Filosofía en español 
Filosofía en español

Juan Miguel Sánchez de la Campa  1820-1885

Catedrático español nacido en el seno de una familia de militares en San Fernando (Cádiz). [«La primera campana de buzos fue inventada por un español llamado Manuel Sánchez de la Campa, buzo mayor de la Real Armada, natural de Cádiz, hacia el año 1799…»] Muy interesado por la mejora de la instrucción pública en España, nos ha dejado interesantes libros injustamente hoy olvidados: La instrucción pública y la sociedad. Consideraciones acerca de la influencia de la instrucción pública en el orden social: ojeada sobre la instrucción pública en España (1854) y los dos tomos de su Historia filosófica de la instrucción pública de España, desde sus primitivos tiempos hasta el día (Burgos 1871 y 1874). Destacado liberal, obligado a enriquecerse desde sus cargos políticos para colaborar en la modernización de su patria y dar ejemplo a la emergente nueva burguesía capitalista española, adquiere al Estado una dehesa de 154 km² al norte de la provincia de Cáceres, terrenos otrora en manos de oligarcas del odioso Antiguo Régimen, para poder así crear un moderno coto de caza y pesca que pudiera servir de solaz y recreo democrático a la vanguardia progresista del pueblo constitucionalmente emancipado. El neocatólico Gumersindo Laverde le tenía por heterodoxo, y así se lo chivó en 1877 a su pupilo Marcelino Menéndez Pelayo.

Licenciado en Ciencias físico-matemáticas por la Facultad de Filosofía de la Universidad de Zaragoza, desde 1843 era profesor de matemáticas elementales en el Instituto de segunda enseñanza de Lérida, a partir del 15 de septiembre de 1846 como catedrático propietario. En Lerida, donde profesa hasta 1853, publica una patriótica denuncia “de los privilegios que disfrutan los andorranos, y de los perjuicios que irrogan al Tesoro, a la Agricultura, al Comercio y a la industria Nacional”, titulada El valle de Andorra (Lérida 1851, 60 páginas).

1837 «A la misma, una instancia de doña Luisa Pérez de la Serna, viuda de D. José Sánchez de la Campa, en que decía que no habiéndole quedado derecho a beneficios del monte, pedía a las cortes la declarasen, como lo hicieron respecto de doña María del Carmen Pazos, con opción al goce de la pension de 2400 rs. que en unión de una hermana suya gozaba antes de casarse, por muerte de su madre Doña Ana Medina, a quien se le concedió en 22 de marzo de 1807 como viuda del capitán de bombarda don Juan Pérez de la Serna.» (Diario de las Sesiones de Cortes, sesión del día 26 de junio de 1837, nº 165, pág. 295.) «La comisión de pensiones ha visto una solicitud que doña Luisa Pérez de la Serna hace a las cortes de que se la declare el derecho que tiene a la pension de 6 rs. diarios que disfrutaba su madre doña Ana Medina, concedida por los extraordinarios servicios que prestó a la nación su marido, capitán que fue de mar, cuya pension gozó en unión de otra hermana suya desde el momento en que dicha su madre pasó a segundas nupcias, perdiéndola después por haber contraido matrimonio con don José Sánchez; pero reducida al triste estado de viuda con un hijo enfermo, espera de la indulgeucia de las cortes se dignen declarar que puede entrar nuevamente en el goce de la pension indicada. La comision no puede decidir completamente este asunto, pues faltan algunos documentos necesarios para dar una resolución equitativa sobre esta solicitud, por lo que es de dictamen pase al gobierno de S. M. para que obre en conformidad del artículo segundo del decreto de las cortes de 11 de mayo último, asignaudo a doña Luisa Pérez de la Serna únicamente la mitad de la pensión que disfrutó su madre doña Ana Medina, si prueba completamente los hechos que alega en su solicitud sobre el derecho y mancomunidad con que obtuvo y disfrutó dicha pension en unión de su hermana doña Antonia Pérez de la Serna. Las cortes sin embargo resolverán lo que estimen más justo. Palacio de las mismas 8 de octubre de 1837 - Cañavate - Fontán - José Moure - Juan Bautista Osca - José Espinosa de los Monteros - Antonio Verdejo, secretario.» (Diario de las Sesiones de Cortes, sesión del día 11 de octubre de 1837, nº 263, pág. 110.) «Núm. 154. Doña Luisa Pérez de la Serna, viuda e hija del teniente de navío D. Juan Pérez de la Serna, pide al Congreso tenga a bien concederle la viudedad por entero que ha disfrutado su difunta madre Doña Ana de Medina y Moreno para poder con ella salir de la miseria y educar sus tiernos y desgraciados hijos. La comision, considerando que al Gobierno incumbe proveer esta clase de gracias, es de dictámen se remita la instancia al Sr. Ministro de Marina.» (Diario de las Sesiones de Cortes, Apéndice segundo al nº 105, 24 de marzo de 1838, en Diario de las Sesiones de Cortes. Legislatura de 1837, Madrid 1874, tomo II, pág. 1417.) «Pérez de la Serna (Doña Luisa). Solicitud, como viuda de D. José Sánchez de la Campa, pidiendo se la declare con derecho a pensión, conforme lo hicieron con Doña María del Carmen Pazos. Pasa a la respectiva comisión, 4367. Dictámen proponiendo pase al Gobierno; se aprueba, 6569.» (Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes. Principió el 17 de octubre de 1836 y terminaron el 4 de noviembre de 1837, Madrid 1877, tomo X, índice, pág. 235.)

1845 «Sociedad médica general de socorros mutuos. Nota de los individuos que solicitan ingresar en ella […] Lérida. D. Juan Miguel Sánchez de la Campa. Matemático, en Lérida, remitido en 11 de enero, recibido en secretaría general en 15 de enero.» (Boletín de Medicina, Cirugía y Farmacia, Madrid, domingo 19 de enero de 1845, pág. 24.)

«Sociedad médica general de socorros mutuos. Socios admitidos cuyas patentes se han expedido en el mes de abril […] Lérida. nº 3687, fecha 30 abril, D. Juan Miguel Sánchez de la Campa. Matemático. Lérida.» (Boletín de Medicina…, Madrid, domingo 18 de mayo de 1845, pág. 159.)

1846 «Dirección de instrucción pública. Habiéndose dignado la Reina (Q. D. G.) proveer interinamente, con arreglo a la real orden de 2 del próximo pasado junio, las cátedras que se hallaban vacantes en los institutos de segunda enseñanza, esta dirección anuncia al publico los nombres de los que han sido agraciados, a fin de que para 1.º del inmediato octubre, en que ha de principiar el venidero curso académico, se hallen en los respectivos puntos a que han sido destinados. Madrid 18 de setiembre de 1846. Antonio Gil de Zárate. […] Lérida. D. Juan Miguel Sánchez de la Campa para la de matemáticas elementales.» (El Heraldo, Madrid 22 de septiembre de 1846, pág. 3.)

