Filosofía en español 
Filosofía en español

Eugenio García Nielfa 1883-1953

García Nielfa

Periodista español a quien se puede considerar como el escritor que con más continuidad hizo uso del término “hispanidad” entre 1914 y 1925. Este término del español clásico había caído en desuso y se tiene a Unamuno por su recuperador en un artículo publicado en 1910 en Buenos Aires. Eugenio García Nielfa lo fue perfilando y madurando en solitario desde Córdoba, hasta que en 1926 se inició la expansión imparable de su uso en ambos hemisferios.

Nació en las islas Filipinas en 1883, hijo del capitán Blas García Hernández, uno de los últimos de Filipinas. Poco antes de producirse la emancipación de aquellas islas, al final de la transformación del antiguo Imperio español, Eugenio García Nielfa se trasladó a vivir a la península. En Madrid compartió pensión con Luis Linares Becerra (1887-1931) y Medardo Lafuente Rubio (-1939), periodistas entonces ambos que luego serían profesores de enseñanza media (el segundo radicado en Cuba desde muy pronto). En diciembre de 1907 contrajo matrimonio con Margarita del Pino Tamelini. En abril de 1908 trabajaba como periodista para la Agencia Almodóvar, y al año siguiente es redactor, en Málaga, de El Cronista. Allí nace en marzo de 1909 su primer hijo. Se trasladan a Córdoba, donde a finales de abril de 1910 se incorpora como redactor jefe al principal periódico de esa provincia, Diario de Córdoba (fundado en 1849 y dirigido entonces por Manuel García Lovera), al que se mantendrá vinculado hasta 1928. Ese mismo año de 1910, en el mes de octubre, fallece su esposa tras una larga enfermedad, quedando viudo con un hijo que aún no tiene dos años.

1907 «En la iglesia parroquial de San Andrés se ha verificado el matrimonio de nuestro querido compañero en la prensa D. Eugenio García Nielfa con la encantadora señorita doña Margarita del Pino. Apadrinaron a los contrayentes los padres de la novia y fueron testigos de la boda los conocidos periodistas D. Ramón Quintero y D. José y D. Rafael Hernández y Ramírez de Alda. Deseamos a los recién casados en su nuevo estado toda suerte de dichas y felicidades.» (El País. Diario republicano, Madrid, viernes 27 de diciembre de 1907, pág. 5.)

1908 «Asociación de la Prensa. Esta mañana visitaron a la hija del inolvidable Calderón los Sres. Moya y Moroto para hacerle entrega de lo recaudado por la Asociación de la Prensa de Madrid entre varios periódicos de provincias y de esta capital. La lista de lo recaudado es la siguiente: […] “Agencia Almodóvar”: D. Francisco Manchancosos, 5; D. Eugenio Nielfa, 2’50; D. Francisco Felíu, 2,50; D. J. Almodóvar, 50; total, 60. […] Total pesetas, 2.680.» (El liberal, Madrid, miércoles 15 de abril de 1908, pág. 1)

1909 «Nacimientos. Han dado a luz: […] en Málaga, la esposa del redactor de El Cronista, D. Eugenio Nielfa, un niño.» (La Correspondencia de España, Madrid 14 marzo 1909, página 2.)

1910 «Nuevo compañero. Desde hoy forma parte de la redacción del diario el ilustrado periodista madrileño don Eugenio García Nielfa. Bien venido sea el nuevo compañero.» (Diario de Córdoba, Córdoba, jueves 28 de abril de 1910, año XLI, nº 18.326, pág. 2.)

→ E. G. Nielfa, La repatriación (Diario de Córdoba, 29 abril 1910.)

«Este libro de versos, de Rincón Lazcano, ha despertado en mi alma la nostalgia de una vida estupenda que, allá en unos tiempos bien remotos, tres desgraciados y míseros poetas vivimos en un fantástico sotabanco de la calle de la Princesa, según se sube, a mano izquierda. En aquellas magníficas alcobas, en las que para mayor comodidad teníamos el despacho, el comedor y el gabinete, transcurrieron para mí momentos inolvidables en compañía de Medardo Lafuente, un gran poeta, con el pelo de azafrán, que hoy está en Cuba, redactando un gran periódico, y Eugenio Nielfa, el enorme rebelde que hoy se ha rebelado contra su rebeldía y cree en Maura. Los tres intentábamos mantenernos con aquellos garbanzos del periodo cuaternario y aquellos filetes que nos servía doña Filo, honra y prez de las patronas bondadosas. […] Nielfa, en aquella casa, compuso versos formidables, que se han marchado, que han huído como él. Los periodistas que le recuerdan, bien saben que Nielfa pudo ser un soberano literato.» (L. Linares Becerra, «Del viejo tronco», El Globo, Madrid, sábado 20 de agosto de 1910, pág. 1.)

