Filosofía en español 
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Cervecería argentina “Quilmes”

Quimes
Vista general de la Cervecería “Quilmes”

La industria cervecera argentina tiene su más alto exponente en los establecimientos situados en la ciudad de Quilmes, en la que se elabora la reputada cerveza del mismo nombre.

Don Alonso Mercado y Villacorta, gobernador del Tucumán en 1618, había mantenido con los indios Quilmes, habitantes de los valles y sierras calchaquíes, recios combates. Estos belicosos aborígenes amenazaban constantemente con sus correrías a las poblaciones recién fundadas en aquella región. Dominados finalmente, el gobernador, trasladado por real cédula al gobierno de Buenos Aires, resolvió desterrar del Tucumán a los citados indios, estableciéndolos sobre las orillas del río de la Plata, a más de doscientas leguas de distancia de su tierra natal.

Así nació la población de Quilmes. Fue vegetando ésta hasta que en el año 1889, el ciudadano argentino (fallecido el año 1932) don Otto Sebastián Bemberg, hombre inteligente, activísimo y emprendedor, estableció allí la gran cervecería del epígrafe, sobre una extensión de 50 hectáreas en la que se encuentran las magníficas dependencias de este establecimiento modelo, que es en su género el más grande y mejor instalado del mundo.

Desde aquel día, la vieja y exigua villa de Quilmes comenzó a prosperar rápidamente hasta convertirse en una de las más bonitas y pintorescas ciudades de las márgenes del Plata, y la cerveza allí elaborada a disfrutar con justicia de las preferencias del público por su excelente calidad. Baste decir que en el gran certamen organizado por la Unión Industrial Argentina, a principios de 1933, el Jurado le acordó la más alta recompensa declarándola “fuera de concurso”.

Los establecimientos de la Cervecería Argentina Quilmes, con sus fábricas, sus modernos chalets para el personal, sus líneas y vagonetas eléctricas, sus campos de juegos y recreo, sus calles amplias, &c., forman una ciudad modelo dentro de la otra ciudad, constituyendo una de las más elevadas expresiones del progreso social e industrial de nuestro país.

Darán una idea más cabal de esta metrópoli cervecera y de sus adelantos los siguientes datos:

Trabajan en las diversas dependencias de la fábrica dos mil obreros permanentes, cuya retribución alcanza un nivel superior a la usual en labores análogas.

En el centro de las diversas instalaciones diseminadas armónicamente en la extensa zona de referencia, se levanta una poderosa usina que suministra el vapor y la energía eléctrica necesarias. Sus turbinas proporcionan una fuerza constante de 3.000 caballos de fuerza, usándose como combustible único, el petróleo nacional.

Las máquinas frigoríficas producen por hora 2.400.000 frigorías que mantienen a baja temperatura la cerveza almacenada en los respectivos sótanos.

La capacidad anual de producción de la fábrica es de 1.200.000 hectolitros.

La sala de cocimientos, donde se prepara el mosto de la malta que después será cerveza, cuenta con 16 calderas de cobre que alcanzan a elaborar 1.000.000 de litros diarios. En los sótanos de reposo, donde la cerveza hace su madurez, existen 1.000 tanques de acero esmaltado que almacenan 30.000.000 de litros durante 7 semanas.

En la sección envasamiento es donde más se acentúa la estricta y escrupulosa higiene que se observa en todas las dependencias del establecimiento; dividida en dos partes, la una para cerveza en barriles, donde especiales aparatos automáticos pueden llenar diariamente 12.000 barriles cuya capacidad varía entre 15 y 100 litros, disponiéndose para este servicio de una cantidad de 90.000 barriles. Previamente, estos envases son sometidos a un minucioso lavaje, aplicándoles después de limpios una capa de resina a una temperatura de 180 grados que los esteriliza completamente.

