzo sistemático tiende a movilizar a los técnicos, hombres de ciencia e intelectuales en general, al servicio de los intereses y los objetivos capitalistas y neocolonialistas. Así, talentos y habilidades que podrían y deberían participar en una obra de progreso y de liberación se ven convertidos en los instrumentos de la comercialización de la cultura, de la degradación de los valores, y del mantenimiento del orden social y económico impuesto por el sistema capitalista.

El interés fundamental, el imperioso deber de los intelectuales exigen de éstos que resistan y respondan sin vacilar a dicha agresión: se trata de apoyar las luchas de liberación nacional, de emancipación social y de descolonización cultural de todos los pueblos de Asia, África y América Latina, y la lucha contra el imperialismo, en su centro mismo, sostenida por un número cada día creciente de ciudadanos negros y blancos de los Estados Unidos. Se trata, para los intelectuales, de participar en el combate político contra las fuerzas conservadoras, retrógradas y racistas, de desmistificar su ideología, de afrontar las estructuras que la sustentan y los intereses a que sirve.

Por todo ello, desde La Habana, en medio del pueblo revolucionario de Cuba, y después de una confrontación de ideas caracterizada por la libertad de expresión tan indispensable para las batallas y las tareas de hoy, como para la nueva sociedad que de ellas surgirá, llamamos a los escritores y hombres de ciencia, a los artistas, a los profesionales de la enseñanza, y a los estudiantes, a emprender y a intensificar la lucha contra el imperialismo, a tomar la parte que les corresponde en el combate por la liberación de los pueblos.

Este compromiso debe reflejarse en una toma de posición categórica contra la política de colonización cultural de los Estados Unidos, lo cual implica el rechazo de toda invitación, toda beca, todo empleo o todo programa cultural o de investigación, en la medida en que dicha aceptación constituyera una colaboración en la política mencionada.

Facsímil del original impreso de esta parte en formato pdf