Filosofía en español 
Filosofía en español

Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales  1901-1911

portada

Colección de libros publicada desde 1901 bajo la dirección de Alfredo Calderón Arana (1850-1907) y Santiago Valentí Camp (1875-1934). Alfredo Calderón había prologado, dos años antes, la recopilación de Bosquejos sociológicos (Fernando Fe, Madrid 1899, 208 páginas) del joven Santiago Valentí. Entre 1901 y 1904 publica esta biblioteca seis entregas: tres obras de autores españoles que habrían de hacerse famosas (Psicología del pueblo español, de Rafael Altamira; Literatura y problemas de la sociología, de Adolfo Posada; y En torno al casticismo, de Miguel de Unamuno) y tres traducciones (dos del italiano y otra del francés) en las que interviene Santiago Valentí.

El primer título, que aparece en abril de 1901, es la traducción de La decadenza delle nazioni latine (Fratelli Bocca, Turín 1900, 342 págs.; la presentación del autor fechada en mayo de 1900) del veterano antropólogo italiano Giuseppe Sergi (1841-1936) firmada por Santiago Valentí y Vicente Gay Forner (1876-1949); publicado por el editor Antonio López Benturas (1861-1931) y su Librería Española (Rambla del Centro, número 20, Barcelona), continuador de la institución librero editorial iniciada en 1855 por su padre, Inocencio López Bernagossi (1829-1895), fundador, entre otras, de la revista La Esquella de la Torratxa (en el libro el nombre del editor, la editorial y el domicilio figuran en español; en el reclamo publicitario de este tomo publicado por La Esquella de la Torratxa –año 23, n° 1163, 26 abril 1901– figuran en catalán: “Antoni López, editor, Rambla del Mitj, número 20, Llibrería Espanyola”).

Nueve meses después un suelto del Heraldo de Madrid (21 diciembre 1901) anuncia que la colección prepara la publicación de otros dos libros: “La psicología nacional, del Sr. Altamira, y Literatura y problemas de la Sociología, del Sr. Posada”, ambos autores, curiosamente, profesores entonces de la Universidad de Oviedo, en la que Santiago Valentí había estudiado Derecho. ¿Por qué se informa antes en Madrid de los planes de una colección nacida y radicada en Barcelona? Quizá por el mismo hecho que determinó que en las cinco entregas siguientes de tal biblioteca (1902-1904, número II a VI), aunque impresas en Barcelona y editadas por Antonio López, figure también uno de los editores capitalinos entonces más importantes de España, Fernando Fe (Carrera de San Jerónimo, 2, Madrid) –Fernando Fe Gómez (1845-1914) adquirió en 1876 el establecimiento de librería sito en ese lugar, abierto medio siglo antes por el francés Casimiro Monier– (ya se ha mencionado que en 1899 había publicado Fernando Fe el primer libro de Santiago Valentí, prologado por Alfredo Calderón).

En marzo de 1902 aparece, en efecto, Psicología del pueblo español de Rafael Altamira (1866-1951) y tres meses después Literatura y problemas de la sociología de Adolfo Posada (1860-1944): en el mismo suelto que anuncia este “tercer volumen de la colección, original del fecundo publicista y profesor de la Universidad de Oviedo” (El Progreso de Asturias, Oviedo 14 junio 1902) se adelanta que “seguirá a los tres libros ya publicados el del Rector de la Universidad de Salamanca, D. Miguel de Unamuno, En torno al casticismo.” El libro de Unamuno va fechado en Madrid / Barcelona 1902, pero no aparece anunciado hasta los primeros días de 1903 (en La Esquella de la Torratxa, Barcelona, 9 enero 1903), aunque en febrero de 1903 ya podía mercarse en Cuba, al menos en la librería de Luis Artiaga (San Miguel, 3, La Habana).

El quinto volumen, que se difunde en agosto de 1903, es la versión española de un libro publicado diecisiete años antes por el profesor Michele Angelo Vaccaro (1854-1937), La lotta per l'esistenza e i suoi effetti nell'umanità (Tipografia Tiberina di F. Setth, Roma 1886, 149 págs.), traducido por Santiago Valentí y Pedro Umbert Bonfill. La Publicidad, de Barcelona, diario en el que colaboraba Santiago Valentí desde 1898, al anunciar la aparición de este libro (el 8 de agosto 1903, noticia que replica cuatro días después el habanero Diario de la Marina), recoge que “la Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales anuncia que a los cinco tomos ya publicados, seguirá el titulado: Disquisiciones sociológicas, original del joven escritor Santiago Valentí Camp”.

Sucedió que once meses después, y como tomo sexto de la colección, no aparece esa obra de Santiago Valentí (que nunca publica con ese título), sino su traducción del reciente libro de Maurice Léon Bazalgette (1873-1928), Le problème de l'avenir latin (Librairie Fischbacher, París 1903, 256 págs.), que La Esquella de la Torratxa anuncia en venta el 29 de julio de 1904. Pocas semanas después un Santiago Valentí que acaba de descubrir la potente personalidad de un asturiano dos años más joven que él, Edmundo González Blanco (1877-1938), anuncia en La Publicidad (16 septiembre 1904) que pronto la colección se enriquecerá con obras suyas: «Es tan interesante y de tanto porvenir la personalidad científica y filosófica de Edmundo González Blanco […] pero no puedo menos de referirme aquí a una obra que tardará muy poco en salir a la luz en la “Biblioteca Moderna de Ciencias sociales”, que en colaboración del eximio maestro Alfredo Calderón dirijo. Esa obra, titulada Los gérmenes del Cristianismo en Oriente (y que irá seguida de otra sobre La propagación del Cristianismo en Occidente)…».

La Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales nada más publica en 1904, ni en 1905, ni en 1906… ¿por qué se interrumpe? Además, el eximio maestro Alfredo Calderón, codirector de la colección, se muere en 1907.

Pero al proyecto aún le quedaba postrer suspiro, pues Santiago Valentí retoma en solitario la dirección de la “Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales” –“Publicada bajo la dirección de Santiago Valentí Camp”– para cobijar un libro suyo: Vicisitudes y anhelos del Pueblo español (Barcelona 1911), que se presenta como séptima entrega de la colección y en cuya contracubierta se anuncia “en preparación” otra obra suya, Indagaciones y sinopsis (Estudios críticos y sociológicos), que hubiera sido octava entrega, pero no hemos visto.

Las Vicisitudes y anhelos del pueblo español de Valentí llevan un “Prólogo” del catedrático salmantino Pedro Dorado Montero (1861-1919), a quien el autor ya había dedicado una semblanza en 1899 (“Pedro G. Dorado Montero”, La Publicidad, 4 diciembre), una conferencia en el Ateneo Enciclopédico Popular (el 25 de noviembre de 1905, “Un sociólogo español: Dorado Montero”, recogida en Premoniciones y Reminiscencias, 1907) y otra semblanza póstuma en 1922 (“Pedro Dorado Montero”, en Ideólogos, teorizantes y videntes).

Esta séptima y última entrega se publica también en Barcelona, pero ya no bajo los auspicios de Antonio López o de Fernando Fe, sino por la editorial de Antonio Virgili, Sociedad en Comandita, domiciliada en Rosellón 208. En la contracubierta se hace figurar la relación de los siete títulos publicados por la Biblioteca, todos en venta excepto el de Altamira por agotado, a 3 pesetas cada uno salvo el de Unamuno a 2 pesetas, junto con esta nota: “Los pedidos al autor o a la casa A. Virgili, S. en C., editores, Rosellón, 208, Barcelona.” De donde se deduce que de sólo un título se habían agotado los ejemplares impresos diez años antes, por lo que el resto seguían en comercio, y cabe suponer que Santiago Valentí disponía de ejemplares para servir directamente a compradores interesados. Pero como en L'Esquella de la Torratxa (que meses antes, bien cumplidos ya los treinta años, habían decidido catalanizar su nombre) de 29 de marzo de 1912 se hace figurar en el espacio de autoanuncios del editor Antoni López - Llibrería Espanyola la relación de títulos publicados por la “Biblioteca moderna de Ciencias Sociales”, con su precio (excepto el del agotado tomo II), incluso el tomo VII de S. Valentí Camp, cabe concluir armónicamente que presuntos desacuerdos con los antiguos editores no llegaron al extremo de dificultar la salida al mercado de los ejemplares invendidos.