El envasado en botellas es una de las operaciones más interesantes, efectuándose automáticamente por etapas sucesivas. Cuando estos envases vuelven de la clientela o de las cristalerías, se lavan con soda cáustica y agua esterilizada; después por medio de cintas transportadoras se conducen las botellas a las distintas operaciones “llenadoras”, “tapadoras”, “pasteurizadoras”, “etiquetadoras”, finalizando con el acondicionamiento en los cajones de reparto.

Diariamente puede llenarse 1.000.000 de botellas, para lo cual se cuenta con una existencia de 60.000.000 de botellas y 5.000.000 de cajones. Completan sus instalaciones las secciones de tonelería, talleres mecánicos, carpintería y aserradero, cada una de las cuales es por su magnitud un verdadero establecimiento.

No ha sido descuidada tampoco la asistencia social. Dispone ésta de una sala de primeros auxilios, atendida por un médico y tres enfermeros, donde se presta atención gratuita a todos los obreros y empleados. Funciona anexa una sala de odontología a cargo de un cirujano dentista.

Dos amplios e higiénicos comedores dotados de cocinas ofrecen comodidad al personal para almorzar.

A continuación de la fábrica se halla la “Villa Argentina”, lugar de residencia de parte del personal de la Cervecería, con un trazado moderno de calles, en el que, a manera de experiencia, se han construido 300 chalecitos de variados estilos, un parque de deportes que ocupa una extensión de 8 hectáreas con 2 canchas de football, 2 de lawntennis, 2 de pelota vasca, gran pileta de natación para mayores y otra pequeña para niños, con sus dependencias, de baños de higiene, 1 cancha de basketball, 2 cerradas y 2 abiertas de bolos, 10 canchas de bochas, gran gimnasio infantil provisto de toda clase de aparatos y juegos, gran comedor rústico para 500 personas donde se agasaja a las instituciones comerciales que visitan los establecimientos, transformable rápidamente en sala de baile, con excelente instalación de radio. Circundan este parque y los amplios caminos interiores 3.000 árboles de distintas especies.

Maltería

Los deseos de nacionalizar la malta, principal materia prima de su industria, hicieron que la Cervecería Argentina Quilmes, con gran fe en el porvenir del cultivo de cebada cervecera, dedicara constantes esfuerzos en favor de esta nueva explotación agrícola, desconocida hasta entonces entre nosotros.

En 1920 empezó la siembra en diversas zonas del país, repartiendo a tal efecto varias toneladas de semilla; pero la inexperiencia de los colonos malogró las tres primeras cosechas. Sin embargo, ni este primer fracaso completo, ni los numerosos inconvenientes que surgieron después, desanimaron a los iniciadores de este nuevo cultivo. Muy al contrario, éstos persistieron en sus esfuerzos, importando periódicamente semillas seleccionadas del extranjero y suministrando constantemente a los agricultores las indicaciones necesarias para este cultivo, por intermedio de un personal técnico contratado especialmente.

Estos esfuerzos no podían ser vanos, y así es como se ha ido mejorando gradualmente la calidad de la cebada cervecera argentina, la cual ha alcanzado hoy un punto tal de perfeccionamiento que muchas cervecerías la emplean exclusivamente en la elaboración de sus cervezas.

Es indudable el beneficio que con ello se proporciona a los agricultores, a los que se abona siempre precios superiores a las cotizaciones del mercado.

La maltería situada en Guillermo E. Hudson (F. C. S.) abarca una extensión de varias hectáreas y tiene una capacidad de producción anual de 22.000 toneladas de malta. Para cada campaña distribuye 4.000 toneladas de semilla seleccionada entre más de 1.500 agricultores; la superficie de sus siembras pasa de 60.000 hectáreas, esto aparte otras extensiones apreciables que vienen dedicando a este mismo cultivo otros agricultores, como consecuencia de la iniciativa de la Primera Maltería Argentina Conchitas.


Quilmes
Vista parcial de los establecimientos de la Cervecería “Quilmes”