Gerardo de Cremona y Arnaldo de Villanova, no sólo prestaron buenos servicios a la Filosofía por medio de versiones de obras filosóficas, sino que cultivaron además el estudio de las ciencias físicas y matemáticas, fomentando sus progresos. [202]
El primero (1114-1187), después de hacer sus primeros estudios en su patria, pasó a España, recorrió sus principales escuelas, y permaneció muchos años en Toledo. Allí publicó varias obras originales referentes a matemáticas y astronomía, dedicándose al propio tiempo a traducir al latín muchos libros árabes, y entre ellos el tratado de medicina, o sea los Cánones de Avicena, otra obra de Albucasis, que lleva el título de Methodus medendi, y el famoso Almagestum de Tolomeo, libro que por espacio de años y siglos sirvió de texto clásico para los estudios astronómicos. Entre sus obras originales merecen citarse su Theoria planetarum, y la que lleva el título significativo de Geomantia astronomica.
Arnaldo de Villanova, provenzal, según algunos, y natural de Cataluña, en opinión mucho más probable, merece con justicia un lugar entre los traductores, y aun entre los físicos y naturalistas del siglo XIII. Este médico español, del cual consta que poseía el griego, el hebreo y el árabe, tradujo al latín diferentes obras de escritores antiguos {1} y de algunos contemporáneos, contribuyendo a difundir y facilitar los conocimientos por las escuelas de Europa.
Tanto o más que con sus traducciones, Arnaldo de [203] Villanova, el cual vivió algunos años al lado de Federico II, contribuyó al movimiento intelectual de su época con sus grandes conocimientos en física, química y otras ciencias naturales. Se le atribuye, entre otras cosas, el descubrimiento del espíritu de vino y el del aceite de terebinto, así como también se tiene por cierto que descubrió el ácido muriático, el ácido sulfúrico y el nítrico. Desgraciadamente, el médico catalán desfiguró estos grandes conocimientos, amalgamándolos con ideas tomadas de la astrología judiciaria, la cabalística, la magia y otras prácticas supersticiosas y vanas, sin contar otros varios errores teológicos que se le atribuyen,{2} siendo de notar que uno de [204] los errores de Arnaldo consistía en reprobar el uso y aplicación de la Filosofía en la teología: male fecerunt doctores theologi, qui aliquid de philosophia posuerunt in suis operibus.
En todo caso, es incontestable que Arnaldo de Villanova gozó de merecido renombre como médico, y que en este concepto, no menos que por su saber, fue honrado a porfía por los Reyes y Pontífices. Su muerte acaeció precisamente por haber naufragado cuando se dirigía por mar a Avignon para asistir al Papa Clemente V que se hallaba enfermo.
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{1} En la biblioteca de la catedral de Córdoba existe un manuscrito con el siguiente encabezamiento: Incipit liber Costaben luce, de physicis ligaturis, translatus a Magistro Arnaldo de Villanova de graeco in latinum.
Encuéntrase en el mismo códice un tratado original de Villanova, que lleva por título Sigilla (Incipiunt Sigilla magistri Arnaldi de Villanova), tratado que, según deja entrever su mismo epígrafe, es una mezcla extraña de física, de química y de medicina, con ideas y fórmulas astrológico-judiciarias, cabalísticas, mágicas y supersticiosas.
{2} En el Directorum Inquisitorum se hace mérito de quince aserciones más o menos directamente relacionadas con la fe, que se suponen condenadas en 1317 por el Prelado de Tarragona y el Inquisidor de Aragón, de común acuerdo. Estos errores fueron extractados de varios libros que se atribuían a Arnaldo de Villanova, algunos de los cuales aparecen escritos en idioma catalán o lemosín. He aquí el catálogo de estos libros:
Libellus qui intitulatur De humilitate et patientia Jesuchristi, et incipit: Si l'amor natural.
Libellus qui intitulatur De fine mundi, et incipit: Entes per vostres letres.
Libellus qui intitulatur Informatio Beguinorum, seu lectio Narbon., et incipit: Beneyt sia et loat Jesuchrist.
Libellus qui intitulatur Apologia, et incipit: Ad ea quae per vestras.
Libellus qui intitulatur Denunciatio facta coram domino Episcopo Gerund., et incipit: Coram Vobis.
Libellus qui intitulatur De eleemosyna et sacrificio, et incipit: Al catolich Inquisidor.
Libellus qui incipit: Perço com molts desigen saber.
Libellus qui incipit: Alia informatio beguinorum.
Libellus qui intitulatur: Responsio contra Bernardum Ricardi.
El autor del Directorio, después de citar otros dos escritos de Arnaldo, añade: «Isti libelli fuerunt condemnati propter multos errores in eis repertos.» Direct. Inquisit., p. 2.ª cuest. 28.