Biblioteca moderna de ciencias sociales

Bajo la dirección del conocido publicista D. Alfredo Calderón y del escritor D. Santiago Valentí empezará a publicar la Biblioteca moderna de ciencias sociales, domiciliada en Barcelona, una serie de obras de los escritores más conocidos de Europa y América que rindan culto al progreso y se distingan tanto por lo original y atinado de sus juicios cuanto por sus tendencias radicales.

Más tarde se proponen dar a conocer trabajos originales producidos en España.

La primera obra aparecerá a primeros del próximo mes abril, tocándole el turno a la del insigne profesor de Antropología de la Universidad de Roma, S. Sergi, titulada “La decadencia de las naciones”. Tan importante producción formará un tomo en 4.º de 300 páginas, traducido por los Sres. Valentí Camp y Vicente Gay, quienes han puesto a la obra un prólogo.

Los iniciadores de la obra encarecen la importancia de la Sociología novísima porque ella conducirá a la sociedad humana a regirse por principios y no por dogmas, sustituyendo la verdad científica a prejuicios funestos y supersticiones nefandas.

«Ningún país –agregan– se halla tan necesitado como España del cultivo de la nueva disciplina, porque en ninguno la ignorancia audaz y presuntuosa, el ciego empirismo, la gárrula e insustancial palabrería han causado estragos tamaños. Dígalo la luctuosa historia de nuestros desastres. Urge que, orientándonos en las direcciones del pensamiento contemporáneo, empecemos a hacer los españoles, a modo de niños, el aprendizaje de la vida. Nuestro atraso e incultura nos imponen una voluntaria sumisión a la tutela intelectual de los pueblos más adelantados. Si la cooperación internacional en la obra científica, sobre cualquier distinción de razas y fronteras, es para todos obligada, mucho más ha de serlo para quienes, como nosotros, tienen hoy por hoy tanto que aprender y tan poco que enseñar. Necesitamos ante todo recoger y asimilarnos los frutos del pensamiento ajeno, no para convertirlos en axiomas indiscutibles, sino para servirnos de ellos como de puntos de partida, y también como estímulos y acicates con que despertar el amodorrado pensamiento nacional.»

[ La Publicidad, Barcelona, domingo 14 de abril de 1901, página 1. ]

Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales
Publicada bajo la dirección de Alfredo Calderón y S. Valentí Camp

portada

Hállase aún la Sociología en vías de formación. Naciones, clases, individuos experimentan la necesidad urgente de esa guía cierta de la existencia colectiva, destinada a enseñar a las sociedades los fines que han de cumplir y los medios con que para realizarlos cuentan. Fue la revolución para los pueblos una como declaración de mayor edad. A la vida de espontaneidad, de instinto y en cierto modo vegetativa, que habían venido haciendo hasta allí, sucedió para ellos la vida consciente, reflexiva, intencional, la vida propia del ser humano, libre y responsable. Pero, bajo el imperio de las abstracciones, a punto ha estado de malograrse la gran obra revolucionaria. Se pretendió regir la sociedad con lugares comunes, con fórmulas huecas, fruto de un vano dogmatismo. Más de un siglo de agitaciones, en buena parte estériles, han demostrado a los pueblos, bien a sus expensas, la inanidad de las recetas del viejo idealismo. ¡Cuántas faltas, cuántos errores, cuántas catástrofes se habría evitado con sólo atender a los hechos!

Este sentido positivo constituye la característica de la Sociología novísima. Sobre la base firme de estadísticas serias, que ofrecen a la inducción el material indispensable, comienzan a esbozarse las ciencias de la Sociedad; su Organografía y su Fisiología, su Higiene y su Medicina. La concepción monista, substituyendo a los antiguos dualismos, enfoca de diverso modo todos los problemas sociales. El complejísimo organismo social va revelando al investigador no pocos de sus misterios. Apunta la aurora del día en que la sociedad humana podrá ser regida por principios y no por dogmas, substituyendo la verdad científica a prejuicios funestos y supersticiones nefandas.

De la actividad hoy desplegada en este género de estudios da clara muestra la creación de centros activísimos de investigación sociológica, tales como la Nueva Universidad de Bruselas, el Colegio Libre de Ciencias Sociales en Francia, el Colegio de Ciencias Sociales y Políticas en Inglaterra, y en Italia el de Milán. La Institución Libre de Enseñanza, fundada en Madrid el año 1876 por la élite de nuestro profesorado liberal, inició estos estudios entre nosotros. No ha sido, ciertamente, estéril tal iniciativa, por más que la hostilidad del medio, tan poco propicio a toda labor reflexiva, no haya permitido realizar cumplidamente aquellos trabajos experimentales y críticos que la constitución de la ciencia sociológica demanda.

Acaban de fundarse en Madrid y Barcelona la Sociedad y el Instituto de Sociología, cuya influencia habrá de ser muy fecunda en resultados.

Ningún país se halla tan necesitado como España del cultivo de la nueva disciplina, porque en ninguno la ignorancia audaz y presuntuosa, el ciego empirismo, la gárrula e insubstancial palabrería han causado estragos tamaños. Dígalo la luctuosa historia de nuestros desastres. Urge que, orientándonos en las direcciones del pensamiento contemporáneo, empecemos a hacer los españoles, a modo de niños, el aprendizaje de la vida. Nuestro atraso e incultura nos imponen una voluntaria sumisión a la tutela intelectual de pueblos más adelantados. Si la cooperación internacional en la obra científica, sobre cualquier distinción de razas y fronteras, es para todos obligada, mucho más ha de serlo para quienes, como nosotros, tienen hoy por hoy tanto que aprender y tan poco que enseñar. Necesitamos ante todo recoger y asimilarnos los frutos del pensamiento ajeno, no para convertirlos en axiomas indiscutibles, sino para servirnos de ellos como de puntos de partida, y también como estímulos y acicates con que despertar el amodorrado pensamiento nacional.

A este propósito obedece la Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales. En ella, y a reserva de acometer más tarde la publicación de trabajos originales producidos en España, comenzaremos dando a conocer desde luego a nuestro público las obras más celebradas en Europa y América, debidas a aquellos escritores que han obtenido mayor éxito, así por lo original y atinado de sus juicios, como por sus acentuadas tendencias radicales y renovadoras. Si, según lo esperamos, el público secunda nuestros esfuerzos, habremos prestado a la cultura patria un modesto pero útil servicio.

