Filosofía en español 
Filosofía en español

“Madre patria”

1542 «La onde io sendomi quaella per madre patria, tanto gli rendo i ristoro di havermi nodrito. Fine del libro III.» (Artemidoro Daldiano philosofo eccellentissimo del l'Interpretatione, Venetia MDXLII, pág. 99v.)

1591 «Parens / Madre la Patria Spagna gli fu grata, / Madre di Spagna ancor à lui fu pia, / Madre patria felice, e non ingrata, / Madre, ch’egli estirpò tanta heresia; / Madre, da cui la patria è tanto amata, / Madre, à cui la patria, è in gelosia, / Madre, che li suoi figli ha tant’ amato, / Come s’un solo foße, e piu prezzato.» (Giovanni Battista da Pesaro, Rime Spirituali, divise in due Parti, Venetia MDXCI, “Sonetto mettendo il nome del Santo nelle prime lettere d’ogi Verso”, pág. 23v.)


1604 «De Juan de Piña / Si el Peregrino gallardo / Deste libro es proprio nombre / Y para eterno renombre / Lope de Vega o Belardo, / La patria tan peregrina / Que madre el mundo la llama / Y su peregrina fama / La madre y patria divina, / Y el hijo tan peregrino / Que el Cielo hizo en el solo / Un sutil divino Apolo. / Y un nuevo Homero divino / Madrid a tan fértil Vega / Fabrique templos y altares / Pues por ella Manzanares / Hasta el Índico Mar llega.» (Juan de Piña [1566-1643], dedicatoria en el libro de Lope de Vega, El peregrino en su patria, Sevilla 1604.)

≈ 160… «Al valor español, al fénix raro, / en quien del lauro la virtud contemplo, / émulo assí del sol radiante y claro, / la madre patria le dedica templo; / pero si luçe en Huesca tanto amparo, / si en su obrero campea tanto exemplo, / ¿qué mucho que pareçca en los cuarteles / congregarse los astros a doseles?» (Bartolomé Leonardo de Argensola [1562-1631], Rimas [1592-1631], José Manuel Blecua, CSIC, Zaragoza 1951. Apud corde.)

1614 «Al lector. […] Y porque en mi vida, las cosas y sucesos prodigiosos que me han pasado, han sido mientras seglar, y después de Clérigo, me pareció, discreto lector, referirlo en dos libros; y así trata el primero de los sucesos, mientras seglar. Y el segundo, de lo que me pasó después de clérigo. Y por no interromper la historia, y para dar noticia, y conocimiento de las tierras, Reinos y Provincias, hice por tercero libro un Itinerario, o viaje, por donde se camina, y sus descubridores, y por donde yo lo caminé, y cosas famosas de los Reinos, en general y particular. Y por cuarto libro, por pagar la deuda a la madre patria, trato de las grandezas desta famosísima ciudad de Jaén, guarda y defendimiento de los Reinos de Castilla, con doce maravillas della, y doce varones de fama, que sus hechos famosos merecen, que en los tiempos venideros la voladora fama los publique. Este he dejado para libro de por si, que con el favor de Dios saldrá a luz, que todo, lo uno y lo otro, es para los dos fines referidos, la gloria y honra de Dios, y ejemplo para el prójimo; y también para dar algún gusto, pues se dice en general de las historias que lo dan, y que son grandes los provechos que dellas resultan.» (Pedro Ordóñez de Cevallos [≈1556-1636], Viaje del mundo. Hecho y compuesto por el Licenciado Pedro Ordóñez de Cevallos, natural de la insigne ciudad de Jaén, En Madrid, año M.DC.XIIII, página cuarta sin numerar del “Prólogo al lector”.)

