Filosofía en español 
Filosofía en español


La Revista del Nuevo Mundo
Buenos Aires (julio a diciembre 1857)

entrega 1

Publicada por Francisco Bilbao Barquín (1823-1865) en Buenos Aires, de julio a diciembre de 1857, ciudad a la que había llegado ese mes de abril, vuelto de Italia, para reencontrarse con su madre, nacida bonaerense, a la que hacía siete años que no veía, desde que allí se había establecido proscritos su marido e hijos en Chile. En aquellos momentos la Confederación Argentina estaba rota, formando Buenos Aires un Estado independiente y el resto de las provincias otro Estado, presidido por Urquiza.

La Revista del Nuevo Mundo, que Francisco Bilbao escribió prácticamente por completo, pasa por ser “cronológicamente, nuestra primera revista de filosofía” (Ricardo Rojas, Historia de la literatura argentina. Ensayo filosófico sobre la cultura en el Plata [1917-1922] Guillermo Kraft, Buenos Aires 1960, tomo 8, pág. 598).

Durante los seis meses de su existencia publicó doce “entregas”, dos al mes, en veinticuatro “números”. Cada entrega –con sobria cubierta similar a lo largo de toda la publicación– la forman dos “números” virtuales –que sólo existen como tales en las cubiertas– y 32 páginas de numeración continuada, desde la página 1 (portada de la primera entrega) hasta la página 384: la presentación –“Revista del Nuevo Mundo”– en las páginas iii-v de la primera entrega, el primer artículo –“La América y la República”– se inicia en la página 7 y la “Despedida de la revista”, firmada por Francisco Bilbao en Buenos Aires, el 29 de diciembre de 1857, en la página 384. “Cada número será de dos pliegos impresos” y “esta entrega consta de dos números”: cada entrega de 32 páginas está formada por tanto por cuatro pliegos de ocho páginas, que llevan signatura independiente. Así, por ejemplo, la cuarta entrega, segunda de agosto de 1857, números 7 y 8, páginas 97 a 128, la forman cuatro pliegos signados “13” a “16” en las páginas 97, 105, 113 y 121; y la décima entrega, fechada en la portadilla el 30 de noviembre de 1857, números 19 y 20, páginas 289 a 320, la forman cuatro pliegos signados “37” a “40” en las páginas 289, 297, 305 y 313.

Como era de esperar, en las descripciones apresuradas de esta revista, optan algunos por convertirla en libro de 384 páginas y otros por reducirla a 12 números (cuando son 24 en doce entregas), y, como era de esperar, las más de las colecciones que forman libro, por desidia del encuadernador o exigencia del cliente, no conservan las cubiertas (no numeradas) de las sucesivas entregas, en las que figura la fecha de edición (sábado 11 de julio la primera, lunes 30 de noviembre la décima, &c.).

 

La Revista del Nuevo Mundo

Julio 11. – 1º y 2º número.

Buenos Aires.
Imp. y Lit. J. A. Bernheim, calle Representantes, 113
1857


Lugares de suscripción en Buenos Aires:

Librería de la Victoria, calle del Perú, núm. 20.
  Id. de M. Morta, frente al Colegio.

Imprenta del Nacional.
  Id. de la Tribuna.
  Id. de la Reforma.

Y en su imprenta, calle Representantes, núm. 113.

El precio de la suscripción es de veinte pesos por cuatro números, pagaderos al fin de cada mes. Cada número será de dos pliegos impresos.

Esta entrega consta de dos números. Las personas que no desearen suscribirse, tendrán la bondad de devolver la primera entrega, cuando se les lleve la segunda.

[ páginas i-ii ]

Revista del Nuevo Mundo (a).

Creemos necesaria la creación de una revista, que sirva de órgano a la idea fundamental de la civilización republicana, a las reformas que debe revestir en el continente americano y especialmente en la República Argentina.

La América del Norte se unifica: la América del Sur vive dividida y la República Argentina se subdivide. El Norte se fortifica y se extiende, el Sur se dispersa y se contrae. La corriente de fuerza que circula por el mundo, levantado imperios y civilizaciones más o menos luminosos, se encarna en el Norte, atraída por esa constelación fijada por la mano de Washington en el firmamento de la historia.

Nosotros queremos colocarnos en la línea de operaciones que señala la providencia para la salvación de las naciones. Queremos aunar nuestros esfuerzos, crear un centro de atracción a esa corriente, operar según la estrategia de la libertad en la geografía del globo, y reunir las divisiones dispersas, las facultades aisladas, las ideas subalternas, las reformas secundarias, alrededor del punto que señala la táctica, en el momento decisivo de la resurrección o muerte de los pueblos.

Nuestros padres nos han hecho dar una media vuelta al porvenir. Hemos vuelto las espaldas al pasado, pero nos hemos quedado en el campo del combate, agobiados por la victoria, destrozada la insignia y perdida en la inmensidad aquella voz que nos dijo: adelante, contentándonos como soldados indisciplinados con el botín, sin enterrar ese pasado, sentados sobre los despojos o cadenas, para contemplar la sangre, y dar tiempo a que los recuerdos del hombre viejo, empañen las visiones proféticas de la libertad.

