Filosofía en español 
Filosofía en español


Abril 1963


Creemos dar una buena noticia anunciando el Premio Cuadernos para el mejor libro en prosa que se publique cada año por un escritor latinoamericano de habla española. Puede ser una novela, una obra de historia, un ensayo. En todo caso, susceptible de ser traducido a los idiomas europeos. El libro vencedor de 1962 será anunciado en los primeros seis meses de este año. Lo propio se hará en los años sucesivos.

Consiste el premio en la suma de dos mil dólares que se entregarán en París al autor de la obra premiada, y en su traducción al francés, al inglés, al alemán y al italiano. Cuadernos representará al autor ante los editores de estos idiomas y gestionará las traducciones a otras lenguas. Los derechos de autor irán íntegramente al vencedor. Cuadernos ofrece esta difusión de acuerdo con cuatro grandes casas editoriales que han aceptado y secundan esta iniciativa.

Para hacer la selección del libro del año, Cuadernos ha solicitado de las casas editoriales latinoamericanas, de los directores de revistas literarias, de críticos y escritores, su concepto sobre las obras que puedan ser objeto del premio. Toda sugestión que se haga será bien recibida. La selección final la hará un jurado que integran en París los representantes de las casas editoriales.

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Iniciamos hoy los Diálogos de Cuadernos. La revista se propone, y lo ha hecho ya, solicitar de las personas de mayor autoridad, comentarios o respuestas a los artículos que en ella se publiquen sobre los temas que preocupan hoy a la América Latina. No queremos que sea Cuadernos una colección de monólogos, sino una mesa redonda. La carta de Daniel Cossío Villegas sobre la Unesco, escrita en torno al artículo de Mariano Picón-Salas publicado en el número de marzo, abre esta sección de la revista y, con ella, el debate sobre el futuro de la Unesco.

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Dos figuras sobresalientes de la nueva generación, Carlos Alberto Floria, argentino, y Salvador Cruz, mexicano, recibieron en el anfiteatro de la Sorbona el Premio Cuadernos otorgado al mejor ensayo en el concurso que se abrió el año pasado. Quiso la suerte que los vencedores representaran a las dos grandes repúblicas de los dos extremos del continente. Hoy publicamos unas pocas páginas tomadas de los ensayos premiados, que aparecerán íntegros en un próximo suplemento de la revista.

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Hemos celebrado en París, con Juan Bosch, su elección. El Presidente que por primera vez elige el pueblo dominicano, en violento contraste con el pintoresco «generalísimo» Trujillo, es un hombre de letras, que como tal ocupa puesto de primera fila en nuestra América. En Londres, robándole un tiempo difícil a sus visitas, Bosch ha escrito para Cuadernos el mensaje que ofrecemos a nuestros lectores.

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Iniciamos en Cuadernos, con ocasión del centenario de Los Miserables, las jornadas de Víctor Hugo en América. A la estampa que ha escrito para este número Raúl Andrade sobre Víctor Hugo en el Ecuador, seguirán unas cuantas que cubran el mapa víctorhuguesco de América.

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Fugazmente pasó por París Jorge Luis Borges, del Consejo de Honor de Cuadernos. Son raros los escritores de América que gozan hoy del prestigio suyo en Europa. Sus libros no sólo están traducidos a casi todas las lenguas occidentales, sino que han sido objeto de premios como el de Formentor. La crítica europea se ocupa con frecuencia, y con elogio, en su obra, tan fina, tan inteligente, tan múltiple. Como conferenciante se le ha aplaudido en Estados Unidos, en España, en Inglaterra. A tiempo de escribir estas líneas, que son un saludo de bienvenida y despedida, está hablando en Escocia, y nos llama por teléfono de Milán el director de la Editorial Rizzoli reclamándonos le comprometamos a ir a Italia. Pero lo que tienta hoy a Borges es América Latina, por donde quiere viajar extensamente. E intensamente, como él sabe hacerlo.