Pedro Pablo Rodríguez
La idea de liberación nacional en José Martí
Pensamiento Crítico, La Habana, febrero-marzo 1971, número 49-50, páginas 120-170.
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Introducción
José Martí ha sido tema obligado para gran parte de los escritores cubanos: fijar un criterio en torno a su figura ha sido casi siempre una profesión de fe intelectual y, también, algo más.
Tanto en las ocasiones en que ha sido considerado un caso literario –la mayoría– como en las que se le ha visto como político, se ha hecho algo más que sentar cátedra de intelectual. Martí ha cobrado relevancia en nuestra historia cultural en la medida en que se ha explicitado su significado político por circunstancias y coyunturas decisivas de la vida nacional. Esta estrecha relación entre política y cultura ante su personalidad es lo que ha hecho de su estudio una definición necesaria sobre la realidad inmediata a los autores.
La bibliografía sobre Martí en los años inmediatamente posteriores a su muerte y en las tres primeras décadas de la república parece ser escasa y deficiente si la comparamos con el alud de publicaciones después de 1930. Algunas causas de este «desconocimiento» de Martí han sido aducidas: Martí fue un líder político de la emigración y murió antes de poder convertirse en un líder nocional; Martí fue un independentista más que hizo resurgir las cenizas del 68; Martí fue un hombre «bueno», más que un político, un moralista consumado. La seriedad de las respuestas va decayendo en la medida en que alargamos la lista, al tiempo que cada vez más se aleja la imagen de José Martí como político, sin que se le considere siquiera como revolucionario, quedando sólo lo impresión de un separatista contra España más o menos destacado y de un escritor descollante.