Filosofía en español 
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Vicisitudes y Anhelos del Pueblo Español

Introducción ❦ Sociografía Analítica

§ III
La sociología contemporánea

Esfera de la Sociología.– La veracidad en la analítica.– La investigación integralizada.– Lo verdadero.– La certidumbre.– El experimentalismo activo en la escuela.– Universalidad de las leyes cósmicas.– La Demografía y la estadística.– El experimentalismo en los grandes pensadores.– La falsa asociación de las ideas.– El poder sugestivo de la morbosidad.– Unidad sociológica.– Tendencias fragmentarias.– Estado embriológico del estudio de la evolución mental.– La autarquía inseparable de la investigación.– Movilidad de los fenómenos.– Incoordinación entre los estados reales y la intencionalidad de los organismos sociales.– La improvisación.– La falta de preparación en los oradores y publicistas latinos.– La divulgación de las ciencias sociales.– La obra maravillosa del siglo XIX.– La tarea magna de la Sociología.– La exploración llevada a sus últimos límites.
 

ESFERA DE LA SOCIOLOGÍA.– La analítica contemporánea habrá de considerarse ya como manifestación colectiva y poligráfica del pensamiento escrutador de esa causalidad objetiva, cósmica, concreta al existir humano, englobando además las formaciones de distinta índole que la evolución de la mentalidad ofrece como concreciones de la energía constructiva, del esfuerzo de las generaciones pasadas, condensando en hábitos, costumbres, instituciones, lengua y leyes que constituyeron normas rectoras de conducta.

Por eso, por ser dificilísimo actualmente desintegrar y aislar los acontecimientos, conviene y urge proceder con tanta circunspección al realizar el análisis sociológico, de tanta importancia técnica como en las demás ramas del estudio natural del cosmos. Descomponer para reconstruir, tal es el camino único, seguro y directo de la ciencia, aunque aún se halle poco expedito por sobra de prejuicios, no siempre debidos a la ignorancia y al temor, perpetuos aliados, si bien la legión de los cobardes es tan prolífica como la de los hipócritas, y huelga señalar sus contubernios para mistificar las conquistas de la democracia, de la ciencia, y la saña con que acumulan obstáculos para evitar la difusión de las ventajas que ésta brinda al individuo y a la colectividad.

 
LA VERACIDAD EN LA ANALÍTICA.– Se finge tanto y es tan compacto el block de las mentiras convencionales, que el analismo y la sinceridad han de ser inseparables, cuando menos como hipótesis inquisitiva; de ahí que ahora se admita el verismo, a la vez como tendencia e instrumento, para merecer con su auxilio el título de experimentalistas militantes, autárquicos, cuantos luchan contra el error, sobre todo si es fraudulento, soslayado o cínico, proveniente del sectarismo contra e inhumano, cualquiera que sea el título histórico de combate con que los recalcitrantes y bien hallados le hayan distinguido. La veracidad del analista contemporáneo se evidencia ante el examen crítico de los siglos, de los lugares geográficos y de los personalismos intercurrentes, comparándola con la que está reservada a pocos ciudadanos en todas las épocas y en cada nación, siendo testimonio perenne de gloria, porque las creaciones del genio son imperecederas. Actualmente el verismo analítico-sociográfico no se impersonaliza, aun cuando a menudo deje de ser unicívico y se manifieste en Alemania, Inglaterra, Holanda, los países escandinavos, Francia, Suiza, Italia, Austria, los Estados Unidos y el Japón, como acción colectiva, intelectual, profesional y obrera, en la cátedra, en el parlamento, en la prensa, en el sindicato, no exceptuando las asociaciones feministas, que cada día alcanzan mayor pujanza y cuentan ya con un número considerable de mujeres inscriptas, y otras organizaciones societarias, incluidas en la acracia, el terrorismo, &c.

