Luis Vidart Schuch (1833-1897)La filosofía española (1866)

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Segundo estudio

<   Breves indicaciones sobre el estado actual de la filosofía en España   >

Decía el insigne y malogrado Balmes en el prólogo de su Filosofía fundamental: «A pesar de la turbación de los tiempos, se nota en España un gran desarrollo intelectual que dentro de algunos años se hará sentir con mucha fuerza.» Este vaticinio se ha cumplido: desde hace algún tiempo, los libros que tratan de filosofía se suceden sin cesar, y no obstante la indiferencia del público español, desacostumbrado por el silencio científico de algunos, y no pocos años, a este género de estudios, aparece ya [130] como un hecho innegable el progreso intelectual de nuestra patria, los multiplicados esfuerzos para renovar las altas y casi olvidadas tradiciones de su antigua ciencia filosófica.

De buen grado trazaríamos un cuadro del estado actual de la filosofía en España, clasificando escuelas, indicando su origen y marcando sus mutuos enlaces y sus lógicas consecuencias; pero esta tarea exigiría mayor espacio del que podemos disponer en la actualidad; habremos, pues, de limitarnos a diseñar un ligero bosquejo, procurando, sin embargo, conservar la unidad interior que debe regir toda obra humana, para que pueda ser algún tanto provechosa, según el fin más o menos alto que en ella nos propongamos.

El eclecticismo espiritualista, sistematizado no sin gloria por Mr. Cousin, las seductoras teorías hegelianas, el armonismo krausista, el materialismo de la escuela de Broussais y de Cabanis, y por último, las doctrinas enseñadas en Francia por el P. Gratry, en Bélgica por el canónigo Lupus y el doctor Laforet, y en Italia por Liberatore y Taparelli; tales son las principales escuelas que se hallan representadas en los libros y folletos que se han publicado en España durante los cinco últimos lustros. [131]

No es de extrañar esta multiplicidad de sistemas, porque la «confusión» es el signo característico de nuestra época, que, buscando la unidad en la variedad, sólo acierta a encontrar la variedad sin la unidad. Historiemos, pues, las transformaciones de la ciencia española en estos últimos tiempos, y examinando con atención su estado presente, procuraremos deducir cuál debe ser su futuro desenvolvimiento.

 
{Transcripción de La filosofía española, Madrid 1866, páginas 129-131.}


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Luis Vidart Schuch
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