1851 «Llevado de un patriótico deseo, el de ser útil a su país, ha emprendido el señor Sánchez de la Campa y llevado a cabo con éxito la tarea de examinar el origen histórico de los privilegios que disfrutan y de cuya conservación se muestran tan celosos los andorranos, su índole y la influencia que ejercen en nuestras rentas y en nuestras industrias agrícola, fabril y comercial. Para salir airoso de su empresa necesitaba el autor engolfarse en pesquisas históricas, sobre difíciles áridas, y acopiar multitud de datos oficiales, dispersos en los archivos del gobierno. No sabemos cómo ha podido hacerlo, mas es lo cierto que su infatigable actividad ha logrado superar los obstáculos, y no es ciertamente el menor mérito del opúsculo que examinamos el conjunto de curiosas noticias que encierra.» (“El valle de Andorra”, El Clamor Público, periódico del partido liberal, Madrid, viernes 1 de agosto de 1851.)

1852 «Señora: El partido liberal de Lérida llega a los de V. M. penetrado del más acerbo dolor en vista del sacrílego atentado que ha puesto en peligro la preciosa vida de una Reina, digna representante de la legitimidad y de los principios constitucionales. Señora: el partido liberal que ha defendido a V. M. contra la usurpación y que está dispuesto a hacerlo cuantas veces sea preciso, no puede menos de maldecir la mano que osó tocar a su Reina, y de anatematizar la causa inicua que armó el brazo asesino. Si el sacrificio de las vidas de todos y cada uno de los individuos que forman el partido liberal de Lérida fuese bastante para borrar de la historia la triste página del 2 de febrero de 1852, el partido liberal se sacrificaría gozoso una vez mas por V. M. y por el nombre español nunca mancillado hasta ahora. Acepte V. M. los sinceros votos de los que miran en V. M. una Reina magnánima y la madre del pueblo. ¡Pluguiese al cielo no hubiera amanecido el fatídico día 2 de febrero, que ha llenado de luto y desconsuelo los pechos españoles! Lérida 6 de febrero de 1852. Señora: A. L. R. P. de V. M. Juan Miguel Sánchez de la Campa, Ramón Castejón, Miguel Ferrer, Manuel Fuster Arnaldo, Ramon Porgued, Manuel Fuster Vaquer, Pablo Duran, Jaime Nadal, Camilo Boix, Martin Castelles, Ramón Mazorra, Salvador Fuster, José Morera, Antonio Purroy, Ignacio Sol, Jaime Salazar, Juan B. Romeu, Antonio Hepachs, José Prim, Ramon Queral, José Fabregat, Gaspar Rubiol, Ramon Barranso, Felix Albarada, Juan Salazar, Bautista Faidella, Fidel Saval, José Fernández González, Pablo Gual, Baldomero Fabregat, Rafael Morcuello, José Polit, Juan Bertrán, José Farré, Francisco Godás, Modesto Sala y Gay, Manuel Calvo, Luciano Pinet, José Gort, José Arnalot, Vicente Marqués, Joaquín Guarné, José Bonet, José Jové, Francisco Sol, Ramon Yors, Antonio Sol, José Gil, Pedro Seiz, Gonzalo Purroy, Antonio Aran de Terré, Emilio Veamurguia, Sebastián Salazar, José Mateu, Antonio Reixachs, Sergio Rosich, Ramon Pajés, Ignacio Reixachs, Francisco Tarragó, Francisco Iglesias e Iglesias, Carlos Oro, Tomás Carrera, Faustino Subirá, Juan Mariscal, Antonio Domenech, Francisco Oliver, Antonio Santamaría, Ignacio Carreras, José Morera, Juan Font, Mariano Rexach, Francisco Boix, Gaspar Grau, Pablo Farrerons, Francisco Ramos, Mariano José Gigó, Antonio Llopis y Jover, Juan Pinto, Ramón Vicens, José Vicens, Pedro Romeu, José Sol, Juan Calahorra, José María Pascual, José Villamur, Juan Villamur, Jaime Esteri, Andres Tran, Andres Pamiés, Francisco Carrera, José Barnadá, Isidro Espadaler, Francisco Blaora, Nicolás Ronich, Evaristo Gaspar, Pedro Miés, Prospero Faro, Manuel Salas, José Estrada, Francisco Sirerol.» (La Nación, periódico progresista constitucional, Madrid, miércoles 18 de febrero de 1852, pág. 3.)

El curso 1853-54 ejerce como catedrático de matemáticas en el Instituto de segunda enseñanza de Cuenca, parece que “desterrado”, y el 31 de marzo de 1854 es incorporado como colaborador al Círculo científico y literario, periódico que, en su entrega anterior, ya había publicado su “Comunicación sobre el profesorado”, y había de difundir otras tres comunicaciones suyas, una desde Cuenca de fecha 24 de abril, y dos desde Lérida fechadas el 3 y el 9 de junio de 1854, todas sobre asuntos relacionados con la instrucción pública. Sucede que Juan Miguel Sánchez de la Campa, influido sin duda por Wronski, venía cavilando sobre las relaciones entre la filosofía y la religión, más allá de Lessing, Vico, Herder, Kant, Hegel, Krause, Schelegel o Schelling, buscando la “génesis de la filosofía absoluta”, para plantear la urgente reforma de la instrucción pública en España. La aparición de Círculo científico y literario le impulsa a relacionarse con ese periódico.

Pero el pronunciamiento del general O'Donnell en Vicálvaro, el 28 de junio, determina nuevas urgencias, reconducidas tras el Manifiesto de Manzanares de 7 de julio, redactado por el joven Antonio Cánovas del Castillo, nominalmente redactor también de Círculo científico y literario, periódico que sucumbe en esas agitaciones. El catedrático de Cuenca vuelve temporalmente a Lérida, como agitador y organizador liberal:

«En Lérida ha quedado igualmente instalada la Junta, cuya presidencia se ha dado al ilustre Duque de la Victoria [Espartero]. Compónese aquella de las siguientes personas: Presidente. El Excmo. Sr. Duque de la Victoria y y en su ausencia, el Excmo. Sr. D. José Boadella. Vice-presidente. D. Francisco Jover, de Agramunt. Vocales. D. Ricardo Pieltein, don Pedro Foncueva, don Manuel Fuster y Arnaldo, don Miguel Ferrer, don Ramón Mazorra, don Camilo Boix, don Ramón Castejón, don José Antonio Ribé, don José Soldevilla, don Ramón Mestres y Segarra, don Mariano Morera, don Matías Ballesté de Mayal. A las doce y media de hoy se instalará la Junta en la sala de sesiones del Excmo. Ayuntamiento. La Comisión del partido liberal da las más cumplidas gracias a cuantas personas han contribuido a que los votos del país se vean satisfechos a pesar de toda clase de obstáculos. La Junta de Gobierno está formada, el programa de los ilustres generales Dulce y O'Donell que consignamos en nuestro manifiesto de antes de ayer, será desde hoy una verdad en la provincia de Lérida. Lérida 20 de Julio de 1854. P. A. de la C., Juan Miguel Sánchez de la Campa, Ramón J. Rogado.» (El Clamor Público, periódico del partido liberal, Madrid, sábado 29 de julio de 1854, pág. 2.)