«Defunción. Esta madrugada ha pasado a mejor vida doña Margarita del Pino Tamelini, digna esposa de nuestro compañero en la prensa don Eugenio García Nielfa, tras una larga enfermedad sufrida con resignación cristiana. El hogar recién formado es hoy un lugar de duelo para el desconsolado esposo y para el pequeño ser que ahora se ve privado de las caricias maternales. A los funerales celebrados esta tarde en la parroquia de San Francisco, asistieron numerosos amigos del desconsolado esposo. Ocuparon la presidencia el Padre Carbajo, Dominico; don Pablo Tello, jefe de la inspección de Hacienda; don Rafael Molinas, representante de la casa García Lovera, y los redactores del Diario don Ricardo Montis, don Antonio Ramírez y don Vicente Anievas. Al dar cuenta a nuestros lectores de esta sensible pérdida a la vez que nos asociamos al dolor del señor Nielfa y de toda su apreciable familia, pedimos a nuestros lectores eleven a Dios una oración en sufragio del alma de la finada.» (El defensor de Córdoba, diario católico, 19 de octubre de 1910, pág. 2.)

«Ha fallecido en Córdoba la señora doña Margarita del Pino Tamelini, esposa de nuestro querido compañero en la Prensa D. Eugenio García Nielfa, redactor jefe del Diario de Córdoba. Al estimado compañero y a toda su familia enviamos nuestro pésame más sentido.» (La Correspondencia de España, Madrid, domingo 23 de octubre de 1910, pág. 7.)

«El “606” en Córdoba. El Diamidodioxiarsenobenzol didorhidrato de P. Ehrlich ha sido aplicado ayer […]. Además de los practicantes del señor [Francisco] Bueno […] presenciaron la aplicación del 606 […] Sr. Nielfa, redactor del Diario de Córdoba […] tendremos a nuestros lectores al corriente del proceso curativo del enfermo tratado por el doctor Bueno con el maravilloso preparado de Pablo Ehrlich.» (El defensor de Córdoba, diario católico, 22 de diciembre de 1910, pág. 2.) [Ehrlich 606 o “Salvarsán”, el primer remedio efectivo contra la sífilis]

«Funerales. Esta madrugada, en la plenitud de su vida, entregó su alma a Dios doña Teresa Luque Martínez, digna esposa de nuestro compañero en la prensa don Antonio Ramírez López, víctima de los deberes de la maternidad. […] Presidieron varios individuos de su familia y en representación del Diario de Córdoba el redactor jefe señor Nielfa.» (El defensor de Córdoba, diario católico, 24 de diciembre de 1910, pág. 2.)

1911 «Lo que hasta ahora se ha descubierto en Córdoba, merece detenido estudio. He aquí una breve enumeración, tomada de un artículo recientemente publicado por mi distinguido amigo, el culto periodista cordobés, Sr. Nielfa, autor de las importantes informaciones que ha venido publicando el Diario de la vecina ciudad. V.» (La Alhambra, Granada, 15 de febrero de 1911, nº 310, pág. 70.)

1912 «Los periodistas de Córdoba han dirigido el siguiente telegrama a nuestro compañero Delgado Barreto, que, cumpliendo deberes de compañerismo, lo ha entregado sin pérdida de tiempo al Presidente del Consejo de ministros. El telegrama dice: Córdoba, 13. Periodistas firmantes ruéganle pida Canalejas aconseje indulto “Chato de Cuqueta”. Baró, Altolaguirre, Españita, Nielfa, Quijano, Aguilera, Martínez Alguacil.» (La Correspondencia de España, Madrid, lunes 15 de enero de 1912, pág. 2.)

«A mi buen amigo Nielfa, alma del simpático Diario de Córdoba, que con exquisita cortesía y consideración ha acogido mis artículos, me dirijo: ¿qué deben hacer Montilla, Córdoba y Granada para encauzar esta penosa y delicadísima cuestión? [el centenario del Gran Capitán]. Aguardo la opinión, siempre estimadísima, de mi querido amigo Nielfa. V.» (La Alhambra, Granada, 31 de agosto de 1912, nº 347, pág. 384.)

«Córdoba (guía municipal), por Nielfa y Chiappi. Segunda edición, en español, inglés y francés. Ilustrada con doscientos grabados y un plano de la ciudad. De venta en la librería de Juan Font, calle de la Feria, número 34, al precio de 3,50 pesetas.» (Diario de Córdoba, Córdoba, viernes 11 octubre 1912.)

→ E. G. Nielfa, Moret a los periodistas (Diario de Córdoba, 11 octubre 1912.)

Se casa con Juana Morillas, hija del librero gaditano Manuel Morillas

El jueves 18 de septiembre de 1913 contrajo segundas nupcias Eugenio García Nielfa, en Cádiz, con Juana Morillas Trujillo, hija del acreditado librero gaditano Manuel Morillas. No fue un matrimonio celebrado con urgencia: casi un año antes ya eran públicos sus esponsales. Se vinculaba así Nielfa con una familia asociada de antiguo al mundo del libro. Más de cuarenta años antes, en 1871, ya figuraba Manuel Morillas como suscriptor de ocho colecciones de las obras completas de Platón, y en 1878 también se suscribió a las obras de Leibniz, ambas ediciones dispuestas por Azcárate. Era entonces Morillas propietario de la Librería Universal (San Francisco 36, Cádiz). Ya en 1862 existía en Cádiz la Librería de los Sres. Verdugo, Morillas y Cía, y en 1869 Manuel Morillas, en solitario, se suscribe a la Historia de Pirala. Diez años después del enlace García Morillas, publicó Nicolás Morillas su libro Eduardo de Ory y su labor literaria: juicio y opiniones de la crítica y de la prensa española e hispano-americana, en la Librería Universal de Morillas, Cádiz 1923 (que en 1924 seguía en San Francisco 36).