«Por el tiempo que los Humnos que que vivían junto a la Persia, a la otra parte del mar Euxino, entraron con ímpetu bravo y feroz en las tierras del Romano Imperio, y sitiaron a Edesa: los Romanos enviaron socorro a la ciudad porque no viniese en poder de los bárbaros: y entre los soldados que entraron en Edesa para defenderla fue un Godo en las costumbres bárbaro, y en el entendimiento cruel y malo: el cual fue aposentado en casa de una viuda de honesto estado, y clara en las virtudes, llamada Sofía: la cual tenía una hija doncella y única, que se decía Eufemia, y todo el cuidado que en su viudez tenía era guardarla, y mirar por ella, y que no la viesen los hombres mundanos, porque la doncella era hermosísima y gallarda. Estando pues el Godo en su casa, acertó a ver a Eufemia, y fue tan preso de su amor, que nunca de allí adelante ponía su pensamiento en otra parte que en ella, y haciendo muy del cordero manso, siendo un lobo carnicero, habló a Sofia, y le pidió su hija para casarse con ella: y para esto le hacía muchos halagos y promesas de muchos bienes. […] Cual quedaría oyendo estas palabras Eufemia, hallándose privada de su madre patria, amigos y parientes, y de su libertad a sola ella que lo sintió, y padeció lo remito: porque sino era piedra, o hierro, o algún cuerpo inanimado, no pudiera dejar de dejar el alma, sino la conservaan los fiadores que el Godo le había dado, para mayor castigo de tal traición, y gloria de los santos de Dios.» (Juan Basilio Santoro, Prado espiritual. Recopilado de Autores antiguos clarísimos y santos Doctores, ahora nuevamente añadido de muchas y diversas Flores de Santos, por el mismo Autor, impreso en Valladolid, año MDCXIIII. Libro tercero. Flores sacadas de las vidas que recopilaron Simeón Metafrastes y Laurencio Surio; capítulo II: De la justa venganza de Dios contra los que quiebran su palabra y Fe, folio 146r y 146v-147r.)

1668 «…sujetos (los dos hermanos) y varones tan ilustremente grandes por sangre, calilidad, virtud, ingenio, letras, y celo, que por célebres en todo, retórica parlera la fama con lenguas de edades sus glorias, y con plumas de siglos escribirá sus nombres, y no menos trofeos le promete a esta nuestra siempre Leal Ciudad de Valencia, por madre patria, y firmamento destos dos crespos planetas pues puede desvanecerse de tener un hijo, de cuya incansable solicitud, y agencia infatigable halla conseguida la Cristiandad, progreso tan deseado de todos los fieles y devotos del soberano misterio de la Concepción siempre limpia de María Santísima…» (Ceferino Clavero de Falces [1609-1670], San Nicolás el Magno, arzobispo de Mira, Valencia 1668, libro V, cap. XI: “Devoción admirable que tuvo San Nicolás a María Madre de Dios”, pág. 499.)

1682 «Con que asentado ya este principio, y resuelta tan en común gloria de los tres interesados la duda, vuelvo sin riesgo a repetir lo mismo que decía, y es que a V. S. como Madre, Patria en quien se conserva aún más allá de la muerte el amar, beneficiar y honrar sus Hijos.» «Luego en la piramide, y columna, por ser natural, y recíproca gloria la que tiene la Patria de lo glorioso de sus Hijos, y ellos de las grandezas de su Madre Patria, como se refiere de Achiles, hijo de Pirro, de Alexandro Magno, de Scipion el Menor, y de Octaviano, y otros que nos refiere Ovidio en sus Epístolas y de Ulises y Agamenon lo enseña Seneca.» (Oración fúnebre, que en el universal, debido, cuanto afectuoso, sentimiento que manifiestó la Provincia de Castilla, del orden de Nuestra Señora del Carmen de antigua observancia, en la muerte del reverendísimo Padre Maestro Fray Juan de Heredia […] predicó el M. Reverendo P. M. Fr. Manuel de Vega, difinidor de dicha Provincia, En Madrid, por Francisco Sanz, Impresor del Reino, Año 1682, hoja [6v] y [7r].)

1746 «Tan verdadera es la causa del Autor, que verdaderamente ha satisfecho a las obligaciones de Monje Benedictino Cisterciense, y a las de verdadero Hijo de su Madre el Insigne Real Monasterio de Poblet, con la Obra tan heroica de su Historia, superando las dificultades tan graves, como se ha ponderado. Pero aun advierto otro más principal verdadero trofeo, que es el haberse vencido a sí mismo. Voluntario sale, entre tantos Sabios Maestros, como ha habido, y hay en su Insigne Real Monasterio, a la palestra literaria, movido de la necesidad, en que tiene puesta a su Madre, y parte de su Patria la más noble, la competencia pendiente sobre la inestimable fama de su Antigüedad mayor: y esta urgencia en Madre Patria, no solo cohonesta cualquier arrojo en su ayuda, sino que sobre los demás comunes aplausos, acredita al Autor de Sabio, según Salomonio, y juntamente el gusto, y gozos que en sentir del Estoico, se logra en dar parte del buen manejo de los monumentos de su Archivo a los demás Monjes, los que por vacar a otros empleos, y por bien guardados, no pudieran ni aun sacudirles el polvo.» (Tomás de Arévalo, monje cisterciense del Real Monasterio de Fitero, “Aprobación” –fechada en el Real Monasterio de Fitero a 8 de marzo de 1746– al libro del monje cisterciense Jaime Finestres y de Monsalvo, Historia del Real Monasterio de Poblet, Barcelona 1746, página 7 sin numerar de esa aprobación.)