 
LA INVESTIGACIÓN INTEGRALIZADA.– Un análisis paralelo de las doctrinas antiguas más famosas en Cosmología y Biología –Thales, Pitágoras, Demócrito, Hipócrates, &c.– y de las modernas y contemporáneas –Kant, Comte, Littré, Spencer, Haeckel, Wundt, James, Ardigó, Boutroux, Le Dantec, &c.– en el puro sentido de analizar la mente y su medio, el individuo y sus necesidades objetivas, habrá de partir de la noción del realismo, íntegramente revelado en las acciones cosociales, motivadas por condiciones precisas uni y pluri personales, para terminar en una resultante favorable o adversa a la coexistencia de los núcleos de población, que poseen caracteres comunes o semejantes. El analismo actual, sin calificativos, que siempre suponen limitaciones, propónese la indagación del proceso de las organizaciones sociales, Valiéndose de aquellos procedimientos expeditivos, que se hallan al alcance de quienquiera que los utilice como mero y curioso interrogador, en virtud de la facultad de usar de las hipótesis como res nullius, o cual investigador de causas y efectos, controleur de la naturalidad estatodinámica de las civilizaciones, hallándose fatalmente obligado el antropólogo a armonizar y relacionar su esfuerzo con el de sus colegas, consagrados a la investigación de las disciplinas afines.

 
LO VERDADERO.– Lo verdadero, en el amplio sentido en que lo considera el insigne filósofo italiano Roberto Ardigó, nunca fue ni será abstracción excepcional, «manjar de los dioses», hipótesis ni tesis ultrasensibles, puesto que la noción de nuestra existencia –hallándonos sujetos al medio físico-geo-telúrico– y la reacción operada en cada instante al sentirnos árbitros de escoger entre la afirmación y la negación, la actividad y la quietud, constituyen dos elementos meramente relativos, clasificables, pero desprovistos del valor absoluto que se ha pretendido asignarles por los partidarios de las doctrinas que sustentan todavía en serio el libre albedrío para autorizar una realidad dual –la introspectiva y la exográfica–, lo cual es absurdo.

 
LA CERTIDUMBRE.– Todo analista que haya profundizado en el estudio de la sociología, abriga en su ánimo la convicción firme y arraigadísima de que con sus continuas indagaciones va ampliando la esfera de acción a medida que se aleja de las predisposiciones dominantes, acercándose a la certidumbre, semejante al germen y fruto del conocimiento, cual si fuera riqueza cotizable circulante y distribuida omni veniente. Sin embargo, en plena lucidez de juicio, nadie pretenderá que la certidumbre autopersonal adquiera su mayor radio de acción sin pasar por la forma profesional o corporativa para convertirse más tarde en colectiva, por sumarse con prontitud la evidencia de los doctos y después multiplicarla los mediocres y los analfabetos por sí mismos, como autómatas parlantes –servum pecus– disminuido ya por fortuna merced a los postulados de la democracia socialista, que actúa de educadora al implantar el sufragio universal directo de un solo grado, haciendo efectivo el principio representativo.

 
EL EXPERIMENTALISMO ACTIVO EN LA ESCUELA.– Fijando breves instantes la atención en la nueva forma experimental y gráfica de la enseñanza en todos sus grados para párvulos, púberes, jóvenes o maestros, son incontables las pruebas de la analítica sistematizada, libérrima, mediante la cual, profesores y alumnos se completan formando un todo homogéneo y solidario para la adquisición de las nociones de las cosas, contrastándolas con las antecedentes, a fin de difundirlas y asegurar su imperio universal con exclusión de violencia y sin otros imperativos que los del afecto y la simpatía. Tarea estéril es la de oponer reparos al analismo referido a las disciplinas sociológicas. Aun cuando con alguna lentitud –en los países pobres, atrasados y sin alta idealidad como España–, triunfa por completo y hace tabla rasa de las prevenciones acumuladas por el saber a medias, al limitar y reducir el poderío de la emotividad heredada, imitativa, que tiene hondas raíces en los hábitos de zafiedad y en las costumbres rutinarias de las muchedumbres sumidas en la inercia.

 
UNIVERSALIDAD DE LAS LEYES CÓSMICAS.– Asombra el creciente desarrollo de la intelectualidad panóptica, ilegislable, relativista que, provando e riprovando, tuvo su origen social en el Renacimiento, desenvolviéndose con la Reforma y con la Revolución anglofrancesa. Por momentos se patentiza más y más la continua evolución del conocimiento exacto y problemático, en cuanto analítico, de los fenómenos sociales, que exige dar a cada cosa su nombre e inquirir, en la motivación de nuestros actos, cuál es el grado preciso de espontaneidad causal, fijada por procedimientos convenientes y esencialmente objetivos. Ahora comienza a vislumbrarse la fatalidad de las leyes naturales cosmobióticas y la relatividad de la estructura de la civilización que es protectiva de la vida, en cuanto conserva al individuo y mejora la especie por procedimientos de antropocultura, superiores a los de la Zoología, pero consecutivos y homólogos.