Antes de volver a Madrid, tras movido verano, también interviene en Lérida en el efímero diario Eco del Segre (sale del 1º agosto al 1º de septiembre), segunda época de Eco del Segre (periódico quincenal de literatura y noticias, nacido en abril de 1850, que ya no se publicaba).

«Destinado este escrito a ver la luz pública luego que lo terminamos, circunstancias independientes de nuestra voluntad nos arrancaron del estudio y de nuestras virtuales ocupaciones. El 28 de junio y el grito de Manzanares nos llamaron a un puesto que ocupamos y sostuvimos con la entereza y lealtad que nos es propia: restablecida la calma en la nación, y repuesto algo de mis disgustos, di a la imprenta este manuscrito. Pero las condiciones del país habían cambiado mucho para que se pudiera prescindir de esta circunstancia, y pusimos las notas que contiene con el objeto de que los lectores no echen de menos ciertas particularidades. Madrid 16 de octubre de 1854.» (La instrucción pública y la sociedad, Madrid 1854, nota final, página 156.)

Su libro La instrucción pública y la sociedad va fechado en Cuenca el 29 de marzo de 1854, con dedicatoria a D. Ángel Pintado Valdés firmada en Cuenca el 31 de marzo de 1854 (es decir, la misma fecha en la que se publica la entrega octava de Círculo científico y literario, donde su nombre figura en la relación de “Nuevos colaboradores del Círculo”). Al margen de posibles reajustes de fechas a posteriori, es obvio que el autor busca diferenciar lo escrito por él antes de su relación con Círculo, de las notas añadidas para contemplar la nueva situación sobrevenida. No deja de ser significativo que La instrucción pública y la sociedad (Madrid 1854, 157 páginas) se publica en la misma “Imprenta de D. Tomás Núñez Amor, calle de las Conchas, núm. 3” que había impreso en julio las dos últimas entregas de Círculo.

«No entra en nuestro objeto actual, que es la filosofía de la pedagogía, reproducir y clasificar los progresos que la educación, considerada como ciencia y como arte, ha hecho real y verdaderamente en sus diversos aspectos teóricos y prácticos. Esta tarea corresponde notoriamente a la historia de la pedagogía. Lo que en la presente filosofía de la pedagogía pertenece esencialmente a nuestro objeto, al menos como cumplimiento de esta decisiva filosofía, es la determinación didáctica y precisa de los principios sobre que reposa el desarrollo histórico de la pedagogía; en una palabra, la filosofía de la historia de la pedagogía.» (La instrucción pública y la sociedad, Introducción, pág. 18.)

«No fue nuestro ánimo al principiar esta obra en nuestro destierro dar rienda a nuestra pluma, y hablar, como pudiéramos y nos fuera facilísimo, a las pasiones; tratamos por el contrario de no remover mucho el agua que, aunque turbia, encubre el cieno infecto que forma el fondo de un estanque donde se agitan miles de reptiles; quisimos que nuestra obra pudiera circular libremente entre los hombres más intolerantes y apasionados. Por esta razón pasamos con suma rapidez sobre ciertas cuestiones que había precisión de hacerlas descender del elevado terreno filosófico si se quería fueran conocidas cual corresponde. Hoy, aunque en cierto modo han variado las circunstancias, como tenemos la convicción de que en nuestro país se mudan los nombres a las cosas permaneciendo las mismas en su esencia, no hemos modificado nuestro pensamiento. Sirva esto de aclaración a los que extrañen las cortas dimensiones que damos a algunos capítulos de esta obra, a los que echen de menos ciertos detalles, a los que hubieran deseado más copia de datos y de citas. Harto haremos con poner unas cuantas notas, hoy 20 de setiembre, al tiempo de imprimirla.» (La instrucción pública y la sociedad, cap. IV, pág. 46, nota 3.)

Conviene llamar la atención sobre el hecho de que Juan Miguel Sánchez de la Campa, en este libro, resulta ser un temprano seguidor en España del mesiánico y también matemático y filósofo polaco, devenido francés, José María Hoene-Wronski. No le cita, ni le menciona, más por prudencia que por plagio, pero asume fielmente sus concepciones filosófico históricas: el “Cuadro sinóptico de la Historia, formado con arreglo al génesis de la Filosofía absoluta”, sigue fielmente el “Tableau génétique de la philosophie de l'histoire, depuis l'origine du monde jusqu'a son terme final, d'après les deux lois primordiales de Dieu, la loi de Création et la loi de Progrès”, que Wronski había publicado dos años antes, en su Philosophie absolue de l'Histoire, ou Genèse de l'Humanité (París 1852, páginas 201-ss. de la primera parte).

«Publicación. Bajo el título de La instrucción pública y la sociedad acaba de publicar el señor don Juan Miguel Sánchez de la Campa un cuaderno de 156 páginas, consagrado a demostrar la influencia de la instrucción publica en el orden social.» (La España, Madrid, domingo 20 octubre 1854.)

«Cortes. Presidencia del señor don Pascual Madoz. Sesión del día 2 de diciembre de 1854. […] Se recibieron con aprecio y acordó que se archivasen: […] 5º Diez ejemplares de la obra titulada “la instrucción pública y la sociedad”, que remitía don Juan Miguel Sánchez de la Campa.» (La España, Madrid, domingo 3 diciembre 1854, pág. 1.)

Pasado el bienio progresista, un Juan Miguel Sánchez de la Campa pletórico desempeña la cátedra de matemáticas del Instituto de Cáceres, pero también varios y numerosos cometidos y encargos políticos, así como la secretaría de la Junta de Agricultura del Reino en esa provincia (presidida por el gobernador de la provincia, y el Conde de Adanero como vicepresidente: Guía de forasteros de Madrid para 1859, pág. 491; Guía de forasteros de Madrid para 1860, pág. 503). El licenciado matemático es además nombrado subdirector del Monte Pío Universal, y hasta se le encomienda trazar el itinerario del ferrocarril a Portugal…

1857 «Insertando el anuncio publicado por la Junta Auxiliar de esta provincia, encargada de gestionar el mayor número de ganados y productos agrícolas al concurso que ha de celebrarse en Madrid desde el 24 de Setiembre al 4 de Octubre del corriente año. […] Cáceres, 12 de Abril de 1857. Presidente, José María de Montalvo. Vocal Secretario, Juan Miguel Sánchez de la Campa.» (Boletín oficial de la provincia de Cáceres, 27 de abril de 1857, págs. 1-2.)

«Monte Pío Universal, Compañía General Española de seguros mutuos sobre la vida, Gran Caja de Ahorros para todas las clases y para todos los pueblos. Dirección y oficinas centrales, en Madrid, Plazuela de Santa Ana, núm. 1. Delegado del Gobierno, D. Manuel Llorente. […] Sub-Director en Cáceres, D. Juan Miguel Sánchez de la Campa. Banquero de la Compañía, El Banco de España.» (Boletín oficial de la provincia de Cáceres, 25 de julio de 1857, pág. 3.)