[ Texto de la presentación, fechado en 1901, tal como aparece reproducido en el tomo VII (1911) donde figura encabezado como
“Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales · Publicada bajo la dirección de Santiago Valentí Camp” ]

 
Los siete títulos publicados por la Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales

1. G. Sergi, La decadencia de las naciones latinas, traducida del italiano por S. Valentí Camp y Vicente Gay. Antonio López - Librería Española, Rambla del Centro, núm. 20, Barcelona 1901, VII+296 págs. 210×140 mm

2. Rafael Altamira, profesor de la Universidad de Oviedo, Psicología del pueblo español, Fernando Fe (Carrera de San Jerónimo, 2) y Antonio López (Rambla del Centro, núm. 20), Madrid / Barcelona 1902, 209 págs. 210×140 mm

3. Adolfo Posada, profesor de la Universidad de Oviedo, Literatura y problemas de la sociología, Fernando Fe (Carrera de San Jerónimo, 2) y Antonio López (Rambla del Centro, núm. 20), Madrid / Barcelona 1902, 305 págs. 210×140 mm

4. Miguel de Unamuno, Rector de la Universidad de Salamanca, En torno al casticismo, Fernando Fe (Carrera de San Jerónimo, 2) y Antonio López (Rambla del Centro, núm. 20), Madrid / Barcelona 1902, 212 págs. 210×140 mm

5. M. Angel Vaccaro, profesor de la Universidad de Roma, La lucha por la existencia y sus efectos en la humanidad, versión española de S. Valentí Camp y Pedro Umbert. Fernando Fe (Carrera de San Jerónimo, 2) y Antonio López (Rambla del Centro, núm. 20), Madrid / Barcelona 1903, 246 págs. 210×140 mm

6. León Bazalgette, El problema del porvenir latino, Versión española de Santiago Valentí Camp, Fernando Fe (Carrera de San Jerónimo, 2) y Antonio López (Rambla del Centro, núm. 20), Madrid / Barcelona 1904 (Imp. de Henrich y Cía.), 213 págs. 210×140 mm

7. Santiago Valentí Camp, Vicisitudes y anhelos del Pueblo español, prólogo de Pedro Dorado Montero. (Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales, publicada bajo la dirección de Santiago Valentí Camp, volumen VII.) Antonio Virgili, S. en C. Editores, Rosellón núm. 208, Barcelona 1911, XV+301 págs.

 
Algunas menciones sobre la Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales y su entorno, por orden cronológico

 1 

1901 «Biblioteca moderna de ciencias sociales» (La Publicidad, Barcelona, domingo 14 de abril de 1901, página 1.)

«La decadencia de las naciones latinas, por G. Sergi. Un tomo en 4.°, editado por la Librería Española, en Barcelona. Formando el primer volumen de la “Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales” que empieza a publicarse bajo la dirección de Alfredo Calderón y S. Valentí Camp, ha visto la pública luz esta notable obra, con que su ilustre autor enriqueció el año pasado la bibliografía de su país, y que en España ha de prestar sin duda grandes servicios, como esperan fundadamente los directores de la “Biblioteca” que este libro inaugura pues en realidad “Ningún país se halla tan necesitado como España del cultivo de la nueva disciplina, porque en ninguno la ignorancia audaz y presuntuosa, el ciego empirismo, la gárrula e insustancial palabrería han causado estragos tamaños.” Los mismos directores de la “Biblioteca” hacen la presentación del autor de La decadencia de las naciones latinas, con las siguientes palabras: “El insigne profesor de la Universidad de Roma descuella entre sus compatriotas como una de las glorias más legitimas de la ciencia italiana contemporánea. La antropología debe a sus investigaciones importantísimos progresos. Recluido en la cátedra y en el laboratorio, ajeno al tráfago de los intereses y las pasiones de partido, los tristes ayes de las naciones enfermas llegaron a turbar, no obstante, la tranquila soledad del sabio, inspirándole este hermoso libro en que pinta de mano maestra los males que afligen a la infortunada Italia y a sus hermanas latinas y los medios de remediarlas. Modelo acabado de análisis, y de sinceridad, encierra esta obra preciosas enseñanzas para todos, pero más especialmente para el lector español, que ve en su pobre patria el prototipo de la mortal dolencia destinada a acabar, si muy pronto no se la ataja, con la existencia nacional.” Nos parece que en este punto muéstranse los señores Calderón y Valentí algo más pesimistas que el propio autor del libro, quien ni un sólo momento abandona la esperanza en un porvenir mejor, a pesar de que pinta con muy negros colores –que no tacharemos nosotros de recargados– la situación presente. La decadencia de las naciones latinas se divide en dos partes que se titulan, la primera: “Hacia el abismo”, y la segunda: “Resurrección”, leyéndose todos sus capítulos con verdadero interés, pues la materia que trata el libro nos importa mucho, y está expuesta con suma claridad y muy recto criterio, siendo verdaderamente notable el capítulo que dedica el autor a determinar el verdadero “fin de la sociedad humana”. En cuanto a las tendencias generales del libro, bien claramente se descubren en estas hermosas palabras que copiamos de uno de los más hermosos capítulos de la obra de Sergi: “La educación del porvenir, en fin, debe de ser una educación para la actividad útil y productora de riquezas agrícolas, industriales y comerciales y por la actividad de lujo que se emplea en el arte y en la ciencia; éstas solamente y no otras podrán hacer y harán grandes y gloriosas a las naciones latinas. Esta educación será también obra de paz, porque debe dirigir las energías humanas exclusivamente a la paz y a borrar y anegar los instintos belicosos que son una remembranza de las épocas primitivas y salvajes de la humanidad”. Por nuestra parte no hemos de añadir más sino que el libro de Sergi es un libro cuya lectura entristece por lo que dice de nuestro presente y consuela por las grandes esperanzas que despierta.» (“Notas bibliográficas”, La Vanguardia, Barcelona, jueves 25 de abril de 1901, página 2.)

Juan de Dos [José María Jordá Lafont, 1870-1936], “Crónicas rápidas [primer volumen de la Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales]”, La Publicidad, Barcelona, viernes 26 abril 1901, pág. 2.

[anuncio de 1/4 de página con imagen de la cubierta, en página de autoanuncios del editor de la revista y domicilio de su “Administració y redacció”, encabezada: “Antoni López, editor, Rambla del Mitj, número 20, Llibrería Espanyola, Barcelona. Correu: Apartat número 2”] «Obra nueva. G. Sergi, Decadencia de las naciones latinas, Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales publicada bajo la dirección de Alfredo Calderón y S. Valentí Camp. Un tomo en 8.° mayor, Ptas. 3.» (La Esquella de la Torratxa, Barcelona, 26 de abril de 1901, any 23, núm. 1163, página 303.)

«Decadencia de las naciones latinas, por G. Sergi; «Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales.» Librería Española de Antonio López, Rambla del Centro, 20, Barcelona. Precio: 3 pesetas.» (“Libros recibidos”, La Lectura, director: Francisco Acebal, Madrid, mayo 1901, número 5, pág. 127.)

«Decadencia de las naciones latinas, por G. Sergi; traducción de S. Valentí Camp y Vicente Gay; primer volumen de la Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales. Barcelona, Librería Española, Rambla del Centro, 20: 1901. Precio: 3 pesetas.» (“Libros recibidos”, La Lectura, director: Francisco Acebal [Gijón 1866-Madrid 1933], Madrid, junio 1901, número 6, pág. 131.)

«…y hasta de vez en cuando salta algún que otro filántropo que quiere gastar su dinero y su inteligencia fundando una Biblioteca moderna de ciencias sociales. […] Y a fe que inaugura sus tareas brillantemente, con la traducción del libro de Sergi, cuyo título encabeza estas líneas, hecha muy cuidadosamente por los Sres. D. Santiago Valentí Camp y D. Vicente Gay.» (H. Giner de los Ríos [Hermenegildo Giner de los Ríos, 1847-1923, hermano menor de Francisco], “A propósito del libro Decadencia de las naciones latinas”, La Publicidad, Barcelona, domingo 11 junio 1901, pág. 1.)