 
LA DEMOGRAFÍA Y LA ESTADÍSTICA.– Suponiendo por un instante que la Demografía ha comenzado a entrar en un período de consolidación desde que el criterio individual, para ser valedero, necesita el auxilio de la Estadística, puede admitirse sin dificultad que el autoritarismo decae rápidamente en el circuito de la especulativa, por cuanto los datos objetivos se anteponen, cuando menos por su significación y por su número, a las formaciones teóricas, por ser elementos previos, integrantes del pensamiento, en relación constante con la dinámica social.

La analítica gráfica de la vitalidad de los grupos sociales, protegida por medios objetivos, racionales y empíricos, no está ligada ni subordinada a los sistemas filosóficos de exclusión, v. gr.: de la divinidad, del alma, del principio de autoridad, &c., por la sencilla razón de que este novísimo método se funda en la realidad de la total suma de acciones sociales, necesariamente en relación de causalidad próxima y lejana; lo anorgánico y lo organizado para la sanidad, lo natural y lo adquirido para la ulterior evolución y perfeccionamiento de la organización social contemporánea. Adquieren ahora gran importancia las opiniones de los sociólogos eminentes, por la excepcional potencia creadora y discursiva de sus cerebraciones, si a ellas va unida la cultura contenida en el análisis naturista de nuestros días; mas, por lo mismo, las genialidades de Schopenhauer, Renouvier, Nietzsche, Kropotkine, Papini y Waininger, no pueden ser negativas de la certidumbre ya adquirida gráficamente, sino que la labor de estos colosales espíritus iconoclastas ha de considerarse como ampliación, rectificación y avance del conocimiento pluripersonal en Biología, Economía, Educación, Ética, &c.

La Demoestadística prescinde del personalismo egocéntrico, puesto que, facilitando las primeras materias de la socialidad efectiva, autoindividual y de grupo en cada localidad, y en muchas a la vez, el sociólogo, en la actualidad, no puede idear nuevos principios independientes de los datos, ya indestructibles, porque son resultado de las investigaciones y experimentos llevados a cabo en el Laboratorio y que pertenecen a la Cosmología y la Biología.

 
EL EXPERIMENTALISMO EN LOS GRANDES PENSADORES.– Transcurrieron decenas de siglos desde la aurora al ocaso de los astros de primera magnitud en Filosofía; Platón y Aristóteles, Kant y Hegel, y ahora Spencer y Wundt, conocidos y juzgados por la alta crítica, que considera las concreciones de aquéllos como normas rectoras para el pensamiento o la conducta, y las lucubraciones de estos como excelentes propulsores por la elevación y la hondura del razonamiento, contenido en la observancia del método experimental, triunfante en Alemania e Inglaterra de los más arraigados prejuicios eurásicos y euroafricanos, si se admite la notable nomenclatura del ilustre Sergi para las ideas y para las cabezas –cráneo y cara–, investigando los orígenes de la civilización actual con datos ciertos y al alcance de todo entusiasta de las disciplinas naturalistas.

Bien pudiera denominarse nuestro tiempo el de la Metodología experimental. La acción de algunos espíritus arrojados y acometedores dio origen al gran impulso naturalista que más tarde, al seriar, en virtud de sucesivas ampliaciones y rectificaciones, los conocimientos producto de la inducción, imprimió un gran avance a las modernas disciplinas científicas.

A Giordano Bruno, Copérnico, Newton, Descartes, Galileo, Telesio, &c., corresponde la gloria de haber sido los iniciadores en la ímproba tarea de constituir el análisis del Universo y de la sociedad. Y así fue posible la emancipación del genio experimentalista de los poderes históricos imperantes, con el supremo fin de conocer cuanto pudiese ser investigado y contrastado al afirmar la verdad intrínsecamente, en tanto que se la considere como realidad del conjunto. El método experimental comparativo puso al descubierto la inanidad de los mitos y los símbolos orientales para el conocimiento de la Naturaleza y para basar la civilización moderna en los cimientos de la Religión y la Metafísica del tiempo medioeval. Nadie puede extrañar, siendo biólogo y sociólogo, que el naturismo actual invada por necesidad a toda la actividad psicológica inquisitiva de los fenómenos sociales y excluya decididamente de los procedimientos, tanteos y prácticas de Laboratorio cuanto propusieron en sus disquisiciones abstrusas los teorizantes de la Metafísica, puesto que la realidad no se contiene en el sistema ateísta, materialista, positivista, ni en el contrario y opuesto teísta, animista, espiritualista, dado que la existencia humana social es tanto más coalescente cuanto menos se aparta y contrapone a las leyes que rigen el Cosmos.