«Ya está nombrado el jurado que ha de calificar los objetos de la exposición agrícola convocada para el 24 del actual. […] Van llegando a la montaña del Príncipe Pío las remesas de frutos de varias provincias, habiendo sido las primeras Badajoz, Burgos, Albacete, Cáceres, Sevilla, Sociedad económica de Potes, Coruña, Huesca, Pontevedra, Segovia, Soria y Logroño, además de diferentes presentaciones particulares. Las comisiones de provincias nombran generalmente otras delegadas o encargados que las representen en la corte, ya para entregar los objetos, recoger los premios que puedan distribuirse, o resolver sobre cualquier incidente que surja durante la exposición. Hasta ahora se tiene noticia de los siguientes representantes: […] por Cáceres, don Juan Miguel Sánchez de la Campa.» (La España, Madrid, sábado 19 septiembre 1857, pág. 3.)

1858 «Ministerio de Fomento. Obras públicas. Ilmo. Sr.: Accediendo S. M. la Reina (Q. D. G.) a la solicitud de D. Juan Miguel Sánchez de la Campa, se ha dignado autorizarle por el término de un año para verificar los estudios de un ferrocarril que, partiendo de esta corte y cruzando los territorios de las provincias de Toledo y Cáceres, dentro en lo posible de la región hidrográfica del río Tajo, termine en la frontera de Portugal; en la inteligencia de que esta autorización no le da derecho alguno a la concesión ni a indemnización de ningún género, según lo prevenido en el art. 45 de la ley general, y de que el resultado de estos estudios se sujetará a un examen comparativo por si la existencia de esta nueva línea pudiese perjudicar los intereses de las concedidas con anterioridad a ella. De Real orden lo digo a V. I. para su conocimiento y efectos consiguientes. Dios guarde a V. I. muchos años. Madrid 25 de Noviembre de 1857. = Salaverría. = Sr. Director general de Obras públicas.» (Boletín Oficial de la Provincia de Segovia, Segovia, miércoles 6 de enero de 1858, pág. 3.)

«El gobierno portugués ha concedido autorización para estudiar en su territorio el camino que por la cuenca del Tajo una más directamente las dos capitales de la Península, a D. Juan Miguel Sánchez de la Campa, que tiene igual concesión de nuestro gobierno para estudiar la misma línea en su parte española.» (Diario de Córdoba, martes 12 de enero de 1858, pág. 3; El Mallorquín, Palma, jueves 14 de enero de 1858, pág. 3.)

«Comisión auxiliar para la Exposición Nacional de Agricultura. Se publica la nota de los expositores que han obtenido premio en la exposición agrícola verificada en Madrid. […] Cáceres 11 de Marzo de 1858. = El Presidente, G. I., Tomás Leandro de Lanuza. = P. A. D. L. C., Juan Miguel Sánchez de la Campa, Vocal Secretario.» (Boletín oficial de la provincia de Cáceres, viernes 19 de marzo de 1858, pág. 3.)

1859 «El también Licenciado en ciencias don Juan Miguel Sánchez de la Campa ocupa la cátedra de Matemáticas, que renunció González Ambite.» (“Memoria leída el día 16 de Setiembre en la inauguración del curso de 1859 a 1860 en el Instituto provincial de segunda enseñanza de Cáceres, por D. Luis Sergio Sánchez, Catedrático de Retórica y Poética, y Director del mismo establecimiento”, Boletín oficial de la provincia de Cáceres, viernes 9 de diciembre de 1859, pág. 2.)

1860 «Junta de monumentos históricos, artísticos y literarios de la provincia de Cáceres. En virtud de los nombramientos que se ha dignado hacer la Excma. Comisión central de Monumentos del Reino, se ha instalado la de esta provincia con sujeción al Real decreto de 15 de Noviembre de 1854, y la forman los Sres. siguientes: El Gobernador civil, Presidente. Sr. Marqués de Torreorgaz, Vice-presidente. Sr. D. Juan Miguel Sánchez de la Campa, Secretario. Sr. Conde de Adanero, Vocal. Sr. D. Tomás Leandro Lanuza, idem. Sr. D. León de Mora, Arquitecto provincial, idem.» (Boletín oficial de la provincia de Cáceres, miércoles 18 de julio de 1860, pág. 3.)

«Comisión principal de venta de bienes nacionales de la Provincia de Cáceres. Dirección general de Propiedades y Derechos del Estado. Indice de las órdenes de adjudicación que esta oficina general remite a V. S. expresando en él los nombres de los rematantes y cantidades por que se les adjudican: D. Julián Murciano, 8.000. D. Silvestre Gaultier, 2.120. D. Diego Julián de Paredes, 84.005. […] D. Juan Miguel Sánchez de la Campa, 660.005. Agustín Cano, 29.500. Madrid 30 de Setiembre de 1860. Estrada. Y se publica en el Boletín de la provincia para conocimiento de los interesados. Cáceres 15 de Octubre de 1860.» (Boletín oficial de la provincia de Cáceres, lunes 22 de octubre de 1860, pág. 4.)

«Sección de Fomento. Montes. Por decreto de este día, he declarado acotada para el uso de la caza y pesca, la dehesa o término llamado de la Sierra, de la propiedad de D. Juan Sánchez de la Campa, por compra hecha al Estado, cuya dehesa ha venido disfrutándose en comunidad por los pueblos de Valverde de la Vera, Villanueva de la Vera, Madrigal y Talaveruela. Lo que he dispuesto insertar en el Boletín oficial de esta provincia, para conocimiento del público. Cáceres 20 de Diciembre de 1860. El Gobernador, Francisco Belmonte.» (Boletín oficial de la provincia de Cáceres, miércoles 26 de diciembre de 1860, pág. 2.)

No deja de sorprender que Juan Miguel Sánchez de la Campa pudiese en 1860 adquirir al Estado la “dehesa de la Sierra”, que venían disfrutando en comunidad los pueblos de Valverde de la Vera, Villanueva de la Vera, Madrigal de la Vera y Talaveruela, y que el gobernador civil pronto reconoce como coto privado de caza y pesca de su propiedad, tras serle adjudicada por 660.005 reales, cantidad que no se juntaría ni aunque aportasen su sueldo íntegro anual centenar y medio de catedráticos de instituto. Una dehesa que se extendía nada menos que 15.450 hectáreas, 154,5 km² (Talaveruela de la Vera está a 16 kilómetros de Madrigal de la Vera por la carretera C-501 hoy Ex-203).

«Procedente de los Propios de Talaveruela, Madrigal, Valverde y Villanueva de la Vera era enajenada en 1860 la dehesa “Sierra” que, con sus 15.450 ha. tal vez fuera la finca más extensa vendida en toda Extremadura; fue adquirida por Juan Miguel Sánchez de la Campa, vecino de Cáceres, en 660.005 rs. debido a la mala calidad del terreno. (9. A.H.P., Protocolos…, leg. 3482. Archivo de la Delegación de Hacienda de Cáceres (A.D.H.), Expedientes de ventas de bienes nacionales, leg. 63).» (Juan García Pérez, “Las desamortizaciones, ¿factor de dispersión o concentración de la tierra? Aportaciones a una vieja polémica”, Estructuras y regímenes de tenencia de la tierra en España, 1987, págs. 111-112.)