«No atormenta tanto ese deseo de la pureza de lenguaje a los traductores de La decadencia de las naciones latinas, de G. Sergi que en Barcelona se ha publicado recientemente inaugurando la “Biblioteca moderna de ciencias sociales” que dirigen don Alfredo Calderón y don Santiago Valentí y Camp. Bien es verdad que en obras científicas ni suele hablarse tan delgado, en este punto, como en las literarias, ni siempre es posible hallar la palabra castellana que exprese exactamente lo que algunas extranjeras dicen y nos hemos acostumbrado a oír. Sin embargo, no sientan mal a un libro científico las elegancias ni los purismos de lenguaje, antes más bien le imprimen un sello de distinción que completa su valor y le hace agradable. Así ha sabido hacerlo siempre en sus escritos don Alfredo Calderón, prosista notable cuyas cualidades de estilo aprecian los buenos autores castellanos. En esa primera traducción de la citada Biblioteca, que por lo general corre fluida y demostrando competencia, se deslizan, no obstante, de cuando en cuando italianismos de fácil corrección, o frases en que el giro no responde lo bastante al genio de la lengua en que han sido escritas. Indudablemente que todo eso irá desapareciendo de traducciones sucesivas qua formen esta Biblioteca, pues ha da ser fácil el conseguirlo. Por lo general, en Cataluña se atiende menos a eso que en el resto de España, pero en mi opinión, nuestro desdén es tan equivocado como el exceso de purismo en otras partes. Es la obra de Sergi un libro mansamente revolucionario, como hijo de un hombre de estudio, independiente y solitario, que no ha querido afiliarse a grupos ni partidos por no perder su libertad. Dice, pues, cuanto imagina, sin mirar a quien hiere, y lo que piensa parte en línea recta como una demostración científica. Si algo le estorba lo suprime, o intenta suprimirlo, en el papel, el cual no hay duda que es más dócil que la realidad, y así el distinguido catedrático de Antropología de la Universidad de Roma después de estudiar la decadencia actual de Francia, Italia y España, con Portugal, traza un plan de regeneración avanzado, radical, revolucionario, único que en su opinión puede salvar a estas naciones del abismo en que se precipitan. Como se comprende, los problemas sociales y políticos que en la obra se discuten la colocan fuera de los límites de esta sección, pero aún así, y suponiendo que cada lector toma siempre de los libros que caen en sus manos la parte que le agrada y deja la que le desagrada, cabe decir que la interesante obra de Sergi debieran leerla cuantos se preocupan de esas cuestiones de decadencia y regeneración de los países y de las razas. Hallarán en ella mucho pesimismo, más justificado de lo que nuestra vanidad cree; algo que podrá herir sus sentimientos; pero, al propio tiempo, observación profunda de algunos de los males que nos afligen. Sergi no es autor que haya de gustar a todo el mundo: es hombre de combate, destinado por lo tanto a ser combatido también; pero es un hombre de estudio y conoce perfectamente su asunto, el cual puede él colocar mejor que otros sobre bases científicas. Y no es poco difícil ese trabajo de conocerse, y no engañarse, a sí mismo. Algo es ya el intentarlo. Del choque de opiniones puede surgir la luz, que buena falta nos hace. El citado escritor italiano tiene la ventaja de que, siendo él un meridional, piensa y escribe como un hombre del Norte, y esos son los que ven más claro en nuestros defectos. Nosotros debiéramos tomar siempre un baño de Norte como medida higiénica.» (R. D. Perés [Ramón Domingo Perés, Matanzas 1863-Barcelona 1956], “Hojeando libros”, La Vanguardia, Barcelona, viernes 5 de julio de 1901, página 4.)

«Mucho antes de leer al italiano Sergi –por cierto muy mal traducido en el primer volumen de la “Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales”– dije en estas mismas columnas que Europa se estaba enfriando por sus extremidades del Mediterráneo; …» (Genaro Alas [Genaro García-Alas Ureña, Oviedo 1844-1918, hermano mayor de Clarín], “Esperando el milagro”, La Publicidad, Barcelona, sábado 27 de julio de 1901, pág. 1.)

«La Biblioteca Moderna de Ciencias sociales, que dirigen los Sres. Calderón y Valentí, y que ha publicado la Decadencia de las naciones latinas, de Sergi; prepara la publicación de otros dos libros: La psicología nacional, del Sr. Altamira, y Literatura y problemas de la Sociología, del Sr. Posada.» (Heraldo de Madrid, sábado 21 de diciembre de 1901, pág. 3.)

1902 «Leemos en nuestro colega el Heraldo de Madrid la siguiente noticia, que transcribimos con la mayor satisfacción: “La Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales, que dirigen los Sres. D. Alfredo Calderón y D. Santiago Valentí, y que ha publicado La Decadencia de las naciones latinas, de Sergi, prepara la publicación de otros dos libros: La psicología nacional, del Sr. Altamira, y la Literatura y problemas de la Sociología, del Sr. Posada”.» (La Publicidad, Barcelona, viernes 3 de enero de 1902, pág. 3.)

«Demá diumenje, á las onze del matí en punt, hi haurá conferencia en la Escola Moderna, Bailén, 70, 1.er; en la qual D. Rogeli Columbié llegirá els traballs: La Inquisición, de D. Rafel Altamira, y Sacerdotisa, de D. Alfred Calderón.» (La Campana de Gracia [Antonio López, editor], Barcelona, 11 de janer de 1902, any XXXIII, batallada 1704, pág. 2.)

«La decadencia de las naciones latinas, por José Sergi. Traducción del italiano por Santiago Valentí Camp y Vicente Gay. Barcelona, imp. de Henrich y Compañía, 1901. Un vol. en 8.º mayor de vii-296 páginas, con retrato del autor, 3 pesetas. El autor de esta obra y docto profesor de la Universidad de Roma ha trazado con su profundo saber e independencia de juicio que le caracteriza un acabado cuadro científico-sociológico de la decadencia que advierte en las naciones latinas, entre las cuales no podía menos de figurar la decadente España, que es sin disputa la que más se precipita “hacia el abismo”. El distinguido psicólogo italiano, autor de diez y siete obras, casi todas traducidas al alemán y al francés, ha dividido el libro de que con gusto nos ocupamos en dos partes. En la primera, denominada Hacia el abismo, estudia la decadencia de las naciones en sus varios aspectos al través de la Historia, observando los hechos culminantes con detención y ancho espíritu filosófico, y traza en la segunda saludables preceptos para evitar en lo posible el total hundimiento de las naciones latinas, suministrando a la vez acertada terapéutica para la Resurrección, que es el título de esta segunda y última parte de tan interesante trabajo. Dicha obra, fielmente traducida del italiano por D. Santiago Valentí Camp y D. Vicente Gay, es el primer volumen de la “Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales” que ha principiado a publicar el joven sociólogo Sr. Valentí, quien tiene ya en prensa la Psicología del pueblo español, por D. Rafael Altamira, Literatura y problemas de la sociología, por D. Adolfo Posada, El socialismo, por D. Adolfo Builla, &c., y otras de no menos reputados autores. Juan Ortega Rubio [1845-1921].» (“Boletín bibliográfico”, Revista Contemporánea, Madrid, 15 de febrero de 1902, pág. 255.)

 2 

«Obra nueva. Psicología del pueblo español por D. Rafael Altamira. Se vende en las principales librerías y en la Administración de este diario al precio de 2 pesetas ejemplar.» (La Publicidad, Barcelona, viernes 14 de marzo de 1902, pág. 1 = en días sucesivos.)

Álvaro de Albornoz [Luarca 1879-México 1954], “Un libro de Altamira: Psicología del Pueblo Español” (El Progreso de Asturias, Oviedo, sábado 22 de marzo de 1902, pág. 1.)