 
LA FALSA ASOCIACIÓN DE LAS IDEAS.– La incoherencia en la ideación produce terribles efectos. Un sinnúmero de morbosidades que ponen en peligro el desarrollo normal de las grandes colectividades, ha de achacarse a la ignorancia analfabeta, de una parte, y de otra, a la pedantería del saber a medias de los gobernantes y de las clases directoras, que forman la doble corriente de opinión, que mantiene a los pueblos en una sobreexcitación constante, al agitar torpemente a las muchedumbres con tópicos retóricos vacíos de contenido ideológico. A la hora presente ya nadie desconoce que la política se reduce a determinados resortes y obedece a las maquinaciones financieras de los capitalistas multimillonarios, como ahora se les llama.

 
EL PODER SUGESTIVO DE LA MORBOSIDAD.– Cualquier observador perspicaz que lea a diario y analice las distintas secciones de un gran periódico mundial, reputado por la veracidad de su información, podrá anotar el objetivismo de la ideación en hechos, en datos gráficos, tangibles ad máximum, sin asombrarse de que se posponga lo hígido a lo morboso. ¡Y en tanto, se habla muy en serio de laborar por la cultura con más devoción que nuestros antepasados del siglo XVIII!

 
UNIDAD SOCIOLÓGICA.– No es conveniente llevar a la esfera de la Sociografía las divisiones arbitrarias que se suelen emplear en el orden político al tratar de señalar las series de fenómenos diferenciados dentro de los estados normal y patológico. Admitido que las nacionalidades son mónadas y organismos panracionales, fuerza es llevar el análisis a los núcleos activos determinados por convenciones más o menos favorables a una ideación concreta, preestablecida, que exteriorizan las instituciones antiquísimas o muy nuevas, y cuya razón de ser ha de investigarse en cuanto se acerca a lo considerado hasta la fecha por natural y contra natura. La analítica de la mentalidad actual, intra e inter social, es la base de las demás manifestaciones de la actividad; al proponerse, sociografiar el modo de vivir de las colectividades, las cuales se hallan más cerca de la enfermedad que de la sanidad, en la mayoría de los países europeos.

 
TENDENCIAS FRAGMENTARIAS.– Por un prurito detestable y malsano de dualizar la analítica antropográfica, se cede con resignación camelluna, en cualquier momento de la investigación, a la influencia de los optimistas o de los pesimistas, con la agravante, al parecer derivada naturalmente, de ingresar en uno de los doctrinarismos más en boga, tales como el materialismo histórico, el economismo social teorético, el colectivismo agrario, el socialismo integralista, el intervencionismo oportunista, el reformismo ecléctico, &c., &c. Con esta tendencia a la versatilidad, que podría calificarse de neonominalista, se agosta en flor la actividad de una gran pléyade de publicistas insignes, la propaganda de las ideas igualitarias se malogra y no llega a alcanzar la eficiencia que podría obtener cerca del proletariado universal al definir la orientación y unificar el criterio y la táctica.

 
ESTADO EMBRIOLÓGICO DEL ESTUDIO DE LA EVOLUCIÓN MENTAL.– La acometividad y el entusiasmo fervoroso que demanda la función escrutadora, se desvía no pocas veces de su trayectoria, porque el régimen de libertad omnímoda que exige la hipótesis queda subalternado a la pauta de la escuela, secta o cotterie, como en los períodos del romanismo papal, el protestantismo y sus derivados en la hora presente. A pesar de lo cual, se columbra, sin grandes dificultades, que la investigación objetiva, organográfica y fisiológica de la evolución mental no puede hallarse muy avanzada, por el breve lapso de tiempo transcurrido que abarca los primeros ensayos de la cerebroscopia cadavérica, llevados a cabo por Stenon, Spurzheim y Gall, continuación en forma sintética de los de Rolando, Vieussens, Vic D'Azir, Varolio y otros, y los de vivisección y de manicomio, que comenzaron con el siglo XIX.