1861 «Comunicados. Ferro-Carril de Cáceres. En el número 3879 de La Época hemos visto un comunicado, su fecha en Béjar a 21 de diciembre último, con doce firmas al pie, y que con el título Ferro-Carril de Cáceres, se ocupa de un artículo que publicaron Las Novedades en 15 de aquel mes, en el número 3670. […] Más quizá de lo que habrían esperado los comunicantes de Béjar nos hemos extendido; pero estamos dispuestos, como hemos dicho al principio, sin rebajarnos a emplear dicterios, a continuar la polémica, puesto que de la discusión sale la luz, y la luz no puede faltarnos. Juan Miguel Sánchez de la Campa. Cáceres 6 de enero de 1861.» (La Época, Madrid, martes 22 de enero de 1861, pág. 4.)

«Sobre nuestro ferro-carril. (Continuación.) En este momento viene a nuestras manos el número 3700 de Las Novedades correspondiente al domingo 20 del corriente, y leemos en él con el epígrafe de “Ferro-carril de Cáceres” el comunicado del Sr. D. J. Miguel Sánchez de la Campa. ¡Lo habíamos previsto!… No que conociéramos el pormenor de los hechos que refiere el Sr. de la Campa: es decir, el acuerdo unánime vel quasi de la Diputación provincial sobre la preferencia y la elección de la línea por Talavera, lo que equivale a haber puesto la mira en Madrid y en Portugal, y dando los de Cáceres la primera y la mayor importancia a la vía-ferrea que les enlace con Madrid y Lisboa: como tampoco conocíamos los preliminares que han mediado por lo que dice el Sr. de la Campa para que la Diputación provincial de Cáceres acordase en sesión de 8 de Julio postrero, contribuir con seis mil duros para auxiliar el coste de los estudios del ramal de Alconetar. Ahora ya tenemos datos de todo, gracias a aquel Señor. Y todo lo que ahora podemos añadir en ese orden a lo que llevamos escrito es, que nos da compasión ver el giro que los señores de Béjar han dado a ese asunto: que han desconocido la opinión y los intereses de Cáceres, como quieren desconocer la opinión y los intereses de la provincia de Salamanca: que por deferencias, o sea lo que quiera, a Peñaranda, y por oposición, o sea lo que quiera a Salamanca, lejos de haber despertado las simpatías y los intereses de Cáceres hacia el ramal trasversal de Alconetar respetando su opinión, o cuando más, ilustrándola, sobre lo que allí llaman su línea internacional, se han enajenado esas simpatías, o por lo menos, han irritado, o alarmado opiniones e intereses muy arraigados allí: y que respecto de Salamanca han manifestado un desvío que se parece a hostilidad abierta; conduciéndolos todo esto a sacar las cuestiones de su quicio, o lo que es lo mismo, las vías y ramales de sus naturales y convenientísimos trayectos. […] T. R. Pinilla» (Adelante, periódico científico y literario, Salamanca, 27 de enero de 1861, pág. 1-2.)

«Sr. Director de El Eco de Extremadura. Cáceres 7 de Febrero de 1861. Muy señor mío: En el núm. 17 de su apreciable periódico he visto un comunicado de don Julián A. de Zugasti y Saenz, en que se refiere a un escrito que publiqué en el núm. 3700 del periódico Las Novedades, relativo al ferrocarril de esta provincia. En uso, pues; del derecho que la ley me confiere, espero que se servirá V. insertar en las columnas de su apreciable periódico esta comunicación, que tiene por objeto manifestar: 1.º Que creemos que el Sr. Zugasti piensa que tratar de ferro-carriles es lo mismo que hablar de bailes de máscaras; tal es el sans fasson con que se explicó en La España de 25 de Diciembre, y con el que corta, raja, salta y brinca por donde le acomoda en 24 de Enero. 2.º Que suponemos en D. Julián Zugasti el entusiasmo propio de la juventud y el noble deseo de figurar allí donde de ciencia y grandes intereses se trata, y como nosotros, ni somos ya muy jóvenes, ni tenemos entusiasmo por ninguna cosa, ni nos guiamos mas que por la razón calculadora y fría, creemos que no nos encontramos en el caso de sostener polémicas motivadas por escritos que, hijos del entusiasmo, tienen el defecto de no decir nada nuevo, nada fundamental, ni nada que no esté contestado con razones y con hechos. De V. afectísimo S. S. Q. B. S. M. Juan Miguel Sánchez de la Campa.» (El Eco de Extremadura, Cáceres, martes 12 de febrero de 1861, pág. 4.)

«Sr. Director de El Eco de Extremadura. Muy Sr. mío: En el núm. 18 del periódico que V. tan dignamente dirige, he leído un comunicado firmado por D. Juan Miguel Sánchez de la Campa, en el que se ocupa de mi persona de una manera que no quiero calificar; porque sobrado criterio tiene el público para juzgarle, con solo leer las frases de que se vale sin necesidad de examinar los antecedentes que la motivan, y que pondré de manifiesto a continuación. […] Para concluir diré al Sr, Campa, que la razón calculadora y fría, no está reñida con el entusiasmo. La razón nos enseña aquello porque debemos tener entusiasmo, porque sin este, no pasaría casi nada a la realización. Es imposible exista un hombre, que no sienta entusiasmo por algo de lo que le rodea, sea cualquiera su edad y organismo. El entusiasmo es la base fundamental de la actividad humana, y el germen de las grandes realizaciones en el mundo material, intelectual y moral. Si no hubiera animado el entusiasmo a un hombre no se hubiera escrito la Divina Comedia, ni la Iliada, ni la Eneida, ni otras infinitas creaciones, que hubieran sido imposible a la sola razón calculadora y fría. Sin entusiasmo no hubiera la cruz del cristianismo ondeado sobre los muros de Granada después de haber derrotado la media luna agarena. ¡Desgraciado mortal que no siente en su mente ondear la vena del entusiasmo! Solo me resta decir al Sr. Campa, que sentiré llegue el día en que una buena causa deje de entusiasmarme, porque el frío del mármol indicará mi estado. Madrid 14 de Febrero de 1861. Julián Antero de Zugasti y Saenz.» (El Eco de Extremadura, Cáceres, domingo 24 de febrero de 1861, págs. 3-4.)

«(1) El iniciador de esta polémica ha sido D. C. Godínez de Paz ex-diputado a Cortes, apoyado y sostenido, aunque débilmente, por D. J. M. Sánchez de la Campa, y algunos vecinos de Trujillo y Navalmoral; mientras la opinión opuesta, o sea el trazado por la derecha del Tajo, la han sostenido los diputados a Cortes Rodríguez Leal, González Alonso y Barrantes, el ex-vicepresidente del Consejo provincial D. F. Calzado y Pedrilla, el ilustrado joven D. F. Zugasti, y el diputado provincial D. B. González, en una larga serie de luminosísimos escritos.» (La América, Madrid, 24 de mayo de 1861, pág. 10.)