1912 «Esponsales. Dice nuestro estimado colega el Diario de Cádiz: "En la mañana de ayer firmaron sus esponsales la encantadora señorita Juanita Morillas Trujillo, hija del estimado convecino don Manuel, y nuestro distinguido compañero don Eugenio García Nielfa, redactor jefe del Diario de Córdoba. Fueron testigos el oficial de Infantería don Gerardo Bonet y Galea y los periodistas don José de Cassaux y el señor Santander. A causa de la enfermedad del hermano de la novia, el acto fue celebrado en familia. Enviamos nuestra afectuosa enhorabuena al futuro matrimonio."» (Diario de Córdoba, Córdoba, viernes 11 octubre 1912.)

1913 «Ayer jueves contrajeron matrimonio en Cádiz, la encantadora señorita Juana Morillas Trujillo, con el ilustrado redactor jefe del Diario de Córdoba, don Eugenio García Nielga. Fueron apadrinados por los padres de la contrayente, don Manuel Morillas y su esposa doña Juana Trujillo. La nueva pareja llegó a Córdoba por la noche en el expreso. Que sean muy felices.» (El defensor de Córdoba, diario católico, Córdoba, viernes 19 septiembre 1913.)

«En Cádiz ha contraído matrimonio la encantadora señorita Juana Morillas Trujillo con el redactor jefe del Diario de Córdoba don Eugenio García Nielfa. Fueron apadrinados por los padres de la contrayente, el respetable industrial don Manuel Morillas y su señora esposa doña Juana Trujillo y actuaron de testigos por parte del novio don Ricardo Vázquez Álvarez, funcionario de la Compañía Arrendataria de Tabacos y antiguo periodista y don Gerardo Bonet, ilustrado oficial de Infantería, y por parte de la novia don Francisco Páez, conocido comerciante de aquella plaza y don Joaquín Rodríguez, también del comercio. Bendijo la unión el coadjutor del Rosario don José Amigueti. A causa del luto de la desposada, el acto se verificó en familia. Felicitamos afectuosamente al nuevo matrimonio y le deseamos una inteminable luna de miel.» (Diario de Córdoba, Córdoba, sábado 20 de septiembre de 1913.)

1914 «Ha dado a luz un hermoso niño la distinguida señora doña Juana Morillas, digna esposa de nuestro compañero en la prensa don Eugenio García Nielfa. Felicitamos a los padres por tan fausto suceso de familia.» (El defensor de Córdoba, diario católico, 30 de junio de 1914.)

En 1916-1917 funda y dirige el semanario regionalista Córdoba y en 1918 la revista Andalucía. En 1919 fue confinado durante más de un mes en Valdepeñas de Jaén «por necesidades de la política electoral del gobernador ciervista de Córdoba». Corresponsal en Marruecos durante la guerra en 1921, fue testigo del desastre de Annual. En 1922 publicó el libro Moros y cristianos. Impresiones del Rif.

1916 «Con la misma tendencia de esta revista, muy pronto saldrá a luz un semanario, Córdoba, en la ciudad hermana. Un grupo de profesores y médicos, organizado por el exquisito cronista Eugenio García Nielfa, redactor jefe del Diario de Córdoba, quiere romper una lanza por la cultura y la salud de la población vecina. Nosotros saludamos a los esforzados luchadores. Y como su triunfo será el nuestro, al ver estos bravos retoños del alma andaluza, viene a nuestros labios la oración del poeta por Andalucía: “Cuando veo, señora, tus bellezas galanas, / en mi pecho dormido, se abren rosas tempranas.” ¡Salud, hermanos!» (Andalucía, revista mensual, editada por el Centro Andaluz de Sevilla, año I, nº 1, junio 1916, pág. 9.)

«Y en cuanto a la clase media, según la estadística publicada por Córdoba, la revista que tan diestramente dirige, orientándola acertadamente al bien de la ciudad, mi buen amigo el señor García Nielfa, una familia de esta clase en esta ciudad, para satisfacer normalmente aun de un modo estrecho sus necesidades, ha de tener un déficit anual de 500 pesetas.» (Blas Infante, «El ideal andaluz», Andalucía, revista mensual, editada por el Centro Andaluz de Sevilla, año I, nº 7, diciembre 1916, pág. 5.)

Córdoba, semanario independiente · 1916-1917

cabecera

Córdoba, semanario independiente, fechó su primer número el sábado 19 de agosto de 1916. A partir del nº 17, 9 diciembre 1916, pasó a denominarse Córdoba, revista semanal independiente. Su nº 71 lleva fecha 29 de diciembre de 1917. Salvo en las últimas entregas, donde se aprecia cierta decadencia, constaba cada número de 20 páginas, con abundantes anuncios. Aunque era pública la vinculación de esta revista con Eugenio García Nielfa, quizá para evitar conflictos con su condición de redactor jefe y empleado del Diario de Córdoba, su nombre ni siquiera aparece mencionado en el primer número. En el nº 2, 26 de agosto de 1916, hay referencias a un tal Pedro Moro como director, y el nombre de Nielfa aparece una vez citado por Leocadio Martín Ruiz dentro de su artículo «Ideal andaluz» –«Eugenio García Nielfa, escritor cultísimo, de prosa sencilla y castiza, defensor de los viejos prestigios regionales», pág. 9–. El tercer número se abre con un artículo de fondo del periodista gaditano Dionisio Pérez Gutiérrez [otro de los principales propagadores, a partir de 1926, en sus ardorosas defensas de España, de la 'hispanidad'], titulado «Cómo somos regionalistas en Andalucía» (págs. 3-6). En la página 15 de ese mismo tercer número vuelve a mencionarse a «Pedro Moro, el muy culto y admirado director de Córdoba»… pero otra desgracia familiar obliga a los redactores a romper el pseudónimo:

«Un Angel. Nuestro querido director D. Eugenio G. Nielfa, hállase bajo el peso de la terrible desgracia de haber perdido a su hijita Victoria, de siete meses, muerta en las altas horas de la pasada madrugada. De todo corazón participamos de su profundo sentimiento y, por si de lenitivo sirviera a su dolor, sepa que nuestro pesar nace en lo más profundo de nuestra alma.» (Córdoba, semanario independiente, 2 septiembre 1916, nº 3, pág. 18.)

De cualquier modo nunca figuró formalmente Nielfa como director de este semanario, y se repiten en los números sucesivos las menciones a Pedro Moro como director.

1917 «El Manifiesto de Córdoba. Hombres nuevos, normas nuevas. […] “Respondiendo a un imperativo categórico de nuestra conciencia, que no puede callar ante la gravedad y trascendencia del momento actual […] A 18 de Junio de 1917. Francisco Azorín, arquitecto; Eduardo Amo, doctor en Medicina; Antonio Carbonell T. F., ingeniero de Minas; M. Ruiz Maya, doctor en Medicina; R. Castejón, profesor de la Escuela de Veterinaria; Juan Morán, catedrático de Instituto; Eloy Vaquero, maestro de escuela; Dionisio Pastor, escultor; […] E. G. Nielfa, periodista; […].» (El País, diario republicano, Madrid, 20 de junio de 1917, pág. 1)

«En Córdoba ha sido bautizado un hermoso niño, hijo del redactor de El Diario de Córdoba don Eugenio García Nielfa.» (La Acción, Madrid, martes 17 de julio de 1917, pág. 2.)

«Esta tarde se han celebrado en la parroquia del Salvador y Santo Domingo de silos, solemnes funerales en sufragio del alma de nuestro respetable D. Manuel García Lovera, propietario de nuestro estimado colega el Diario de Córdoba. […] Las cintas que pendían del féretro fueron llevadas por D. Rafael Jiménez Amigo, D. Juan de Austria Carrión, D. Eduardo Baro, director del Diario Liberal, por la prensa; don Eugenio García Nielfa, por el Diario de Córdoba; D. julio Aumente, por el personal de la casa, y D. Manuel Vigueras Castrillón, por la familia.» (El defensor de Córdoba, 20 noviembre 1917, pág. 2.)

1919 «En Córdoba. Atropellos. De Córdoba nos escriben lo siguiente, que trasladamos al Gobierno, para que ponga remedio a lo que nuestros comunicantes denuncian: “Entre las muchas fechorías que están haciendo aquí, preparando las elecciones en favor del caciquismo, sufrimos una, que participamos a EL SOL, por si una advertencia de ustedes pudiera hacer algo por repararla rápidamente, o, al menos, por tener el consuelo de que EL SOL se sumara a nuestras protestas. Se trata de la detención y destierro, no sabemos todavía adonde, de nuestro amigo el director de la revista "Andalucía", D. Eugenio García Nielfa; escandaloso abuso, inmotivado, sin fundamento alguno. ¡Y es lo malo que Nielfa goza de poca salud ahora! Están presos también Pablo Troyano, presidente de la Sociedad de Tipógrafos y concejal de este Ayuntamiento; Juan Palomino, presidente de la Agrupación Socialista local, y todos los demás presidentes y algunos secretarios de las sociedades obreras. No se permiten reuniones, no se autorizan reglamentos de sociedades, y, en fin, todos son atropellos.” Transcritas las líneas de la carta que recibimos, volvemos a rogar al Gobierno que dé las órdenes oportunas para que no se consume este género de violencias contraproducentes.» (El Sol, Madrid, 25 de mayo de 1919, pág. 3.)

«Caso lamentable. Un periodista desterrado. Por necesidades de la política electoral del gobernador ciervista de Córdoba, el 23 de mayo fue deportado de allí el Sr. Nielfa, periodista director de la revista Andalucía, a quien se confinó en Valdepeñas de Jaén, como ya saben nuestros lectores. Han transcurrido treinta y un días, y el Sr. Nielfa continúa en su destierro, sin saber por qué se le ha desterrado. Sólo sabe que no es obrero manual, que no pertenece a Sociedad obrera alguna, que no tomó parte en ningún acto obrero, que no ha delinquido en nada; en suma, que es víctima de una injusticia incohonestable. Creíamos, al escribir hace días otro suelto análogo, que el ministro de la Gobernación pondría coto a tamaño abuso. ¿Es que no se ha enterado? Porque conociendo este casi inaudito, impropio de nuestra época, no hay modo de explicarse que patrocine semejante iniquidad, propia sólo del régimen de los Jóvenes Turcos.» (El Imparcial, Madrid, 25 de junio de 1919, pág. 2.)