1756 «Extracto de una Carta de Carlos Town, Capital de la Carolina-Meridional de 15 de Julio. La Cámara de los Comunes de nuestra Asamblea, en una Súplica presentada a nuestro Gobernador, en 6 de este mes, sirve de sobresaliente prueba del progreso de nuestro Comercio, que (dice) por la bendición de Dios, ha llegado a un punto, que es mucho más ventajoso que nunca a la Madre Patria.» (Mercurio histórico y político, Madrid, septiembre de 1756, tomo CXL, págs. 51-52.)

1775 «No referimos esta contienda sino para manifestar a nuestros Lectores, que en caso de rompimiento, o hostilidades entre las tropas del Rey Británico, y los Colonos, escribiremos un volumen sobre un asunto de tanta importancia. No es lo mismo gobernar a un Pueblo que se tiene a la vista, como a otro distante del Solio (800 leguas, y más), poderoso, y numerosísimo, que no necesita de la Madre Patria para nada; antes bien esta necesita de sus Colonias, sin las cuales no podría sostenerse por el ningún despacho del producto de sus fábricas, y manufacturas, que están hoy suspendidas, y todos los Artífices sin ocupación: lo que puede conducir a grandes disturbios en Inglaterra.» (José Vicente de Rustant, Reflexiones político-militares sobre la guerra del turco contra la Rusia, Madrid MDCCLXXV, cap. IV, pág. 150.)

1788 «Es bien conocida la conducta de España para con sus Colonias. Ha prohibido la plantación de viñas y olivos en los climas que parecían los más propios para estas producciones. Los Ministros de esta Monarquía han pensado desde el siglo 16 como los de las demás naciones de Europa, que para establecer entre la Metrópoli y sus Colonias una balanza de comercio ventajosa es forzoso hacer dependiente y precaria su subsistencia de la Madre-Patria; y que el México y el Perú esperen su cotidiano alimento y los objetos de primera necesidad de algunos puertos de Europa.» (“Aviso a las Naciones de la Europa”, Espíritu de los mejores diarios literarios que se publican en Europa, Madrid, lunes 8 de septiembre de 1788, nº 145, pág. 351.)

1789 «La fama nos lo canta, / Aunque la embidia manifieste duelo / Que el invencible Vizcaino suelo. / No fue pisado de enemiga planta. / Dominar a Cantabria no han podido / Los soberbios Romanos, / Cuando de todo el Orbe conocido, / Iban a titularse Soberanos. / Pero ¡cuando un Estado se avasalla / Si es cada natural una muralla! / ¡Madre Patria! este día / Con tus votos los nuestros reunamos, / Y con ruegos solicitos pidamos / Al Supremo Hacedor que nos envía / Tan excelso, tan ínclito Monarca: / Que su clemencia guarde / Persona tan querida, y de la parca / Por dilatados siglos se retarde / Contra su sacra vida la guadaña / Porque lo mismo pide toda España.» (José Agustín Ibáñez de la Rentería [1751-1826], “Oda en alabanza de la noble juventud bilbaina”, Memorial literario, instructivo y curioso de la corte de Madrid, Imprenta Real, Madrid diciembre de 1789, tomo XVIII, págs. 636-637.)

1790 «Díjose por cosa cierta que los Ingleses habían soplado este fuego con el fin de que el Rey Carlos precisado a atender a los negocios del África, no tuviese lugar para volverse a los de la América, ni diese auxilio a las Colonias Británicas de aquella parte Septentrional del nuevo mundo, que habían tomado las armas para sustraerse del yugo de su Madre patria.» (Vida de Carlos III de Borbón, rey católico de España y de las Indias, escrita en lengua italiana por el Abate Francisco Beccatini [1743-1813], y traducida al castellano, Madrid MDCCXC, tomo II, pág. 90.)

1792 «Se refirió a las palabras y, podría decir, profecía del comerciante famoso y ciudadano ilustre Sir Josiah Child, cuando en sus escritos acerca de las nuevas Colonias de la Inglaterra expresaba:“Nada hay más perjudicial y en sus consecuencias más dañoso a la madre Patria que el aumento de navíos y de la construccion en sus Colonias.” Esto lo habia experimentado la Inglaterra, pues podía cerciorarse que el vasto aumento de la construcción en aquellas Provincias había sido una de las causas que más contribuyó a su rebelión, habiendo sido antes los Américanos, no solamente los constructores del crecido número de navíos que emplearon en su navegación y comercio que se hicieron tambien peculiar, sino los competidores de los mismos Británicos en la construccion de los bastimentos que necesitaba la Gran Bretaña para su propio comercio.» (Juan Bautista de Virio [1753-1837], Coleccion alfabética de los aranceles de la Gran Bretaña, Madrid MDCCLXXXXII, tomo III, pág. 217, nota.)