«Llibres. Psicología del pueblo español pr Rafael Altamira. La Biblioteca moderna de Ciencias Sociales que baix la direcció de Alfredo Calderón y S. Valentí Camps, inaugurá temps enrera ab la notable obra de’n G. Sergi La decadencia de las razas latinas, ha confiat son segón volum al sabi catedrátich de la Universitat de Oviedo, qui en certa manera ha fet de las doctrinas del ilustre sociólech italiá, una aplicació a la nostra desventurada Espanya, la més decadent de las nacións llatinas. Y a pesar de reconeixeho aixís, l’autor de aquesta obra no s’aclofa ni molt menos baix el pes abrumador del pessimisme que tant se deixa sentir en la generació actual. El Sr. Altamira té fe en la rehabilitació do la rassa espanyola, y no una fe irreflexiva, sino filla del estudi y estrictament basada en las condicións típicas del carácter espanyol. Aquestas condicións no son circunstancials sino inmanents, y ’l Sr. Altamira las senyala ab un gran luxo d’erudició, a través de la historia, després de fixar científicament el concepte de Nació y de Patria y de ’afirmar ab gran copia de datos y observacións la unitat psicológica del poble espanyol perfectament destacada fins dintre de la varietat étnica de las regións que componen la nació. Els capítuls Opiniones sobre el pueblo espanyol y Las discusiones sobre el carácter espanyol son dos estudis interessantíssims de las opinións sustentadas en diversas épocas pels hispanófobos y pels hispanófilos, en els quals se desentranya l’origen de certas llegendas a tota llum falsas y infundadas y a pesar de tot admesas y fins tingudas per indiscutibles. La serena crítica del Sr. Altamira restableix sobre aquell punt l’imperi de la rahó, de la veritat y de la justicia. Y sobre aquesta base tan sólida, estudia la crisis actual y senyala ’ls remeys a ella aplicables, procurant reanimar l’ esperit del poble, condició essencial de tot intent de regeneració. Els remeys del Sr. Altamira son molt racionals y sumament práctichs y tan adecuats a la naturalesa de la nació espanyola, que s’ han de admetre per la seva segura eficacia, sobre tot els que’s refereixen a la regeneració intelectual, que inspiran al autor de l’obra un sens fí de orientacións admirablement senyaladas. En resum. La Psicología del pueblo espanyol es un traball de elevat valor científich, de un patriotisme ilustrat y sá y de una oportunitat tan manifesta en els actuals moments, que ni un sol espanyol que s’interessi per la sort de la nació hauría de deixar de llegirlo y meditarlo.» «Obra nueva. Psicología del pueblo español por Rafael Altamira. Un tomo en 8.°, Ptas. 2.» (La Esquella de la Torratxa, Barcelona, 28 de mars de 1902, any 24, núm. 1211, págs. 199 y 207.)

«En la Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales que se publica en Barcelona bajo la dirección de los Sres. D. Alfredo Calderón y D. Santiago Valentí Camp, ha aparecido el nuevo libro de D. Rafael Altamira, Psicología del pueblo español. Es nuevo y no lo es, según se entienda su novedad. Lo es, porque hasta ahora no se habían publicado, formando cuerpo en un volumen, los estudios que le forman, y no lo es, por cuanto dichos estudios habíanse publicado antes separadamente, dos de ellos en La España Moderna, con los títulos de El problema actual del patriotismo y La Psicología del Pueblo español, y el último formando el discurso de apertura de curso leído por el señor Altamira en la Universidad de Oviedo en la inauguración de estudios de 1898. Nuevo o no, el libro es interesante, y los directores de la Biblioteca moderna de Ciencias sociales han hecho bien en incluirle en su colección. […]» (Eduardo Gómez de Baquero [1866-1929], “Crónica literaria”, La España Moderna, Madrid, abril 1902, año 14, núm. 160, págs. 165-169.)

Rafael Altamira, “Psicología del pueblo español (prólogo fechado en Oviedo, diciembre de 1901)” (El Diluvio, Barcelona, 22 marzo 1902, p. 14-16.)

Santiago Valentí Camp, “Descriptiva social. Para mi insigne y estimado maestro Rafael Altamira” (La Publicidad, Barcelona, 4 abril 1902, pág. 1.)

«Ho es de debó el que ab el títol de Psicología del Pueblo Español acaba de publicar la “Biblioteca moderna de Ciencias Sociales”. Son autor, el sabi catedrátich D. Rafael Altamira, ab molt bon sentit y aportant infinitat de datos y citas, combat en ell lo que se ’n diu patriotisme exajerat, refutant el geni llegendari qu ’es un destorb per la civilisació, y menyspreuhant las glorias passadas que ’ns serveixen de ben poca cosa. Estima el passat com un auxiliar de las reformas, pero no més que quan de la historia se ’n sab escullir lo bó pera ’l regenerament nacional. Estudia las opinións y las discusións sobre l’ espanyolisme y dona finalment els remeys que ’l seu privilegiat criteri ha jutjat millors pera contrarestar la crisis actual; remeys que son la base de tota regeneració: la reforma intelectual. Héus aquí un fragment del capítul á que ’m refereixo, un dels més interessants de l’ obra: “Es molt probable que ’l poble espanyol s’ hagi de decidir, á la fí, si vol anar pel camí de la civilisació moderna, a prescindir del Estat. Lo que fá en l’ ordre industrial la iniciativa privada, deu ferho en l’ ordre de la cultura. Ja que la classe mitja no té dalit pera fer revolucións, ni pacíficas ni no pacíficas renovant els actuals organismes polítichs, prescindeixid’ ells y fassi sa vida social apart, reivindicant funcións que l’ Estat no sab cumplir bé. Aixís com coloca ’ls seus ahorros en empresas industrials o ajunta ’ls seus grans capitalistas en Sindicats y Societats qu’ están produhint un hermós renaixement de la vida económica, posi també quelcom en empresas de cultura; dongui el diner que ’ls goberns negan pera l’ ensenyansa, si no per amor a ella y conciencia del seu valor social, per egoisme al menos. En mans de tots aquells que poden distreure alguna cosa de las sevas rendas, no per derrotxarho, si no pera emplearho en cosas ideals y altruistas, está el pervenir de la nació. Sápigan ser patriotas y deixin, per fí, de confiarho tot a la iniciativa oficial. Deixin de demanar reformas y fundin escolas, pensións, cátedras, bibliotecas, museus, laboratoris. Al cap-de-vall, els favorescuts serán els seus fills, qu’ avuy día per la mesquindad del Estat, perden forsa intelectual, salut, carácter y energía d’ánima en las miserias de l’ instrucció pública. Convertim en obra nacional lo que l’ Estat no sab ferne obra seva; pero guardémnos juntament de cambiar els rumbos de llibertat y tolerancia que dignifican la vida moderna. Substituheixi ’l poble a l’ administració pública; pero no ’s deixi, a la vegada, substituir per ningú en l’ augusta funció d’ educar a las generacións futuras.” L’ autor aconsella ademés el perfeccionament de l’ obra individual per insignificant que sembli l’ individuo. Recomana la lectura d’ alguns clássichs, els estudis hispanistas, els idiomas, els viatjes y sobretot l’ instrucció primaria. Per l’ observador qu’ aixís parla y que, tenint perfecta conciencia de la descomposició del país dona una mostra tal del despreci que li inspira ’l malvat pessimisme qu’ ho invadeix tot, no es gens difícil de salvar la idea de que un poble no ’s fá may gran si no pel seu propi esfors.» (M., “Un llibre notable”, La Campana de Gracia, Barcelona, 19 de abril de 1902, any XXXIII, batallada 1718, pág. 3.)

T. Orbe [Timoteo Orbe San Vicente, Santurce 1866], “Psicología del pueblo español por D. Rafael Altamira” (La Publicidad, Barcelona, viernes 2 de mayo de 1902, pág. 1.)

