Labor silenciosa y eficaz del Dr. Carlos de Estrada, embajador argentino ante la Santa Sede
Dr. Carlos de Estrada
Mientras en la Argentina se realizaban los preparativos del XXXII Congreso Eucarístico Internacional, una tarea silenciosa pero intensa y eficaz se desarrollaba en el Vaticano para dar al acontecimiento las mayores proyecciones. Desenvolvía esa labor el doctor Carlos de Estrada, embajador de nuestro país ante la Santa Sede. Larga crónica necesitaríamos para relatar los éxitos obtenidos en esas gestiones, a las que daban aliento las particulares deferencias dispensadas por Su Santidad Pío XI al doctor Estrada, pero su recatada actividad nos veda entrar en detalles sobre la materia. Bastará recordar que por primera vez en la historia de los Congresos Eucarísticos Internacionales, el propio Cardenal Secretario de Estado fue designado para representar al Sumo Pontífice; prueba singular que puso en evidencia el valimiento de nuestro representante diplomático.
Los que hemos constituido la Editorial Álbum del XXXII Congreso Eucarístico Internacional, debemos al Dr. Estrada el envío de una particular bendición de Su Santidad a nuestra obra y a cuantos en ella hemos colaborado, y un autógrafo del cardenal Pacelli, sirviéndonos de estímulo para proseguirla con fervor y que obliga nuestra más duradera gratitud, de la que nos place dejar constancia.