Tras fructífero quinquenio cacereño, y en plena polémica sobre el trazado del ferrocarril a Portugal, decide cambiar de aires (que además, con el ferrocarril, se van acortando las distancias). En abril de 1861 el sufrido propietario del gran coto de caza de la Vera, ya es catedrático del Instituto de Córdoba, ciudad en la que irrumpe con ventajosas propuestas en el ramo de la instrucción pública:

«La cátedra de matemáticas que estaba vacante en el instituto de Córdoba, ha sido conferida a D. Juan Miguel Sánchez de la Campa, catedrático que era en el de Cáceres.» (La Correspondencia de España, Madrid, 4 de abril de 1861, pág. 2.)

«Instituto. Ya ha tomado posesión de la cátedra de matemáticas en el Instituto de esta capital el Sr. D. Juan Miguel Sánchez de la Campa, catedrático que era en el de Cáceres.» (Diario de Córdoba, Córdoba, 7 de abril de 1861, pág. 3.)

«La instrucción pública mejora. El profundo matemático don Juan Miguel Sánchez de la Campa, catedrático del Instituto de esta Provincia, estimulado por el Sr. Director de este a que le indique mejoras para la instrucción, ha tenido el excelente pensamiento de proponer al Sr. Gadeo, que pida a la Diputación Provincial, permita que el presupuesto de la Escuela de Agricultura, sin que tenga aumento alguno, pueda distribuirse en términos de que se establezcan, además de dicha escuela, otras tres para peritos mecánicos, industriales y de comercio, lo cual ha de realizarse por efecto de prudentes economías. El señor Director del Instituto ha acogido esa idea con el mayor interés y, de acuerdo con el apreciable Director de la Escuela Agrícola, han elevado una exposición a la Diputación Provincial, que tal vez se presente hoy, pidiéndole que contribuya con su aprobación a tan útil objeto. Obtenida la conformidad de la Diputación de Provincia se solicitará la del Gobierno de S. M. por conducto de la Junta de Instrucción pública. No dudamos un instante de que nuestros diputados provinciales, tan celosos del bien público, den su firme apoyo a ese ventajoso pensamiento. Los alumnos de esas cuatro enseñanzas podrán obtener los títulos de peritos agrónomos mecánicos, industriales o mercantiles con arreglo a los programas publicados en Julio y Agosto de 1858 para las carreras especiales; y los que estudien filosofía, podrán abrazar alguna de esas asignaturas que darán nuevo ensanche a su porvenir. Se trata de combinar que las enseñanzas que sean mas útiles para los artesanos se verifiquen de noche a fin de que estos, sin perjuicio de sus ocupaciones, puedan aprovecharlas. La escuela de agricultura también va a comprometerse a pensionar cuatro jóvenes de los partidos judiciales, con seis reales diarios, para que vengan a adquirir los conocimientos agrícolas y puedan después llevarlos a los diversos pueblos de la provincia. Esos cuatro partidos que irán alternando serán sorteados por la Diputación y designados los jóvenes que hayan de utilizar esa gracia. Damos nuestro parabién y las gracias a los hombres que con tanto celo se consagran a la mejora de la instrucción pública y a la vez a que esta capital adquiera la importancia que por tantos títulos merece.» (La Alborada, diario de ciencias, literatura, artes, noticias, comercio y anuncios, Córdoba, miércoles 1 de mayo de 1861, pág. 3.)

«En la Gaceta del día 9 del corriente se ha publicado el escalafón de catedráticos de segunda enseñanza, que tanto tiempo ha esperado esta clase benemérita. De la rápida lectura que de él hemos hecho encontramos que han sido clasificados los del Instituto de Córdoba, del siguiente modo: Catedrático de segunda clase el Licdo. don Juan Miguel Sánchez de la Campa, que ocupa el núm. 36 de la escala de antigüedad, reuniendo por consiguiente la dotación de 4.000 rs.» (La Alborada, Córdoba, viernes 13 de diciembre de 1861, pág. 3.)

En unos pocos meses ya se ha trasladado a Cádiz, su provincia natal, donde dirige el periódico El Precursor y luego El Constitucional.

1862 «De las columnas del bien escrito periódico semanal que ha empezado a publicarse en Cádiz y que bajo el título del Precursor acertadamente dirige el señor don Juan Miguel Sánchez de la Campa, catedrático que ha sido de nuestro Instituto, trasladamos a las del Diario el siguiente artículo: “Sí y No” […]» (Diario de Córdoba, miércoles 3 de diciembre de 1862, pág. 1.)

1865 «Periódicos que se publican en esta capital. El Constitucional. Diario político: comenzó su publicación el día 1º de Mayo de 1857. Director D. Juan Miguel Sánchez de la Campa y editor responsable D. Pedro Urbina. La redacción y despacho se hallan establecidos en la calle del Puerto, núm. 8. Precio 11 rs. al mes, recogido en el despacho, y 12 llevado a domicilio.» «Caballeros de la Real y distinguida Orden Española de Carlos III, instituida por dicho Sr. Rey en 19 de Setiembre de 1771. […] D. Juan Miguel Sánchez de la Campa.» «Caballeros de la Real Orden Americana de Isabel la Católica, instituida por el Sr. Rey D. Fernando VII en 24 de Marzo de 1815. […] D. Juan Miguel Sánchez de la Campa.» «Instituto de segunda enseñanza, instalado en el edificio ex-convento de San Agustín, calle S. Francisco, núm. 23. Señores Catedráticos de Estudios generales. […] Primer año. Principios y ejercicios de Aritmética. Lcdo. D. Juan Miguel Sánchez de la Campa. […] Segundo año. Aritmética y álgebra. Lcdo. D. Juan Miguel Sánchez de la Campa.» «Sánchez de la Campa, Juan Miguel, catedrático del instituto y director de El Constitucional: Empedrador 12.» (Guía de Cádiz, el Puerto de Santa María, San Fernando y el departamento, para el año de 1865, año XI, Cádiz 1865, págs. 116, 130, 131, 140 y 234.)

«En el mismo sentido habla el distinguido catedrático del Instituto de Cáceres, D. Juan Miguel Sánchez de la Campa, en su filosófica obrita titulada La Instrucción pública y la Sociedad. “La Instrucción pública de España, dice, exige una reforma que, reuniendo en un solo cuerpo todos sus diferentes ramos, y sometiéndolos a una dirección única, ejerza su influencia de un modo eficaz” (página 136 y 137). […] Someto al buen juicio de usted, señor director, y al de todas las personas amantes de los progresos de la enseñanza, mis mal pergeñadas observaciones, juntamente con las muy respetables de los Sres. Barcia, Féliu, Sánchez de la Campa, &c., esperando que estos distinguidos escritores no dejarán de salir a la defensa de sus ideas para contribuir a que se traduzcan en hechos, como lo desea vivamente su afectísimo y atento S. S. Q. B. S. M.» (P. L. D., “Establecimiento de un Ministerio de Instrucción Pública”, La Enseñanza, Madrid, 25 noviembre 1865, nº 4, pág. 59 y 60.)