«En Libertad. Noticia grata. Valdepeñas de Jaén, 28. Ha sido puesto en libertad Eugenio García Nielfa, director del periódico de Córdoba “Andalucía”, que había sido confinado. Corresponsal. * * * Celebramos esta reparación. Ya pocos restan encarcelados o confinados en la provincia de Córdoba. No sabemos si el concejal Sr. Troyano habrá ya recobrado la libertad. Suponemos que sí, porque lo que es de justicia siempre, es ahora de equidad después de libertados Samblancat, Azorín, el director de Andalucía: casi todos los confinados. * * * De Córdoba. Nielfa, en libertad. Recibimos de Córdoba el siguiente telegrama: “Sr. D. Roberto Castrovido. Al recobrar la libertad salúdole afectuosamente, expresándole mi cordial reconocimiento por sus campañas. Nielfa.» (El País, diario republicano, Madrid, lunes 30 de junio de 1919, págs. 1 y 2.)

«En el Congreso se promueve debate sobre los deportados de Córdoba. De Sevilla va a Madrid una Comisión para reclamar la libertad de los presos y desterrados de esta última provincia. Azorín, delicado y culto, esposado y con grillos en Albacete, por el delito único de presidir la Federación campesina cordobesa. Nielfa, fogoso, ingenuo e íntegro, paseando, camino del destierro, como un delincuente común, por las calles de Jaén, entre la multitud atónita, por el crimen de dirigir, en Córdoba, la revista “Andalucía”. Troyano, obrero serio e incansable, de la minoría regionalista republicana del Ayuntamiento, igualmente aprehendido y obligado a penoso éxodo. Todos ellos (Azorín, socialista; Nielfa, regionalista, y Troyano, republicano) forman una sola organización nacionalista de Andalucía. Esta organización es la del Centro regionalista andaluz. En Córdoba, todos son uno ante la aspiración de curar a Andalucía sus lacerias miserables, no por obra de Madrid, sino por su propia obra. […] Otro efecto: la propaganda de los ideales de los desterrados en los lugares de la deportación. Verbigracia: en Valdepeñas de Jaén. Nos lo ha contado Nielfa. Este recibe su orden de libertad. El pueblo se congrega para tributarle un homenaje. El mismo grito, a cuyo conjuro hubo de cercenarse la estatua de Barroso en Córdoba, resuena ahora en las concavidades de los montes aquellos: “¡Viva Andalucía libre!” En el pueblo, alguno añade: “¡Nos han erigido en virreinato!” Entonces contesta la gente con un viva fervoroso a la “independencia de Andalucía”.» (Blas Infante, «Andalucía. Aspectos de la actualidad», El Sol, Madrid, 18 de julio de 1919, pág. 5.)

«También permanece el Gobierno cruzado de brazos ante los incendios de campos y bosques en Andalucía y ante el surgimiento del terrorismo en Barcelona. Se intentó en las provincias del Sur una campaña de exterminio; un arrancamiento violento y rápido de las amapolas rojas que crecían entre los trigales. Sin formación de causa, por simples delaciones, las más de ellas de caciques soplones, como en el caso inicuo del periodista cordobés García Nielfa, se prendía, se encarcelaba y se deportaba. No faltó más que crear campamentos de concentración de sospechosos.» («Crónica de la semana», Nuevo Mundo, nº 1337, 22 de agosto de 1919, pág. 4.)

1920 «Pero por desgracia no es así: los munícipes, los arquitectos, los propietarios, todos a una, parecen tener empeño en privar a Córdoba de su sello característico, dándole el aire de una ciudad moderna de cuarto orden, con sus calles a cordel, con sus casas odiosas, antiestéticas, merecedoras de una demolición inmediata. De nada ha servido la campaña hecha por la Prensa cordobesa contra esta tendencia y recientemente por el Diario de Córdoba, donde Nielfa, el notable periodista, ha publicado una serie de artículos tratando este asunto. El único edificio que en estos últimos tiempos se construyó respondiendo a ideales de arte es el de los joyeros Sres. Jiménez Hermanos. ¡Y para eso tuvieron que traer el arquitecto de Sevilla!» («La Libertad en Córdoba», La Libertad, Madrid, domingo 8 de agosto de 1920, pág. 6.)

1922 → «Del percance leve con creces nos compensaba la significación del hecho de que, a solas también, el soldado marchase al combate, representando, no ya la dhesión, sino la hispanidad de los mudéjares de Melilla en la obra que España está llamada a realizar en el Rif.» (E. G. Nielfa, Impresiones del Rif. El combate por la Escuela de Amesdan, Diario de Córdoba, 26 enero.)

→ «De toda Berbería, Italia ocupa Trípoli; Francia posee en plena soberanía la Argelia y ejerce el protectorado sobre Túnez y la casi totalidad de Marruecos; sólo ha correspondido a España el Norte del extinguido Imperio Jerifiano y aún sufre la indeterminación de Tánger, cuya hispanidad no puede ser discutida seriamente.» (E. G. Nielfa, El problema de Marruecos. Europa y Berbería, Diario de Córdoba, 7 marzo.)

