Filosofía en español 
Filosofía en español


Resumen del discurso pronunciado en Puebla de Almoradiel (Toledo)


22 de abril de 1934a
F. E. (Madrid) 12, 26 de abril de 1934, p. 7-8

 
[ 265a ]
 

FE de las JONS en Puebla de Almoradiel

[…]

En mi vida de trabajo y de lucha he tenido ocasión de hablar a todos los públicos y de hablar en todos los lugares. He hablado en la Universidad, en los Tribunales, en elecciones, en el Parlamento; pero os aseguro que jamás he sentido la emoción y el orgullo que ahora siento al enfrentarme con vosotros, pues me doy cuenta perfecta que dirijo la palabra a los depositarios del verdadero espíritu nacional y a quienes conservan aún puras y arraigadas, en lo más profundo de su ser, las virtudes de la raza que hicieron a España inmortal. Es preciso venir a hablaros y ponerse en contacto con los pueblos para aprender lo que es esta España, tan olvidada o maltratada por muchos y que, sin embargo, vosotros lleváis metida muy hondo, defendiendo con amoroso afán su nombre y su grandeza. Nuestra tierra es muy rica; nuestra tierra es capaz de proporcionar una vida libre y verdaderamente humana a doble número de españoles de los que actualmente viven en ella, muchísimos en condiciones miserables, incompatibles con las mínimas exigencias del hombre civilizado. Nuestra tierra fue, además, señora del mundo, y dio vida y espíritu a otras muchas tierras. Pues bien, hoy lleva una vida chata, desfallecida, sin entusiasmos, encerrada entre dos capas que la asfixian y comprimen. Por arriba la [sic] han quitado toda ambición de poder y de gloria; por abajo todo justo afán de mejoramiento para sus gentes humildes. Ambas cosas provienen de que hemos dejado de ser una fuerte unidad para convertirnos en toda clase de divisiones, con ventaja de políticos y de la farsa parlamentaria. De esos políticos que salidos muchos de vuestras mismas gentes y de estos mismos pueblos apenas consiguen su acta de diputados no vuelven a ellos si no es para deslumbraros con su bienestar y riqueza, adquiridos con el esfuerzo de vuestros votos. De ese Parlamento donde no preocupa en absoluto la vida de España, sino las menudas pasioncillas, donde transcurren sesiones enteras ventilándose rencillas de partido o personas, y donde pasan inadvertidos y de cualquier forma los proyectos y planes más vitales para España.

Cuando triunfemos todos viviréis mejor, porque habremos limitado las acumulaciones de riquezas inútiles y perjudiciales para la nación, que sólo sirven para satisfacer deseos de poder particular y egoísta, porque habremos suprimido una serie de organizaciones financieras que encarecen la vida y quitan todo calor de humanidad a la economía, creando el tipo frío del accionista indiferente a todo lo que no sea cobrar su interés, sin preocuparse poco ni mucho en el origen de ese beneficio, y porque el esfuerzo de todo un pueblo se dirigirá no a defender las ganancias de unos cuantos, sino a mejorar la vida de todos.

Nosotros no podemos tolerar ni estamos conformes con la actual vida española. Hemos de terminarla, transformándola totalmente, cambiando no sólo su armadura externa, sino también el modo de ser de los españoles. No queremos que triunfe un partido ni una clase sobre las demás; queremos que triunfe España, considerada como unidad con un fin universal que cumplir, con una empresa futura que realizar y en la que se fundan todas las voluntades individuales. Y ello tenemos que conseguirlo, cueste lo que cueste, a cambio de los mayores sacrificios, pues es mil veces preferible caer en servicio de tal empresa que llevar una vida lánguida, vacía de ideales, donde no haya más afán ni otra meta que llegar al día siguiente. La vida es para vivirla y sólo se vive cuando se realiza o se intenta realizar una obra grande, y nosotros no comprendemos obra mejor que la de rehacer España.

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La Nación (Madrid), 23 de abril de 1934b

 
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Mitin de Falange Española de las JONS en Puebla de Almoradiel (Toledo)

Ruiz de Alda y Primo de Rivera dicen que hay que devolver a España la unidad de entusiasmo y esfuerzo

[…]

Hay que venir a hablar a los pueblos para aprender lo que es España; la España eterna y olvidada, por una parte; por otra, la España dividida y sufrida.

Nuestra tierra es muy grande, y pudiera ser mucho más rica. Nuestra tierra, además, fue señora del mundo y civilizadora de otras tierras. Sin embargo, ahora no es ni lo uno ni lo otro. Por arriba le han quitado todo entusiasmo, toda ambición de poder y de gloria; por abajo, todo justo afán de bienestar para sus gentes humildes.

Lo uno y lo otro vienen de que ya no formamos, como otras veces, una fuerte unidad, sino que somos campo de divisiones, para provecho de los partidos políticos y para sostenimiento de la vida falsa del Parlamento.

En el Parlamento no se percibe la vida de España, sino el choque de unas conveniencias políticas con las otras. Así, mientras se dedican sesiones enteras a menudas luchas políticas y personales, pasan poco menos que inadvertidos proyectos vitales para España.

Nosotros no nos conformamos con que esto siga así, y para terminarlo queremos recobrar la unidad de entusiasmo y de justicia de España. No queremos que triunfe un partido ni una clase sobre las demás, sino que triunfe el destino unido de todos, y aseguire a todos, cueste los sacrificios que cueste a los que tienen más, una vida digna y humana.

Cuando triunfemos, los campesinos vivirán mejor, porque el esfuerzo de todo un pueblo no se encaminará a asegurar las ganancias de unos cuantos, sino el mejoramiemto de la vida de todos. Esto no es fantasía: los pueblos que han recobrado su unidad de destino y de esfuerzo no sólo han logrado la gloria, sino, además, el bienestar de sus gentes humildes.

Para que España logre lo mismo no importan todos los sacrificios y todos los riesgos. La vida no vale nada si no se arriesga en una empresa grande.

[…]


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a  Mitin en el que también hicieron uso de a palabra Emilio Alvargonzález y Julio Ruiz de Alda.

b  Reportaje que fue difundido por la agencia Mencheta.