Exmo. Señor Santiago L. Copello, primer cardenal argentino
El Cardenal Salotti lee la fórmula del juramento que van a prestar los nuevos Cardenales
Viejo anhelo del catolicismo argentino era el de contar con un representante en el Sacro Colegio de Cardenales. Su Santidad Pío XI, accediendo benignamente a esos deseos y queriendo posiblemente premiar la fe y devoción puestas de manifiesto por nuestra patria durante la celebración del XXXII Congreso Eucarístico Internacional, resolvió investir de tan alta dignidad a Monseñor Santiago Luis Copello, Arzobispo de Buenos Aires.
La noticia fue recibida jubilosamente, y aunque desde fecha anterior se columbraba ese propósito de la Santa Sede, el anuncio de la promoción causó intensa alegría en todo el país.
Su Santidad Pío XI impone el capelo al Cardenal Copello, en el solemne consistorio público del día 19 de diciembre de 1935
Algunos datos biográficos
Nació Monseñor Santiago Luis Copello en la Ciudad de San Isidro, Provincia de Buenos Aires, el 7 de Enero de 1880. Estudió su bachillerato en el Colegio San José de esta Capital, ingresando luego en el Seminario Conciliar de la arquidiócesis bonaerense, pasando de allí, por disposición del Arzobispo, Monseñor Castellanos, a proseguir sus estudios en el Colegio Pío Latino Americano de Roma. Se graduó de doctor en filosofía en la Universidad Gregoriana en 1899, ordenándose de sacerdote en 28 de Octubre de 1902 y doctorándose en teología al año siguiente.
Terminada así brillantemente su carrera regresó a la Argentina, siendo designado de inmediato teniente-cura de la Iglesia de San Ponciano, en la Ciudad de La Plata. Fue nombrado después notario mayor eclesiástico y secretario del Obispado.
En 1918, el Sumo Pontífice lo nombró obispo de Aulon, “in partibus”, desempeñando el cargo de Obispo Auxiliar de La Plata.
Dirigió durante dos lustros la revista oficial de la Diócesis; presidió y fundó diversas asociaciones católicas de La Plata, como presidente de la Comisión designada al efecto por Monseñor Alberti.
En 1927, el P. E. Nacional lo nombró Vicario General del Ejército. En 1928, ocupó el cargo de Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Buenos Aires, reemplazando al Arzobispo, Monseñor Bottaro, en sus tareas, durante la larga enfermedad que aquejó a este prelado. El 26 de Octubre de 1932, la Santa Sede le acordó la investidura canónica de Arzobispo de Buenos Aires.
Diez y seis nuevos cardenales, reunidos en la Capilla Matilde, esperan al Papa, que ha de imponerles el solideo y el birrete rojos. De izquierda a derecha: Isidro Goma y Tomás, arzobispo de Toledo; Santiago Copello, arzobispo de Buenos Aires; Carlos Kaspar, arzobispo de Praga; Emmanuel Celestino Suhard, arzobispo de Reims; Enrique María Alfredo Baudrillart, arzobispo titular de Melitene; Carlos Cremonesi, arzobispo titular de Nicomedia; Ignacio Gabriel Tappouni, patriarca de Antioquía; Carlos Salotti, arzobispo titular de Filipopolis de Tracia; Camilo Caccia Dominioni, Nicolás Canali, Domingo Yorio, Vicente La Puma, Federico Cattani Amadori, Massimo Massimi, Domingo Mariani y Pedro Boetto, de la Compañía de Jesús.
En el Consistorio celebrado el 16 de Diciembre de 1935 en Roma, fue elevado al rango de Cardenal.