1923 «Nuevo libro de Moros y Cristianos, Impresiones del Rif, por E. García Nielfa, notable periodista cordobés y cariñoso amigo nuestro. Es un hermoso libro muy español, muy andaluz, que la crítica ha acogido con singular y justo elogio y que los granadinos debieran estudiar, pues en él, Granada y su historia se desvanecen en algunos momentos, aunque no lo justifique el amor a la región que parece vivo siempre en las entusiastas y hermosas descripciones, en los entusiastas juicios que de Andalucía atesoran sus páginas. Recomendemos la lectura de ese hermoso libro andaluz.» (La Alhambra, nº 562, Granada, 31 de abril de 1923, pág. 100.)

1925 → «La italianidad o la hispanidad fulgen siempre en el alma de este patriotismo nuevo. Tales son los nuevos argentinos.» (Eugenio G. Nielfa, De la nueva Argentina: Spaventa, Diario de Córdoba, 22 abril.)

En junio de 1928 cesa en su puesto del Diario de Córdoba y abandona el periodismo profesional.

1928 «El día 15 del actual reuniéronse los periodistas locales con el fin de elegir nueva junta directiva de la Asociación de la Prensa, la cual quedó constituida en la siguiente forma: Presidente, Eduardo Baro. Vicepresidente, Eugenio García Nielfa. Secretario, Pedro Antonio Baquerizo…» (Córdoba gráfica, 30 abril 1928)

«Eugenio G. Nielfa. Nuestro distinguido colaborador, que durante largos años consagró su actividad y esfuerzo a enaltecer nuestra Región en general y Córdoba en particular desde las columnas del “Diario de Córdoba”, ha cesado en las tareas periodísticas del decano de la prensa local, donde tantas y tan brillantes campañas realizara. Al cesar en la dirección del citado colega, creemos no será larga la tregua en el batallar periodístico que el querido compañero se imponga y pronto podremos deleitarnos con sus notables trabajos en defensa de esta Andalucía tan merecedora de que plumas tan bien cortadas como la de Eugenio G. Nielfa la enaltezcan y la canten, con el cariño que siempre puso en sus escritos el querido compañero. Hacemos votos porque así sea.» (Andalucía, revista ilustrada. nº 97, 1 junio 1928.)

García Nielfa

Un año más tarde, en mayo de 1929, Eugenio García Nielfa se convierte en librero, al asumir la titularidad de la antigua librería de Gacto. En los anuncios publicitarios de entonces se dirá que la Antigua Casa Gacto fue fundada en 1856. [En la prensa de 1859 encontramos anuncios del taller de encuadernación de don Ricardo Gacto (calle de Fernando Colón, antes de la Ceniza), donde también se vendían libros, y en 1869 figura Don Ricardo Gacto y Naves como suscriptor de la Historia de Pirala. En 1873 parece contar ya con dos establecimientos, pues en anuncios de libros en venta se remite al «taller de encuadernación de Ricardo Gacto y Naves, Fernando Colón 7 y Ayuntamiento 8.» Pero en febrero de 1879 falleció repentinamente Ricardo Gacto, «dueño de una acreditada librería y jefe de una numerosa y apreciable familia». Su viuda, Francisca López Fernández, mantuvo el establecimiento, que se rotuló primero como Viuda e Hijos de Gacto (calle de la Librería, 9) y más adelante Librería de la Viuda de Gacto, hasta que falleció en enero de 1914, en que pasó a regentarlo uno de sus hijos («Ricardo Gacto, dueño de la librería de su nombre, denuncia que Manuel Rodríguez Criado se ha llevado de su establecimiento 20 pesetas», en diciembre de 1916). En julio de 1924 un anuncio de clases para las vacaciones de verano remite a: «Razón, don Ricardo Gacto, librería de la viuda de Gacto.» En junio de 1927 «el funesto automovilista» José Monroy Trujillo, dueño de un restaurante, detenido por los guardias tras atropellar a un niño, emprendió la huída atropellando a varios peatones de gravedad, dejando una señora muerta y «causando grandes destrozos en la librería de la señora viuda de Gacto».]

1929 «Una librería antigua remozada. De Gacto a Nielfa. La antigua librería de Gacto cambia de titular y desde hoy se encarga de ella un antiguo compañero nuestro, escritor y periodista que se limitó hasta hoy a escribir libros y periódicos y en adelante los venderá. Nos referimos a don Eugenio García Nielfa, nuestro querido amigo, que se ha hecho cargo de dicha librería y al frente de ella ha de hacer de seguro una excelente labor. Le felicitamos cordialmente y le deseamos muchas prosperidades al frente de este negocio.» (El defensor de Córdoba, diario católico, Córdoba, 11 de mayo de 1929, pág. 3.)

«Librería de Eugenio García Nielfa. Antigua Casa de Gacto. Fundada en 1856. Papelería, objetos de escritorio, artículos de dibujo, material de enseñanza. Librería, núm. 7.» (La Voz, Córdoba, 27 septiembre 1929.)

En 1930 también ejerce como jefe del negociado de Instrucción pública del Ayuntamiento de Córdoba, en el que se mantuvo como funcionario durante la república. Falleció en Córdoba en 1953.