1867 «Caballeros de la Real y distinguida Orden Española de Carlos III, instituida por dicho Sr. Rey en 19 de Setiembre de 1771. […] D. Juan Miguel Sánchez de la Campa.» «Caballeros de la Real Orden Americana de Isabel la Católica, instituida por el Sr. Rey D. Fernando VII en 24 de Marzo de 1815. […] Caballeros comendadores […] D. Juan Miguel Sánchez de la Campa.» «Instituto de segunda enseñanza, instalado en el edificio ex-convento de San Agustín, calle S. Francisco, núm. 23. Señores Catedráticos de Estudios generales. […] Primer año. Aritmética, Álgebra y principios de Geometría. Lcdo. D. Juan Miguel Sánchez de la Campa.» «Sánchez de la Campa, Juan Miguel, catedrático del instituto: Rosa 20.» (Guía de Cádiz, el Puerto de Santa María, San Fernando y el departamento, para el año de 1867, año XIII, Cádiz 1867, págs. 191, 192 y 202.)

Su último destino, en diciembre de 1868, es Burgos, donde desempeña la cátedra de matemáticas y será director del Instituto. En la Guía de forasteros en Madrid para 1871 figura como uno de los cuatro académicos correspondientes de la provincia de Burgos de la Academia de Nobles Artes. El 14 de septiembre de 1871 pronuncia un discurso en la inauguración del Museo Arqueológico y de Bellas Artes de Burgos. En Burgos publica la obra que había de hacerle más recordado, una obra de madurez, la interesantísima Historia filosófica de la instrucción pública de España, desde sus primitivos tiempos hasta el día (Burgos 1871, 461 páginas), cuyo segundo tomo aparece tres años después (Burgos 1874, 495 páginas). Sorprende la poca presencia que esta obra ha tenido en la historiografía española del siglo XX. Quizá por un aberrante gremialismo, la bibliografía filosófica ha tendido a ignorar a Juan Miguel Sánchez de la Campa; pero también la repugnante prevención neocatólica de un Gumersindo Laverde, que conocía bien a Sánchez de la Campa desde los años del Círculo, y a quien jaleaba en 1856, había de confinarle al silencio de quienes, a veces sin enterarse, siguen presos del menéndezpelayismo más sectario y ñoño.

1870 «Han sido nombrados corresponsales de la academia de Nobles Artes de Fernando los señores: […] D. Juan Miguel Sánchez de la Campa, de Burgos.» (La Correspondencia de España, Madrid 16 de abril de 1870, pág. 3.)

1871 «La instrucción pública y la sociedad, por D. Juan Miguel Sánchez de la Campa. Un tomo en 4º prolongado, de más de 150 páginas. Se vende a 10 rs. en la librería de este periódico.» (Diario de Córdoba, 15 julio 1871, pág. 4.)

1872 «También ha sido relevado del cargo de Director que desempeñaba en el Instituto de Burgos, D. Rafael de Vega, habiéndose nombrado en su reemplazo el catedrático de Matemáticas de dicha Escuela, D. Juan Miguel Sánchez de la Campa.» (La idea, revista semanal de instrucción pública, Madrid 5 febrero 1872, pág. 42.)

En el Escalafón de antigüedad de los catedráticos de los Institutos de segunda enseñanza en primero de enero de 1876, Sánchez de la Campa ocupa el puesto 14 de la escala y, como propietario desde el 15 de septiembre de 1846 y sin tiempo que serle descontado, tiene una antigüedad de 29 años, 3 meses y 15 días, en la sección 2ª, en la asignatura de Matemáticas, en el Instituto de Burgos.

1876 «Historia filosófica de la instrucción pública en España, por el Licdo. D. J. M. Sánchez de la Campa, dedicada al Excmo. Sr. D. Pedro Gómez de la Serna. Esta obra, publicada en el año 1872, mereció unánimes elogios de la prensa periódica. Consta de dos tomos en 4.º, de 460 páginas cada uno, y se vende a 40 rs. en las principales librerías de la Península, y en la Administración de la obra, Burgos, establecimiento de D. Santiago Rodríguez (Pasaje de la Flora).» (La Ilustración Española y Americana, Madrid, 22 de diciembre de 1876, pág. 399.).

«Historia filosófica de la instrucción pública de España desde sus primeros tiempos hasta el día, por D. J. M. Sánchez de la Campa, catedrático por oposición del Instituto de Burgos, &c. Tomo II. Burgos, imprenta de Timoteo Arnaiz. Un vol. en 4.º de 495 págs. a 20 rs. en las principales librerías. Por lo mismo que esta obra corresponde al número, muy escaso por cierto, que en España se escriben sobre Instrucción pública, y por lo mismo también de ser ésta la especialidad de nuestra Revista, nos limitaremos por ahora a indicar el contenido del tomo II de la obra del Sr. Sánchez de la Campa, dejando para otro día y para hacerlo más despacio, el examen detenido de las diversas cuestiones que el libro trata y de la manera como lo hace el autor. Si los motivos indicados no bastaran para abonar esta nuestra resolución, justificaríala la circunstancia, que no deja de ser importante, de tratarse en el tomo a que nos referimos el período revolucionario, y por lo tanto, los problemas que en el mismo se plantearon relativamente a la libertad científica y de enseñanza. Esto es bastante, no sólo para que miremos con detenimiento el tomo en cuestión, sino para que a su examen le consagremos algún más espacio del que podemos disponer y debemos consagrarle en estas Crónicas bibliográficas. Empieza el tomo II de la Historia filosófica de la Instrucción pública de España, con el plan de estudios de 1824, y termina con el período republicano, si bien lo trata como toda la época revolucionaria, con una ligereza que hace resaltar más la extensión que da el autor a asuntos y a épocas anteriores.» (La instrucción pública, Madrid 25 diciembre 1876, nº 36, pág. 190.)

1877 «Historia filosófica de la instrucción pública en España, por el licenciado D. J. M. Sánchez de la Campa. Dos tomos. La asombrosa erudición de esta obra sorprende al lector. El Sr. Sánchez de la Campa ha adquirido con ella sola, fama de hombre estudiosísimo, capaz de vencer las mayores dificultades. Escrita concienzudamente, esta obra viene a llenar un gran vacío. Se comprenderá su importancia por la simple enunciación de las materias que contiene el tomo primero: […]» (Revista de España, Madrid, enero 1877, pág. 143.)

Dos de los sueltos anteriores ofrecen una misma variante en el título: “…instrucción pública en España” en vez de “…instrucción pública de España”; variante quizá del librero-editor Santiago Rodríguez en los anuncios hechos de la obra, cinco años después de publicada, y que sin duda sirvieron para recordar su existencia, incluso al Laverde cada vez más neo que gustaba delatar heterodoxos a su joven pupilo:

«A los heterodoxos de que ya hemos hablado hay que agregar a Sánchez de la Campa, autor de algunas obras sobre Instruccion publica, el famoso Sixto Cámara, un D. Nicolás Díaz Pérez, que acaba de publicar cierto librejo titulado De la Instruccion pública y el renombrado Alejandro Herculano, que acaba de morir paganamente, segun veo por los periódicos.» (Carta de Gumersindo Laverde a Marcelino Menéndez Pelayo, desde Santiago de Compostela, 25 septiembre 1877, EMMP 2:240.)

