Filosofía en español 
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Discurso en Orense


5 de septiembre de 1930a
Galicia (Orense), 6 de septiembre de 1930

 
[ 86a ]
 

Los actos de Unión Monárquica

El conde de Guadalhorce, Calvo Sotelo y Primo de Rivera dieron ayer en nuestra ciudad la nota de patriotismo y ciudadanía

[…]

Primo de Rivera

Yo tuve un compañero en la Universidad que era enemigo declarado de la pena de muerte, y decía él decretaría el fusilamiento de los partidarios de la pena de muerteb. (Risas y aplausos.)

Así ocurre con los liberales españoles, y así ocurre con esa prensa que se llama liberal; aman mucho a [sic] la libertad, pero no quieren consentir que los elementos de Unión Monárquica tengan libertad para hablar y para defenderse.

Recuerda que en los Gobiernos ha habido muchos hombres, hijos de Galicia, que no se acordaban de que eran gallegos más que al aproximarse las elecciones.

Combate el caciquismo y dice que, al marchar de Galicia, puede decir como decía su padre cuando la visitó: Me voy de Galicia, pero en ella queda una parte de lo mejor y de lo más vivo de mi alma. (Clamorosa ovación y encendidos vivas al salvador de España).

[…]

⎯⎯⎯⎯⎯⎯

Textos inéditos y epìstolario.
Madrid : Ediciones del Movimiento, 1956, p. 46c

 
[ 86b ]
 

«Cuando hace ya algunos años era yo alumno de la Universidad de Madrid, había un muchacho muy ardoroso que era enemigo declarado de la pena de muerte, la que decía era un crimen, y, por serlo, no debía jamás llevarse a la práctica. Este joven, en su afán de atacar a esa pena, decía frecuentemente que los partidarios de ella debía ser fusilados.» (Risas y aplausos.)

Así ocurre con los liberales españoles, y así ocurre con esa prensa que se llama liberal; aman mucho la libertad, pero no quieren consentir que los elementos de la Unión Monárquica tengan libertad para hablar y para defenderse.

«Yo os digo que tenemos un perfectísimo derecho a exponer nuestras ideas. Por eso tengo que dolerme del procedimiento que emplean los llamados liberales, que en cuanto salen de Madrid a exponer sus ideas otros señores que figuran en un campo completamente opuesto, ya están pidiendo que se les tape la boca.»

Habló del caciquismo en Galicia, y citó a los señores de horca y cuchillo que podían robar los votos y asesinar impunemente en los caminos en nombre de derechos cuya sola invocación en sus labios suena a escarnio.

Dijo que en cuanto han salido de Madrid para propagar sus ideas el conde de Guadalhorce y Calvo Sotelo se han revuelto indignados los elementos liberales contra ellos. Por lo visto, para esos hombres, no se ha escrito ningún derecho, ni se ha ganado libertad alguna.

«Los liberales sólo se acordaban de vosotros cuando llegaba la hora de solicitar el voto. Vosotros tuvisteis, en Gobiernos distintos, muchos ministros gallegos; pero puede afirmarse que sólo se acordaban de que eran hijos de Galicia cuando se aproximaban las elecciones.»

«Y no digo más. Solamente, que llevo de Galicia la mayor de mis gratitudes. Ella se quedará detrás de mí cuando pase estos contornos. Pero al igual que cuando vino a visitarla mi padre, aquí se queda una gran parte de lo más intenso y de lo más vivo de mi alma.»

La ovación que premió las palabras de José Antonio fue clamorosísima y prolongada.


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a  Banquete celebrado en el Teatro Losada, interviniendo el general Casar y los señores Salgado Biempica, Rodríguez de Vicente, José Meirás y Medina Togores, además del propio José Antonio, José Calvo Sotelo y el conde de Guadalhorce.

b  El anterior recopilador redactó este párrafo así: «Cuando hace algunos años era yo alumno de la Universidad de Madrid, había un muchacho muy ardoroso que era enemigo declarado de la pena de muerte, la que decía era un crimen, y, por serlo, no debía jamás llevarse a la práctica. Este joven, en su afán de atacar a esa pena, decía frecuentemente que los partidarios de ella debían ser fusilados.»

c  Al parecer, reproduce lo publicado en La Región (Orense), 20 de noviembre de 1938.