Luis R. Saíz Montes de Oca
¿Por qué luchamos?
Pensamiento Crítico, La Habana, noviembre de 1968, número 22, páginas 242-258.
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Ningún momento mejor para dejar fijado muy claro el pensamiento que nos lleva a la lucha que éste, cuando la hora de llevar a hechos las palabras, suena cerca.
No luchamos sin un por qué, o por el mero afán de aventura o como escape de ímpetus juveniles. Tenemos conciencia de la razón motriz y consideramos que son motivos incontables los que nos señalan como único medio de vivir dignamente, la vía revolucionaria, demostrado como está que nada se puede esperar de politiqueros ambiciosos, inescrupulosos; además, tenemos la firme creencia del cometido generacional nuestro, ya que el destino nos obliga a cumplir, cueste lo que cueste, la gran revolución que Cuba nos espera desde hace siglos. Bien lo dijo José Martí –guía de nuestra lucha– al definir a Cuba. “Como un país hambriento de justicia verdadera”, porque esta tierra nuestra espera una gran cura de costumbres, una inmensa labor de sanidad pública, donde pueda decirse, hombre “honrado” sin que suene falsa la frase, y donde la dignidad humana no sea puro mito, sino existencia verdadera.