Tratar de la cerebración expresamente humana, sin investigar la que le es anterior en la animal, tiene todos los inconvenientes de lo absurdo y ningún valor tecnológico cuanto se propone para describir y también para explicar los fenómenos sociales, aparte los observables en los seres que viven en colectividad y en las especies reducidas al estado doméstico desde hace siglos. La Historia Natural comprende per se la especie humana. No admite duda que ésta, socializándose, se eleva por grados sucesivos de mentalidad, conjunta por la fusión de los caracteres organográficos y fisiológicos –de género y especie– diferenciables entre sí por categorías que dependen exclusivamente de la herencia y del medio.

 
LA AUTARQUÍA INSEPARABLE DE LA INVESTIGACIÓN.– La analítica técnico-naturalista procede al desentrañar la estatodinámica, sin incurrir en la menor exageración, se aparta de todo dogmatismo, elude la abstracción y limítase a buscar la sucesión de los fenómenos mentales, refiriendo la causalidad a condiciones precisas de relación, concomitancia, contraste en cada persona social, al someterse y rebelarse en conflicto de oposición con el medio total –Universo– y el parcial, llamado cívico, civilizador, sociogénico, &c. Se admite la imperiosidad de los hechos realizados contra natura por el hombre en estado de imperfecta convivencia ciudadana, y, sin embargo, difícilmente se proclama sin ambages que ese medio convencional, histórico, creado para elevar el nivel moral, para desenvolver, de un modo reciprocado y mutuo entre las clases sociales, los intereses colectivos en aquellos respectos comunes a todos los elementos que integran los organismos de la sociedad. Es evidentísimo que las bases de la constitución social han descansado sobre tierra movediza desde las épocas primitivas; para oponerse a las violencias ferinas se apeló al castigo y a la intimidación. En vez de darle a la mentalidad elementos de expansión intelectiva, se sigue coartando la libertad inquisitiva –endo y exoscopia–, oponiendo tales limitaciones, que aun a la hora presente en algunas naciones –una de las cuales bien pudiera ser España– en donde apenas se cultivan los estudios de investigación histórico-filosófica acerca de la divinidad de Cristo, lo incognoscible y otros problemas intrincados que siempre revestirán interés especial, y que en otros países son tema constante para los doctos y dan lugar a una literatura científica muy copiosa. Pero nosotros hemos carecido y carecemos de espíritus independientes y viriles, pues a la juventud, que en toda Europa considera como al mayor timbre de gloria el afanarse por contribuir al fomento de las conquistas de la Ciencia, le falta toda curiosidad y no siente la menor inquietud espiritual. Y es que aquí se parte siempre del supuesto monstruoso, derivado de la caponería intelectual de que habló Miguel de Unamuno, y hay, incluso entre las gentes que presumen de discretas y cultas, quienes todavía creen o fingen creer en el principio fósil de haber sido el temor lo primero creado por Dios en el Universo (primum Deus fecit timor in orbe), lo cual ya nadie se atreve a sostener, como no sea en un establecimiento de orates. Ignorancia y temor en vida, recompensas y sanciones de ultratumba, sumisión ciega y sorda a falsos poderes sobrenaturales, esclavitud y servidumbre por el nacimiento y la conquista, guerrera o comercial, la ley del fuerte jactancioso e implacable impuesta al modesto súbdito, el predominio inconsiderado de la mesocracia osada que tiene la vana pretensión de prescindir de l'élite de personalidades prestigiosas que desempeñan un papel importantísimo, porque sobresalen por su potencialidad intelectual, han venido a constituir una resultante de componentes nocivos para el desenvolvimiento del psiquismo individual y colectivo. No cabe ya una resistencia más acentuada que la que oponen las clases directoras sin excepción y los poderes constituidos en abierta contradicción con sus propias conveniencias y contrariando las corrientes niveladoras del socialismo de la Ciencia{1}, al conspirar de consuno para que la extirpe humana se degrade por la insaciabilidad patogénica del medio considerado como honroso cuando es criminoso, desde que el hombre tiene un lenguaje más extenso que el de los animales del grupo psithaco –loros, papagayos y cotorras–.

