Filosofía en español 
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Colegio Máximo de San Francisco de Borja

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Colegio Máximo de San Francisco de Borja

La República burguesa dotó a España, en diciembre de 1931, de una nueva Constitución y, para cumplir su artículo 26, el presidente Niceto Alcalá Zamora hubo de firmar la extinción en España de la compañía de Jesús, el 23 de enero de 1932, siendo ocupados sus bienes y teniendo los soldados jesuitas que abandonar oficialmente las instituciones que venían impulsando, aunque pudieran mantenerse activos, en precario, como civiles. Después de la Guerra Civil y con el refuerzo de los nuevos vientos de Guerra Fría, secuela de la Segunda Guerra Mundial, procedía abordar ambiciosos proyectos refundantes, como el nuevo edificio de los jesuitas en San Cucufate del Vallés, tranquilo municipio, entonces de 6.000 habitantes, cercano a Barcelona. Iniciado en junio de 1947 fue habitado ya en el verano de 1949, por traslado de parte de los servicios que venía prestando desde 1915 el Colegio Máximo de San Ignacio, en Sarriá, su biblioteca, &c. El “Discurso inaugural del curso 1949-1950 en las Facultades de Teología y Filosofía del Colegio Máximo de la Provincia Tarraconense, en su traslado del Colegio de San Ignacio de Sarriá a su nueva sede de San Cugat, el Colegio Máximo de San Francisco de Borja”, fue pronunciado por Fernando María Palmés Vilella S. I., La personalidad. Carácter (Colegio Máximo de San Cugat, Barcelona 1949, 30 páginas).

Cinco profesores jesuitas del nuevo Colegio Máximo de San Francisco de Borja conforman ya en 1950 el cuerpo homogéneo principal de los ocho revisores de la magna Enciclopedia de la Religión Católica (Barcelona 1950-1956, 7 tomos), dirigida por dos activistas catalanistas secesionistas, que procuran pasar desapercibidos encubriéndose tras discretas iniciales: “R. D. Ferreres” y “J. S. Janer”.

En la enfermería del Colegio Máximo de San Francisco de Borja ya murieron Ramón Orlandis S. I. (1873-1958), el impulsor de Cristiandad, o, cinco años después, Fernando María Palmés Vilella S. I. (1879-1963), autor, en el primer tomo de la Biblioteca las Sectas (1932), del artículo dedicado al “Espiritismo”, cofundador en 1945 de la revista Pensamiento, cuyo consejo de redacción presidió hasta 1950.

En el Colegio Máximo de San Francisco de Borja recibió formación, por ejemplo, Ramón Valls Plana, y se licenciaron en Teología, siendo ya catedráticos de Filosofía en la Universidad de Barcelona, tanto José Ignacio Alcorta Echevarría como Francisco Canals Vidal. Ahí se fundó en 1975 el Instituto Borja de Bioética, &c.

