Documentos
El colonialismo portugués en la era del imperialismo
Pensamiento Crítico, La Habana, mayo 1971, número 52, páginas 158-176.
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(Extractos de un documento de discusión de la preconferencia y declaración de la Conferencia internacional de solidaridad con los pueblos de las colonias portuguesas, celebrado en Roma.)
Documento para discusión
Portugal, la menos adelantada de las potencias imperialistas, ha mantenido el dominio sobre sus colonias en África –Angola, Guinea “portuguesa” y Mozambique– más tiempo y más desesperadamente que ninguna otra. En el proceso, su papel subordinado en el sistema mundial imperialista ha ido siendo cada vez menos importante: la última de las potencias coloniales es ahora poco más que una neocolonia ella mismo. Presionada desde arriba y desde abajo –por los negocios internacionales e intereses políticos, desde afuera; por la clase obrera y campesina, desde adentro; y por la creciente fuerza de los movimientos de liberación en los territorios de ultramar– la clase dominante portuguesa enfrenta ahora el problema de que le queda poco tiempo y poco espacio.
La complejidad del capital internacional ha dotado a los movimientos nacionales de liberación de los territorios de ultramar de una significación global, trasformando las guerras locales de liberación en elementos integrales de la lucha antimperialista. Han avanzado además más allá de las estrechas definiciones nacionalistas de los primeros movimientos anticoloniales en África, y esto plantea importantes cuestiones para la organización de movimientos de apoyo en las metrópolis imperiales.
Contradicciones dentro del bloque reaccionario
El bloque reaccionario contra el que luchan el MPLA, el PAIGC y el FRELIMO, está formado, por una porte, por importantes elementos de los negocios internacionales y por Norteamérica, Gran Bretaña y los países de la OTAN; y por otro, por el capital y el estado portugués. Está además, África del Sur, a la que le interesa exportar su apartheid a Mozambique y a Angola, para afianzar su propia posición en el norte. El estado portugués está en el momento presente en la posición anómala de ser la punta de lanza de este bloque, al mismo tiempo que es el eslabón más débil de la cadena imperialista.