1930 «La colonia escolar. Ha llegado esta tarde a las cuatro. Procedente de Málaga […] han venido acompañando a las expedicionarias el concejal de este Excmo. Ayuntamiento don José María Luque Casares y el jefe del Negociado de Instrucción pública don Eugenio García Nielfa.» (La Voz, Córdoba, 5 septiembre 1930)

«Colonia escolar. Ayer tarde regresó de Málaga la colonia escolar que ha pasado un mes en el sanatorio de Torremolinos. Les acompañaban la señorita Concepción Jurado Tavira, don José Luque Casas y don Eugenio García Nielfa.» (El defensor de Córdoba, Córdoba, 5 septiembre 1930)

«El ayuntamiento de mi presidencia ha cumplido en el día de hoy el mandato que le imponen las leyes vigentes en orden al fomento de la cultura por medio del libro. Para ello se ha visto asistido mi deseo del esfuerzo del teniente de alcalde señor Blanco Cantarero, del valioso consejo del inspector jefe de primera enseñanza señor Priego López y de la actividad de los funcionarios municipales don Eugenio García Nielfa, señorita Puyou y don José María Rey Díaz, alma de su organización. Tres mil quinientos libros han sido regalados hoy por el Ayuntamiento…» (Política, año 1, nº 26, Córdoba 7 de octubre de 1930.)

1931 «Corresponsal. Ha sido nombrado corresponsal en Córdoba del “Crisol”, diario político, nuestro antiguo compañero en la prensa don Eugenio García Nielfa.» (El defensor de Córdoba, diario católico, 16 junio 1931.)

1933 «El regionalismo andaluz. Notas del carnet de un asambleísta. […] El señor García Nielfa, al penetrar en la Asamblea, dejó en las puertas las babuchas.» (El Sur, Córdoba 31 de enero de 1933.)

«El Consejo local de Primera Enseñanza. Bajo la presidencia de don Francisco Córdoba Fuentes, y en las Casas Consistoriales e ha reunido el Consejo local de Primera Enseñanza, con asistencia del señor Inspector Jefe don José Priego López, Vocales don Felipe Colorado Calvo, don Carlos Sáenz Santa María de los Ríos y don Eugenio García Nielfa y secretario don José Mª Muriel Linares.» (El Sur, Córdoba 15 de mayo de 1933.)

E. García Nielfa, «Córdoba la Sultana», Cultura integral femenina, 15 de septiembre de 1933, págs. 27-28.

1934 María Sierra, directora del grupo escolar madrileño Romero de Torres agradece en una carta al periódico las atenciones recibidas en Córdoba: «al cultísimo y afectuoso periodista don Eugenio García Nielfa…» (El Sur, 19 mayo 1934)

1935 «¿Es posible? El Sr. García Nielfa, director de un periódico de izquierda. ¿A quién se le ha ocurrido tan luminosa idea? El Sr. García Nielfa, perfectamente encajado en la Administración municipal, con su boquilla de 0,10 y “pedagogizando” –léase surtiendo de libros– a un sector del magisterio provincial, no está para estas empresas. ¡No es con cálamo burocrático con lo que se hace un periódico de izquierda! Para esto es preferible, por ejemplo, Carlitos Ortiz, autor de Don Quijote, o el divino autor del más divino Defensor, el super-divino D. Daniel.» (Agora. Voces del pueblo los sábados, Director: A. Verdú Suárez, Córdoba 27 de julio de 1935, nº 50, pág. 4.)

1937 «Córdoba 25. Esta tarde, en la iglesia de Santa Marina, se han celebrado funerales por el alma del joven don Julio García Morilla, hijo de nuestro antiguo compañero don Eugenio García Nielfa, muerto por Dios y por España. Enviamos nuestro pésame a los padres del finado.» (ABC, Sevilla, miércoles 26 de mayo de 1937, pág. 22.)

Sobre Eugenio García Nielfa

1983 «El 22 de Enero de 1918, pocos días después de la Asamblea de Ronda, los andalucistas giennenses se presentaron públicamente en un mitin celebrado en el Teatro Cervantes, bajo los auspicios de Blas Infante y con la presencia de los regionalistas catalanes Francesc Cambó y Pere Muntanyola, ex-teniente de alcalde de Barcelona. Algo más tarde, el incipiente movimiento recibiría un considerable impulso con la forzada venida a estas tierras de Eugenio García Nielfa. El director de la revista Andalucía tuvo ocasión, en su destierro de Valdepeñas de Jaén, de entrar en contacto no sólo con sus correligionarios, sino también con la realidad giennense tanto socioeconómica como política. Precisamente en uno de esos contactos –la entrevista que concedió al destacado dirigente socialista Ramón de la Moneda para La Internacional– se puso de maniflesto la crónica ambigüedad del PSOE ante el andalucismo así como la especificidad del regionalismo andaluz, no siempre bien calibrada, aunque sí presentida, por sus seguidores. En este sentido el socialista giennense no ocultaba sus simpatías por García Nielfa y sus ideales pero consideraba que sería «muy dificil romper la indiferencia de los pueblos andaluces hacia este movimiento; es muy fuerte, muy acusada, la lucha de clases y ella absorbe el interés de las gentes, tanto defensiva como ofensivamente»{2. La Internacional, 6-XI-1920. Vid. J. Artillo: “Jaén, siglos XIX y XX”, en Historia de Jaén, Jaén 1982, pág. 504}. Fuera por la presencia de García Nielfa, fuera por la madurez que había adquirido el grupo liderado por Pedro de las Parras, en 1919 el Santo Reino registró una importante actividad andalucista. […] La asunción del poder por el general Primo de Rivera, a pesar de las iniciales esperanzas que despertó su acción, puso fin a este proceso y abrió un paréntesis que no se cerraría hasta la proclamación de la Segunda República.» (José Salvador Szmolka Clares, “Aproximación al Andalucismo Giennense”, en Actas del I Congreso sobre el Andalucismo histórico (Sevilla-Antequera, 25-28 octubre 1983), Fundación Blas Infante, Sevilla 1985, pág. 279.)