1793 «Almas viles, para las cuales el espíritu nacional, y el amor de la Patria, y de la felicidad común del cuerpo, cuyos miembros son, y al mismo tiempo enemigos suyos capitales, son voces vagas que nada significan: hijos bastardos de su madre Patria, que amigos solamente de sí mismos, le despedazan sus entrañas, como otros tantos vivoreznos, y que vendidos a su propio interés, procuran con sus perversas sugestiones, que prosiga en su descuido o letargo, para esclavizarla con el injusto comercio que hacen, chupándole su poca sangre con la ganancia del cuarenta o cincuenta por ciento, sin más fatiga, ni ciencia que la de proveerse de géneros extranjeros como fácilmente pueden, y venderlos despues repantigados en sus tiendas al precio que les dicta su vil codicia.» (Miguel Dámaso López Generes S. I. [1733-1801], Reflexiones políticas y economicas sobre la poblacion, agricultura, artes, fábricas y comercio del Reino de Aragón, Madrid 1793, pág. 186.)

1798 «Almanzor. ¿Así un héroe se aflige? ¿Así lloroso / A un sentimiento femenil se entrega / Quien se arrojó con ánimo esforzado / A millares de muertes en la guerra? / […] / Y magnanimidad invulnerables / En que dan las desgracias, y se estrellan / Al punto has de partir, y ¡oh si Granada / No llamára mi brazo en su defensa! / Yo volaría de mi amigo al lado; / Pero la madre patria es la primera.» (Nicasio Álvarez de Cienfuegos [1764-1809], Poesías, Imprenta Real, Madrid 1798, tomo 1, página 285: Zorayda, tragedia: Acto Tercero, Escena I.)

1801 «Quando las causas conocidas de un mal qualquiera se empeoran sin relaxacion, seria una locura esperar de ellas el bien. Ya hemos visto la ingratitud, la injusticia y la tirania, con que el gobierno español nos acaba desde la fundacion de nuestras colonias, esto es quando estaba el mismo mui lexos del poder absoluto y arbitrario à que ha llegado despues. Al presente que no conoce otras reglas que su voluntad, y que está habituado à considerar nuestra propiedad como un bien que le pertenece, todo su estudio consiste en aumentarle con detrimento nuestro, coloreando siempre, con el nombre de utilidad de la madre patria, el infame sacrificio de nuestros derechos, y de nuestros mas preciosos intereses: Esta logica es de los salteadores de caminos, que justifica la usurpacion de los bienes agenos, con la utilidad que de ella resulta al usurpador.» (Francisco de Miranda, Traducción de la carta a los españoles americanos, de Juan Pablo Viscardo, Londres 1801. Apud corde.)

1810 «Ordenan así mismo las Cortes que desde el momento en que los países de ultramar, en donde se hayan manifestado conmociones, hagan el debido reconocimiento a la legítima autoridad soberana que se halla establecida en la madre patria, haya general olvido de cuanto hubiese ocurrido inmediatamente en ellas, dejando sin embargo a salvo el derecho de tercero.» (Decreto del Consejo de Regencia, Real Isla de León, 15 de octubre de 1820, apud Modesto Lafuente, Historia General de España, tomo 24, página 445, nota.)

«Por otra parte es innegable que habiendo variado tanto el sistema de las Américas e incrementádose sus consumos y sus producciones naturales, parece que exige su comercio un nuevo arreglo. Las leyes de Indias fueron dictadas en el principio de su giro y bajo ciertas restricciones, plan de navegación y formalidades que el orden sucesivo de los tiempos ha variado haciendo aquéllas inútiles; pero ésta es obra de mucha consideración y de que es inoportuno tratar ahora cuando la principal mira del gobierno soberano y asamblea nacional tiene puesta toda su atención en la salvación de la madre patria, como que de ella depende la regeneración y la felicidad de toda la monarquía; la que con el favor de Dios conseguiremos por el valor y constancia de nuestros invictos campeones. México, 24 de diciembre de 1810. José María Quirós.» (José María Quirós, “Memoria sobre la alteración que experimentó el comercio de Indias en el anterior reinado”, Méjico 1810, apud corde.)