 
MOVILIDAD DE LOS FENÓMENOS.– La descriptiva de la evolución mental de los núcleos de población –aun en periodos de plena normalidad, no se puede improvisar aquello inexistente dentro de la causalidad fenoménica, ora sana, ora morbosa y aun de estado intermediario, de convalecencia– ha de atenerse a la realidad fugaz del momento. No sólo es imposible substraerse a la actualidad, sino que el investigador ha de inquirir en cada una de las circunstancias para averiguar su importancia en el orden del tiempo. ¿Cómo, si no, cabría señalar de una manera prudencial y aproximada, nunca exacta, la serie de estímulos que concurrieron y a la postre terminaron por determinar tal o cual acontecimiento? En la génesis de todos los grandes hechos que registra la Historia, hay siempre algo que queda oculto, que se escapa al análisis y, por lo tanto, rara vez se formulan los juicios con datos bastantes para satisfacer cumplidamente a quien se precie de veraz. Por esto, sobre ser arduo, es muy expuesto, y en ocasiones ofrece no pocos peligros el pretender señalar las oscilaciones a que se halla sometido el dinamismo de las colectividades. Y es indudable que en muchas naciones la convivencia se realiza en tales condiciones, que la lucha de clases ha llegado a adquirir un carácter tan enconado y brutal que recuerda la que sostienen las fieras en el desierto.

 
INCOORDINACIÓN ENTRE LOS ESTADOS REALES Y LA INTENCIONALIDAD DE LOS ORGANISMOS SOCIALES.– Si las naciones aumentan actualmente su potencialidad en un orden sólo de aptitudes sociales, menos de lo que pierden por enfermedad producida por el medio confinado y deletéreo, es contraproducente, además de cómica, la ocultación del balance de cantidades efectivas, pues lo mismo da la suspensión de pagos que la quiebra, toda vez que ambas son una manifestación de malestar íntimo, igual en el comercio de cosas que en el de ideas, explotado sin elevación de miras y con el propósito de obtener una utilidad inmediata. La grave situación presente, tan incontrovertible, atendida la honda perturbación de los organismos de la sociedad, no consiente en el observador otro modo de proceder que el que aconseja el experimentalismo. Tampoco vale la pena, ni sirve para remediar las pandemias, el enfrascarse en disquisiciones enojosas para implantar reformas jurídicas, meramente formales, que la experiencia ha demostrado que carecen de virtualidad en la práctica. Sería inconcebible que, una vez desvanecido el imperio de los mitos y los símbolos, se pretendiese substituirlos por el entronizamiento del criterio pseudo-intervencionista del Estado, cuando en el fondo no se persigue más finalidad que distraer la atención del proletariado, engañándole vilmente con promesas, que habrán de quedar incumplidas.

 
LA IMPROVISACIÓN.– Nuestro país se distingue y casi caracteriza por el epitetismo palabrero y vacuo de substancia. La generosidad y el saber a duras penas asoman a la superficie de la vida española. Y se comprende que aquí todo sea chabacano y ridículo, porque se partió del supuesto absurdo que importando de Francia e Inglaterra una docena de principios de derecho constitucional se consolidarían los cimientos de una nacionalidad que estaba por hacer. Es forzoso rendirse ante los resultados obtenidos durante la centuria última, con el predominio exclusivo de un régimen oligárquico y sin más base de soberanía efectiva que el caciquismo. De la misma suerte que no se podría admitir que existieran dos sabidurías, no habrá dos democracias: la improvisada y barata, y la secular y costosísima en años y esfuerzos indispensables para conquistarla y obtener su protección con continuidad y sin recurrencias.

 
LA FALTA DE PREPARACIÓN EN LOS ORADORES Y PUBLICISTAS LATINOS.– Por lo mismo no son sociólogos aquellos oradores y publicistas latinos que hablan y escriben de todo, pero que es obvio que carecen de preparación expresamente biocósmica, empezando por la Matemática elemental y terminando en la Psiquiatría. A esta deficiencia en la preparación es debida la mayor parte de la Descriptiva que se lleva a cabo de prisa, que incurre en errores de bulto y confunde los datos objetivos con los abstractos de la especulación tendenciosa, y hace casi imposible el estudio expositivo y crítico de la Patología social, por falta de observación metódica en tanto que formal o lógica de los actos humanos agresivos y torpes, que son negativos y destructores, al alcance del observador más superficial. El análisis de la desmoralización y la criminalidad en sus formas actuales, va siendo metodizado por los esfuerzos de célebres criminólogos –médicos y juristas– con el mayor objetivismo en la doctrina y gran simplificación en las hipótesis imprescindibles, teniendo en cuenta que al proceder como biólogos se acercan gradualmente a la realidad de las causas morbígenas, obra de la depauperación orgánica, que determinan el alcoholismo con los estigmas hereditarios, las anomalías psíquicas congénitas, la degeneración social, en suma, que convierten al individuo en eterno Saturno devorador de sus hijos.