2008 «Pascual Carrión, Blas Infante Pérez, Eloy Vaquero, Eugenio García Nielfa, Fernando Chico Ganga, Rafael Ochoa Vila…, se convirtieron, por sus méritos propios, en los verdaderos protagonistas del resurgimiento del sentido andalucista en aquellos años.» (Jesús Avila Granados, El libro negro de la Historia de España, Swing, Barcelona 2008, pág. 348.)

2010 «El andalucismo arrancó en Córdoba a finales de 1916 con la creación del Centro Andaluz. Estos “Centros Andaluces”, impulsados por Blas Infante a raíz de la publicación de El Ideal Andaluz, se iniciaron en Sevilla con la aprobación de un programa que recogía los puntos esenciales de su pensamiento. El de Córdoba surgió tras la conferencia pronunciada por Infante en la capital el 13 de noviembre de 1916. Lo integraron personalidades e intelectuales críticos y opuestos al régimen político de la Restauración. Su primer presidente fue Rafael Castejón; secretario Manuel Ruiz Maya; vocales José Ruiz Quijano, Fernando Balsera, Antonio Gil Muñiz y José de la Torre. Miembros destacados del Centro fueron Eloy Vaquero, Francisco Castejón, Eugenio García Nielfa, Francisco Azorín y Francisco Salinas Diéguez. El Manifiesto cordobés de 1917 provocó la ruptura del Centro Andaluz de Córdoba. Permaneció en él la mayoría de sus socios, de ideología republicana y socialista: Eloy Vaquero, Francisco Salinas Diéguez, Francisco Azorín, Manuel Ruiz Maya y Eugenio García Nielfa. La minoría se configuró en la Asociación Regionalista Cordobesa, de corte conservador, con Rafael Castejón y el abogado Francisco Carrasco. Este grupo recibió el apoyo del dirigente catalanista Francesc Cambó en diciembre de 1917. […] La asamblea de 1919. Se reunió en el Centro Obrero Republicano de la calle Barroso entre el 23 y el 25 de marzo de 1919. Hizo la convocatoria la Junta de Relaciones de los Centros Andaluces. Asistieron por Blas Infante, José Morón Rubio, Rafael Ochoa, Francisco Chico, Luis Ramajo, Francisco Piqueras, Jesús Alfonseca, Pascual Carrión, Enrique Salgado, José Gastalver y Federico Castejón. Por Granada, Antonio Gallego Burín. Por Jaén, Pedro de las Parras Ruiz. Por Gaucín, Jesús Martínez. Por Burguillos, Horacio Fernández. Por Córdoba, Francisco Salinas –diputado provincial regionalista/republicano–, Eloy Vaquero, José Guerra Lozano, Bernardo Garrido de los Reyes, Pablo Troyano Moraga, Manuel Cáceres y Emilio Urbano Estrada –concejales de la misma filiación–; el arquitecto y concejal socialista Francisco Azorín; los catedráticos Antonio Gil Muñiz, Ramón Carreras Pons y Juan Morán Bayo. Dionisio Pastor, presidente del Centro Andaluz de Córdoba; Francisco Fuentes, Rafael Castejón, Manuel García Bernal, Eugenio García Nielfa y otros. También estuvo presente el diputado a Cortes Francisco Largo Caballero. Avanzada la Asamblea se adhirieron a ella Mariano López Muñoz, Victoriano Martínez, José Álvarez, José Caballero y José Piédrola, de Puerto de Santa María, y la Unión regionalista andaluza de Barcelona. Presidió las sesiones Dionisio Pastor en nombre del Centro de Córdoba que cedió su sitio a Blas Infante. Francisco Córdoba Fuentes y José Morón Rubio actuaron de secretarios.» (Manuel A. García Parody, «Porque Andalucía no ríe, llora: Asamblea Córdoba 1919, su contexto histórico», conferencia pronunciada el 13 de octubre de 2010.)

Bibliografía de Eugenio García Nielfa

1912 (con J. L. Chiappi) Córdoba, guía municipal. Guide municipal de Cordove. Córdoba municipal guide book, Imprenta del Diario de Córdoba, Córdoba 1912, 180 págs.

1922 Moros y cristianos. Impresiones del Rif, Imprenta del Diario de Córdoba, Córdoba 1922, 294 págs.

Textos de probable autoría de Eugenio García Nielfa en Filosofía en español

1923 La victoria de Tifarauin · 23 agosto

Textos de Eugenio García Nielfa en Filosofía en español

1910 La repatriación · 29 abril

1912 Moret a los periodistas · 11 octubre

1922 Impresiones del Rif. El combate por la Escuela de Amesdan · 26 enero • El problema de Marruecos. Europa y Berbería · 7 marzo

1925 De la nueva Argentina: Spaventa · 22 abril

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