«Perdóneme D. Rafael Altamira si empiezo diciendo de su libro que es plato recalentado, puesto que ya fue servido al público en otra ocasión aunque en forma distinta, pero he de añadir en descargo de lo dicho, que es tan artista el cocinero que su obra servida por segunda vez vale más que otras muchas de las que por primera vez se escriben, y hay que agradecer a su autor que se haya decidido a darla de nuevo a la estampa a continuación del hermoso libro de F. Sergi, La decadencia de las naciones latinas, porque en cierto modo puede estimarse como briosa respuesta dada a algunas de las apreciaciones hechas por el sabio antropólogo de la Universidad de Roma. Más que psicología del pueblo español, cuadraría a este precioso estudio del señor Altamira, el de datos para la formación de la psicología del pueblo español, porque en realidad lo que hace es aportar a sus páginas todo el caudal de su extraordinaria erudición para orientar al que con fuerzas bastantes pretenda emprender la ímproba tarea de trazar la verdadera psicología de nuestro pueblo. Antójaseme, sin embargo, que esto habrá de realizarlo el propio señor Altamira, pues el trabajo de orientación que ha sabido hacer a través de la multitud de libros, revistas, folletos e informaciones que ha tenido que examinar para escribir el libro que es objeto de esta breve nota bibliográfica, le coloca en condiciones tales que es dudoso puede haber otro que tenga mejor preparación que él para tan ardua empresa. Con ser bajo el punto de vista de la información literaria del problema da la psicología del pueblo español de un valor extraordinario, este estudio del sabio maestro de la Universidad de Oviedo tiene todavía un mérito superior, considerado como obra patriótica; pero aun cuando en el prólogo parece asomar un dejo de pesimismo que infunde desaliento al considerar cuán acertadamente indica que a partir de la luctuosa fecha de 1898, el problema de nuestra regeneración no ha dado un paso, y que si alguna modificación se advierte en él más es de retroceso que de avance, respiran todos los capítulos del libro una confianza tan grande en que las amortiguadas energías del pueblo español resurjan colocándonos otra vez al nivel de las naciones que marchan a la cabeza del progreso, que por desfallecido que se sienta el espíritu del lector adquirirá seguramente una apacible tranquilidad producida por la clarividencia del diagnóstico de nuestros males, la serenidad de espíritu con que aprecia el Sr. Altamira los indicios todos de nuestra posible curación y lo sabiamente entendido del plan higiénico que hemos de seguir para conseguirlo. Los dos últimos capítulos “La crisis actual y sus remedios” y “La regeneración intelectual”, son sin duda alguna los de más valor de este libro; en ellos han de aprender muchas cosas gobernantes y gobernados, porque de ellos pudiera decirse que son el Evangelio de la España contemporánea. (Psicología del pueblo español, por Rafael Altamira, un volumen en 8.°, de 209 páginas, precio 2 pesetas. Volumen segundo de la “Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales”, publicada bajo la dirección de Alfredo Calderón y S. Valentí Camp. Barcelona: Antonio López. Madrid: Fernando Fe. 1902.)» (Lorenzo Benito [Lorenzo Benito Endara, Salamanca 1855-Madrid 1932], “El último libro de Altamira”, La Publicidad, Barcelona, viernes 23 mayo 1902, pág. 1.)

 3 

«Obra nueva. Literatura y problemas de la sociología por Adolfo Posada, profesor de la Universidad de Oviedo y miembro del Instituto Internacional de sociología de París. De venta en las principales librerías y en la Administración al precio de 3 pesetas el ejemplar.» «Los editores de la Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales han publicado el tercer volumen de la colección, original del fecundo publicista y profesor de la Universidad de Oviedo, Adolfo Posada; se titula Literatura y problemas de la sociología. El último libro del insigne sociólogo español es tan notable como La Decadencia de las naciones latinas, G. Sergi, y la Psicología del pueblo español, de Rafael Altamira. Prometemos ocuparnos más adelante de la obra de Posada, que contiene capítulos interesantísimos. La Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales anuncia que seguirá a los tres libros ya publicados, el del Rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno, En torno al casticismo.” (La Publicidad, Barcelona, miércoles 4 de junio de 1902, pág. 1 [= en días sucesivos] y pág. 3.)

«Obra nueva. Los editores de la Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales han publicado el tercer volumen de la colección, original del fecundo publicista y profesor de la Universidad de Oviedo, D. Adolfo Posada; se titula Literatura y problemas de la sociología. El último libro del insigne sociólogo español es tan notable como La Decadencia de las naciones latinas, G. Sergi, y la Psicología del pueblo español, de D. Rafael Altamira. Prometemos ocuparnos más adelante de la obra del Sr. Posada, que contiene capítulos interesantísimos limitándonos a anunciarla y a publicar un trozo de uno de estos, en otro lugar de este número. La Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales anuncia que seguirá a los tres libros ya publicados, el del Rector de la Universidad de Salamanca, D. Miguel de Unamuno, En torno al casticismo.” (El Progreso de Asturias, Oviedo, sábado 14 de junio de 1902, pág. 2; en la primera página se ofrece “Tendencias actuales de la sociología”, fragmento del libro del Sr. Posada.)

«Un libro nuevo. Literatura y Problemas de Sociología por Adolfo Posada. El ilustrado catedrático de la Universidad de Oviedo, D. Adolfo Posada, colaborador de La Publicidad, acaba de publicar su libro Literatura y problemas de la Sociología, haciendo con ello un gran beneficio a nuestro país tan necesitado de orientar su pensamiento conforme a la ciencia moderna, procurando “europeizarnos”. Mucho tenemos que aprender y necesitamos recoger y asimilarnos los frutos de la cultura extranjera, no para convertirlos en axiomas indiscutibles, sino para servirnos de ellos como puntos de partida, y también como estímulos y acicates con que despertar el adormecido espíritu nacional. La obra de Posada, de la cual publicamos a continuación un fragmento, viene a realizar una importante función didáctica: La idea sociológica del Estado […].» (La Publicidad, Barcelona, miércoles 25 junio 1902, pág. 1.)

«Los editores de la Biblioteca moderna de ciencias sociales han prestado un señalado servicio a la cultura nacional editando el notable libro del fecundo publicista y catedrático de la Universidad de Oviedo, Adolfo Posada, titulado Literatura y problemas de la sociología. El último libro del eminente sociólogo español es un trabajo profundo, meditado, admirable, que llamará la atención y habrá de ser muy encomiado por sus colegas extranjeros, que admiran en Posada al infatigable obrero de la ciencia. Siento no disponer en este momento de tiempo y el recogimiento necesarios para hacer un juicio crítico de esta obra. Más adelante prometo hacerlo en las columnas de La Publicidad. De los trabajos de Posada es preciso hablar con detención, sin apresuramientos. Si se exceptúan a D. Francisco Giner, el insigne apóstol de nuestra regeneración; a Joaquín Costa, el doctísimo investigador de la historia; a Azcárate, el eximio maestro y parlamentario; a Salas y Ferré, el primer y hasta ahora único tratadista de Sociología, no hay en España quien pueda compararse en ningún concepto con el joven profesor ovetense. La Literatura y problemas de la sociología es un libro que de haberse escrito en otro idioma que no fuera el español ya se habrían agotado varias ediciones. Sin embargo, cabe esperar que el público ilustrado sabrá hacer justicia al positivo mérito de Adolfo Posada adquiriendo su libro. La “Biblioteca moderna de ciencias sociales” que lleva publicados, además del libro que examinamos, La decadencia de las naciones latinas, del profesor italiano G. Sergi y la Psicología del pueblo español, del distinguido profesor de Oviedo Rafael Altamira, anuncia para dentro de poco, el del rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno, En torno al caciquismo [sic].» (Santiago Valentí Camp, “Acuses de recibo”, La Publicidad, Barcelona, martes 9 de septiembre de 1902, pág. 1.)

 4 

1903 «Obra nueva. En torno al casticismo, por Miguel de Unamuno. Un tomo en 8.°, Ptas. 2.» (La Esquella de la Torratxa, Barcelona, 9 de enero de 1903, any 25, núm. 1253, pág. 31 = La Esquella de la Torratxa, Barcelona, 16 de enero de 1903, núm. 1254, pág. 47.)

