Punto primero · Del Sacrificio en común
P. ¿Qué es Sacrificio en común? R. Que es: Oblatio Deo facta in signum supremi dominii per immutationem alicuus rei ex legitima institutione. Se pone oblatio en lugar de género; porque en serlo conviene el sacrificio con la oblación de las primicias, y con otras oblaciones que no lo son. Facta Deo; porque solo a Dios, y no a los Santos se ofrece el Sacrificio. In signum supremi dominii, esto es; protestando que Dios es Criador, conservador, principio y fin de todas las cosas. Per immutationem alicuius rei; porque para sacrificio se requiere precisamente, que la cosa deje de ser, o que se inmute. Ex legitima institutione, esto es, por ministro público deputado para ofrecerlo. Este era el Sacerdote en la ley antigua, como también lo es en la de gracia. Por esta causa fue castigado el Rey Ozias, cuando sin ser Sacerdote se atrevió a querer sacrificar al Señor. 2. Paralip. cap. 26.
P. ¿De cuántas maneras es el Sacrificio? R. Que lo primero, atento su origen, se divide en sacrificio de la ley natural, escrita, y de gracia. Lo segundo en la ley escrita fue el Sacrificio de muchas maneras; pues se diferenciaba por razón de la materia, de la forma, y del fin. Por razón de la materia se llamaba hostia, el que se ofrecía por las victorias conseguidas de los enemigos, y en que se ofrecía algún animal. Llamábase así ab hostibus devictis; y por eso también se le daba el nombre de víctima. Otros sacrificios en que se ofrecían las cosas sólidas inanimadas, como el pan, trigo, sal, incienso, o cosa semejante se llamaban inmolaciones. Si la oblación era de cosa líquida, como de vino, aceite, sangre, o agua, se llamaba libamen.
Por razón de la forma se dividió lo tercero el sacrificio en holocausto, hostia pro peccato, y hostia pacífica. El holocausto se ofrecía en señal del supremo dominio y excelencia del Criador, y por este motivo se quemaba todo con el fuego, a distinción de la hostia pacífica, que se ofrecía por los beneficios recibidos y para recibir otros de nuevo, y parte se quemaba, y parte se comía por los Sacerdotes y oferentes; y de la hostia pro peccato, que se ofrecía para expiación de las culpas cometidas, y parte se consumía, y parte se comía por los Sacerdotes en el atrio del templo. De aquí dimanó aquel proloquio: Sacerdotes peccata populi comedere.
Por razón del fin se divide el sacrificio en latreutico, esto es; oferible en honor de Dios, como supremo Señor de todas las cosas; en Eucarístico o de acción de gracias por todos los beneficios recibidos: en satisfactorio por las penas de los pecados: en impetratorio para obtener beneficios espirituales y temporales; y en propiciatorio para aplacar a Dios; y finalmente en expiatorio para la remisión de las culpas veniales en el hombre justo.
[ Compendio moral salmaticense · Pamplona 1805, tomo 2, páginas 59-61 ]