Tuvimos una fuerza de proyección sintética y magnifica que formó la Epopeya Americana. Esa fuerza se disipa o se suicida. Es necesario revivirla. Es necesario tocar la llamada de las grandes causas y para los grandes días. Es necesario levantar, no el pendón de las localidades o partidos sino el estandarte de las naciones. Los intereses particulares, las necesidades del momento, las reformas que se solicitan, no llevan en sí mismas la solución de las dificultades. Todo depende de la solidaridad sublime de los hechos y de las cosas que convergen a la idea fundamental o reciben de ella su vivificación, como de un sol de las inteligencias.

La libertad del hombre, la organización de la nacionalidad argentina, la confederación de la América del Sur, serán para nosotros las líneas del triángulo fundamental que contendrá nuestros trabajos.

Para tal intento, contamos con la colaboración inmediata de hombres notables del país y de las otras Repúblicas.

A pesar del grande desarrollo de la prensa, que es un honor para el Estado de Buenos Aires, creemos que hay necesidad de un órgano más tranquilo, más independiente de las tradiciones y pasiones, y que por la forma más extensa y pausada de sus trabajos, preste más campo a la meditación y al estudio.

El diarismo por más elevado que pueda presentarse, deja oír el jadear incesante del combatiente. El polvo, clamor y la exigencia inmediata en la pelea, hacen vacilar en sus manos las balanzas del destino, y le impiden arrojar esa mirada que puede señalar la solución de la contienda.

Cubren el suelo los trozos palpitantes de Hydra, pero la masa y los brazos Hercúleos que puedan continuar los trabajos del héroe, ¿dónde están? En la Unión. El dominador de las fieras que devoran las entrañas de América, será la organización de sus fuerzas. El desierto se extiende, porque aumenta el aislamiento. No es la pampa el desierto, es la soledad moral. No hay fronteras, porque elevamos fronteras en nosotros. Sin la unión, no podemos atraer la corriente de fuerza que circula para constituir la Nacionalidad Argentina y la Confederación Americana.

Indicamos el gran objeto, pero no hacemos un programa de nuestros trabajos. Publicamos este aviso para ver si la cooperación del público argentino, nos pone en aptitud de llevar a fin nuestro propósito.

Francisco Bilbao.

Buenos Aires, 12 de Junio de 1856.


(a) Estas palabras fueron publicadas en el diario Los Debates, del 15 de Junio.

[ páginas iii-v ]

Despedida de la Revista.

La Revista cesa. Este es el último número.

Nuestro trabajo no ha encontrado el número suficiente de suscriptores.– Agrégase a esto el mal estado de nuestra salud.

Debo hacer una manifestación al terminar:

He escrito sobre las cuestiones más arduas, como lo son la cuestión religiosa y la cuestión nacional, en medio de partidos acalorados y de tradiciones palpitantes, y aunque he encontrado adversarios, no he visto un enemigo. No he recibido una sola palabra ofensiva.

A juicio mío (y suplico no se vea en esto una jactancia) esto honra al pueblo libre en donde he escrito, y empeña mi gratitud. Saludo pues a la libertad de Buenos Aires como una conquista inestimable que a más de ser un honor, es una garantía de civilización en nuestra América. Sea cuales fueren las ideas políticas del actual gobierno, algunas de las cuales he combatido, el respecto que profesa a la libertad de la palabra, me constituye en deudor.

Me despido pues de mis colegas de la prensa diaria que tan cortésmente saludaron la Revista: los Debates, el Nacional, la Tribuna, la Prensa, la Nueva-Generación, el Nacional Argentino, el Uruguay, el Constitucional de Mendoza, a todos los que lo hayan hecho y yo lo ignore, y en fin de nuestros suscriptores que han tenido la bondad de acompañarnos en nuestra peregrinación. Reciban todos ellos un fraternal saludo de

Francisco Bilbao.

Buenos Aires, diciembre 29 de 1857.

[ página 384 ]


Artículos de La Revista del Nuevo Mundo en esta hemeroteca

fecha título autor
1857.0711Revista del Nuevo MundoFrancisco Bilbao
1857.0711La América y la RepúblicaFrancisco Bilbao
1857.0730El partido del Nuevo Mundo. Una voz del PlataFrancisco Bilbao
1857.0815Sociedad de educación americanaCorpancho, Ulloa, Manuel Bilbao
1857.0815[comentario a] “Sociedad de educación americana”Francisco Bilbao
1857.0830Bibliografía. Edición de las Obras Completas del señor Edgar QuinetFrancisco Bilbao
1857.1115Registros parroquialesFrancisco Bilbao
1857.1230Del espíritu filosófico en el Perú: el señor MariáteguiCasimir Martín
1857.1230Las dos AméricasJosé María Torres Caicedo
1857.1230Despedida de la RevistaFrancisco Bilbao

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