«Llibres. En torno al casticismo por Miguel de Unamuno. Forma part aquesta obra de la Biblioteca moderna de Ciencias Sociales, que ab tan acert dirigeixen els nostres amichs A. Calderón y S. Valentí Camp. Es un llibre de molta empenta y ademés de una originalitat sorprenent, lo qual no te res d'extrany, tractantse del ilustre rector de la Universitat de Salamanca. Poch estudis tan fondos s'han fet de las qualitats especials del carácter castellá, á través dels temps fins arribar als nostres días. Las causas eficients de l'actual decadencia espanyola están senyaladas ab un acert extraordinari. El llibre del Sr. Unamuno, es, en tots conceptes un'obra de las que forman época en la vida literaria de un autor, la qual, ademés de altres molts mérits intrínsechs, té un gran valor de actualitat.» (La Esquella de la Torratxa, Barcelona, 23 enero 1903, núm. 1255, pág. 56.)

«Bibliografía. En torno del casticismo, por Miguel Unamuno. Este libro es otra muestra del talento original y profundo con que el autor sabe presentar las cuestiones del día. Se hace leer con gusto y presenta observaciones sobre puntos de vista muy nuevos e interesantes. Se vende en la librería del señor Artiaga, San Miguel 3.» (Diario de la Marina, Habana, jueves 26 de febrero de 1903, página 5.)

«En torno al Casticismo, por D. Miguel de Unamuno. Los estudios intitulados En torno al Casticismo se publicaron en esta Revista hará cosa de siete años, y ahora se han reimpreso en la Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales, que aparece en Barcelona bajo la dirección de D. Alfredo Calderón y don Santiago Valentí Camp. Fueron estos estudios la primer obra importante de Unamuno, por lo menos la primera que se difundió entre el público y dio a su autor la fama, que desde entonces ha ido creciendo, de escritor original y pensador profundo. Al reimprimirlos hoy, el autor les ha conservado la redacción primitiva, sin introducir en ellos modificaciones, si bien en el prólogo de la edición actual indica en qué puntos ha variado su parecer. El asunto de esta obra es de gran interés teórico, quizás no carezca de aplicación práctica, según indicaré luego, y la manera como lo ve y lo explica Unamuno, es agradable y sugestiva; deleita y hace pensar. […]» (Eduardo Gómez de Baquero, “Crónica literaria”, La España Moderna, Madrid, marzo 1903, año 15, núm. 171, págs. 145-151.)

«Unamuno ha coleccionado en un folleto los artículos que con el título En torno al casticismo publicó algunos años há en La España Moderna. Constituyen un interesante estudio, no exento de paradojismo, de la psicología del pueblo castellano.» (Zeda [Francisco Fernández Villegas, Murcia 1856-Madrid 1916], “Novedades literarias”, Las Provincias, Valencia, jueves 5 de marzo de 1903, pág. 1.)

«La Biblioteca Moderna de Ciencias sociales que ve la luz en Barcelona se ha enriquecido últimamente con dos volúmenes: Literatura y Problemas de la Sociología, por D. A. Posada, catedrático en la Universidad de Oviedo, y En torno al casticismo, por don Miguel de Unamuno, Rector de la de Salamanca. La obra del señor Posada es fruto de largos y pacientes estudios sobre cuantos trabajos sociológicos importantes se han publicado en el extranjero y en España, de algunos años a esta parte. Revela erudición copiosísima y puede ser de gran utilidad para los que deseen ponerse en poco tiempo al corriente de la marcha y estado actual de este género de conocimientos. Es el señor Posada uno de los hombres más ilustrados y de mayor laboriosidad que hay hoy en España, y en cuanto escribe puede aprenderse siempre algo superior a aquella clase de erudición ligera que está al alcance de todo el mundo.
En torno al casticismo del señor Unamuno no es una obra nueva: se publicó hace años en forma de artículos en La España moderna y atrajo la atención de muchos hacia el nombre del autor. Es uno de esos trabajos juveniles, repletos de ideas, en que se halla, como en germen, un hombre entero que ha de ir desenvolviéndose después en distintas direcciones, rectificándose aquí, completándose a sí mismo allá; pero siempre volviendo a ser lo que era ya en su punto de partida. Hay hombres que pasan su primera juventud armándose de todas armas en silencio, y al fin, un día, se lanzan al combate dando ya al primer empuje toda, o casi toda la medida de sus fuerzas: Miguel de Unamuno es de esos. No le reconocieron todos en seguida, porque el reconocimiento del público suele ser, entre nosotros, lento y difícil, y las cualidades especiales de Unamuno añadían aún dificultades, como las añaden todavía hoy para el gusto de algunos; pero la fuerza allí estaba ya, en forma algo confusa, es cierto. Declara ahora el autor que, a tener que escribir de nuevo su obra, lo haría de muy distinto modo, y yo lo creo, aunque no sé si ahora, con más años y experiencia acertaría a darle el frescor juvenil de antes y la especie de dolorosa concentración del pensamiento, debida a la misma plétora de éste, que no ha tenido aun ocasión de prodigarse en la producción diaria y continua para el periódico, para el libro, para los cien puntos de desagüe, que va hallando el escritor a medida que va siendo conocido.
En torno al casticismo es la obra del autor nuevo y de alientos que se asoma a su mundo, lo halla malo y siente el deseo de cambiarlo por completo. Hay que oír con atención lo que dice, hay que leer entre líneas pensando en lo que calla o no hace más que indicar, porque en esas voces nuevas que chocan, a veces, con las conocidas, suele haber el eco de grandes verdades adivinadas en la soledad, en el recogimiento. La obra de Unamuno, que ahora se publica por primera vez en forma de libro, es como el prólogo de su vida de combate y puede sintetizarse en estas dos frases: “los casticismos reflexivos, conscientes y definidos, los que se buscan en el pasado histórico o a partir de él persisten no más que en el presente también histórico, no son más que instrumentos de empobrecimiento espiritual de un pueblo”, y “sólo abriendo las ventanas a vientos europeos, empapándonos en el ambiente continental, teniendo fe en que no perderemos nuestra personalidad al hacerlo, regeneraremos esta estepa moral. Con el aire de fuera regenero mi sangre, y no respirando el que exhalo.”» (R. D. Perés [Ramón Domingo Perés, Matanzas 1863-Barcelona 1956], “Hojeando libros”, La Vanguardia, Barcelona, viernes 27 de marzo de 1903, página 4.)

 5 

«La Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales ha puesto a la venta el quinto volumen de la serie, original del profesor A. Vaccaro, titulado: La lucha por la existencia y sus efectos en la humanidad. En esta obra observamos las causas originarias y las derivativas que perturban y limitan la selección natural en la sociedad humana, y asistimos a esa lucha que entre sí sostienen todas las especies planetarias desde los albores de la vida, lucha que, dura y cruenta en sus principios, tiende constantemente a suavizarse. Con singular perspicacia, el eximio profesor de la Universidad de Roma pasa revista a las diversas civilizaciones que se han sucedido en el planeta, la asiática, la griega, la romana, los oscuros siglos medios, el esplendoroso resurgimiento de la Revolución francesa; y después de haber demostrado que no son siempre ni por lo común los mejores ni tampoco aquellos a quienes físicamente favoreció más la naturaleza los que triunfan en la lucha, apoyándose en las opiniones de naturalistas como Darwin y Wallace, y de eminentes sociólogos como Spencer, Lapouge, Quadrefages, Greef, deduce que esa lucha durará siempre, si bien con tendencia constante a lograr estados sociales mejores, respondiendo a los elevados fines de la existencia, esto es, transformar la lucha de todos contra todos, en lucha de todos para todos. La Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales anuncia que a los cinco tomos ya publicados, seguirá el titulado: Disquisiciones sociológicas, original del joven escritor Santiago Valentí Camp.» (La Publicidad, Barcelona, sábado 8 de agosto de 1903, pág. 3 = Diario de la Marina, Habana, miércoles 12 de agosto de 1903, pág. 4.)