1879 «Hemos recibido un ejemplar de la Memoria acerca del estado del Instituto provincial de 2ª enseñanza de Burgos durante el curso anterior, escrita por el Catedrático D. Eusebio Camarero y García, y otro ejemplar del discurso leido en la apertura del actual curso académico por el Vice-director de dicho establecimiento Sr. Sánchez de la Campa.» (Crónica de Burgos, Burgos, domingo 5 de enero de 1879, pág. 2.)

«En dos elegantes folletos han visto la luz pública el discurso pronunciado por el Sr. Sánchez de la Campa en la apertura del curso en el instituto de Burgos, y la Memoria sobre el estado de la enseñanza en aquel establecimiento oficial.» (La Correspondencia de España, Madrid, lunes 6 enero 1879, pág. 3.)

«Elías, el diablillo de nuestro apreciable colega el Caput Castellae, reveló ayer las siguientes bodas concertadas, cuya celebración parece se tiene ya señalada para el próximo Febrero. La de la señorita Doña Luisa Sánchez de la Campa, con D. Arturo Arnaiz […]» (Crónica de Burgos, Burgos, domingo 26 de enero de 1879, pág. 3.)

Si, como cabe suponer, Luisa Sánchez de la Campa era hija suya, en 1882 nacía el nieto del catedrático de matemáticas, Rafael Arnaiz Sánchez de la Campa, padre en 1911 de San Rafael Arnaiz, cisterciense de la estricta observancia, canonizado en 2009 por Benedicto XVI.

1881 «Ha sido nombrado director del Instituto de Burgos D. Juan Sánchez de la Campa.» (La Iberia, Madrid, sábado 2 julio 1881, pág. 3.)

«Ha sido nombrado Director del Instituto provincial el catedrático del mismo D. Juan Miguel Sánchez de la Campa. Felicitamos a dicho señor.» (El Heraldo de Castilla, Burgos, 6 de julio de 1881, pág. 2.)

1885 «Suscrición hecha en Burgos para socorrer las desgracias que han causado los terremotos en Andalucía. […] Juan Miguel Sánchez de la Campa, 20.» «Defunciones. Lado triste. […] y don Juan Sánchez de la Campa, Director del Instituto.» (El Papa-Moscas, Burgos, 15 febrero 1885, pág. 2-3.)

«Han fallecido: […] En Burgos, el director del Instituto don Juan Miguel Sánchez de la Campa.» (La Correspondencia de España, Madrid, viernes 20 de febrero de 1885, pág. 2.)

«Ha fallecido el Sr. D. Juan Miguel Sánchez de la Campa, Director del Instituto provincial de 2ª enseñanza de Burgos. ¡Qué Dios haya llevado su alma a la mansión de los justos!» (Boletín de primera enseñanza, Gerona, martes 3 de marzo de 1885, págs. 8-9.)

1960 «Juan Miguel Sánchez de la Campa y Pérez de la Serna. Nació en San Fernando, Cádiz. Estudió en la Universidad de Zaragoza la carrera de Ciencias físico-matemáticas, cuyo título le fue expedido el 13 de mayo de 1849. De temperamento inquieto y movido, antes de asentarse en Burgos recorrió los siguientes Institutos, en calidad de Catedrático de Matemáticas: Lérida, Cuenca, Cáceres y Córdoba. De aquí pasó a la Escuela Industrial de Comercio, de Cádiz. El 4 de diciembre de 1868 fue destinado al Instituto de Burgos. Ocupó la dirección de este Centro en dos ocasiones distintas: desde el 23 de enero de 1872 al 22 de julio del mismo año y, posteriormente, del año 1881 al 1885, año en que murió. Apenas llegó a Burgos y nombrado Director del Museo, en sustitución del anterior, se dedicó con todo entusiasmo a instalar el mismo, cosa que logró realizar en el Convento de las Trinas, cuya inauguración se llevó a cabo el 14 de septiembre de 1871, pronunciando en el mismo un importante discurso. Fue vocal de la Comisión de Monumentos, académico correspondiente de las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando, Caballero de la R. O. de Carlos III, Caballero de Isabel la Católica, Comendador de la Orden Americana de Isabel la Católica y Jefe honorario de la Administración Civil.» (Basilio Osaba y Ruiz de Erenchun, “Historial del Museo Arqueológico de Burgos” (conclusión), Boletín de la Institución Fernán González, Burgos, 4º trimestre 1960, año 39, nº 153, págs. 321-322.)

Bibliografía de Juan Miguel Sánchez de la Campa

1851 El valle de Andorra. Exámen crítico del origen, naturaleza y circunstancias de los privilegios que disfrutan los andorranos, y de los perjuicios que irrogan al Tesoro, a la Agricultura, al Comercio y a la industria Nacional, por D. Juan M. Sánchez de la Campa, Licenciado en ciencias Físico-Matemáticas, Imprenta y librería de José Sol, Lérida 1851, 60 páginas.

1854 La instrucción pública y la sociedad. Consideraciones acerca de la influencia de la instrucción pública en el orden social: ojeada sobre la instrucción pública en España, por D. Juan Miguel Sánchez de la Campa, Licenciado en ciencias físico-matemáticas; Catedrático propietario en el instituto provincial de Cuenca, Imprenta de D. Tomás Núñez Amor, Madrid 1854, 157 páginas.

1871 “Discurso leído en la inauguración del Museo Arqueológico y de Bellas Artes de Burgos”, por el Sr. D. Juan M. Sánchez de la Campa, individuo correspondiente de las Reales Academias de la Historia y de nobles artes de S. Fernando, y vocal de la Comisión de monumentos históricos y artísticos de esta provincia, el día 14 septiembre 1871, Imprenta de D. Timoteo Arnaiz, Burgos 1871, 8 págs.

Historia filosófica de la instrucción pública de España, desde sus primitivos tiempos hasta el día, tomo I, Imprenta de D. Timoteo Arnaiz, Burgos 1871, 461 págs.

1874 Historia filosófica de la instrucción pública de España, desde sus primitivos tiempos hasta el día, tomo II, Imprenta de D. Timoteo Arnaiz, Burgos 1874, 495 págs.

1878 Instituto de segunda enseñanza de Burgos. Discurso inaugural por D. J. M. Sánchez de la Campa, Imprenta Provincial, Burgos 1878.

Textos sobre Juan Miguel Sánchez de la Campa en el proyecto Filosofía en español

1851 “El valle de Andorra”, El Clamor Público, periódico del partido liberal, Madrid, viernes 1 de agosto de 1851.

Textos de Juan Miguel Sánchez de la Campa en el proyecto Filosofía en español

1854 “Comunicación sobre el profesorado (Cuenca 8 Marzo 1854)”, Círculo científico y literario, 15 marzo, 6:81-83.

Sres. Redactores del Círculo científico y literario (Cuenca 24 Abril 1854)”, Círculo científico y literario, 15 mayo, 14:209-212.

La instrucción pública y la sociedad.

1857 “Reflexiones sobre la dirección que conviene dar a los estudios filosóficos”, Revista de Instrucción Pública, 18 abril, 26:410-412.

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