 
LA DIVULGACIÓN DE LAS CIENCIAS SOCIALES.– La analítica antropológica se esfuerza por alcanzar en breve y como por etapas sucesivas la difusión necesaria que vulgarice los datos objetivos, sin excepciones ni cortapisas, en los Congresos nacionales e internacionales, y los anales y revistas de Biología, Antropología criminal, Higiene, Medicina legal, Psiquiatría, cuestiones penitenciarias, Paidología, &c.

De suerte, que las nuevas concepciones penales van ganando prosélitos y se propagan con rapidez por su propia virtualidad, cual nunca pudo lograrse, por haberlo impedido hasta hace un cuarto de siglo la ignorancia de los privilegiados erigidos en potestad teocrática y cesarista y adversarios irreductibles de los escrutadores del desenvolvimiento de la mentalidad colectiva.

Los cosmólogos de los siglos XVII y XVIII sintieron la necesidad de saber física, química, matemáticas y medicina, al igual que en el día de hoy los sociólogos la sienten para analizar la estructura y el dinamismo de la sociedad, sus sucesivas transformaciones y el proceso genérico de las distintas etapas, desde la salvaje y nómada a la demótica y nacionalizada, que tiende a convertirse en internacional a medida que se afirma la libertad omnímoda como condición precisa para investigar, conocer y aquilatar la correlación existente entre los fenómenos cósmicos y los sociológicos.

 
LA OBRA MARAVILLOSA DEL SIGLO XIX.– Aunque el último siglo no hubiese tenido otro postulado que el de fijar el lugar del hombre en el cosmos o la naturaleza, sería superior a sus tres precedentes en la tarea de acercar el psiquismo a la realidad y excluir del campo experimental a los apasionados que de buena fe se proponen acelerar el curso de la civilización empleando procedimientos inadecuados, ya por completo desechados –v. gr.: para conservar y mejorar el caballo, el perro, el buey, el carnero, &c.– porque son anticientíficos. A medida que adelanta la sabiduría objetiva, filosófica y científica, se pueden eliminar los elementos artificiosos, restos de la organización social arcaica que desigualaba la ciudadanía por el nacimiento, la religión, el dinero, el profesionalismo y otros gérmenes de enervamiento y disolución para el espíritu público, no sólo de un país determinado, sino de todos en una época de la Historia, porque la acción de los poderes públicos contrariaba el despertar de las iniciativas individuales y era negación patente de los primeros vagidos de una civilización ascendente que pugnaba por revelarse en una vigorosa idealidad reflexiva y creadora.

 
LA TAREA MAGNA DE LA SOCIOLOGÍA.– La Sociología analítica pone al descubierto enormidades morbíficas, dolores sufridos en silencio por los humildes, y cuya continuación se hace cada día más insoportable. El hambre, el desamparo, el desaseo, la huelga forzosa, son las concausas generadoras de esas eflorescencias sulfurosas que se denominan desesperación, vicio y crimen, porque no se concibe un estadio de civilización sin medios materiales de convivencia, ni es duradera la prosperidad allí donde aparece separada del bienestar general. Es, por consiguiente, indispensable seguir las huellas que marcan los biólogos experimentalistas que laboran por acrecer los dominios de la ciencia, arrancar los secretos de la Naturaleza, y que exponen no pocas veces su propia vida para hallar los medios de sanar a sus semejantes al penetrar en los focos de infección para estudiarlos, mientras la turbamulta de los medrosos pierde el tiempo entregada a un dilettantìsmo pseudocientífico.

 
LA EXPLORACIÓN LLEVADA A SUS ÚLTIMOS LÍMITES.– Importa a toda costa despejar la incógnita del actual orden social. Hay que profundizar el análisis, llevándolo a los últimos límites. Lo demandan y exigen los crecientes estragos de la locura, la delincuencia y la crápula. De no acentuar la acción profiláctica, peligran las conquistas de la civilización occidental entera.

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{1} L. Denayrouze, Le Socialisme de la science. París, 1881.