«La posición de Vaccaro frente al darwinismo parece ser la racional, la verdaderamente científica. Su libro merece, pues, ser recomendado. Traduciéndolo al castellano, los directores de la Biblioteca moderna de ciencias sociales, que tanto viene haciendo por la cultura española, han prestado un buen servicio a las letras.» (Álvaro de Albornoz, “Los Libros”, El Progreso de Asturias, Oviedo, sábado 15 de agosto de 1903, pág. 1.)

 6 

portada

1904 [anuncio en página de autoanuncios del editor: “Antoni López, editor, Rambla del Mitj, número 20, Llibrería Espanyola, Barcelona. Correu: Apartat número 2”] «Obra nueva. El problema del porvenir latino, por León Bazalgette. Tomo 6.° de la Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales. Un tomo, Ptas. 3.» (La Esquella de la Torratxa, Barcelona, 29 de julio de 1904, any 26, núm. 1334, página 495.)

«Es tan interesante y de tanto porvenir la personalidad científica y filosófica de Edmundo González Blanco, tantas las empresas con ella íntimamente relacionadas, y tan grande el calor con que hoy se esperan y discuten, que inútilmente me esforzaría en pretender hablar de todas en los estrechos límites en que por fuerza he de ajustarme. Pero no puedo menos de referirme aquí a una obra que tardará muy poco en salir a la luz en la “Biblioteca Moderna de Ciencias sociales”, que en colaboración del eximio maestro Alfredo Calderón dirijo. Esa obra, titulada Los gérmenes del Cristianismo en Oriente (y que irá seguida de otra sobre La propagación del Cristianismo en Occidente), representará sencillamente la heroica infancia de una revolución en el campo de los estudios evangélicos, revolución que será desde el principio el más formidable ariete contra el sentimentalismo vacío y contra el despótico dominio de Renan y demás racionalistas moderados, que por espacio de tanto tiempo han sustituido (en España sobre todo) a la historia seria y veraz. Por todo ello creo no caer en hipérbole considerando la personalidad intelectual de González Blanco, como un descubrimiento y su labor filosófica como una de las más fecundas y perdurables en la cultura española.» (Santiago Valentí Camp, “Autores y libros”, La Publicidad, Barcelona, viernes 16 de septiembre de 1904, pág. 1.)

«El problema del porvenir latino, por León Bazalgette. Versión española de Santiago Valentí Camp. (Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales). Barcelona, 1904. Leí esta obra con verdadero interés al ser publicada en Francia, el pasado año, por el editor Fischbacher, y creí desde entonces que había en ella no poco que era conveniente que se leyera y comentara en España, pues tanto nos interesaba a nosotros como al país en que originariamente fue escrita. No he visto esos comentarios que yo esperaba, pero hállola ahora bien traducida al castellano, y aprovecho, por mi parte, la ocasión, no para juzgarla, pues carezco de autoridad para ello, sino para llamar la atención sobre las opiniones del autor. […]» (R. D. Perés [Ramón Domingo Perés, Matanzas 1863-Barcelona 1956], “Libros”, La Lectura, Madrid, octubre 1904, año IV, núm. 46, págs. 422-425.)

 – 

1908 «¿Es que todavía no se han enterado nuestras gentes? Españoles son, sin embargo, además del citado Azcárate, Sales y Ferré y el gran Giner. Hace ya años que se fundó en Madrid una Revista, El Derecho y Sociología. Su publicación hubo de suspenderse pronto; pero en 1901 apareció en Barcelona el primer volumen de la Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales. Posteriormente se fundó, también en Barcelona, la Biblioteca sociológica Internacional. En el prospecto anunciador de la primera, decían sus directores, que eran el ilustre Alfredo Calderón y el publicista catalán Sr. Valentí: “Acaban de constituirse en Madrid y Barcelona la Sociedad y el Instituto de Sociología, cuya influencia habrá de ser muy fecunda en resultados. …” […] La Biblioteca Sociológica Internacional ha dado a conocer en España trabajos de De Greef, Ardigo, Arturano y Aquiles Lorria. Ya antes la Biblioteca Moderna de Ciencias Sociales nos había ofrecido libros de Vaccaro y de Sergi, entre otros sociólogos reputados.» (Álvaro de Albornoz, “Sociología. Un libro de Posada”, Nuestro tiempo, Madrid, diciembre de 1908, año VIII, n.° 120, págs. 312 y 314.)

 7 

1911 «Hace pocos días, un hombre ilustrado y lleno de inquietudes, Santiago Valentí y Camp, ha publicado un nuevo libro sobre la España contemporánea. Lleva el mismo título que el presente artículo y forma parte de la Biblioteca moderna de cuestiones sociales.» (José María Tallada Paulí [1884-1946], “Vicisitudes y anhelos del pueblo español”, Cataluña, Barcelona, 19 de agosto de 1911.)

«Valentí y Camp, en su interesante libro Vicisitudes y anhelos del pueblo español, bello por su estilo fácil y matizado, detalla con minuciosidad clínica las causas que han engendrado el pesimismo en nuestra raza y el camino de una regeneración integral de nuestra patria. Un poco injusto hablando de Solidaridad Catalana, pero puede perdonarse esta injusticia imputable solamente a la pasión partidista a veces indomable, en gracia a la sinceridad que rebosa el resto del libro.» (José Vilalta Comes, “Al margen de un libro. El imperio del pesimismo”, La Publicidad, Barcelona, lunes 2 de octubre de 1911.)

1912 Anuncio en página de autoanuncios del editor: “Antoni López, editor, Rambla del Mitj, 20, Llibrería Espanyola, Barcelona. Correu: Apartat n.° 2”:

Biblioteca moderna de Ciencias Sociales
 
G. Sergi – La decadencia de las naciones latinas. Versión española de S. Valentí Camp y Vicente Gay  Ptas. 3
R. Altamira – Psicología del pueblo español. (Agotada) 
Adolfo Posada – Literatura y problemas de sociología  Ptas. 3
Miguel de Unamuno – En torno al casticismo  Ptas. 2
A. Vaccaro – La lucha por la existencia y sus efectos en la humanidad. Versión española de S. Valentí Camp y Pedro Umbert  Ptas. 3
León Bazalgette – El problema del porvenir latino. Versión española de S. Valentí Camp  Ptas. 3
S. Valentí Camp – Vicisitudes y anhelos del pueblo español. Prólogo de P. Dorado.  Ptas. 3
 
(L'Esquella de la Torratxa, Barcelona, 29 de mars de 1912, any XXXIV, núm. 1735, página 223.)

«Su libro es un simple mariposeo en torno de nuestros problemas contemporáneos, sin desentrañar ninguno. Su concepto pesimista, sobre la estructura mental de nuestra raza y la constitución de nuestro organismo político-social; sus cargos duros a nuestras clases directivas, a nuestros gobernantes, a nuestros profesores, periodistas literatos y sociólogos, carecen de novedad, y, aun en lo que tengan de justos, no se hallan debidamente fundamentados. Su orientación, avanzada, más que la dirección impersonal del pensador y el filósofo, que sólo operan con ideas, parece revelar la empresa de un político de grupo, que persigue una finalidad de bandería. Sus ataques a los republicanos teorizantes y moderados, por colaborar con la monarquía, su preconización de los recursos radicales salvadores, y su enjuiciamiento severo contra el señor Azcárate, revelan la marcada influencia de las frondas lerrouxistas y el ambiente de las ramblas barcelonesas. Y no es que yo no tenga los mayores respetos para dicha agrupación política; pero creo, en verdad, que holgaba ese aparato sociológico para tal empresa, pues la Sociología es cosa que está muy por encima de las disputas y los personalismos de los partidos.» (José Deleito y Piñuela [1879-1957], “Vicisitudes y anhelos del pueblo español, por Santiago Valentí Camp”, La Lectura, Madrid, mayo 1912, páginas 182-185.)

gbs