«El europeo y el americano que no miran en las demás colonias su establecimiento sino como una mansión pasajera y como un medio de volver ricos a la madre patria gozan, al abrigo de nuestras leyes, todo cuanto puede hacer apreciable al hombre el suelo que pisa.» «Bien es verdad que el espíritu político de la España contribuía poco a favorecer los países que no poseían metales o aquellos frutos preciosos que llamaron la atención de la Europa en los primeros tiempos del descubrimiento de la América; y Venezuela con sólo su cacao debía figurar poco en el sistema mercantil del Nuevo Mundo: Méjico y el Perú ocupaban toda la atención del Gobierno y atraían todas las producciones de la industria española; de suerte que Venezuela apenas podía decir que estaba en relación con la madre patria.» «Los conquistadores y los conquistados, reunidos por una lengua y una religión en una sola familia, vieron prosperar el sudor común con que regaban en beneficio de la madre patria una tierra tiranizada hasta entonces por el monopolio de la Holanda.» «No sólo la madre patria vio con placer fomentarse esta interesante porción de sus dominios, sino que hasta las naciones extranjeras gozaron legalmente de las ventajas de la libertad mercantil de Venezuela, sin que ella tuviese que sufrir los gravámenes del monopolio clandestino en que la tuvo la Holanda en los primeros tiempos de su establecimiento.» (Andrés Bello, Resumen de la historia de Venezuela, apud corde.)

1812 «Las escandalosas dilaciones que se advierten en causas originadas o ventiladas en los diferentes juzgados o tribunales de aquellas provincias con motivo de las apelaciones y recursos interpuestos ante los supremos consejos de la Corte, las intolerables vejaciones, los crecidos gastos y otros innumerables perjuicios que experimentan los naturales y habitantes de aquellas importantes provincias preciso es que tengan ya término. La igualdad de derechos, la de protección y de mejoras decretada por el Congreso deben ya realizarse, y la administración de justicia, fundada en los filosóficos y liberales principios consignados por V. M. en todos los decretos que tienen por objeto la felicidad de aquellos preciosos países, comenzará desde luego a restañar las heridas que el rechazo de la revolución de la madre patria, unido al desorden y arbitrariedad del anterior Gobierno, desgraciadamente han abierto en algunas provincias de la España de ultramar.» (Agustín de Argüelles, Discurso preliminar a la Constitución, 1812, apud corde.)

«Sesión del 3 de julio de 1812. […] El alcalde ordinario de primer voto, don Juan Alejo Martínez de Pinillos 100 pesos “además de estar contribuyendo anualmente y con anticipación con la cantidad necesaria para mantener un hombre en la actual guerra en la Madre Patria con 365 pesetas de a cinco reales de vellón, durante la guerra con el pérfido tirano Napoleón”.» (Ciudad de Trujillo, Anales de Cabildo, del 17 de Abril de 1812 al 20 de Mayo de 1814, extracto de los libros de actas del Archivo Municipal por Alberto Larco Herrera, Trujillo-Perú 1907, pág. 5 de ese cuaderno.)

1821 «Si hoy podemos a merced de ajustes amistosos estipular condiciones ventajosas para la España, y para los Españoles: si hoy logramos el que la familia Real de España venga a ser Soberana de América, y por este medio se estrechen más los vínculos y se proporcionen sólidas ventajas a la Madre Patria; si hoy se deja en su natural libertad al ciudadano que quiera llevar su persona, familia y bienes a otros países; si hoy se hacen otras propuestas útiles, el día que sucumbamos a la fuerza quizá cambiará todo de aspecto, y solo las pasiones y el espíritu de venganza se harán escuchar dictando condiciones crueles, y ruinosas; si hoy en fin, nuestro valeroso Ejército puede conservar intacto su honor, que ama más que su vida, mediante condiciones decorosas, entonces quedará lo que de él reste a merced de un vencedor airado que ha de querer vengar y resarcir sus pérdidas.» «Por lo mismo que tenemos unos Militares de tanto honor y de valor tan decidido, deben sernos sus vidas muy preciosas, no permita que se sacrifiquen sin fruto, y procurar conservarlos a toda costa para que ellos nos defiendan de los enemigos exteriores que quizá pudieran intentar invadir nuestras Provincias en lo sucesivo y sostengan tan puro y sin mancilla, como hasta aquí el honor de la Madre patria y el de esta naciente América que quiere tenerlos por hijos y por hijos predilectos.» (“Representación del Excelentísimo Ayuntamiento de Méjico al comandante accidental de armas de la misma ciudad, mariscal de campo don Francisco Novella”, Puebla, 20 de Septiembre de 1821, Imprenta del Gobierno Imperial.)

gbs