1947 «Bendición de la primera piedra del nuevo Colegio Máximo de San Ignacio. San Cugat, 1. Hoy, a las siete de la tarde, el Obispo de la Diócesis, doctor don Gregorio Modrego, procedió a la bendición de la primera piedra de la capilla del nuevo colegio Máximo de San Ignacio, que los PP. Jesuitas construirán en San Cugat del Vallés, en el lugar denominado Torreblanca. En dicho Colegio quedarán instaladas las facultades de Filosofía y Teología de la Provincia de Aragón, de la Compañía de Jesús, y en ellas han de formarse los jóvenes jesuitas, futuros apóstoles de Cataluña, Baleares, Aragón y Valencia, y de los que han de partir para la ardua labor de las misiones de Bombay y Ahmedabad. Entre los asistentes al acto figuraban el Presidente de la Diputación, don Antonio M.ª Llopis, con el Ponente de Gobernación, señor Manich; los Tenientes de Alcalde señores Ribas Seva y Carreras Artau, que ostentaban la representación de la Corporación municipal; el General de Ingenieros, señor Férrer, en representación del Capitán General de la región; el Rector de la Universidad, señor Luño Peña; el Concejal señor Orovio; la Corporación municipal, en pleno, de San Cugat del Vallés; el Alcalde de Sabadell, señor Marcet; el Jefe de las Milicias Universitarias, Coronel Mut; el reverendo P. Cándido Marón, Provincial de la Compañía de Jesús, el Rector del Colegio Máximo de San Ignacio, de Sarriá, reverendo P. Antonio Abad; los Padres Rectores de casi todos los Colegios de la Provincia de Aragón; el Consiliario de la Junta Diocesana de A. C., canónigo Vilaseca; el Presidente de la Junta Diocesana de Acción Católica, señor Udina: el Presidente de la Obra de Ejercicios Parroquiales, señor Vidal Bosch, y otras muchas personalidades. Fueron padrinos de la bendición don Juan N. García Nieto y su señora hermana, María. Bendijo la primera piedra de la capilla el Prelado, doctor Modrego, asistido por varios Padres de la Compañía de Jesús. La ceremonia se celebró con toda solemnidad, y en ella tomó parte, también, la escolanía de la Iglesia del Sagrado Corazón. Terminada la bendición y colocación, con la firma, por parte de las autoridades, del correspondiente pergamino, el P. Mazón pronunció unas palabras alusivas al acto, en las que puso de relieve el significado del edificio que iba a construirse, el cual –añadió– será plantel de apóstoles, educadores de almas entregadas a la perfección. Después de señalar la coincidencia de que el colegio sea levantado entre el Sagrado Corazón, del Tibidabo, y el Monasterio de la Virgen de Montserrat, terminó haciendo un llamamiento a la generosidad de cuantos puedan contribuir al levantamiento del colegio, dando también las gracias a los asistentes. A continuación, el doctor Modrego pronunció un magnífico y emotivo discurso, diciendo que, como Prelado, recibía con gran alegría el ofrecimiento del nuevo Colegio, hecho por el Padre Provincial, confiando que en lo porvenir, dicha institución docente irradiaría un gran bien apostólico, tanto para San Cugat, como para los pueblos vecinos. El doctor Modrego finalizó su discurso diciendo que cuando, dentro de unos días, vaya a postrarse, en Roma, a los pies de S. S. Pío XII, entre las cosas de que le dará respetuosa cuenta, figurará la magna obra que va a principiarse en San Cugat del Vallés.» (Hoja del Lunes, Barcelona, 2 de junio de 1947, pág. 2.)

1949 «Bendición del Colegio Máximo de San Francisco de Borja, en San Cugat del Vallés. San Cugat, 9. Esta tarde ha sido solemnemente bendecido e inaugurado el nuevo Colegio Máximo de San Francisco de Borja, levantado por la Provincia Tarraconense de la ínclita Compañía de Jesús, en uno de los más bellos parajes de esta localidad, a la sombra del milenario monasterio. El magnífico edificio –que ocupa una superficie de más de 100.000 palmos cuadrados– ha sido construido en el plazo de dos años; fue en la festividad de la Santísima Trinidad del año 1947, que el Prelado bendijo la primera piedra, en los terrenos de la finca denominada “Torre Blanca”. Conserva las líneas clásicas y tradicionales de los edificios de estructura religiosa, dentro de un modernismo de técnica y de cosa “práctica” esencialmente catalana. Su grandiosa fachada principal tiene una altura de 130 metros, por 70 las laterales, y consta de sótanos, planta, tres pisos y un edificio adjunto, destinado al servicio de cocinas y despensas. Un vestíbulo y la sala de visitas, en la planta baja, dividen el cuerpo de edificio destinado a los estudios de Filosofía y Teología, por cuanto dicho Colegio Máximo está destinado a las futuras legiones de jesuitas de nuestra Provincia Tarraconense y a las Misiones a ella encomendadas. En el centro de la citada planta se abre la sobria capilla de estilo románico. Consta también de biblioteca con capacidad para medio millón de volúmenes, sala de lectura, un vasto claustro para cada cuerpo de edificio, sala de actos para albergar cómodamente a unas seiscientas personas, aulas amplias y ventiladas, campos de “tenis” y “básquet”, de paseo y reposo, enfermería con su respectiva capilla, &c. Tal es, en síntesis, la magna obra felizmente realizada por la Compañía de Jesús, según los planos y dirección del arquitecto don Santiago Balcells Gorina. La ceremonia fu presidida por el excelentísimo y reverendísimo doctor don Gregorio Modrego, Obispo de la Diócesis, actuando de padrinos de la misma los hermanos don Juan N. García Nieto y doña María García Nieto Blanco. […]» (Hoja del Lunes, Barcelona, 10 de octubre de 1949, pág. 2.)

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